Porqué la guitarra?

 


Nunca lo supe al principio, aunque ahora agradezco que así sea. Desde pequeño me pusieron una guitarra entre las manos y mi personalidad se fue forjando con ella, y ella con mi personalidad. De tal manera que
llegaron mis 15 años y yo quería abandonar el colegio para dedicarme por entero la música. Estaba en el Colegio Alemán y teníamos clases por las tardes, lo que me dejaba poco tiempo libre. Por supuesto que mis padres me hicieron terminar el bachillerato ? menos mal ? y luego recién emigré en busca de centros guitarrísticos donde formarme, pues en aquel entonces creo que en Bolivia ni existía la carrera de guitarra en el conservatorio de La Paz.


Ahora agradezco que mi instrumento sea la guitarra pues tiene la gran ventaja de ser un instrumento independiente. Yo no dependo de una orquesta o de un piano para mis conciertos, el programa lo ejecuto solo y es más bien por excepción que toco con alguien o con orquesta. La guitarra, podríamos decir así, canta su melodía y puede acompañarse a sí misma.


Mi padre, el magnífico artista Lorgio Vaca, además de pintor y muralista fue cantor y guitarrero, y él fue el que me enseñó los primeros acordes. Me compró una guitarrita española adecuada para mis manos de 10 años y así empecé.


Me doy cuenta de que la gente espera que yo diga que es el instrumento de mis sueños y que me enamoré de ella apenas la pulsé, pero no sucedió eso en absoluto. Mi relación con la guitarra es de otro tipo. Es más, me gustaba más la flauta dulce cuando empecé. Yo empecé a amar la guitarra de forma sincera recién a mis 22 años, cuando comenzó mi etapa dura de estudio de unas 10 horas al día. Fue entonces cuando el acercamiento se hizo más natural y profundo. Antes, a mis 15 tocaba guitarra para que la gente me admirara, luego, a mis 19 me andaba preguntando si yo estaba en lo de la música porque mi padre así lo quiso, y que si en realidad era él que quería que yo toque guitarra y no yo. A los 22, después de algunas crisis personales superadas, es que pude establecer una relación sana que terminaría en lo que ahora significa mi instrumento para mí.


La guitarra es mi puerta hacia el conocimiento, hacia el conocimiento de mí mismo, del Universo, de Dios y de mis semejantes.


Ahora la amo porque me permite expresarme y porque le he dedicado toda mi vida. No fue un amor a primera vista, fue producto de un largo proceso de búsqueda y reconocimiento, de encuentros y desencuentros, que han culminado en mi intenso amor por la vida y mi trabajo.



El objetivo del músico



El músico es una persona que puede contribuir al cambio de una sociedad. Puede aportar con su música parea apelar a un cambio para bien, puede aportar con una música que ayude a sensibilizar esta humanidad cada vez más alejada de su propio yo, del yo real, que es el del bien y la solidaridad. Por supuesto que los cambios toman años, siglos. Pero hay que saber que los cambios reales, los cambios profundos, son producto de un esfuerzo sostenido y no de chispazos aislados. Yo simplemente confío y tengo esperanzas en aquello que depende de mí, como son la superación de mis límites y la concreción de mi tarea en este mundo, que es depurar mi espíritu a través de la música. Es hacer partícipe a mi prójimo de ese bienestar para que los que me rodean también lo descubran en sí mismos.

Es mi trabajo hacer que la gente vuele de mano de su espíritu, y en ese viaje encuentre su propia verdad. Que en esos momentos se entienda como el ser divino que es, para que comprenda que todos somos hermanos y que mientras uno de nosotros esté mal el resto tampoco podrá estar en paz.

Es mi trabajo hacer que la gente se encuentre con lo mejor de ellos cuando van a un concierto. Que sus sentimientos afloren y se den cuenta de que todos somos buenos desde nuestro origen más remoto. La música lo puede, el arte lo puede, la naturaleza lo puede, el amor lo puede.

Y ese debe ser nuestro objetivo.

