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Reversas y reveses de Hugo Chávez

Cada vez es más socialista y menos bolivariana. Pero la revolución chavista tiene en su contra a al propio equipo de colaboradores de un presidente al cual la lógica y la cordura ya mandaron a exilio

ENERO, 2007. Tremendo campanazo, sin duda, el que Hugo Chávez propinó al empezar el año cuando anunció que su gobierno no renovaría la concesión a Radio Caracas Televisión porque "había apoyado el golpe de Estado en su contra en el 2002" y porque "era enemigo del pueblo", es decir, del desquiciado mandatario venezolano.

Posteriormente anunció, un día antes de su nueva toma de protesta la "nacionalización" de la industria eléctrica y así como todo el espectro de radio y TV. Al final su baladronada excluyó, por el momento, éstos últimos, aunque RCT casi con seguridad vive sus últimos días como televisora independiente.

El panorama se antoja aterrador. Y en cierto grado lo es: ya totalmente fuera de sus cabales, Hugo Chávez parece viajar hacia atrás en el tiempo mientras el mundo avanza hacia adelante; no sólo acudió a la muchas veces enarbolada consigna de que "Jesucristo fue el primer socialista" --herencia sesentera cortesía de la Teología de la Liberación-- sino que abiertamente invocó a Marx y a Engels en su discurso donde anunciaba la "nacionalización" de la industria eléctrica.

La ignorancia histórica de Chávez ya no puede ser más fehaciente. Si supiera un poco de historia, se encontraría conque Marx varias veces se burló de Simón Bolívar llamándolo "el Napoleón de las retiradas" en sus colaboraciones al New York Tribune. Sin embargo ello no debe extrañar: al igual que su tutor antillano, su desprecio hacia la verdad alcanza niveles de histeria. Y es que además de toparnos con un tipo atrapado en los años cincuenta que jamás ha caído en la cuenta del descrédito del comunismo y la desaparición del muro berlinés, lleva de forma frenética a Venezuela a una quiebra que se traducirá en más inflación, mayor fuga de capitales, emigración masiva y destrucción del poder adquisitivo. Todo es cuestión que comiencen a bajar los precios del petróleo.

Pero pese a los temores existentes en torno a que Hugo Chávez se encuentra dispuesto a convertir a Venezuela en otra Cuba, las probabilidades que lo consiga juegan en su contra. En primer lugar porque el proceso de comunización de la isla fue supervisado directamente por el Kremlin y se desarrolló, por lo menos hasta mediados de los setenta, con cronometría donde quien no obedecía al líder arriesgaba a terminar en el paredón o en el exilio. Naturalmente que también sirvió a Castro su discurso antiimperialista que hoy, más d enmedio siglo después, suena deshilachado, y bastante ridículo, al ser enarbolado por Chávez, quien en sus discursos seguramente piensa que está ofreciendo nuevas denuncias al mundo.

Otro punto es la escandalosa corrupción y el desorden existente al interior del gobierno chavista, como lo señala el periodista argentino Andrés Oppenheimer en Cuentos Chinos, de acuerdo con entrevistas realizadas a gente que lo conoce bastante bien la cual señala que la incoherencia es la marca que distingue al mandatario venezolano.

Por supuesto que si el chavismo es un caos ¿cómo es que ha ganado tres elecciones con una amplia ventaja sobre sus contrincantes? La intimidación, la amenaza y el aguacero de petrodólares han hecho su trabajo. Por ejemplo, buena parte de los firmantes que apoyaron el "No" para que Chávez se fuera y que laboraban en el sector público perdieron sus empleos, lo mismo que todos los empresarios que vieron esfumarse sus contratos con el gobierno por no haber mostrado sus simpatías chavistas. Muchas elecciones las ganó el PRI mexicano durante décadas. Chávez simplemente ha perfeccionado esa maquinaria.

