
Oxymoron + Beltones +
Pistol Grip. (10 octubre 2002. Ritmo y Compás).
La última vez que vinieron Oxymoron a Madrid nos quedamos
en la puerta sin entrada. Esta vez no esperamos hasta la taquilla,
no obstante no se agotaron las localidades: era un jueves y
acababan de venir unos meses atrás. No obstante estuvo
bastante animado y asistió mucha gente. Los tres grupos
ofrecieron un concierto de auténtico y genuino desprecio
al sonido de los 90 y posteriores. Muy buenos los tres y con
postulados y sonidos muy similares. Empezaron los Pistol Grip
derrochando entusiasmo juvenil y Street Punk a raudales. Enérgicos
e implacables, concluyeron su set con el "Viva la revolution"
de los Aditcs, que comenzó a caldear el patio. No obstante
el ambiente se enfrió un poco con Beltones. Es una pena,
porque para mi fueron los mejores; lo que pasa es que el público
había venido a ver a Oxymoron (yo también), y
los Beltones no recurrieron a ninguna versión ultra popular
para animar el cotarro. Estos tipos suenan mucho a los primeros
Skrewdriver, con la voz muy cascada y esas melodías Punk
(no Pop), que convierten cada canción en un hit potencial.
Muy muy muy buenos. Ultrarecomendados. Luego salieron las estrellas
de la noche, lo que todo el mundo esperaba, desde Alemania:
Oxymoron!!! Aunque faltó algo de público para
convertir aquello en la batalla campal que se preveía,
los asistentes se entregaron con energía y todos coreamos
sus himnos mohicanos más populares. Los repasaron todos,
con especial atención a su primer disco (hoy ya legendario);
desde "Dirty Punk" hasta "Obscene army",
pasando por "Fuckers everywhere", "Dead end generation",
"Beware, poisonous!"... Perfecta ejecución,
sonido impecable. Sin lugar a dudas, los reyes actuales del
Street Punk, y sin tener que recurrir a punteos heavy metal,
como hacen otros. Sus punteos duran poco y encima son punteos
Punk. A ver si aprenden los demás.
El año que viene repetimos. En resumen: un gran concierto;
al que, por cierto, no asistió nadie de la escena Punk
rocker malasañera. Lo que nos confirma una vez más
que esa "escena" ya no escucha ni hace punk.
Les Baton Rouge. (11
octubre 2002). Gruta 77.
Si el año pasado quedamos prendados del directo de estas
portuguesas, en esta nueva visita ya estamos totalmente enamorados.
Que pasada, que Punk, que actitud, que sonido.... En esta ocasión
la única representante femenina, de lo que se supone
un grupo feminista comprometido, fue Suspiria. Ella sin duda
es el alma mater del grupo, la fontwoman más agresiva
que te puedas echar a la cara, la Wendy O. Willians ibérica.
Vino acompañada de tres mozalbetes, entre los que se
encontraba, el flipante guitarrista James Jacket (que también
vino el año pasado y que es uno de los culpables del
sonido tan Punk de la banda). En esta ocasión presentaban
las canciones de su álbum para Elevator Rcds (toda una
garantía). Su estilo ha variado un poco y cada vez suenan
más a grupo de Rare Punk femenino en plan Sick Things
o The Doll. Lo cual está más que bien. Genial.
En directo además llevaban un aire un tanto gótico,
tanto en vestuario como en sonido. Imagínate a las Sick
Things haciendo versiones de los Parálisis Permanete
más Punk y de las Vulpess con más actitud, pero
cantando en inglés. Si creías saber lo que es
el Punk , no te pierdas en directo a esta banda: actitud y sonido
de lo más Punk que se ha visto y oído en años.
Matrícula de honor. También tocaron Mallory Knox
y Cujo, pero en Superpunk sólo nos ocupamos de grupos
Punk, así que obviaremos el comentario. Eso sí,
¿por qué tocaron Les Baton Rouge en primer lugar?