La falta de humanidad de esta sociedad capitalista parte del hecho de vernos separados el uno del otro, del hecho de que apenas podamos nos aprovechemos del prójimo. Proviene de haber oído más los miedos, las
angustias, las ambiciones personales  - entendidas como paliativo de profundas inseguridades internas ? que el amor, que la voz interior.

La música nos devuelve la confianza. La música encuentra nuestra voz interior si la sabemos oír. Si insistimos la música puede ser una vía para experimentarse como un cuerpo de energía lleno de amor divino, y comprender que todas las vilezas de este mundo parten de nuestra imposibilidad de vernos como lo que somos: entes paridos con el amor de nuestro creador. No hablo de religión, no hablo de sectas, hablo de la conciencia más profunda que seamos capaces de encontrar en nosotros mismos. No hablo de intermediarios, hablo del contacto directo con este mundo y su creador.

El músico está para eso, para contribuir, para que desde sus manos todos podamos sacar algo en claro para nuestra propia vida.


El objetivo de la persona?


Mi objetivo como persona es simple y querido, sólo quiero ser feliz. Y soy feliz en la medida que hago mejor mi trabajo, que es conectarme cada vez más con la infinitud, y cada vez más con este mundo, que necesita de cada uno de nosotros para mejorar. Así puedo ser más persona para con mis seres cercanos, para con el público, para conmigo mismo.



La música


Te cuento que hasta hace unos pocos años, dos quizás, yo no tenía claro qué era la música para mí, o porqué yo la hacía, o yendo más lejos, porqué la escogí. Funciono guiado por un sino que siempre me lleva al sitio correcto, entendiendo por sitio correcto cualquier lugar. Yo soy un convencido de que las pérdidas de tiempo no existen. Las pérdidas de tiempo son las que permiten enrumbar hacia el lugar justo después de haber entendido que por el otro lado no está lo que uno busca.

Ese sino, o intuición, a la que siempre le hago caso, me ha llevado durante muchos años sin que yo lo sepa. Ahora oigo mi intuición y tengo una relación conciente con ella. Con eso te quiero decir que entiendo mi razón de ser y confío en lo que me depara el destino, sea bueno o malo. Entonces sigo mi hilo de existencia, encuentro la corriente que me lleva y me dejo llevar, doy con el río a surcar y sus orillas hacen el resto.

Yo trabajo y trabajo y  mi máxima preocupación es liberarme de estas manos que todavía aprisionan mi espíritu. Estas manos que todavía no responden como debieran e interfieren con la expresión de lo que quisiera lograr con la música. Estas manos que todavía tienen que entrenar más y más para poder yo ser feliz y no tener las trabas que me impone este mundo físico cuando quiero tocar música.

Mi misión es experimentar mi espiritualidad  a través de la música y repartirla entre todos aquellos que puedan oírme. Entonces me preguntarás, pero bueno qué tiene que ver eso del sino, de la corriente que te lleva, del sitio bueno o malo, la pérdida de tiempo o no con tu relación directa con la música? Y yo te digo que yo he conocido a Piraí Vaca a través de la música, he conocido el universo a través de la música, el conocimiento de mi existencia y el de la de los demás lo ha posibilitado la música. Mi intuición la ha desarrollado la música, mi personalidad también.

Y esa es mi relación con este arte. Es mi vía para llegar más allá, para tocar mi existencia infinita en este inconmensurable espacio que nos rodea. Es mi vía para explorarme y tener un sentido en esta vida. Es la que me hace comprender que soy un minúsculo tipo en este gigantesco universo, y que yo sólo tengo que hacer mi trabajo lo mejor que pueda para ser feliz y servir a los demás. Es la vía que me ha mostrado que  todos somos iguales, que es mentira a los ojos que seamos distintos porque tengamos color distinto o porque unos se vistan con Benetton y otros no. Y eso te cuento que recién lo he entendido. Estos dos últimos años. Antes nunca supe porqué tocaba guitarra, o porqué bailaba tanto, o porqué la música me inducía a otros estadios superiores. Ahora sé que la música ejerce una fuerza inmensa en mi ser, ya sea que la oiga, la toque o la baile. Es mi método del conocimiento.

