El per saltum es una figura jurídica. No nos importe aquí su significado legal. Para nosotros, se trata simplemente de un juego que podrá interpretarse correctamente si nos auxiliamos con algunos dibujos.
En cierto principio de los tiempos (hubo tantos que no recuerdo cuál), existió un foso muy profundo, un accidente geográfico de proporciones enormes que impedía pasar al otro lado. Algo por el estilo:
Los espacios representados por los dos cuadraditos, situados a la izquierda del foso y separados entre sí por una tenue línea de puntos, se encuentran poblados por animales (1) y por hombres (2), respectivamente, los cuales no se animan a pegar el salto por miedo de caer en las profundidades de la cavidad.
Ignoramos por completo el tipo de nexos o de diferencias que los vinculaban por entonces.
Un buen día, luego de discusiones extensas y agitadas, y, tras un poderoso envión, lo atravesaron ... los hombres. Los animales, no. Según algunos, no calcularon la distancia con suficiente tino; según otros, porque los hombres los confundieron con sus gritos y los empujaron. ¿Contemplaron ustedes las cabriolas que hacen los monitos y la facilidad con la que se escurren los gatos por los tejados? ¿y las golondrinas que van de un hemisferio a otro para escapar del frío? ¿les parece creíble que todos, ab-so-lu-ta-men-te to-dos, los animales cayeran al vacío y ni-uno-solo lograra superarlo?
El segundo dibujo ilustra cómo quedó la cosa después del episodio. Los dos cuadraditos iniciales vacíos, los animales en el medio, abajo, y, a la derecha, amparados por otra distinta geometría, los humanos.
El tercer dibujo aún no se encuentra concluido. Habría de ser similar al precedente, aunque...:
Si observamos atentamente
la figura, se aprecia un gran dinamismo, casi una ebullición en
ella. Cada flechita es la aspiración más profunda del deseo
de cada animal. Como se puede colegir, unos pretenden subir e igualar,
así, a los hombres; otros, en cambio, anhelan retornar a la situación
anterior, al primitivo cobijo, y, allí reinstalados, diferenciarse
definitivamente de sus antiguos pares.
Piedra Blanca, febrero, 1998