Se supone que el grupo más popular es el último
que toca, pero en este caso creo que los tres grupos poseían
el mismo grado de popularidad; quizás en circuitos diferentes,
eso sí. Lo suyo sería dejar a los extranjeros
para el final, más que nada por cortesía. Si pasa
así con los grupos americanos, ¿por qué
no con los portugueses? Además hay que tener en cuenta
que después de Les baton Rouge cualquier grupo que salga
a escena va a hacer el ridículo. Bueno, quedémonos
con lo que importa: el concierto; y espero que vuelvan pronto
(de cabeza de cartel o de cola de ratón, pero que vengan
más a menudo).
M.I.
Wild Savages+ Hot Pockets.
(17 octubre 2002. Gruta 77).
Jueves por la noche e inesperado llenazo en el Gruta 77. Calculé
que la mayoría de los asistentes eran los amigos incondicionales
del grupo telonero, los madrileños Wild Savages, y sus
familiares. Una minoría curiosa se acercaba después
del bombo que se le dio al evento en nuestro hermano portal
del punk Ipunkrock.com.
Tarde y sin agobios empezaban los Wild Savages un grupo de garage
con tintes clásicos. Han ido afianzando su sonido y pocas
reminiscencias quedan ya de las más atrevidas influencias
del garage enervado de los 90. Sé que cayeron versiones
de grupos oscuros de los 60, pero no me preguntéis cuáles.
Frágil fue mi memoria esa noche. No recuerdo, por más
que lo intento, el nombre del grupo que tocó entremedias
(razón por la cual no lo he puesto en el cartel). No
estaban anunciados. Era un nombre en flamenco: algo como Jaargamaal
o algo así. Obviamente tampoco sé lo que pudiera
significar. Eran dos: moza a la batería y hombretón
a la guitarra. Sonidos con toques arty. Eran, según dijeron
ellos mismos, los conductores de la furgoneta que había
traído al grupo estrella de la noche. Un toque descafeinado
de color, a lo Deja Voodo, que nunca hubiese pisado nuestras
tierras sino se dedicasen a conducir furgonetas.
Después de casi dos horas desde el primer guitarrazo,
con cierto tedio, todo hay que decirlo, asomaron las caras los
osos amorosos. Una obsesión compulsiva por amarnos a
todos. Los Hot Pockets. Y realmente son buenas personas!!! Una
mezcla de rockandroll y garage melódico. El cantante
muy modosito se dejó lamer el mástil por un degenerado
de la primera fila (Proxe, el cantante y showman de los Suckin'
Dicks), y luego le invitó a cantar una de los Guns n
Roses, tema estrella de la noche. El público revolucionado
aplaudió y les hizo salir tres veces. Creo que se llevaron
una muy buena impresión del salvajismo de Madrid. ¡Cómo
somos!
P.B.

Never Evers. 25 octubre
2002. Zarabanda.(Guadalajara).
Como no encontraron sala en Madrid (que triste), los Never Evers
tocaron en Guadalajara. Hasta allí nos desplazamos unos
cuantos madrileños atraídos por los rumores que
circulaban sobre los suizos. Y allí estaba el mejor imitador
de Andy Kauffman (con permiso de Jim Carrey) acompañado
de otros tres locos del Garage Punk centroeuropeo. ¿O no
le imitaba a drede? Tocaron al menos 10 veces la misma canción,
ya sabes esos tres acordes clásicos del Garage; demostrando
lo limitado de este estilo musical. Si quieres formar un grupo
de estricto Garage y no salirte del género, no te queda
más remedio que repetir una y otra vez la misma canción.
Algo que me parece genial, sobre todo en los tiempos que corren
de fusiones y demás. Alguien debe encargarse de mantener
puros los estilos musicales. Además así te aseguras
de que si mola una canción, molarán todas. Y ese
fue el caso de los Never Evers: molaron todas. También
hicieron un par de aproximaciones al RNR clásico, estilo
que combina a la perfección con el Garage. Y en los bises
se marcaron una curiosa adaptación del "Asereje"
de las Ketchup. Un bonito guiño al público español.
Pues así se mostraron los suizos: Garage simple, fiestero
y divertido, nada de revisionismo jipi, ni de panderetas lamentables.
