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Star Trek y la fanaticada inagotable

Es una de las sagas más populares de la historia, pero fue cancelada luego de tres temporadas en TV. La legión de seguidores de Star Trek ha crecido, desde entonces, a velocidad warp

DICIEMBRE, 2006. El 8 de septiembre de 1966 salió al aire por primera vez en Estados Unidos una serie de ciencia ficción cuyos protagonistas era una tripulación del futuro a la cual acompañaba un individuo de orejas puntiagudas originario de Vulcano. "Llegar hasta donde el hombre no ha llegado" era el lema de Star Trek, que en América latina conocimos como Viaje a las Estrellas. A bordo de la nave Enterprise, al mando del capitán Kirk, la serie mostró, o más bien abrió, las posibilidades a un género que, todavía en ese entonces, se encontraba bastante adelantado a su época.

La muestra impecable de ello llegó con los números rojos de la primera temporada; los anunciantes no se interesaban en Star Trek, mientras el número de seguidores tampoco se incrementaba. Sin embargo la NBC apoyó una segunda temporada, y lo mismo. Para la tercera temporada, y luego de un conflicto entre los productores, la serie dio un giro para hacerla más "contemporánea" y mucho más convencional, tanto así que en algunos episodios aparecieron "hippies interestelares" y otros argumentos que se fueron enfocando al Dr. Spock, el nacido en Vulcano. Para la tercera y última temporada, el señor de las orejas alargadas se había convertido en la estrella del programa. Pero aparte de promocionar unos cereales con su rostro, Star Trek fue un fracaso tanto televisivo como comercial, no el más grande, pero sí posiblemente entre los de mayor costo.

La serie había sido creada por Gene Rodenberry, un ex piloto de la Fuerza Aérea norteamericana, quien la vendió a NBC luego que ésta se encontraba interesada en temas espaciales más "científicos" que contrastaran con Perdidos en el Espacio. Pero un lustro después su creación parecía haberse hundido en el fracaso. Como consuelo, en 1973 comenzó a transmitirse en caricaturas, pero al cabo de dos años fue cancelada, de nuevo, ante la baja audiencia.

Entonces llegó Star Wars, cinta que, como se sabe, tuvo un éxito mundial, inusitado. Luego que George Lucas confesara en una entrevista que las aventuras del capitán Kirk y el Dr. Spock habían sido influencias determinantes para concebir su saga, Hollywood comprendió que el producto original había vivido en un mundo equivocado. Más aún, los reruns (1) de Star Trek por fin comenzaban a tener público en la televisión, sin duda por una reacción al éxito de Luke Skywalker, Han Solo y compañía. De repente existía un apetito insaciable por las historias ocurridas en el espacio; Battlestar Galactica, Alien, Flash Gordon... el camino estaba preparado para una versión fílmica de Star Trek, y no sólo eso, contaría con todos los actores originales.

Quién mostraba mayores reticencias era Leonard Nimoy, el Dr. Spock, quien durante más de una década había interpretado diferentes papeles en series como Columbo y Barnaby Jones para sacudirse el encasillamiento del nativo de Vulcano, y nunca lo había conseguido. Fue William Shatner, el Capitán Kirk, quien terminó por convencerlo. Star Trek: The Movie fue estrenada en junio de 1979 y, ahora sí, había iniciado el culto, y también una línea divisoria que luego se haría más agresiva entre los fans de Star Wars y los de Star Trek, autonombrados trekkies. Quien perteneciera a una no podía mostrar simpatías por la otra. Eran el equivalente en el cine a la Coca Cola y a la Pepsi Cola.

Al año siguiente falleció Rodenberry, seguramente satisfecho porque la serie finalmente se enfilaba a convertirse en franquicia. Meses después fue estrenada Star Trek II: The Wrath of Kahn, cuyo villano era Ricardo Montalbán, quien hacía poco había concluido su labor en La Isla de la Fantasía y por tanto era un actor bastante reconocido en la televisión norteamericana.

Con las franquicias cinematográficas se comete un error quizá inevitable, y es algo que las cintas de James Bond también pueden corroborar: el creer que cada nueva entrega que mantenga contentos a los fanáticos es argumento suficiente para descuidar la calidad. Cuando Star Trek II: The Search of Spock fue estrenada vimos como el vulkaniano moría, su ataúd era enviado a su planeta natal y luego, con enorme resentimiento, la tripulación pasó tres cuartos de película en su búsqueda. Claro que esto pasó en la siguiente parte porque los productores descubrieron que muchos fans perderían todo su interés en la historia si Spock dejaba de aparecer en ella. De nueva cuenta, Nimoy --excelente actor, por lo demás-- era la estrella del show, igual que lo habían sido en los sesenta cuando Star Trek era transmitida por televisión.

Para 1987, cuando una de las películas imbuyó el mensaje ecológico del rescate a las ballenas --hay quienes aseguran que fue financiada por Greenpeace-- Star Trek ya se percibía cansada, como si los actores originales ya hubieran rendido todo lo que debían. Para el efecto, en 1990 apareció The New Generation, situada más allá del futuro de Star Trek y donde el protagonista era el Capitán Pikard --apellido, por cierto, de un explorador inglés-- encarnado por el gran actor Patrick Stewart. Los productores no erraron: a los fans originales se fueron sumando cientos de nuevos, ansiosos de conocer nuevas posibilidades; en lugar de Spock estaba ahora Data, un robot albino quien, al igual que el vulkaniano, debería aprender a interpretar los sentimientos humanos.

En la que viene a ser una de las mejores cintas de esta nueva generación de Star Trek se encuentra, precisamente, Generations, donde Kirk y Pickard, debido a un viaje en el tiempo, se encuentran uno al otro. También se cuenta con la villanesca presencia de Malcolm McDowell, excelente histrión. Por cierto, en esta película muere Kirk y esta vez, a diferencia de Spock, ya no había manera de revivirlo.

Irónicamente y conforme más nos acercamos a ese futuro que presagió Rodenberry, Star Trek ha perdido fuerza, no tanto en su número de fieles fanáticos, para quienes la llegada del Internet constituyó un foro de primera antes que fueran apachurrados por Paramount Pictures, alegando violación de derechos de autor. Lasa nuevas aventuras han sido un fracaso tremendo, incluidas Galaxy Quest, serie televisiva protagonizada por Shatner-Kirk. Pareciera que la etapa cinematográfica ha quedado también superada; newvoyages.com es una página web donde los fans presentan material creado por ellos mismos relativo a Star Trek, en ocasiones con mayor calidad que el original, eso sin contar las decenas de juegos de video y el enorme renacer que la serie ha tenido en la red gracias a los fans, cuya devoción, arguyen, "es mucho mayor a la Fuerza de Lucas".

Star Trek se ha convertido en un fenómeno cultural de gigantescas proporciones. Y en este año en que cumplió cuatro décadas de haber sido transmitido el primer capítulo nos preguntamos si aún quedan fronteras por conquistar para este mundo creado por Gene Roddenberry más allá de la televisión y el cine. Debe haber mucho más posibilidades fuera de estos dos medios.

(1) Nombre genérico que se da a los capítulos repetidos de programas que han salido del horario estelar.

 

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