EL PÚBLICO NO COLMÓ EL TEATRO, PERO IMPUSO SU ENERGÍA
UNA SÓLIDA PRESENTACIÓN OFRECIÓ LA BANDA DE NEO PUNK THE OFFSPRING

ANTE UNA ENTUSIASTA CONCURRENCIA, EL GRUPO DE CALIFORNIA VINO A CHILE A MOSTRAR SU CUARTO ALBUM "IXNAY ON THE HOMBRE"

No quedó claro la noche del jueves, en el Teatro Monumental, si estaban todos los que son seguidores de los neo punk Offspring, pero los que asistieron, sin duda que lo eran. Casi dos mil espectadores llegaron anteayer al recinto capitalino, dejando la totalidad de las galería y gran parte de la tribuna desiertas. Sin embargo, la calidez de la gente hizo que la banda viera esos vacíos como un mero detalle.

Porque la fuerza con la que los californianos se pararon en el escenario se contagió a la entusiasta concurrencia. La jornada comenzó, eso sí, un poco antes. A eso de las 20.30 apareció el grupo de Villa Alemana LaFloripondio, como invitado para encender motores. Casi una decena de temas en una exacta media hora de tocata lograron ganar el respeto del público que los siguió con energía, aunque cada cierto rato hacían saber su deseo de ver a Offspring. Terminaron interpretando Pier No Doy Una y Manyagua, tema nuevo de convincente fuerza.

Pocos minutos después de las 9 de la noche apareció la banda del nuevo punk estadounidense. Bad Habit fue su carta de presentación, ante un desenfrenado público que saltaba y se golpeaba al más puro estilo de su tradicional danza pogo. El vocalista Dexter Holland, el guitarrista Noodles, el bajista Greg K y el baterista Ron Welty -indudable soporte del cuarteto- se impusieron durante más de una hora, con un excelente sonido y un consistente repertorio.

Con una propuesta no tan cruda, respecto, de lo que se supone que es su referente punk, Offspring se paseó por temas antiguos. El énfasis estuvo en Ixnay on the Hombre, el cuarto álbum de su carrera y el motivo fundamental de la gira. Una simple escenografía, más algunos toques de humor, como un intermedio donde la banda se sentó mientas asistentes repartían vasos al público, dieron un toque de soltura a la jornada, amenizada además por un diminuto vocalista que cada cierto rato ingresaba a escena para apoyar en ciertos coros.