 


Lo boliviano en la música


Mis visitas periódicas al país han sido lo que conforma ahora mi base de pensamiento. He regresado siempre a visitar a mi familia, a hacer mis giras y he regresado casi sin saber por qué. He regresado sabiendo que aquí nací y por eso regreso, así he regresado, simplemente porque sí, supuestamente. Mi vida ha estado siempre llevada ese sino descrito que yo he comprendido recién con los años. He sido guiado al lugar justo en el momento apropiado. Esto, muchas veces sin darme cuenta. Sin darme cuenta de que yo mismo he ido abonando el piso para que las cosas aparezcan cuando deben. Sin darme cuenta de que mis guías van ayudándome en el proceso. Ahora las cosas son distintas. Tengo conciencia del poder de mi pensamiento, tengo conciencia de mis guías, oigo mis señales y procedo.

De esta manera, recién comprendo cuán importante ha sido para mí el venir todos los años y quedarme durante unos 3 ó 4 meses en el país. Poco a poco se me ha ido despertando la conciencia de pertenecer a este espacio geográfico y de encontrar mis raíces y razón de ser. La música boliviana va tomando un papel preponderante en mis programas, de tal manera que mi próximo disco estará dedicado sólo a la música boliviana.

 

En todo estos años diversos colegas y aficionados a la música y la guitarra se me han acercado con diversas partituras, desde los nacionalistas del siglo 19 hasta los compositores actuales que han creado específicamente para guitarra. Es recién ahora que empiezo a reconocer la belleza de nuestras melodías y ritmos y me propongo llevarlas a la guitarra. Es ahora que mi conciencia de indio boliviano ? del oriente en este caso ? se despierta y empiezo a tener un profundo respeto y veneración por los indígenas y las culturas pasadas, más solidarias y humanas que la nuestra.

Es entonces mi pretensión llenar todos los espacios que descubra vacíos en la música de nuestro país. Así, estoy desarrollando un programa de música tradicional boliviana, por un lado, y un programa de música contemporánea por otro. Es decir, así como Atahualpa Yupanqui, Eduardo Falú, Cacho Tirao en Argentina, Baden Powell en Brasil lo han venido haciendo en sus países con la guitarra, me corresponde a mí ahora hacerlo aquí, con la música boliviana. Y por otro lado tocar la música de los compositores actuales, basada esencialmente en otro lenguaje musical, expresión también de mi país.

Esto supone un alejamiento del academicismo. Supone un acercamiento al corazón y al alma, supone un acercamiento al pueblo, a quien quiero llegar cada vez más a través de la música tradicional. Ya no toco para especialistas, tratando de convencerlos para que me sigan publicando en sus revistas especializadas, ya no toco para convencer a mis colegas. Ahora mi destinatario es el público, que es el que oye y va a las salas de conciertos, que es el que debe salir renovado y creyente. El público es el que me interesa.

Tengo también mis intereses más personales con la música de vanguardia como te decía, que también me llaman la atención y atraen mi espíritu e intelecto. Música creada por los compositores bolivianos actuales, que usan un lenguaje poco común y están más o menos en lo que es la vanguardia de la creación, con lenguajes donde la tonalidad ya no juega un papel preponderante, donde el lenguaje parte más de una necesidad de expresión que de un sistema establecido. Si bien es música comprendida por minorías, también me interesa y allí estaré, para servir de vehículo a la generación de nuevos compositores del país.


Vives de tocar?


Yo vivo concentrado en lo que puedo hacer. Si mi vida ha discurrido relativamente fácil, es porque nunca me centré en mis temores o angustias, siempre el trabajo fue mi mayor ansia y el logro de unas mejores manos para la guitarra mi preocupación diaria. Vivo concentrado en lo que depende de mí, que es lo que puedo cambiar. No presto atención a mis temores, no oigo la voz de la duda, huyo de mis miedos, porque sé que ellos están basados en el dolor. Oigo la voz de la creación, que es la voz del amor. Y a estas alturas, toda esta parrafada que puede sonar poética y soñadora, es la más pura verdad para mí.

