25 de septiembre de 1999
El viernes 24 salimos en dirección a Torla. Al poco de bajar del
autocar que nos llevo al parking de Ordesa, iniciamos el camino por la
pista principal del parque hasta las clavijas de Soaso. Una fácil
grimpada por ellas y un pequeño paseo nos llevo al refugio de Goriz, a
unos 2.200 m. de altitud. Las previsiones del tiempo indicaban que el
sábado tendríamos un día de claros y nubes y el domingo se nos aguaría
la fiesta con algunos chaparrones... así que decidimos realizar las
metas planeadas rápidamente.
Sábado 25, sobre las 6:30 de la mañana comprobamos que no se distingue
ni una sola estrella, al despuntar el día una densa niebla tapa las
cimas que rodean el refugio. Durante unos minutos dudamos si inicial
el recorrido previsto ( Millaris-Descargador-Castered-Casco-Brecha-
Tallon-Faja Flores-Carriata ) o desviarnos por el collado superior de
Goriz y hacer el cañón del Añisclo. La falta de sentido común nos
recomienda no variar el recorrido y, a eso de las 7:30 nos encaminamos
por el circo de Goriz hacia el cuello de Millaris. Un vistazo a la
Plana de San Ferlus nos confirma que las condiciones siguen siendo
bastante malas. La niebla se nos hace cada vez más densa y negros
nubarrones se acercan hacia nosotros. Aun y así nos encaminamos hacia
el collado del Descargador y, a pesar de no distinguir el Salarons, el
Blanco ni ningún otro pico cercano, iniciamos el ascenso hacia la
Gruta de Castered, en dirección norte.
A duras penas vemos Roland y la fina lluvia que comienza a caer nos
hace desistir de una parte del recorrido (Casco, Brecha y Tallón), así
que tras una corta visita a la gruta ( ha desaparecido la columna de
hielo y todo esta embarrado ) iniciamos el descenso hacia el circo de
Cotatuero a través de la tartera mojada.
Al inicio de los llanos de Cotatuero nos encontramos con un pareja de
vascos que nos preguntan por las clavijas, su intención era descender
por ellas y llegar al Arazas lo mas rápidamente posible... ¿las
clavijas con lo que esta cayendo?, ¿estáis locos?. Los cinco juntos
iniciamos el camino hacia la Faja de las Flores mientras descargaba
sobre nosotros una tremenda tormenta de piedra y agua. Para mas
frustración eso no hacia disipar la niebla y no distinguíamos el
inicio de la faja por ningún lugar. Atravesamos el lapiaz y durante
unos breves minutos aparece ante nosotros, en dirección sudoeste, la
Punta del Gallinero. Hacia él nos encaminamos. No era la primera vez
que pasaba por la faja pero ¿con tormenta de granizo?.
Saltando de piedra en piedra el lapiaz y siempre hacia el sudoeste
dimos de milagro con el fino sendero que indica el camino hacia la
Carriata por la Faja de las Flores. La lluvia y el granizo arreciaban
y el fuerte viento hacia imposible que nos resguardáramos de nada,
pero estabamos contentos, habíamos dado con el camino. Unos minutos
después distinguíamos ( entre rasgaduras de niebla ) el Arruebo y su
impresionante muralla. Timbas enormes y, debajo nuestro, la que antes
se llamaba Faja Luenga según la Alpina.
Una espesa pantalla gris nos impedia ver el fondo del valle un km.
debajo de nosotros. La enorme cantidad de agua que seguía cayendo
había convertido la estrecha faja de las Flores en una enorme cascada.
No dábamos un paso sin que diera la sensación de que nos lanzaban
cubos y más cubos. Durante tres kilómetros interpretamos la película
Cantando bajo la lluvia... agua, granizo, viento y niebla, ¿qué mas
podíamos pedir?, ya todo nos daba igual, empapados hasta las cejas
continuábamos en dirección al circo de la Carriata con la esperanza
de llegar e iniciar el descenso hacia el camino principal de Ordesa.
No habíamos pensado en un pequeño detalle, lo que cuesta encontrar con
niebla las fitas que conducen al único camino de descenso de ese
Circo. Deambulábamos en círculos de un lado para otro intentando dar
con ellas. De la primera vez que hice el Tallón, recordaba un buen
abrigo en una cueva cercana a Aguas Tuertas y ya empezaba a valorar
la posibilidad de que pasáramos la noche en ella. Unas fitas en
dirección oeste aun me desconcertaron mas, las que yo recordaba para
descender por la Carriata, seguían un camino imaginario en dirección
sudeste. Vueltas alrededor de esas fita, no tenían continuidad, ¿qué
hacían allí?, ¿eran las que llevaban al Tozal?. Amaina pero seguimos
dando vueltas por la zona cuando a uno de nuestros compañeros parece
que se va la bola y se dirige en dirección norte, ha encontrado una
fitas y las sigue... ¡¡mecaguen la p...!!, muy bien que las hayas
encontrado, pero no te separes y ven con nosotros hacia el sur.
Maldigo el día que se me ocurrió hacer de nuevo este recorrido. Todo
eran palabras de la magnifica panorámica que se divisaba desde la
Faja, lo monumental del parque desde esa altura, de los precipicios
que nos esperaban y de lo mucho que íbamos a satisfacer nuestro
morbo... incluso les pase el vídeo que filme la primera vez, todo luz
y color, nada parecido a este gris que todo lo llenaba y ese viento
que no paraba de empujarnos de un lado para otro. Y como por arte de
magia se abre la niebla, deja definitivamente de llover y las fitas
aparecen en dirección sudeste una tras otra. Incluso reímos y nos
permitimos alguna broma mientras tratamos de desentumecer las manos,
para iniciar la desgrimpada que nos espera debajo de la tartera. Un
peldaño, después otro, buenos agarres pero las manos que, heladas (los
guantes los habíamos guardado completamente empapados) se quejaban con
unas fuertes punzadas.
Las clavijas de la Carriata y su hermoso precipicio nos hizo disfrutar
un poco por primera vez. El descenso a través de la cascada durante
unos metros lo tomamos como algo maravilloso e incluso nos permitimos
una parada para comer alguna pasta energética mientras los vascos, a
buen ritmo, se alejaban por el fácil sendero que se dibujaba a
nuestros pies. Les quedaba aun una pequeña paliza, habían iniciado el
día desde San Nicolás de Bujaruelo donde, decían, habían dejado el
coche.
Una hora a través del precioso bosque que cubre la falda de la
Carriata y, empapados pero contentos, nos dejamos caer en los bancos
del bar del parking del parque que milagrosamente seguida abierto a
finales de septiembre.
Café con leche hirviendo, por favor.
El monte nos había demostrado como podía jugar con nosotros, lo fácil
que era para él volvernos locos y lo estúpidos que aveces podemos
llegar a ser... y con la misma facilidad que nos enseño lo mal que nos
lo hacía pasar, nos ayudo apartando rapidamente la niebla y el viento
y llevándose el agua y el granizo a otro lugar.
¿Cuándo volveremos a repetir la Faja de las Flores?, ¿el próximo fin
de semana?.
Claro!! :)
Mapa recomendado, Alpina: Valle de Ordesa
Libro recomendado: Senderos Parque Nacional Ordesa y Monte Perdido 100
itinerarios. Itinerarios: 94 - 3 - 4 - 7
Presiona aquí para ver el recorrido fotográfico de esta ascensión:
Gruta Castered 1ª parte Gruta Castered 2ª parte
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