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Las Juezas de los Tribunales de Menores, son facilmente influenciable a éste tipo de falsas denuncias, y bastan los dichos de la madre, sin prueba legal y verdadera alguna para que las Juezas de menores acepten por ciertas tales acusaciones.
Por cierto, las Juezas de menores no son las únicas que aceptan este tipo de denuncias falsas, también son aceptadas como verdaderas por las Asistentes Sociales y Psicólogas que actuan como peritos, emitiendo informes sesgados y discriminatorio hacia el Padre que Demanda por Tuición o Visitas en los Tribunales de Menores.
El CAVAS (Centro de Atención de Víctimas de Atentados Sexuales), dependiende de la Policía de Investigaciones de Chile y dirigido por el Psicólogo Elías Eskaff es otro lugar donde muchos niños inocentes de todo abuso son llevados por sus madres o enviados por los Tribunales de menores para ser "victimizados" de abusos sexuales que jamás han existido en la realidad. Allí los "Falsos Positivos" son torturados psicológicamente hasta obligar a los niños a creer y acusar a su propio padre de ser un abusador sexual.
El CAVAS actúa igual que la DINA y las psicólogas en práctica son las que proceden - sin ningún veedor o testigo imparcial - a sugestionar a traves del interrogatorio dirigido a los inocentes niños. Los del CAVAS lo llaman tratamiento psicológico, sin embargo no es mas que TORTURA. Los niños salen odiando a su padre y pidiendo no verlo nunca mas. La madre contenta con su triunfo es retroalimentada por este sistema para continuar destruyendo al Padre, sin importar que en este proceso los niños también son destruidos.
A través de los artículos de ésta Página Web, todos los padres, ciudadanos y estudiantes podrán darse cuenta de quienes y como se destruyen las pequeñas mentes en evolución de los niños que caen en las garras de los agentes del Estado que dicen defender a los niños y a la familia.
Como es sabido por todos los que frecuentan el fuero de familia de la ciudad de Buenos Aires, en los últimos años han proliferado las denuncias de abuso sexual intrafamiliar.
El tema se ha venido instalando entre nosotros desde hace no más de diez años. El Dr. Eduardo Padilla empezó a difundir las enseñanzas que había recibido, en Londres, de Aaron Bentovim y su equipo. La psicóloga Marta Albarracín comenzó a investigar y hacer docencia entre los magistrados, asistentes sociales, funcionarios y empleados del fuero de familia de la ciudad de Buenos Aires. Y desde el Hospital Pedro de Elizalde el Jefe de la Unidad de Violencia Familiar Dr. Norberto P. Garrote, las terapeutas Irene V. Intebi y Diana Sanz (que luego se trasladaron a la Dirección General de la Mujer del Gobierno Autónomo de la ciudad de Buenos Aires, la primera como coordinadora del Programa de Asistencia del Maltrato Infantil) y el abogado Dr. Juan Pablo Viar se convirtieron en verdaderos apóstoles de estas cuestiones. Más adelante la Dra. Virginia Berlinerblau, en el Cuerpo Médico Forense, dio su apoyo a la causa.
El empuje y la prédica de las tres terapeutas mencionadas: Intebi, Sanz y Berlinerblau, unidos al prestigio del Servicio del Dr. Garrote, fue lo que prevaleció en los ámbitos psicológicos y jurídicos. Todos ellos comulgan en el enfoque de la cuestión. Un enfoque que es feminista en lo ideológico, expresó el Dr. Eduardo José Cárdenas, ex-Juez de Argentina.
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Perdidos en los laberintos de la memoria
"A partir de la denuncia de Judy Johnson, una madre esquizofrénica, del supuesto abuso de su hijo de dos años y medio. Pese a que el examen médico no indicó signos de abusos sexual, la Policía de una ciudad de Estados Unidos envía cartas a 200 familias que habían estado ligadas al centro educativo donde concurría el niño. |