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ANÁLISIS COMENTARIO Y DEMÁS

 

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Háganos un favor: no rente ni compre esta bazofia

Vimos y comentamos este par de bodrios para que usted no tenga que hacerlo

¿Tontería subliminal?

Josie and the Pussycats
Rachel Leigh Cook, Rosario Dawson, Tara Reid, Alan Cummins
Dirigida por Deborah Kaplan
Paramount/2001

JUNIO, 2007. Por acá las conocimos como Josie y las Melódicas. Eran tres chicas que vivían en Riverdale y que esporádicamente aparecían junto con pelirrojo Archie. Más tarde tuvieron sus propias historias: Josie, la líder, una joven enamorada de Alan M., Valerie, la negrita vivaracha, y Melody, una güera buenísima que hablaba cantadito y tan inteligente como los conductores matutinos de Hoy o Tempranito. Más tarde y gracias a Hanna-Barbera,  Josie pasó a ser una serie animada, donde permaneció en hibernación. Esto fue, hasta que a Hollywood empezaron a acabársele las ideas.

En el 2001 Universal dio luz de PASE para la filmación de Josie and the Pussycats, la cual nada tenía que ver con el cómic ni con la serie televisiva. Pero eso nunca hay que revelárselo a quienes van a la taquilla esperanzados en recordar su infancia. Tampoco hay que darles la noticia a quienes van al videoclub y ven la caja de este DVD, Josie tiene de nostalgia por aquellos años lo que Mike Tyson tiene de filántropo, y quizá no sea suficiente.

Pero vamos a la historia: Las tres chicas buscan ser famosas y en una de ésas las descubre Wyatt Frame (Cumming) un promotor de grupos chiclebomba quien, para deshacerse de productos que ya no le convienen, como el grupo Dojour --del cual es miembro Seth Green, el ex de Drew Barrymore-- al cual abandona en medio vuelo aventándose en paracaídas. No piense usted que ésta es una premisa original: ya lo había hecho la agente Número 11 con James Bond en You Only Live Twice, de 1967.

Así pues, Josie y sus amigas consiguen contrato y lanzamiento de disco. Sólo que descubren, horrorizadas que MegaRecords, la compañía para la que graban y de la que su presidenta es una mujerona llamada Fiona (Parkey Posey), en realidad tiene tintes fascistas y no sólo eso, imbuye mensajes subliminales entre las adolescentes que escuchan sus canciones. Y nosotros los lectores, que tenemos más cacumen que los guionistas de Hollywood, ya sabemos cuál será el siguiente paso. Josie y sus amigas se encargarán de desenmascarar tan nefandos propósitos, tan inconfesables que Naomi Klein, gurú de la globalifobia, los manejaba como horripilante plan en No Logo. (No es casualidad que ese libraco estuviera de moda cuando se filmó esta cosa).

El argumento sobrepasa en ridiculez la indumentaria de las tres Pussycats (vestidito de leopardo, orejitas a la conejita de Playboy). Adicionalmente, no deja por demás sonar estúpido e hipócrita que una cinta financiada por los estudios Universal, un monstruo que en los 90 devoró a disqueras menores como Chryalis, Island, A&M y Sire quiera pontificar sobre la manipulación y el abuso corporativo del poder (de Universal también salió The Constant Gardener, que denuncia a las multinacionales en Africa. Universal no está entre ellas, por supuesto).

Las intenciones de querer darle tintes políticos a una película y a personajes que no aguantaban ese tratamiento se reflejaron en la baja taquilla de Josie and the Pussycats. De las tres actrices, sólo Dawson ha logrado prolongar su carrera, aunque sin dar el estirón, como en Men in Black II y la más reciente cosa ésa que filmó Tarantino. Hoy sería más fácil encontrar a Jimmy Hoffa que la calidad histriónica de Reid y de Cook, bueno, en los comentarios del DVD refiere que era una "denuncia válida". Otra denuncia válida es puntualizar que Josie and the Pussycats es como esas porquerías que hacen los gatos. Sólo que los felinos tienen el buen tino de taparlas una vez que terminan.

Iguales de malotes, ellos y la película... 

