Sucre, estado de Venezuela
perteneciente a la Región Nororiental. Limita al oeste y al norte con el mar Caribe, al
este con el golfo de Paria y al sur con los estados de Monagas y Anzoátegui.
Con una
superficie de 11.800 km2, el relieve del estado está constituido por el macizo de
Cumaná, sector oriental de la cordillera Caribe. Se extiende desde la cordillera de la
Costa, en el norte, hasta el golfo de Paria, en la zona este y Los Llanos centrales, al
sur. Destaca dentro de su orografía el cerro Turimiquire (2.596 m). Una zona de
hundimiento establece la separación entre los sectores septentrional y meridional de la
cordillera y la línea de contacto entre los afloramientos de rocas cretácicas y
metamórficas del norte, en la doble península de Paria-Araya, y los terrenos cretácicos
posteriores del sector interior. El macizo contiene dos alineaciones desiguales: la del
norte está recortada por el mar, formando la península, en tanto que la del sur incluye
varios bloques de rocas antiguas; ambas se encuentran separadas por los golfos de Cariaco
y Paria. En torno al golfo de Paria se hallan las tierras bajas y pantanosas que se
originaron en el periodo cuaternario. La cadena del litoral forma la doble península de
Paria, al este, próxima a la isla Margarita, y la de Araya al oeste, que rodea por el
norte al golfo de Cariaco. Esta formación, estructurada durante el periodo terciario es
de escasa altura: en el centro de Araya alcanza 1.105 m. La cadena costera cae de
forma abrupta y pronunciada frente al mar formando islas y costas de fractura muy
recortadas.
El clima
ofrece fuertes contrastes: el oeste es árido (375 mm anuales en Cumaná), en tanto que el
este es húmedo, con un promedio anual de precipitaciones de 2.950 mm (en el valle del
Manzanares 1.525 mm). La temperatura media anual en la costa es de 27 ºC y se
atenúa de acuerdo a la altitud.
La
vegetación es árida y seca en occidente y de selvas y formaciones vegetales llamadas
manglares en el oriente (el litoral y el estuario del San Juan). La red hidrográfica
está constituida por la cuenca del Caribe (Manzanares, Cariaco y Neverí), y la del
Atlántico (San Juan, cerca del cual, en Guanoco, se encuentra el lago de mineral de
asfalto más grande del mundo).
Según cifras
del XII Censo General de Población y Vivienda 1990, el estado tenía 679.595 hab, de los
cuales el 34% se concentra en el área metropolitana de Cumaná. Este desarrollo
poblacional lo coloca en el décimo lugar con respecto al total nacional. El ritmo de
crecimiento de la población de la entidad presenta ciertas oscilaciones; hasta 1926, año
que muestra la más alta tasa de todo el período (6.2%), se registran tasas de
crecimiento por encima del promedio nacional.
A partir de 1941, el aumento
de la población sucrense comienza a rezagarse respecto al presentado por el resto del
país y en el último período intercensal alcanza una tasa de 1.7%; 0.8 puntos menos que
el promedio nacional de 2.5%. La dinámica poblacional indica que más de la mitad (51%)
se concentra en los municipios Sucre (36.2%) y Bermúdez (14.9%), localizándose en el
primero de ellos la ciudad de Cumaná, capital del estado y principal polo de atracción
humano. Otros centros urbanos importantes del estado son: Carúpano, Güiria, Cumanacoa,
Casanay, Marigüitar, Cariaco y Río Caribe.
El principal recurso económico de Sucre es
la riqueza pesquera del litoral, donde se establecieron aldeas de pescadores. La pesca
industrial experimentó un notable crecimiento con la creación de compañías dotadas de
grandes barcos que faenan en altamar. La producción se destina al consumo y a las
industrias de enlatados y conservas de Cumaná, Punta de Piedras, Puerto Santo,
Marigüitar y Güiria. La agricultura destaca en la península de Paria (cacao, café,
copra) y en las tierras altas del interior (café, tabaco, caña de azúcar), con
centrales azucareras en Cumanacoa y Cariaco. En la península de Araya, desde la época
colonial, se recolecta sal marina. Existen, además, explotaciones de azufre y yeso. La
economía se complementa con el turismo atraído por las excelentes playas, la presencia
del Parque nacional Península de Paria y los balnearios de aguas termales (El Azufral y
Poza Azul).
El estado Sucre tiene un total de 2.109,6 Km de carreteras troncales, locales, ramales y
subramales, de las cuales el 51.69% están asfaltados, siendo las más importante la
troncal 9, que cruza la entidad en sentido este-oeste comunicándola con el estado
Anzoátegui y el centro del país, así como la troncal 10 y las locales 1 y 2 que la
relacionan con los estados Monagas y Bolívar. La comunicación aérea se realiza a
través de los aeropuertos nacionales de Cumaná, Carúpano y Güiria.
Mantiene
intensa comunicación marítima en sus puertos, y con la isla de Margarita a través de
Puerto Sucre (Puerto internacional) y Carúpano. El estado Sucre por su condición de
entidad de costas fronterizas y por contar con puertos internacionales resulta de vital
importancia e interés para la nación; allí se ubican instalaciones militares como el
Puerto Naval de Macuro y los puertos de la Guardia Nacional en Güiria y Punta de Hierro,
que sirven de punto de apoyo, resguardo y control de nuestras aguas marítimas y
continentales.
En lo que se refiere a atractivos turísticos, el estado presenta variedad de recursos
naturales con alto potencial de uso, basados fundamentalmente en sus hermosas playas,
donde destacan Arapito, Playa Colorada, Medina y Agua Blanca. Para la aventura, las
montañas del Turimiquire, Mochima y Paria, la laguna de Chacopata de gran belleza
escénica, los caños Turuépano y Ajíes, y las aguas termales de El Pilar e Irapa son
las mejores opciones. Estos paisajes, unidos a las manifestaciones culturales y
artísticas de la región, como el Velorio de Cruz de Mayo, las fiestas de Santa Inés y
San Agustín, la cestería de Cerezal, las iglesias coloniales de San Lorenzo y San
Fernando, los castillos de San Antonio de la Eminencia y el de Araya, reflejan condiciones
insuperables para el turismo y la recreación.
Sucre es una tierra de tradiciones poseedora de una gran disposición colectiva hacia las
festividades populares. Entre todas ellas, La Cruz de Mayo se ha convertido en una de las
que sobrevive con mayor vitalidad y en la que confluyen las creencias religiosas de sus
pobladores con la capacidad de creación de la música y la poesía popular.
La Cruz tiene
en casi todas las regiones del país el 3 de Mayo como su fecha conmemorativa. En esta
fiesta se hacen actos en su honor, se adornan con flores y palmas las cruces que se
encuentran en sitios públicos y a sus pies se encienden velas y se colocan ofrendas. Pero
los ritos más importantes son los llamados Velorios de Cruz, ceremonias que duran hasta
el amanecer, en las que se combinan cantos, rezos y recitaciones frente a un altar
especial y laboriosamente preparado para la ocasión en patios de vivienda, edificios o
plazas públicas.
En Sucre, a
partir del día 3 y hasta el 31 de Mayo, se organizan en poblaciones de toda la región,
los Velorios de Cruz en los que se cantan al compás de galerones y fulías, pero también
de otros géneros de ascendencia local como las jotas, los puntos y las malagueñas,
décimas y glosas. El acompañamiento musical se ejecuta con cuatro, guitarra, bandolín o
bandola oriental, maracas y tambor cuadrado.
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