Sin lugar a dudas Trilobyte ha sido una sala emblemática para el Punk en Madrid. Con el tiempo es posible que alcance la categoría de "sala mítica", como hoy se considera al Rockola. No obstante, tanto el Rockola, como el Revolver fueron salas, que si bien merecen la categoría de "Templos", no se centraron única y exclusivamente en el Punk. Sin embargo el Trilobyte fue una sala que nació y murió por y para el Punk. En sus escasos tres años de vida por allí pasaron todos los que tenían algo que ver con el Punk. Por ello, y por los buenos, buenísimos, momentos que pasamos allí, se merecen este pequeño artículo y gran homenaje.
Un homenaje que también haremos en un futuro con el Gruta'77, digno heredero del Trilo; y que esperamos que cumpla muchos años más.
Por supuesto no nos olvidamos de otras salas importantísimas como El sol, Agapo, Alien... y sobre todo de una pequeña sala madrileña, refugio de multitud de bandas míticas del Punk Rock, el Templo del Gato. Pero al resultar su actividad más dispersa y menos intensa que la del Trilobyte, y al no poseer la adecuada cantidad de información, dejaremos el tema en manos de alguien más competente. Ahí queda el reto para quien desee afrontarlo.

Aviso: este recorrido está escrito desde mi punto de vista, como espectador y como miembro de los Webelos. Tocamos unas cuantas veces en el Trilobyte y asistí sólo a los conciertos de mi agrado. O los que creía que iban a ser de mi agrado. Además he omitido muchas anécdotas y detalles, con la intención de no hacerlo eterno. Pero se podría escribir un libro. Y por supuesto se puede enfocar la historia desde muchas otras perspectivas. Esto es sólo una visión parcial y muy subjetiva. Aunque espero que os traiga recuerdos y os guste.

New club in da block.

La primera vez que tuve noticias de la existencia de la sala Trilobyte fue en la calle San Mateo. En algún momento de 1997. Estaba mirando un flyer que me acababan de pasar. Snap Her, un grupo de Punk femenino, venía a tocar a Madrid. Lo organizaba Turmix. Aerobitch serían sus teloneros. "Hmmmmm, habrá que ir", pensé, "tiene buena pinta". Pero, ¿dónde estaba esa sala? Avenida Donostiarra. ¿Dónde cojones estaba eso?
Unos días antes del concierto consulté un callejero. No estaba muy lejos de la casa de Poison Bambee, pero no conocíamos la zona. Pensábamos que quizás ese fuera el primer y último concierto al que asistiríamos en la sala. Una extravagancia nada más, un cambio de sala eventual. Probablemente Kike Turmix no había encontrado otra sala y optó por trasladar a los parroquianos de sitio, con el riesgo que eso conlleva. La gente, acostumbrada a moverse por el centro, ¿se desplazaría hasta Ventas?
Pues parece que hubo una buena respuesta. Atraídos en parte por Aerobitch y en parte por la curiosidad que levantaban Snap Her, nos dimos cita un buen puñado de espectadores inquientos.
La sala era pequeña y oscura, el escenario estaba muy bajito y encima era dificil encontrarla; pues estaba situada en unos bajos colindantes con la calle principal. De ahí eso de "número 2, posterior".
No recuerdo si ya entonces estaban pintados los esqueletos de la fachada. Esos esqueletos dibujados que tardaron meses en estar acabados. ¿O acaso no se acabaron nunca?
Por dentro, la sala tenía su encanto: ese sabor a algo nuevo; pero a la vez a algo tan viejo como el Punk Rock. La sala no era nueva, había cambiado de dueños, y el local estaba algo castigado por los años.
El tamaño era el ideal para el aforo que se esperaba en este tipo de eventos. Además resultaba muy recogida y entrañable. No obstante aún no eramos conscientes de que se convertiría en la segunda casa de muchos de nosotros.
Snap Her no llegaban y Aerobitch tuvieron que empezar el concierto. Al parecer Kike las había abandonado a su suerte en una furgoneta sin guía y sin conocer el país. (Posteriormente circuló el rumor de que el grupo se había separado, y uno de los detonantes fue la pésima organización de su gira española. No sé qué hay de cierto en ello). Cuando ya no dabamos un duro por ellas, por fin aparecieron las chicas. Concierto interesante y buen ambiente. Si algún día daban otro concierto en aquel curioso lugar, volveríamos.
Y así lo hicimos. Cientos de veces.

Bad music for bad people.

