El encargado del transporte para la zona del Cáucaso. Su cara de pocos amigos, los trapicheos que parecía llevarse entre manos y lo nada comunicativo que era;hizo que le colocáramos el apodo de "el mafioso". Conocía a todo el mundo, incluso a algún policía al que le soltaba la "pasta" de buen grado y a otros de mal grado. Solo al final, al despe- dirse, le vimos sonreír. |
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