Cómo no habría de serlo? Si he llegado a algún lugar en mi carrera de músico ha sido exclusivamente por mis creencias, por mis confianzas. Si vivo exclusivamente de tocar guitarra es porque confié en mi voz
interior, es porque fuí capaz de crear mi propia realidad. Una realidad, por ejemplo, que no existía en este país, y que es haber llegado al público de esta manera en estos 10 años de actividad, con una sola guitarra.

Y esto no lo comento como mi logro, lo comento como un ejemplo de concentración en lo más importante, como un intento de escapar de los temores que nos siembra esta sociedad al revés, que son temores que
terminan determinando nuestra vida. Son miedos que terminan cambiando una vida de creación por una vida de reacción. Una vida donde no creamos, sino que simplemente nos alcanza para reaccionar en defensa ante sus estímulos retorcidos.


Cuál fue el mayor obstáculo que ha tenido en su carrera?


Vivo de la música y no espero nada de nadie ni de nada. Y por eso vivo de la música. Con esto te quiero decir que el mayor obstáculo que he tenido en mi vida he sido yo mismo. Mi propia incapacidad para entender procesos y batir mis propias barreras con mayor diligencia. Cada cual hace lo que puede. Y yo no puedo hacer más de lo que hago, obviamente. Ya  a mis 33 estoy bien, y me merezco la paz que puedo llevar dentro.

Incluso a mí me resulta curioso cómo he podido llegar a desarrollarme en esto y a vivir exclusivamente de tocar la guitarra. Pienso que ha sido producto de una serie de convicciones internas, que han sido más o
menos concientes en distintas etapas de mi vida. A mí nunca me preocupó el dinero. Jamás me pregunté si iba o no a tenerlo como músico. De manera natural me concentré en mis posibilidades y en mi fiero hambre de aprender, de tocar mejor la guitarra. Pero no de tocar para ser más competente, sino de tocar para ser yo más feliz y sentirme mejor. De tocar para acceder a lo mejor de mí, de tocar mejor para poder ir tranquilo a la cama. Ahora a mis 33 me acuesto un poco más satisfecho.

He aprendido a oír y a descifrar señales de mi propia vida y de mi cuerpo. Señales que me van avisando hacia dónde debo dirigirme ahora. Señales que me van mostrando el camino y la evolución del espíritu.


Cómo empezó la relación con la guitarra?


Creo que mi relación conciente con la música empezó a mis 9 años, cuando mi papá, el pintor Lorgio Vaca me trajo una guitarrita pequeña de España. Tengo el recuerdo de que él me enseño mis primeros acordes en el jardín de nuestra casa en el Perú. Relación conciente, como te dije, pues hay otras historias por ahí, de las que yo no me acuerdo, como ésta que cuentas mis padres hoy: mi papá es un cantor y guitarrero, quizás por eso él me puso ese instrumento entre las manos. El solía cantar con la guitarra colgando de su cuello con un gancho, y de esa manera se explayaba, siendo conocido entre sus amigos por su carisma al hacerlo. Entonces un día, cuando mis padres regresaban del cine, cuentan ellos que apareciendo por mis espaldas  me sorprendieron con la guitarra colgada de mi cuello por el gancho y rasgando las cuerdas como podía y moviéndome como todo un guitarrista.

Después dio la casualidad de que justo el año en que nos mudamos a Bolivia (Santa Cruz), se abría el Instituto de Bellas Artes y aparecía en mi vida mi primer profesor, el cual me guiaría hasta que terminé el colegio: Luis Valdez Alba. Gran maestro que me ayudó mucho a desarrollar mi instinto y creatividad, y lo que fue fue tanto o más importante, me instituyó lo que ahora considero que ha sido el pilar de mi trabajo: Los conciertos y las giras. El fue el primero en Bolivia, hasta donde yo sepa, que hizo a sus alumnos ir a tocar a otros departamentos, y a mí en especial, organizarme toda una gira por 4 ciudades. Gira que realicé al terminar el colegio, en el año 85 y que sería el ejemplo que yo seguí 5 años después.

