Cuando
tratamos acerca de los posibles riesgos para la salud que puede sufrir el
apicultor durante su actividad, debemos hacer especial mención a las reacciones
que se presentan tras la picadura por insectos, y en especial a las producidas
por himenópteros, tanto por su frecuencia como por la potencial gravedad que
presentan. No es ajeno a nuestra experiencia el conocimiento de personas que han
sufrido accidentes graves, a veces fatales, durante el desempeño de tareas apícolas
o, simplemente, en el curso de un paseo campestre; tampoco lo es el hecho de que
muchos apicultores no valoran en su justo termino el riesgo de este tipo de
reacciones
Dos
son los grupos de himenópteros que debemos considerar: en primer lugar, los Véspidos
(que comprenden diversas familias de avispas) y, por supuesto, los Ápidos
(las abejas objeto de nuestra actividad). Veremos a continuación el tipo de
reacción que producen en el
organismo humano sus picaduras y qué actitud debemos tomar ante ellas.
REACCIONES
LOCALES
Las
reacciones locales, como su nombre indica, afectan a la porción del cuerpo
donde se ha producido la picadura. Pueden ser leves o intensas.
Reacciones
locales leves:
son la más frecuentes, y se caracterizan por la aparición de hinchazón,
enrojecimiento, aumento del calor local y dolor. Representan la respuesta de los
tejidos del organismo al veneno introducido, y suelen ceder en horas. Los
cuidados que debemos proporcionar son:
-
Intentar la extracción del aguijón y limpiar la zona (agua y jabón), para
evitar que se produzca una sobreinfección de la picadura, bien por la suciedad
previa o por efecto del rascado.
-
Aplicar frío local, bien con compresas de agua fría o con hielo, para
conseguir que disminuya la inflamación y que se calmen las molestias. Nunca
debe aplicarse hielo directamente sobre la piel, pues puede producir quemaduras;
basta con envolverlo en una compresa o paño limpio. Existen en el mercado
bolsas plásticas rellenas de una sustancia que puede enfriarse automáticamente
al romper una ampolla refrigerante que contienen y mantienen el frío al menos
durante quince minutos.
-
Tratar de mantener elevada la zona de la picadura, para disminuir la hinchazón.
En picaduras en brazos y manos, hacer un cabestrillo.
-
Aplicar sustancias antipruriginosas (After Bite), para disminuir el picor y las
molestias locales.
Reacciones
locales intensas:
tienen características similares a las reacciones leves, pero son de extensión
mayor, afectando zonas de más de 10 centímetros de diámetro, y a veces un
extremidad entera; su duración suele ser mayor de 24 horas.
Los
cuidados inmediatos que requiere una reacción local intensa son los mismos que
en los casos más leves. Conviene siempre que sean evaluadas por personal
sanitario, para un posible tratamiento antiinflamatorio y, quizá, antibiótico.
REACCIONES
GENERALES
Se
produce una reacción que afecta a todo el organismo, normalmente en los
primeros quince minutos tras la picadura. La gravedad suele ser proporcional a
la rapidez con que se inicie la reacción (cuanto más precozmente se produzca,
más grave puede ser). La intensidad de la reacción es variable:
-
En los casos más leves (estadío I) puede aparecer mareo, dolor de cabeza,
temblores y diversos síntomas cutáneos: enrojecimiento generalizado, más
evidente en la cara; prurito; edemas; habones (ronchas).
-
En el estadío II, a lo anterior, se suma la aparición de vómitos,
palpitaciones por taquicardia, sensación de disnea (“falta de aire”),
descenso de la tensión arterial y, como consecuencia de la misma, la piel
palidece.
-
Posteriormente (estadío III) se produce un estrechamiento de las vías
respiratorias (broncoespasmo), que se traduce en una mayor disnea, pudiendo oírse
“pitos” coincidiendo con la respiración. El empeoramiento de la situación
circulatoria puede llevar al shock.
-
El último estadío (IV) sería la parada cardiocirculatoria.