Pero también, y como se ha demostrado varias veces, un país empobrecido es un país que exige la llegada o la permanencia de un caudillo. Muchos votos a favor de Chávez han sido sinceros, bien por parte de una clase media ansiosa de volver a los tiempos de la bonanza petrolera y miles de pobres para consideran al Estado como el aparato ideal para distribuir la riqueza, es decir, el petróleo. Se trata de un cruel espejismo, pero muy efectivo al momento de emitir un sufragio.

La ineptitud del chavismo asegura que la crisis económica venezolana será terrible, quizá la peor en su historia. "No hay nada peor que un pendejo con iniciativa", reza una frase bastante popular en México. Sería bueno exportarla a Venezuela, donde más que un "socialismo del siglo XXI" (que claramente se asemeja más al del siglo anterior) veremos una catástrofe elegida democráticamente.

Una prueba palpable del desprecio que Chávez tiene hacia la verdad puede apreciarse en la Constitución "bolivariana" donde se establecen garantías totales para el desarrollo de la libre empresa.

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manolOXX escribe: 4.02.07

El regreso del populismo es lamentable, por supuesto, pero debemos tomar en cuenta que es una reacción a algo que sucedió previamente. Quienes han votado tres veces por Hugo Chávez sienten la misma desesperanza de los millones de mexicanos que por poco le dan la victoria a AMLO el pasado julio. Los pobres no ven otra manera de salir si no es mediante un gobierno que les reparte dádivas y se la pasa criticando a los ricos ¿a qué pobre no le gusta que su presidente le etsé tundiendo a los ricos y hasta les expropie sus propiedades? "Cuando no tienes nada nada tienes que perder", decía Bob Dylan en una de sus canciones. Esa gente no es estúpida ni tiene fallas cerebrales, simplemente se siente defraudada con lo que le prometieron en los ochenta y noventa y nunca llegó. Los partidos políticos de Venezuela, corruptos hasta el tuétano, recibieron su merecido, y siguen tan peleados entre ellos que se ve difícil conformen un frente unido para enfrentarse a Hugo Chávez, quien está por comerse a todo el país.

Finalmente creo que en el caso venezolano es necesario ver las cosas desde una perspectiva más imparcial. Lo último que yo quisiera sería tener a otro Hugo Chávez como mi presidente (yo voté por el PRI en julio, más que nada porque los otros dos no me convencían)y tampoco trato de justificarlo. Lo repito; el populismo es una reacción a algo que anteriormente no funcionó.

felipillovox escribe: 19.1.07:

Pobres venezolanos, la verdad, tener que aguantar a ese pinche loco a lo mejor hasta que se muera. Pero por otro lado y a diferencia de Castro que llegó sin pedir consentimiento a nadie los venezolanos tuvieron oportunidad de deshacerse de él y por el contrario votaron por él hasta tres veces. Eso de que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, describe lo que está pasando en Venezuela. Pobres, pero también que masoquistas.

pascual_uribe escribe 20.1.07:

Encuentro desagradable el tono en que escribieron este texto. ¿Si alguien vota por una opción progresista, como lo hicimos millones en México que votamos por el PRD también somos unos imbéciles? Porque eso es exactamente lo que insinúan respecto a quienes en Venezuela votaron por algo diferente y esperanzador frente al neoliberalismo que nos tiene agarrados del cogote. Por otro lado se nos dice a cada rato que los empresarios han huido de Venezuela y de repente cuando se anuncia una nacionalización salen cientos de ellos de sus madrigueras, ¿pues que no se habían ido ya?.

La decisión de haber escogido a Hugo Chávez es soberana de ese pueblo y no creo que a los que votaron por Calderón desde allá les dijeran que son unos idiotas como el autor de este texto lo insinúa de los venezolanos chavistas.

Elkiko escribe 21.1.07:

¿Qué pasaría si mañana el presidente Calderón decretara el cierre de los periódicos, revistas y televisoras que lo critican? ¿No se armaría una boruca y se diría que se está pisoteando la libertad de expresión? Bueno, pues esos mismos medios anti Calderón no han dicho ni pío en torno a lo que sucede en Venezuela. Por lo visto para esas publicaciones (Proceso y La Jornada) no hay represores de izquierda.

 

 

 

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