3000 Miles to Graceland DVD
Kevin Costner, Kurt Russell, Christian Slater, David Arquette
Dirigida por Demian Lichtenstein
Warer/2001

JUNIO, 2007. Hay gente a la que don Óscar la impulsa a alcanzar altísimas alturas de talento, y de ejemplo tenemos a Clint Eastwood o Tom Hanks, ambos surgidos de películas tipo B. Pero a otros les infla el ego para terminar sometidos por la mediocridad. En este departamento tenemos a Mickey Rourke y a un tal Kevin Costner.

Los cinéfilos recordamos cómo en 1991 la Academia premió Dancing with Wolves, una historia políticamente correcta en torno a los indios, perdón, nativoamericanos en años de la Guerra Civil. Era un cambio radical de perspectivas; de haber sido los villanos en esos westerns de John Wayne y John Ford, para describirlos como poseedores de cierto misticismo (cómo olvidar, también, cómo ese filme puso la palabra "tatanka" en nuestro vocabulario).

Dances with Wolves era un producto digno, un tanto cursi, pero con poco que objetársele. Lamentablemente Costner se indigestó con su propio ego y se dedicó a filmar otras "superproducciones" que quitaran el aliento a Hollywood. Pero lo único que perdió Costner fue su prestigio. Digo, ¿en qué --húmeda-- cabeza cabe pensar que Waterworld lo haría subir de nuevo al estrado para recibir otra(s) estatuilla(s)?

Pero Costner no escarmentó. Todo lo atribuyó a la incomprensión de público y críticos. Regresó con The Postman, otro engendro futurista-apocalíptico, tan largo como insufrible (¡casi tres horas!) Aún así, e increíblemente, todavía quedaba algo de fe en este actor-director, la cual se evaporó irremisiblemente cuando Costner protagonizó este DBD (la B, claro, es de Bodrio).

Empecemos por los clichés: la enésima inclusión de tema "Back to the Bone" de George Thorogood para dejar en claro que Costner y sus secuaces son muy malos y muy méndigos; disparos cuyo eco resuena por todo el desierto; una bolsa negra llena de dólares; las nubes que pasan a toda velocidad por el horizonte; el malo que se sabe descarriado y es todo comprensión con los niños; una gasolinera perdida que explota; arrancones con hule quemado que sacan humo en el pavimento, la infaltable riña en un bar de donde un tipo sale arrojado por una ventana... y ya chole.

La historia es tan predecible como patética: unos individuos que se disfrazan de Elvis Presley para robar un banco la huida resulta ser una road-movie ante la cual se supone que debemos emocionarnos. La actuación de Costner es también lastimosa, y daría lugar para que se cuestionara duramente el porqué de la premiación del Óscar. Peor aún, en la edición DVD se incluyen los cortos promocionales que prometen lo que no se presenta en un solo milímetro de cinta, o en milímetro de este disco. (¿Y a qué no saben cuál inconfensable secreto esconde el personaje de Costner en esta película? Si responden que es un hijo ilegítimo de Presley refrendarán el tener un IQ más alto que el del guionista de este mal sufflé).

3000 Miles to Graceland no nos conduce a la mansión del que fuera rey del rock and roll, sino al mismísimo averno de las películas chafas de donde Costner, por si hiciera falta recalcarlo, ha sido presidente honorario desde hace buen rato.

 

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3 comentarios

felipillovox escribe 5.07.07

JAJAJAJA me ha dado mucha risa su artículo, nunca he visto esas dos películas ni tampoco he pensado en rentarlas, pero por lo que dicen creo lo tendré en cuenta para cuando vaya al videoclub.

catacumbero escribe 30.06.07

yo no creo que la propuesta de josie y las melódicas sea tan pueril como afirman ustedes. se sabe que los grandes conrporativos, no sólo los discográficos, aprovechan cualquier resquicio para meter mensajes embrutecedores a los jóvenes, quizá no de modo subliminal pero sí mediante esa rebeldía pedorra que vemos en esos engendros de televisa como rbd o los nuevos timbiriches. en conclusión creo que este película tiene mucho más seso del que parece.

raul_eleza comenta 25.06.07

 

El año pasado asistí a un festival de cine donde se presentaban solamente películas de culto, por lo malas que eran. Déjenme decirles que este película de Kevin Contner quedó en el lugar 16 por debajo de Battlefield Earth y la Hoguera de las Vanidades, pues el primer lugar le tocó a Hudson Hawk, con  Bruce Willis. Una persona del foro decía que mantienen altos niveles de renta en los videoclubes. Ojalá que su advertencia de este artículo sirva de algo.

 

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