Ahora, recapitulando, es que me doy cuenta de la gran importancia de lo que él hizo en aquella época conmigo. Te decía que ya en el año 90, después de ganar mi primer premio internacional, organicé yo mismo una gira. Pensé: Pero hombre, claro! Esa es la vía! Tu profesor lo hizo en el 85. Ahora es tu
turno, debes proseguir la cadena.


Y ahora, años después, me regocija profundamente ver  que otros jóvenes guitarristas como Marcos Puña, entre otros, han seguido ese camino de errante y divulgador en nuestro país, iniciado por el profesor Valdez.

Y pienso en general que la vida es una cadena que hay que saber distinguir y proseguir. Yo no hubiera llegado ni a la esquina si no fuera por gente que muy decidida me ha ayudado, empezando por mis padres y terminando por ejemplo en Don Pedrito Rivero Mercado, gran amigo y silencioso mecenas. Es ahora mi turno de entregar todo lo que se me ha regalado.


Lorgio Vaca, tu padre, es un gran artista, cómo ha incidido eso en ti?


Haber tenido un padre como Lorgio Vaca es mucho más que una influencia para mí. Lorgio Vaca es un hombre de dimensiones extraterrenales. Es un artista tan extenso como su pueblo, para quien trabaja y por quien realiza todos sus esfuerzos. El ha sido no sólo la Universidad más completa que yo haya podido cursar, él es la vida misma, la sabiduría y profundidad, mi ejemplo más cercano. Me une a Lorgio Vaca, mi padre, mi razón originaria de ser. Yo fui elegido para ser hijo suyo. Soy lo que soy por su grandeza. No creo tener especial habilidad para tocar la guitarra, pero sí pienso que tengo el espíritu de  artista, que es mi mayor virtud, y eso se lo debo enteramente a mi padre. Eso, en realidad, es mi padre.

No ha faltado algún amigo, ya sea de mi padre o mío, que me haya dicho que no me haga tan "el modesto" o que no me eche a menos cuando han oído cómo me refiero a mí mismo en relación a mi padre.  Es entonces que pienso que no se me comprende bien. Es para mí un honor poder hablar de él como lo hago y siento que en vez de empequeñecerme ante tal figura, mi pecho adquiere una emoción tal que me reconforta con el universo, que me llena de confianza y asegura mi destino porque prosigo con la cadena. Prosigo con agradecimiento y feliz.

Es más, te digo que yo provengo de mi padre mas allá de esta vida. Empezaré diciéndote que la influencia de la música es tan fuerte en mi que me induce a veces a estados superiores de conciencia, donde he podido ver y sentir cosas que sobrepasan las capacidades de nuestros 5 sentidos normales. Y cuando la
voy oyendo música y realizando un viaje, sea en avión auto o en bicicleta, mis sensaciones pueden ser más fuertes todavía. Iba yo por las calles de la Habana montando mi moto. Al lado derecho el mar, y enfrente mío la calle desierta. Munido de mi walkman oía algo que me gustaba. Entonces de pronto en mi mente todo se volvió negro. Debía haber sido un segundo, pues sino me habría caído, pero para mí ese tiempo fueron vidas enteras. En un ángulo pude ver a mi padre 30 años antes, trabajando en su taller, persiguiendo sus ideales, creando arte creando vida, luchando por su pintura puesta al servicio de la humanidad, inmenso en su poder. En otro ángulo pude ver una reunión de entes, de seres, donde se decidía que lo que yo soy, mi alma o como quieras llamarle, fuera a ser hijo de mi padre; que lo que yo soy fuera el regalo a su esfuerzo, fuera la cadena eterna que continúa implacable e inmutable. Por su trabajo yo fui escogido para ser hijo de él, o yo escogí a él para ser mi padre. En el tercer ángulo me vi a mismo desde arriba manejando la moto, para luego ser succionado por mi cuerpo mismo y continuar sobre este mundo, manejando.