Hemos
visto, someramente, que nos encontramos ante una eventualidad grave. Tratemos de
responder a algunas preguntas acerca de la misma:
-
¿Qué posibilidades tenemos de que nos pueda ocurrir?: Los expertos afirman que
una situación así puede sufrirla entre un 1 y un 3% de la población. Aunque
pueda parecer una cifra relativamente baja, debemos tener en cuenta que esos
porcentajes se establecen con respecto a la población general (que está menos
expuesta a las picaduras de abeja que los apicultores). Si tenemos más
posibilidades de ser picados, lógicamente también tendremos más posibilidades
de sufrir una reacción alérgica.
-
¿Cuál es la gravedad real de estas reacciones?: Se puede decir que es
importante, puesto que llega a ser mortal en 1 de cada 20 casos de los más
graves (estadíos III y IV).
-
Una persona que ya ha sido picada, ¿puede desarrollar una reacción alérgica
en otra picadura?: Efectivamente, la reacción alérgica no suele producirse en
personas que previamente no han tenido contacto con el tóxico desencadenante.
De hecho, lo normal es que no se produzca ningún tipo de reacción, o que ésta
sea muy leve, por picaduras sufridas hasta que un sujeto se convierta en
reactivo. Dicho en otras palabras: el haber sufrido inoculaciones previas no
ofrece seguridad absoluta frente a la posible reacción en las posteriores
(nadie está libre de riesgo).
-
Si
se ha sufrido una reacción alérgica grave, ¿volverá a repetirse siempre que
se padezca una nueva picadura?: No necesariamente, puesto que se calcula que sólo
30 al 60% de los alérgicos tendrán una reacción general del organismo ante
nuevas picaduras. Además, las reacciones posteriores por lo común son más
leves. Como norma general, una persona que haya sufrido una reacción alérgica
importante, debe consultar con un alergólogo, quien decidirá la conveniencia
de iniciar un tratamiento inmunoterápico con apitoxina.
ACTUACIÓN
ANTE UNA REACCIÓN ALÉRGICA GRAVE
Como
norma general, es imprescindible conservar la serenidad, con lo que evitaremos
errores que sólo agravarán el cuadro. Ante la aparición de síntomas que nos
sugieran que se está produciendo una reacción grave (palpitaciones, mareo,
dificultad para respirar, palidez y sudoración profusa,...) debemos:
-
Si la picadura o picaduras están localizadas en una extremidad, deberemos, en
primer lugar, aplicar un torniquete en la extremidad afectada. Un torniquete es
una atadura que comprime el miembro, dificultando el retorno de la sangre hacia
el corazón, e impidiendo así que con esa sangre se difunda más el tóxico.
Debe colocarse entre el punto de la picadura y la raíz de la extremidad (hombro
o ingle).
-
A continuación, inyectaremos 0,5 ml. de adrenalina (la mitad de la ampolla o de
la jeringuilla precargada) en las proximidades del punto de inoculación. La
inyección debe ser subcutánea. Conviene dar un masaje en la zona durante unos
10 segundos.
-
El resto de la adrenalina la inyectamos, también subcutánea, en la otra
extremidad .
-
Una vez inyectada la adrenalina, su efecto se empezará a producir
aproximadamente a los 5 minutos. Aprovecharemos para, si es posible, solicitar
ayuda (¡el teléfono móvil aquí puede ser un auxiliar precioso!). También es
el momento de intentar extraer el aguijón y aplicar frío en la zona de la
picadura.
En
caso de no apreciar mejoría, puede repetirse la inyección al cabo de 15
minutos.
Si
la picadura se ha producido en otra parte del cuerpo, inyectaremos la adrenalina
en la zona más próxima a la misma, por vía subcutánea, aplicando 0,5 ml. en
este punto, y los otros 0,5ml. en un segundo punto de inyección que
procuraremos elegir siguiendo una línea imaginaria que vaya desde el punto
anterior hacia el corazón. A veces la elección de este punto puede ser
complicada, por lo que no deberemos preocuparnos demasiado por la exactitud.
Generalmente
con esta medida la situación evoluciona favorablemente, desapareciendo la
sensación de gravedad.
Otra
posibilidad es inyectar la totalidad de la dosis en un solo punto, haciendolo
lentamente.
Una
segunda medida de elección sería administrar un antihistaminico (por ejemplo
una capsula de Alerfedine). El efecto no es inmediato pero ayuda a disminuir la
reacción alérgica, a medio plazo.
