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Medios
¿(Por qué) eran mejores las series cómicas de
antes?
Parece raro, pero los programas cómicos de Televisa se ubicaban hace décadas entre los más divertidos de América
Latina. Un asomo a este fenómeno
MAYO, 2006. "Cuando escribíamos los guiones sólo había tres condiciones: no criticar al presidente, al ejército ni a la Virgen de Guadalupe. A veces en Televisa se enteraban del contenido hasta que salía al aire", dijo alguna vez Marco Antonio Flota quien junto con Mauricio Kleiff escribieron los guiones de
Los Polivoces, una de las series cómicas más divertidas de los setenta.
Flota, quien actualmente publica su columna "Domingrillo" en Reforma, agregó: "Los programas actuales no son divertidos pues se basan en la imitación directa y son ultracuidadosos. Cuando no te dejan improvisar en un programa cómico se vuelve tedioso para el espectador".
Uno de los programas cómicos que ha experimentado cierto rating en Televisa es
El privilegio de mandar y que sigue las andanzas del presidente Fox, su esposa y otros personajes de la política nacional. Sin embargo la demás barra cómica es patética, incluidas las sátiras a programas del consorcio, incluido
Otro Rollo, programa que hace rato cayó en la monotonía y el chiste previsible.
Para darnos una idea de cómo eran los programas cómicos de Televisa hace 30 años basta ver un episodio de
El Chavo, serie que en su tiempo fue vilipendiada por la élite intelectual "por ser propia de retrasados mentales", hoy supera con mucho a otras emisiones de Televisa. Irónicamente, en aquel tiempo
El Chavo era uno de los programas cómicos menos aceptados de Televisa.
Entre las memorias hoy hilarantes en torno a los cómicos de entonces se encuentra la vez en que Manuel Loco Valdés mencionó un chascarrillo al aire en 1972, considerado Año de Juárez por el Estado mexicano. El Loco dijo que deseaba felicitar los bomberos más famosos de México, a "Bomberito" Juárez y "Manguerita" Maza de Juárez. Según quienes recuerdan el episodio, El Loco Valdés fue detenido en pleno programa y llevado a la delegación. La emisión fue interrumpida por dos semanas.
Pero de acuerdo a lo dicho por Flota, aquellos programas evitaban entrometerse en política y optaban por dirigir sus guiones a público de clase media baja. La lista es abundante:
Los Beverly Ricos, La Familia Burrón, Ensalada de Locos, Los Polivoces,
Variedades de Medianoche y El Chavo. Más adelante hubo series como
Hogar Dulce Hogar y Mi Secretaria, aunque ésta última terminó con argumentos de telenovela.
Una razón por la cual los programas cómicos de Televisa entraron en decadencia cuando fueron
"limpiados" de localismos para que pudieran ser transmitidos en otros países. Esta habían sido una condicionante en muchas televisoras sudamericanas donde, por ejemplo,
El Chavo llegó a tener altísimos ratings. Temerosos de las protestas cada vez más fuertes de los lingüistas chilenos, colombianos y sobre todo argentinos quienes argumentaban que los niños se estaban contaminando de "mexicanadas" como "menso, "chanfle, "chispoteó", "órale" y "sangrón", Televisa suavizó ese lenguaje y eliminó los localismos que eran parte vital en programas como
Los Polivoces y La Familia Burrón.
Expresado de otro modo, se procuró, como parte de las emisiones de exportación, darles el mismo trato de las series dobladas de televisión en donde la participación mexicana es muy alta. Sin embargo la calidad de los programas cómicos cayó dramáticamente pues los localismos son los que suelen hacerlos más divertidos.
¿Habrían tenido el mismo éxito Trespatines, Mafalda y Condorito si se les modificara su vocabulario local al ser exportados? Naturalmente que no.
Lo irónico del asunto es que, casi 30 años después, El Chavo aún es sintonizado en gran parte de América Latina mientras los programas cómicos "sanitizados" hace tiempo que desaparecieron en preferencias.
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