Esto sucedió en el año 96, creo. Con el tiempo me fui dando cuenta de lo que significa. Con los años me fui dando cuenta de que soy una obra más de mi padre. Una obra como otra cualquier suya que cuando la termina ya no le pertenece sin embargo. Entonces cómo no voy a ser feliz una y otra vez de agradecer  a este hombre haberme propiciado? Y sabes qué? Si yo he podido lograr que ahora, después de 9 años, los teatros del país se llenen cuando yo toco, es también gracias a él. Lorgio Vaca me enseñó la humildad, pero no la humildad con la gente, que en este caso es secundaria, me enseñó la humildad con el arte, con el mundo, con el universo primero, la simple realización de nuestra tarea como seres humanos. La sinceridad con uno mismo para continuar aprendiendo siempre. La humildad para empezar en el
año 90 con un montoncito de fotos, fotocopias de mi currículum y un casetito con alguna grabación mía e ir periódico por periódico mostrándole mi trabajo a los periodistas y tratando de comprometerlos con mi lucha. De llamar a la TV y preguntarles si les interesaba tener una entrevista conmigo para promocionar mis conciertos. Llamaba por teléfono a los amigos para que fueran y pegaba mis propios afiches en la calle.

Y creo que eso marcó una diferencia en una época en que los artistas de nuestro país se quejaban de que no se les daba bola y esperaban que la montaña fuera donde Mahoma, es decir que se les diera cobertura porque ellos son simplemente artistas.

Las cosas han cambiado ahora, casi 10 años después, a ese respecto en la prensa. Ahora hay espacios específicos en los medios de difusión que más o menos tiene un seguimiento de toda la actividad cultural, cosa que no existía antes.

Pero te hablaba de mi papá y su influencia. No creas que él me aconsejaba hacer esto o lo otro. Yo he visto su vida, he aprehendido sus ideas y me he maravillado ante su clarividencia. El es ejemplo puro. Es
más no es que sea ejemplo, él simplemente vive su vida para continuar con su obra, y una vida como la de él no puede menos que inspirarte. Larga vida a mi padre, larga vida a un hombre de verdad.


Cómo haces tus programas, la música que tocas?


Los programas para mí son cosa seria. No quiero decir esto que la música tenga que ser  necesariamente seria. A lo que me refiero es a que de alguna manera debe ser sólido. Hay una idea de unidad y una de contraste. Es como una cena: primero la entrada, no? Un aperitivo quizás, una ensaladita, luego la sopa,
después el plato fuerte y para terminar el postre. Y tenemos que cuidar además que si el aperitivo es una ensalada rusa (papas con mayonesa), la sopa no sea de papas y el plato fuerte no  sea un salpicón de pollo (pollo con papa). Lo otro es que un concierto en vivo no es un disco. Hay cosas que jamás grabaría en un disco, y hay cosas que no tocaría tanto en público.

Y respecto a los programas te vas a encontrar todo tipo de opiniones o ninguna también. Tengo por ejemplo un amigo español, uno de los más representativos jóvenes compositores y pianistas españoles. Lo que hace él me parece un extremo que yo respeto pero no practico. El toca su programa y sanseacabó. No agrega nada de bis o ancor porque ya su programa es una idea compacta en sí, como un cuadro acabado, y para él, ese programa no necesita nada más.

Yo pienso más espontáneamente al respecto. Hasta cambio cosas el día del concierto, que tengan sentido por supuesto, eso sí. Además, sabes qué? Yo soy un  convencido de que el público sabe. El público se da cuenta de alguna manera, el público percibe, aunque no se dé exacta cuenta de lo que está pasando.