Sus corbatas y trajes de hace 40 años y las apariciones
estelares de Paloma Borbone hicieron el resto. Baile, caras satisfechas
y muchos singles de la banda vendidos. Además, a un precio
increíble: tan solo 5 euros, y con dos consumiciones. Mereció
la pena el desplazamiento. No os los perdáis la próxima
vez.
M.I.

Slaugther and the Dogs.
1 Noviembre 2002. Gruta 77.
Impresionante pedazo de concierto que dieron estos "chavales".
Por ellos no pasan los años, ni aunque sean más
de 20; que ya es decir. ¡Qué energía!, ¡qué
vitalidad!, ¡qué fuerza!, ¡qué ganas
de pasarlo bien! Ya podrían aprender muchos de los grupos
actuales de bandas como esta.
Esperábamos más público con cresta y más
skinheads. No obstante la sala casi se llenó para comprobar
el estado físico de estas leyendas del Punk Rock. Un pelín
mayores si estaban los miembros originales, no así el batería
que era casi un teenager; pero poco importó eso, pues se
comportaron todos como si tuviesen 20 años. Entusiasmo,
público agradecido, fans enloquecidos y gritos de Oi! oi!
oi!. Punk para desfasar y corear por un tubo, Punk Rock directo
a tu cerebro. ¿Qué más se puede pedir?
Como es habitual en este tipo de concentraciones, el público
se comenzó a animar en masa al final del concierto, y así
continuó durante los bises, bailando un brutal pogo. Tres
bises que tuvieron que hacer los ingleses y aún algunos
se quedaron pidiendo más...
Si tenéis ocasión, no os los perdáis en directo.
Muy Buuuuuuuuueno.
M.I.
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Damned. 17 noviembre
2002. Caracol.
Creo que todos los presentes éramos conscientes de que
no asistíamos a un concierto de Punk Rock. Y eso que el
nombre de la banda se encuentra entre los 5 grandes del género.
Pero la trayectoria del grupo hace tiempo que se perdió
por senderos más oscuros y elaborados. Pero, ¡qué
demonios!, había que verles las caras. La presencia de
Dave Vanian y el Capitán Sensible sobre un mismo escenario
era algo taaaaaaaan tentador, que ni los 18 euros de la entrada
nos hicieron desistir.
Para empezar salieron unos tal Jane Doe. ¿Quién
cojones elige a los teloneros? ¿Qué coño
pintaban esos fulanos teloneando, nada más y nada menos
que a Damned? Practicaban una especie de Grunge Metal bastante
paupérrimo, llorón y aburrido. Ni que decir tiene
que optamos por esperar fuera hasta que saliesen los Damned. En
serio, por mucho que se quiera promocionar a ese grupo o por muchos
padrinos que tengan, no pegaban ni con cola. Cuando vengan Pearl
Jam que los coloquen de teloneros, que por lo menos gustarán
al público asistente.
Por fin, tras una larga espera, salieron a escena los interfectos.
Venían acompañados de un batería macarrilla
con tatuajes de la banda, de un teclista recién salido
de un estilista de heavy metal ochentero, y de la heroína
de muchos presentes: Patricia Vanian. Dave más que un aristocrático
vampiro se parecía más a Manolo Escobar, y el Capi
lucía una falda escocesa, boina y una camiseta de "Don't
attack Iraq". No se conservaban mal y encima lucían
casi las mismas pintas de hace 25 años. Aquello prometía.
Poco a poco fueron interpretando sus éxitos más
góticos y canciones de su último disco. Menudo chorro
de voz que conserva Dave, impresionante. El Capitán Sensible
llamó a su "esclavo" para que le abriese una
cerveza, y después le vació su contenido en la cabeza.
La cosa estaba divertida y emocionante. Pero poco a poco fuimos
cayendo un poco en el sopor, esperábamos como agua de mayo
las canciones del 77, pero no llegaban.
Por fin, la última canción, antes del bis, fue "Neat
neat neat", tres palabras que bastaron para calentar el ambiente
y bailar frenéticamente. Ya en el bis interpretaron "New
Rose" y "Smash it up", canciones que gustosos bailamos
entre la aburridísima "Eloise" y otra que no
recuerdo. Fue emocionante escuchar esos tres clásicos del
Punk, pero fue muy caro pagar 18 euros por sólo tres canciones.
