La Vanguardia. 31 de diciembre
de 1998

JOSÉ
BEJARANO--SEVILLA.
El
lince ibérico, el mamífero más amenazado de extinción
del planeta, puede desaparecer en un plazo inferior a 60 años. Un
estudio realizado por científicos de la estación biológica
de Doñana --dependiente del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC)--, con datos de hace cinco años, estableció
que los linces ibéricos tenían un 35 por ciento de probabilidad
de desaparecer en los próximos cien años. Cinco años
más tarde, los nuevos datos obtenidos elevan el riesgo de extinción
al 60 por ciento, lo que pone de manifiesto que no se toman suficientes
medidas de protección.
Miguel Delibes, uno de
los autores del estudio, explicó ayer que el parque de Doñana
actúa como una fuente de la que manan linces. Dentro del parque
nacen más de los que mueren. Pero el entorno hace de sumidero en
el que perecen muchos ejemplares, principalmente por atropello al cruzar
las carreteras y por disparos de los cazadores. "Hoy la situación
es mucho peor que hace cinco años", señaló Delibes.
En estos momentos se calcula que existen en Doñana y su entorno
unos 50 linces ibéricos de los apenas mil que hay en la Península.
Un factor que juega en
contra de la supervivencia de los linces ibéricos es su confinamiento
en territorios aislados porque impide la regeneración genética.
Esto significa, entre otras cosas, que los individuos de Doñana
son todos parientes entre sí, lo que reduce su capacidad inmunológica
frente a las enfermedades. Los investigadores estiman que en el parque
de Doñana y su entorno hay 16 áreas donde hay hembras reproductoras.
Sólo los jóvenes se atreven a salir del territorio de asentamiento,
pero esto lleva aparejado el riesgo de sucumbir a múltiples riesgos
de atropellos y cazadores furtivos. Las cifras tan bajas de individuos
hacen que el azar pueda jugar con frecuencia malas pasadas al futuro del
lince ibérico. Por ejemplo, la muerte de una hembra reproductora
hace que aumente de forma espectacular el riesgo de extinción.
Las medidas propuestas
apuntan a identificar con claridad las zonas fuente de las sumidero para
una gestión diferenciada. En las zonas fuente, se trataría
de mejorar el hábitat para que quepan en ellos más individuos
y no tengan que aventurarse fuera de los territorios protegidos. También
recomiendan ampliar las zonas protegidas que actúan como refugios.
En los sumideros se trataría de reducir la mortalidad mediante pasos
subterráneos en las carreteras y aumentar la presencia de guardas
que eviten la caza furtiva de esta especie. Otro estudio ha analizado,
a partir de modelos matemáticos, la relación entre el lince
y el meloncillo. Concluye que el lince, al contrario de lo que creen los
cazadores, es uno de sus principales aliados en el control de la población
de meloncillos.
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