por Nelson Peñaherrera Castillo nelsonpenaherrera@journalist.com
Practiqué en Cutivalú en verano de 1997 y
básicamente me la pasé viajando por el departamento y fuera de él
para obtener información.
A la tercera semana me enviaron a la sierra
de Huancabamba, donde la carretera fue sepultada por un cerro que se
deslizó.
Ramón Álvarez, el corresponsal en
Huancabamba, nos dio la noticia y fue una cobertura que tuve que
asumir pues mi productor y la gente de la radio estaba en reuniones.
Como yo seguí la noticia, Luis Lozada (mi productor) me dijo que
debía ir en un convoy del Gobierno Regional que iba a supervisar y
evaluar daños.
¡Genial! ¡Vamos! Recuerdo que llamé a
casa para decir que me iba enviado por Cutivalú a la sierra,
y en cuestión de un par de horas estaba esperando el carro.
Pasé miedo tras una incursión terrorista
cerca de Huarmaca, y básicamente descubrí una Piura que ni en
libros o por otras experiencias hubiera conocido. Iba extasiado,
dicen quienes me acompañaron a esa asignación, viendo el paisaje a
las ventanas.
Mientras preparábamos esta cobertura, nos
acordábamos con la gente de NPC Huancabamba, de este hecho. Ahora
trabajamos algunas agendas de noticias con Cutivalú y
emitimos programas que produce la división de Comunicaciones, y...
siempre queda el sentimiento de volver a repetir la experiencia.
¿Por qué? He transcrito mi conversación
con Luis Lozada para el artículo central de esta actualización.
Juzgue usted:
Nelson: Aprendí a conocer Piura.
Aprendí a conocer a fondo a la gente de Piura
Luis: Y aprendiste a amar más a
Piura. Luego que te mandamos a Huancabamba –porque el interés de
mandarte era eso—porque sabíamos que te iba a servir para tu vida
personal; luego nos hemos dado cuenta que tú comenzaste a trabajar
en el proyecto Fe y Alegría... entiendes mucho más a la gente a la
que nadie quiere hacer caso. Tú eres parte de esta familia."
Nelson: A toda la gente de Piura le
han enseñado a amar a Piura.
Luis: A mi me mandaron a Espíndola
cuatro días. Estaba lloviendo. No comí dos de los cuatro días,
caminamos sobre barro, y fue una experiencia en ese momento
trágica, pero una experiencia que ¡nunca la vas a conquistar si
estás en algún otro medio. Lo que te pasó a ti me pasó a mi:
comenzamos a amar a la tierra porque descubrimos ese pueblito
chiquitito, refundido, que muchas veces ni se conoce si existe.
Nelson: Que ni está en el mapa
Luis: Cachaquito, ¿quién conoce?
Nelson: Arrayán.
Luis:... y eso es Cutivalú: es un
andar junto al pueblo.