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KIRSTEN
LA VAMPIRA
Voy
a reventar. Mi madre debe creer que mi capacidad de ingestión de potitos carece de límites. Bien, pues se equivoca. Algún día, mi pequeño estómago no lo soportará más y... Boum!
Hoy os voy a contar la historia de otra de las arpías de la vida de mi papá. Creo que se llamaba Kirsten y era un murciélago. Era muy rara, porque el lugar de comer potitos, como todo el mundo, ella comía sangre. Qué asco. La única vez que he visto sangre fue tras el desafortunado Incidente del Sonajero (jugando con tío Walter, le dí un poco demasiado fuerte en la cabeza con el sonajero, y como no tiene pelo para protejerle... Tío, de allí salía aquello a borbotones!) y me resultó muy poco apetecible, la verdad.
La cosa es que a mamá la habían abrucido por aquel entonces. Bueno, lo que sea, la cosa esa que hacen los extraterrestres y que les cabrea tanto a los adultos. Papá se quedó solito, y casi estrangula a un hombre que había secuestrado a mamá para llevarla con los extraterrestres, pero Krycek (os acordais? Pues entonces es cuando trabajaba con papá) lo impidió. Papá se sentía muy culpable, porque mamá le había dejado un mensaje pidiéndole ayuda en el aparato ese que graba las voces que salen del otro aparato que suena RINGGGGGG! y que tiene la puñetera manía de despertarme de la siesta... Bueno, que me desvío. El caso es que mamá le pedía ayuda a papá, y él no llegó a tiempo (que también tenía mala leche mi madre, pedirla ayuda a mi padre tan justita de tiempo, para que luego él se sintiera mal) y claro, creía que era culpa suya. Estuvo a punto de dejar el trabajo y todo, pero tío Walter no le dejó, porque tenía que cuidar del sitio donde estaba la fotocopiadora... O algo así. La cosa es que papá guardó las gafas de mamá y se puso su cruz.
Esto sí que no lo entiendo. Vale que él estuviera muy triste, pero llevar una joya de chica al cuello?? Papá! Así no te vas a comer una rosca!!
Pues se la comió. La rosca, no la cruz de mi mamá (eso sólo lo intenté yo una vez, y acabamos en urgencias, pero no viene a cuento ahora...) Ligó con la
Kirsten-Murciélago esta en un bar, y se lo llevó a su casa. Él se quitó la camisa y se afeitó (esto tampoco lo entiendo: cuando a mí me invitan a una casa, voy a jugar, no a asearme, pero bueno...). Pero como la Murciélaga no tenía espejos (debía ser muy fea para no querer mirarse, y para haberse fijado en mi padre con esa horrorosa cruz de oro al cuello...) le tuvo que ayudar a afeitarse, y le cortó, y quiso chuparle la sangre como el ChupaOveja ese o como se llame. Mi padre la sujetó, y se enrollaron. Así, sin más. Y luego se animaron. Sí, ya sabeis que los adultos, cuando creen que dormimos, se animan los unos a los otros. Uno de ellos debe jugar a algo, y el otro le grita "Sí, sí, sigue, sigue, así!". Debe ser que les sube la moral. Lo que no entiendo es por que no me dejan jugar a mí también...
El caso es que luego hubo un incendio, y la Murciélaga se murió, y mi papá seguía echando de menos a mi mamá. Creo que no se lo ha contado nunca porque no quiere que ella se entere de que se buscó otra amiga mientras ella no estaba. Yo creo que mi mamá lo entendería, porque me parece que cuando ella fue abrucida todavía no jugaban a animarse por las noches...
No sé, a mí me da pena que se muriera, porque si era una murciélaga, a lo mejor conocía a Batman...
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