Bárbaro fue abatido de un
disparo de escopeta efectuado a corta distancia sobre su flanco izquierdo.
De los más de cuarenta perdigones que fueron encontrados alojados
en su cuerpo, varios le atravesaron el pulmón y le produjeron la
muerte por encharcamiento y asfixia. Esta vez, el desgraciado incidente
se produjo en un coto de caza de Moguer (Huelva), cerca del denominado
Estero de Domingo Rubio, un humedal declarado Paraje Natural por la Junta
de Andalucía. Bárbaro y otros seis linces nacidos en marzo
de 1994 en el norte del Parque Nacional de Doñana fueron capturados
y radio-equipados para su seguimiento por un equipo de investigación
de la Estación Biológica de Doñana. De esos siete
linces, dos han sido matados por furtivos y otro fue atropellado en la
autopista A-49 que une Sevilla y Huelva. Con el resto perdimos el contacto
de manera súbita cuando nada nos hacía sospechar que sus
emisores debieran dejar de emitir la señal que nos mantenía
en contacto con ellos. Probablemente estos animales también hayan
muerto en manos de furtivos que luego hicieron desaparecer el collar emisor.
Bárbaro ha corrido igual suerte
que su hermana de camada Intrusa, que murió por las mismas causas
en julio de 1995. A Intrusa la mataron quince días después
de comenzar su periodo dispersivo. En esto quizás haya tenido mejor
suerte Bárbaro. Tras su dispersión y después de haber
escapado a un primer intento de furtivismo su cadáver presentaba
una amputación ya curada de varios dedos de la mano, producida por
un cepo- había logrado instalarse definitivamente en el Estero de
Domingo Rubio y seguramente llegó a criar, según se deduce
de los avistamientos de cachorros dentro de su territorio. El Estero de
Domingo Rubio es uno de los lugares de la comarca de Doñana mas
delicados para el lince ibérico. Es el núcleo más
alejado de la zona de presencia estable de la especie, y desde que comenzaron
los trabajos de radio-seguimiento del lince ibérico en 1983, sólo
dos animales habían logrado llegar y asentarse allí; Bárbaro
y Nati, una hembra de la misma edad que desapareció súbitamente
en enero de 1996.
De los linces dispersantes seguidos
en los últimos cinco años, cinco han muerto por disparo,
tres atropellados, seis desaparecieron repentinamente y sólo dos
permanecen aún con vida. ¿Hasta cuando?
El panorama, aunque desalentador,
no ha de hacernos caer en el derrotismo. Sirvan los cachorros de las camadas
de 1994 para conocer mejor los problemas a los que esta especie tan vulnerable
se enfrenta, sirvan para concienciar a las Administraciones competentes
de la necesidad de seguir investigando y de gestionar y conservar adecuadamente
las zonas linceras y sus pasillos de conexión y sirvan para sensibilizar,
de una vez por todas, a aquellos que aún no se dan cuenta de que
estamos perdiendo una de nuestras joyas faunísticas más queridas,
símbolo de la conservación en este país y fe de la
calidad de hábitat allí donde se encuentran.
Autor:
Javier Calzada y Francisco Palomares
trabajan en el grupo de expertos en carnívoros de la Estación
Biológica de Doñana.
Dirección de
contacto:
E.B.D Avda. Mª Luisa s/n Pabellón
del Perú 41013 Sevilla Tel. (95) 423 23 40
Ante la muerte de Bárbaro,
la CODA, principal federación ecologista española, ha hecho
público un comunicado exigiendo actuaciones urgentes para evitar
la muerte de más linces ibéricos -el felino más amenazado
del planeta- a manos de cazadores mediante disparos o en métodos
no selectivos de caza tales como cepos, lazos, venenos y trampas.
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