Aunque ahora sí podemos decir que hemos visto a Damned
en directo. Chincha, rabia.
M.I.

Guitar Wolf + Los Perros + Chingaleros.
22 noviembre 2002. Taboo.
Pues al fin los pudimos ver. Después de algún
rumor hace unos años de que venían a España
y tras quedarme sin entradas en un show suyo en NY, por fin
podía ver a Guitar Wolf en directo.
Empezaron los Chingaleros. Como siempre arrolladores, contundentes
y muy bestiajos. Nunca decepcionan. Hoy por hoy una de las grandes
apuestas del Garage RNR patrio (y sin recurrir a revisionismo
jipi, como debe ser).
Luego salieron Los Perros. Otro tanto de lo mismo: contundencia
por un tubo; aunque en una vena más Punk RNR. Mucha técnica,
grandes velocidades y actitudes "rockeras".
Pero luego salieron Guitar Wolf, y daba igual si antes habían
tocado los Perros, los Chingaleros, Juanito Valderrama o los
del Río. Era la noche de los japoneses y el público
estaba totalmente entregado a ellos.
Estuvieron como 10 minutos haciendo el mono sin tocar una sola
canción, lo que hizo que creciese el interés por
ellos. ¡Qué grandes! Mientras Billy se peinaba
el tupé con su peine, y Toru se despeinaba tocando a
saco la batería, Seiji, la estrella, lucía una
borrachera de espanto. Se caía cada dos por tres y tiraba
el micrófono a la mínima ocasión. Aunque
empezaron tocando bien y sonando decentemente, la guitarra de
Seiji cada vez se desafinaba más y él perdía
el equilibrio y el control más y más a menudo.
Musicalmente nos golpearon con su RNR kamikaze, sucio, con actitud,
rápido, al grano, magnífico, acojonante... En
definitiva, si hay algún grupo que merece el calificativo
de superhéroes del RNR son ellos.
Todo acabó en un brutal caos con Seiji encima de la barra,
Proxe (el cantante de Suckin Dicks, que asistió como
espectador) tocando la guitarra y rompiendo tres cuerdas y la
gente con cara de satisfacción. En eso consiste el RNR.
¡Qué desparrame! Quien quiera escuchar las canciones
bien interpretadas que se compre los discos.
Al final hicieron dos bises ante la continúa ovación
del público, y como colofón Seiji se marcó
un tercer bis en solitario, mientras los técnicos recogían
el equipo.
Si hay próxima vez: repito de cabeza!!!!!!!!! Sin dudarlo
el mejor show del año.
Kung Fu Ramone.
M.I.
The Sitches + Vice and Vanity. 29
noviembre 2002. Siroco.
Poco público para ver al que hoy en día es el
grupo PUNK por excelencia. Y es que por un lado tocaban el mismo
día (y gratis) Soledad Brothers, y encima las fechas
del concierto de Sitches estuvieron bailando una temporada,
y mucha gente creía que al final el concierto sería
el día 30 (y no el 29). Eso si que es una gran organización.
Me quito el sombrero. Ja. De teloneros salieron los Vice and
Vanity. Una de las dos mitades en que se han dividido los magníficos
Sarcastic Bombs, y uno de los grupos que más tiene que
decir últimamente en la escena. Vicio y Vanidad practican
un Punk Rock que mezcla el espíritu glam de los NY Dolls
con el Punk más añejo de, por ejemplo, los Kids
o los Vacants. Lo mejor de todo es su sonido: y es que suenan
realmente a "grupo antiguo". Contribuye mucho a ello
la excelente voz del cantante; que recuerda un poco (en imagen
y en voz) a Sean Purcell (el cantante de los Raped); aunque,
por supuesto, sin ese toque homosexual. Para mi gusto las canciones
son demasiado largas y ellos demasiado serios (sobre el escenario),
pero, creedme, que el grupo merece la pena. Es como regresar
al 77, al CBGC, a la Bélgica Punk... No te los pierdas.