Una vez Germán Araúz escribió un comentario sobre algún concierto mío y dijo algo sobre lo cual recién reflexiono . El dijo que apreciaba que yo no me dirigía al público con los consabidos "éxitos" de la guitarra como Asturias o Recuerdos de la Alhambra que seguro que iban a gustar de entrada, sino que recurría a obras grandes y serias, y que lograba convencer.


Y es verdad. Mis primeros años mis programas eran densos y fuertes. Mi querido maestro Jesús Ortega me enseñó la rigurosidad en un músico, y es ahora ya que me divierto más, por así decirlo, pero basado siempre en la educación y cultura que he podido desarrollar. Y el público de alguna manera lo percibe. Es entonces que esas piecitas tan clásicas o populares adquieren otro matiz, después de tanto rigor y cultura
interpretativa asimilados. Recién se vuelven versiones válidas para mí. Y esa creo que es otra de las razones que han ayudado a que mi trabajo se solidifique en nuestro país.


Qué música oyes?


Me gusta todo tipo de música que me parezca interesante o me emocione (siempre coinciden, suelo emocionarme con lo talentoso y bien hecho). Desde la música clásica que oigo hasta Michael Jackson, pasando por Eric Clapton, los jazzistas y los salseros. Pienso que cada tipo de música te ofrece un
placer distinto y hay que saber degustarlos todos. Así cuando voy a bailar no pienso en Bach, te imaginarás. pero mis momentos más excelsos por ejemplo los logro con el laúd (guitarra de la época barroca) con música de Dowland o Weiss por ejemplo, que es una sensación distinta a oír a U2 o las
magníficas melodías cruceñas de mis amigos José Rene Moreno o Nicolás Menacgo o Carmelo Guzmán.


Tus planes para el futuro?


Tratar de tocar mejor. Tratar de vencer mis limitaciones físicas para que el espíritu se expanda sin límites.
Quisiera poder tocar con los ojos cerrados y entrar en trance imperturbable cuando toco, pero eso está muy lejos todavía. Las cosas que toco son tan complejas técnicamente que aún no puedo prescindir de mis ojos para ubicar mi mano en el traste correcto por ejemplo. Entonces ese es el plan primario. Verás
que no se tarda tanto sin embargo.

Después por supuesto continuar con mis conciertos. Con el manager en Alemania estamos cada vez expandiéndonos más y logrando cada vez las salas más importantes. Preparo mi gira por Luxemburgo, Alemania, París, Londres Dinamarca y Noruega para el 2001. Preparo mi tercer CD que se llamará Aires Indios y que será dedicado por completo a la música boliviana, que se ha convertido en mi prioridad, como ya te comenté. Tendrá música boliviana tradicional y por otro lado lo más representativo en la producción contemporánea de nuestros compositores más destacados.


Apéndice


Creo que el agradecimiento tiene mucho que ver. Nací agradecido con la vida. Vivo agradecido con la magnífica oportunidad de tocar guitarra y poder vivir de ello. El agradecimiento es la muestra de confianza en este mundo, es la muestra de confianza en que las cosas están bien como están, que uno acepta las cosas como son, buenas o malas. El agradecimiento es el más poderoso sentimiento creador y no así la
exagerada ansia de querer lograr algo. Cuando deseamos algo con demasiada vehemencia no estamos sino declarando ante el cosmos que no lo tenemos, que lo deseamos porque no lo tenemos. En cambio el
agradecimiento es la gratitud por saber que ya está ahí, que lo vamos a alcanzar porque simplemente está en el camino.

Yo vivo agradecido, con mis padres, con la vida, con mi compañera, con todos. Confío. Un desbalance grande en este mundo no puede durar mucho tiempo, el estado natural de las cosas es tender hacia un balance, es tender hacia una cierta igualdad, es el destino natural de las cosas. Siglos? Quizás. Pero somos parte protagonista en lo que nos toca.


 

Biografía | Estudios | Premios | Entrevista | Comentarios Prensa | Comentarios Público


Esta página fue modificada por última vez: 15/05/2001
Santa Cruz - Bolivia