24 de septiembre de 1996
05 de agosto de 2001
17 de junio de 2006
Esta fue una ascensión mas de ir por casa, nos lo tomamos con calma
y llegamos a comprobar lo bonito que es subir a un pico con tiempo y
tranquilidad. Llegamos al Túnel de Vielha sobre las 7 de la tarde,
dejamos el coche en una explanada y comenzamos a acercarnos al Tuc por
un camino muy bien marcado, a la izquierda del túnel. El camino es muy
fácil de seguir y bordea constantemente un torrente que baja de "els
estanys". Nuestro propósito era dormir en el refugio que está mas o
menos a mitad de camino de la cima. Ni que decir tiene de lo bonito
del lugar, con una mini cascada increíble y los sonoros gritos de las
marmotas... Poco que comentar de la ascensión hasta el refugio, solo
que por culpa de nuestra inconsciencia casi tenemos que hacer vivac al
tener muchas dificultades por haber oscurecido... suerte de la luna,
nuestra compañera,que nos ayudó con su plenitud y un cielo estrellado.
Al final localizamos el refugio a la derecha de lo que pensábamos que
era el camino... un refugio en plan "container de obras urbanas", con
capacidad para 12 personas y que encontramos habitado ya por tres
montañeros mas... en total 7.
A la mañana siguiente, llenamos las cantimploras en una fuente que se
encuentra a unos 200 metros del refugio, en dirección al Estany y
acometimos la ascensión a este fácil pico, de buen principio sin
ningún problema, pero que pasado el tercer lago, ese día helado, se
empieza a empinar y si encuentras nieve (nuestro caso), se vuelve mas
trabajosa su subida, que iniciamos siempre mirando al Coll de Mulleres
que se encuentra entre el Mulleres a la izquierda y el Cap de Toro
(2978). Cuando llegas al Coll, nos azoto con toda su fuerza el viento
que nos llegaba desde la Cresta de Salenques y del Macizo de la
Maladeta, en esos momentos nuestros pies ya se hundían hasta la altura
de la rodilla y no nos detuvimos mucho a apreciar la fabulosa vista
que se nos mostraba justo enfrente, con la masa imponente del Aneto.
La ascensión hasta la cima, por la cresta es muy fácil y se llega sin
ningún problema a la cima, en la que se encuentra una pequeña cruz
como referencia. El descenso, mucho mas rápido y por el mismo camino,
hasta el refugio donde hicimos un pequeño alto para recoger los
bártulos que nos habíamos dejado y vuelta al túnel en un tiempo
relativamente corto (y a través de un rebaño de ovejas que según el
pastor eran mas de 4000).
Solo mencionaros unos pequeños detalles, la luna llena reflejada en
el primer lago, el ruido de las cascadas en la noche y la nieve
golpeándote empujada por el viento en la cresta, que te susurra
sensaciones de libertad.
Pico que se puede hacer fácilmente en menos de 10 horas a ritmo
flojo y sin necesidad de dormir en el refugio. Libros recomendados
Los Tresmiles del Pirineo de Juan Buyse y Cimas Pirenaicas de
Michel Sebastien.
Presiona aquí para ver el recorrido fotográfico de esta ascensión:
Tuc de Mulleres 1ª parte Tuc de Mulleres 2ª parte
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