Ni su disco autoeditado. Apoya el Punk de aquí, que muchas
veces es mejor que el de fuera y no nos damos cuenta.
Y después pisaron el escenario los Stitches. Uno de los
pocos grupos que se acuerdan de todo aquel Punk Killed By Death,
y que lo rescatan en forma de versiones y canciones propias.
Ya me diréis que grupos de ahora hacen versiones de los
Features o de Child Molesters. Estos chavalotes empezaron tocando
sus grandes éxitos, y la cosa se animó bastante
cuando tocaron "Better of dead" (la versión
de La Peste que ellos han hecho famosa). Los pocos presentes
bailamos el pogo y disfrutamos de un concierto muy corto y muy
intenso. Como manda el buen Punk. Qué actitud, qué
canciones, qué Punk.
Eso sí, querían haber tocado un poco más.
Pero en Siroco no les dejaron ni hacer un bis. Comenzaron a
recoger los micros, y a pesar de la insistencia del público
y de que los Stitches estaban por la labor, los de la sala se
negaron en rotundo. Ya se había hecho tarde, y lo primero
es despejar la sala para abrir la discoteca por la noche. Lamentable,
pero en todas partes es así para el RNR.
Bueno, a ver si vuelven y disfrutamos de ellos con más
público (lo que implica más pogo y diversión)
y durante unos minutitos más. Viva la Punk.
M.I.
Adicts + Zinc + Brote Sikótico.
6 diciembre 2002. Jam, Bergara.
Única fecha en España del concierto Punk más
esperado de todos los tiempos. Así que nos desplazamos
hasta Bergara, no nos podíamos perder a nuestros ídolos.
Abrieron la velada los Brote Sikótico, que practicaban
un Street Punk con sabor a calimocho. Una especie de Oxymoron
cantando en castellano. Estuvieron correctos y gustaron a medias
a un público, que era su público; pero que había
venido a ver a otro grupo.
Los Zinc si que no estuvieron ante su público. A pesar
de su perfecta ejecución, su contundencia y su velocidad,
y a pesar de hacer una versión a toda ostia del "Chicos
de la calle" de Toreros After Ole, poca gente les hizo
caso. El grupo madrileño tuvo que lidiar con un público
al que no le llega el tipo de HC que practican. Además
todos estábamos ansiosos por que tocasen de una vez los
Adicts.
Y al final salieron a escena los ingleses. Iban vestidos de
blanco y con bombines, como en los buenos tiempos. Interpretaron
el himno de la alegría y salió a escena Monkey,
maquillado y con su sonrisa permanente, deslizándose
por las escaleras como un grácil cervatillo. Inmediatamente
abordaron "Viva la revolution". El público
enloqueció y así siguió durante todo el
concierto. Mientras los Adicts continuaban con un repertorio
lleno de himnos que todos coreamos con el vello de punta. No
faltaron "Just like me", "England", "Joker
in the pack", "Let's go", "Tango",
"Numbers"... y prácticamente casi todos sus
hits.
Monkey se dedicaba a hacer trucos de magia con pañuelos,
a lanzar purpurina y osos de peluche; mientras se iba quitando
ropa y lucía en cada ocasión una camisa más
brillante, con más lentejuelas y más hortera.
No se hicieron de rogar mucho para interpretar el bis, y finalmente
acabaron como habían empezado, con el "Viva la revolution".
De acuerdo que ése es su tema estrella, pero no les puedo
perdonar que tocasen dos veces una canción cuando se
dejaron muchas en el tintero. Me quedé sin escuchar mi
favorita, "Telephatic people", y eso me dolió
bastante.
En resumen, convencieron a todos los asistentes. Aunque con
un repertorio plagado de éxitos y con unos fans tan fanáticos,
era muy difícil fallar. Yo esperaba, eso sí, un
pogo mucho más violento, pero aún así lo
pasamos todos genial. Todos, incluido Evaristo de la Polla Records,
que por allí andaba brincando en las primeras filas.
Cosas así sólo se ven una vez en la vida.
M.I.
Más Conciertos.
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