Todos conocemos la Ley de Gravedad de Newton y el Principio de Arquímedes pero aunque desconozcamos la Ley de Goob alguna vez nos han ocurrido sus efectos: "Siempre se encuentra un artículo en el último lugar donde se busca". Son casi trescientas observaciones, axiomas, leyes, principios, corolarios, máximas y credos, explicados como si se tratara de tratados científicos o de física. Desde que salió originalmente a la venta, en 1957, las Leyes de Murphy han crecido en cantidad del mismo modo en que se agrega un elemento descubierto en la Tabla Periódica.

El nacimiento del Internet alimentó notoriamente las leyes de Murphy, dentro de las que podríamos incluir las siguientes: "una página interesante será retirada cuando queramos visitarla la siguiente vez", "el antivirus anunciará que ya expiró cuando ya el equipo ya esté infectado", "el e-mail que enviemos por error a la persona equivocada será ofensivo o comprometedor", "el mensaje más importante en nuestra cuenta de correo será el primero que eliminemos al estar distraídos", "el equipo cometerá un error de sistema cuando estemos a punto de terminar un trabajo urgente (que, por supuesto, no teníamos guardado)" o "el nuevo antispyware detectará bichos en las páginas que tenemos en la lista de Favoritos", y así ad infinitum. Por lo demás, todavía quedan cientos de leyes por descubrir o dictaminar.

Pero también han salido "antídotos" contra las divertidas Leyes de Murphy. Uno de ellos es un mamotreto llamado Cómo evitar caer en..., de una tal Jenny Grumm, una seudo guía de superación personal con olor a baratija que el lector deberá evitar desde la misma mirada. Este es un libro divertido, y no necesita de consejas chafas a la Og Mandino. Así pues, Las Leyes de Murphy es de esos libros que nos hacen sonreír al verlo en estantes. Esa parece ser otra ley.

MARZO, 2007. La reticencia a repasar una obra como ésta es natural, no tanto por los autores sino por sus correrías en los medios. Rosado, como se sabe, es conductor de Otro Rollo con Adal Ramones y locutor de la capitalina Exa-FM mientras que Gaby Vargas durante mucho tiempo fue sarcásticamente anunciada como "la versión femenina del Manual de Carreño" por sus textos donde comentaba sobre etiqueta social. Su relación con Televisa --en especial el primero-- nos hacía pensar que en las páginas de repente saldrían consejos de belleza de RBD.

Sorpresa. Rosado y Vargas se unieron para crear esta especie de guía para adolescentes. Parece una encomienda chafa, aun manipuladora, pero no lo es. Los autores consultaron un equipo de sicólogos, consejeros, profesores, ginecólogos, expertos en prevención de enfermedades venéreas y hasta sacerdotes; en momentos se asemeja a aquella Guía de Sobrevivencia del Adolescente que escribiera Dee Snider, ex miembro de Twisted Sister.

El resultado es Quiúbole, un libro con eso que se llama formato spread, es decir, textos salpicados de imágenes, cuadritos con información adicional y colores contrastantes así como tipos de letra variopintos (cualquier revista dirigida a los adolescentes lo utiliza). Confieso que en momento llegó a marearme --las cosas ya no giran igual al llegar a los 40 años-- aunque lo que importa es el contenido, un interesante esfuerzo de ambos comunicadores, quienes se expresan con el lenguaje de la "chaviza", esa misma que sustituyó la palabra "disco" por "antro".

Sabemos que muchos lectores de este sitio no son precisamente adolescentes y por tanto encontrarían muchos aspectos chocantes en Quiúbole y del que el pronto aparecerá otra edición. Y si descubre que su hijo adolescente ha husmeado ese libro tenga por seguro que se instruirá mucho más que toda la bazofia que los medios dedican a ese sector poblacional.