En
el supuesto de que el cuadro alérgico progrese, es decir que no notemos mejoría,
el siguiente paso, mientras nos trasladamos a un centro sanitario o llega la
ayuda que hemos podido solicitar, lo indicado seria administrar un corticoide
(Urbason 40 mg.). Podemos hacerlo bien por vía oral o mejor aún intramuscular.
En el supuesto de que dispongamos de ampollas de Urbason pueden tomarse
sublinguales
Realizadas
las tareas anteriormente mencionadas, lo normal es que se produzca una
importante mejoría. No podemos dar por concluída nuestra actuación, sino que
debemos acudir a un servicio de urgencias para que se valore el cuadro y se
continúe la asistencia.
UNAS
CONSIDERACIONES FINALES
Hemos visto que lo que podría convertirse en una situación dramática
puede ser inicialmente manejado incluso por el mismo accidentado en el lugar de
los hechos. Tan sólo hemos precisado el empleo de
dos recursos básicos: el teléfono móvil y la adrenalina.
El
antihistaminico y el corticoide son productos que ayudan en la reacción alégica
a medio plazo, es decir, su efecto no es inmediato, a diferencia de lo que
ocurre con la adrenalina.
Con
respecto a la adrenalina, conviene tener en cuenta varias consideraciones:
- Se comercializa en forma de ampollas de 1 ml., conteniendo 1 mg. de
adrenalina, o en jeringuillas precargadas (listas para su uso) con el mismo
contenido y concentración.
-
Si se adquieren ampollas hay que hacer provisión de jeringuillas (de 1 ó 2 ml.
de capacidad) y de agujas, que deben ser para inyección subcutánea, y se
caracterizan porque el cono para unir a la jeringuilla es de color naranja. A la
hora de preparar el equipamiento para primeros auxilios debe comprobarse que hay
bastantes agujas para las jeringuillas disponibles (un “truco” útil es
fijar cada aguja a su jeringuilla con un trozo de papel adhesivo o esparadrapo).
-
En el caso no deseable de no disponer de aguja, o tener dudas o recelos ante la
aplicación de la inyección subcutanea, una solución de emergencia sería
vaciar la ampolla o jeringuilla en la boca del accidentado, debajo de la lengua,
y procurar dejar el contenido en esa situación, sin tragarlo. Aunque el
aprovechamiento del fármaco es mucho menor, y su absorción muy irregular, podría
ser una alternativa válida.
Por lo que respecta al Urbason, se aconseja disponer en el Botiquín de ampollas de 40mg. y de jeringuillas para inyección intramuscular. El producto, al igual que el anterior puede tomarse también por vía sublingual, por el mismo procedimiento que el descrito anteriormente.
Este articulo se publica gracias al aporte de: JR Luis-Yagüe
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SADA - RED UN NUEVO PUNTO DE ENCUENTRO
Durante años La Sociedad Argentina de Apicultores tuvo como principal medio de comunicación con sus socios y amigos LA GACETA DEL COLMENAR . La primer revista de apicultura en español. Desde 1993 cambió su nombre por el del BOLETIN DEL COLMENAR el cual tiene un tirada actual de 5.000 ejemplares que se distribuye en la mayoría de las provincias apícolas de Argentina .-
En los tiempos que vivimos los apicultores necesitan estar cada vez más informados y actualizados con lo que acontece en sanidad y manejo de las colmenas, mercado de los subproductos de las abejas y todo lo referido a la problemática del sector. Un lugar donde poder comunicarse con otros apicultores, un lugar que "CONTENGA LA LIBRE EXPRESION DE LOS HOMBRES CRIADORES DE ABEJAS " .-
Ahora
los apicultores también pueden reunirse en el CIBER - ESPACIO
formando parte de SADA - RED. Los hombres de la miel de
Argentina, Chile, Brasil, Colombia, Uruguay, Cuba, Perú, México, España, El
Salvador, Paraguay, Ecuador y Rep. Dominicana han encontrado un espacio de
encuentro virtual para discutir, comentar, informar e informarse de los
problemas que les son propios .
Los
interesados pueden suscribirse en forma gratuita a pmaessen@arnet.com.ar
y recibirán todos los lunes el Boletín del Colmen@r electrónico y serán
parte de SADA - RED "UN NUEVO PUNTO DE ENCUENTRO "
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