En busca de la columna y el lago helado nos metimos en medio de un barrizal. De las anécdotas de la gruta, la única que se pudo salvar fue esta bonita imagen tomada desde el fondo de la misma, antes de iniciar el descenso a la sima (que no hicimos). Y aprovechando la ocasión, se ruega a los montañeros que lleguen a la gruta que tomen en consideración el llevarse todos sus desperdicios, absolutamente todos, incluidos los calzoncillos usados para limpiarse el culo. |
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