Durante el 97 comenzamos a asistir, cada vez con más frecuencia, a la sala. Los conciertos de punk Rock con un aforo inferior al de El Sol se empezaron a celebrar todos allí. Por allí comenzaron a desfilar leyendas extranjeras como los Cosmic Psychos o grupos más actuales como Subsonics, Onyas, Smuglers... Y por supuesto los grupos nacionales, de Madrid y de fuera, celebraban allí sus conciertos, gente como Aerobitch, Sugus, Los Guarriors, Why Not?, Ass Dragers, Los Perros...
Y lo mejor es que los podías ver a todos a medio metro de tu geta. Podíamos sentir su sudor, tocarlos, pegarlos, acariciarlos...

Al acabar el año ya eramos todos conscientes de que aquella sala estaba allí para quedarse. Y lo que era mejor, se trataba de un sala para nosotros. Una autentica sala Punk Rock.
La gente de allí era amable, enrollada y encima eran Punk Rockers. Daba gusto escuchar antes y después de las actuaciones discos de Punk Rock. No como en otras salas, que cuando programaban conciertos Punk ni se molestaban en pinchar música parecida. Directamente ponían heavy metal, salsa o cualquier otra cosa.
Recuerdo que en El Sol se compraron un recopilatorio que regalaban con la revista Factory (el Punk Rock Explosion), y lo ponían siempre que venían los Queers o cualquier otro grupo Punk. Ya estábamos hasta los huevos de escuchar el mismo disco una y otra vez. Sin embargo en el Trilo tenían muchos discos y casi todos ellos acojonantes.
De repente escuchabas entre los conciertos las mismas canciones que escuchabas en tu casa. Esos tíos tenían nuestros mismos gustos. Esto era raro encontrarlo en un bar, y rarísimo en una sala de conciertos.
Pero allí sonaban los Cramps, Coyote Men, L7, Depressing Claim... y muchos y muchos otros.
Además existía una especia de sensación de hermanamiento. Todos íbamos a los conciertos de todos. Todo el mundo estaba en "la escena" y todos la apoyábamos. Con decir que los Webelos llegamos a tocar en un evento organizado por Turmix creo que lo digo todo.
Grupos, sellos, sala, promotores... todos nos llevábamos bien. Unos meses después, (creo que ya con el Trilo cerrado), comenzaron las guerras. Guerras entre los que estaban dispuestos a chupar culos y a callarse y los que no lo estábamos. Guerras entre los defensores del Punk y los partidarios del Metal. Aunque por aquel entonces no se atrevían aún a hablar de Metal, les daba vergüenza reconocerlo. Envidias, insultos, boicots... Pero eso es otra historia.

Pero volvamos a los buenos tiempos. Aquello era como el paraíso. Si sumamos a esto que en muchos conciertos pasabamos grátis o pagabamos la mitad por ser clientes habituales, y que encima dejaban tocar a un grupo tan malo como el nuestro... Estábamos encantandos.

Loco live.

1998 fue sin duda el año de Trylobyte. Prácticamente había al menos un concierto interesante a la semana. Y muchas semanas teníamos cita obligada allí con nuestros grupos favoritos dos o tres veces.

Ya en el 97 habíamos visto grandes conciertos. Recuerdo especialmente el concierto que ofrecieron los Ass Dragers. En una gira mítica que hicieron con los Perros y los Onyas.
Los Ass Draggers nos sorprendieron gratamente. Sobre todo su cantante. Era un caradura y parecía que a los otros grupos les caía fatal. Cantó con los Onyas una canción y les robó el protagonismo. El guitarrista de los Onyas se ponía delante suyo, pero ni con esas. Aunque lo mejor fue cuando los Draggers salieron a hacer el bis. El guitarrista, que por cierto tocaba con la guitarra casi a ras de suelo, quería salir también; pero el cantante se negó. Salió él en solitario con la guitarra, sin saber tocarla, e interpretó la canción de cabecera de la serie de El Fary (Menudo es mi padre). Que descojone. Fue buenísimo.

Otro show acojonante fue el que dieron los Coyote Men acompañados de los Superfly TNT's. Los Superfly fueron lo más parecido a Supercharger que ha pasado por la sala. Dieron un show corto, intenso y flipante. Y luego los Coyote Men nos deleitaron con su RNR Punk y sus máscaras de lucha libre. Muy salvaje. Pedazo de show.

Tan bueno como el que dieron los Dirtys. Tener un grupo de Crypt era todo un lujazo. Por aquel entonces era el mejor sello del mundo. Y el Trilo no se privó de ello. Por su palestra desfilaron muchos grupos del sello: los Dirtys, los Ass Draggers (de los que acabo de hablar), los Country Teasers y los New Bomb Turks (de los que hablaré más adelante). Estos últimos dieron uno de los mejores, o quizás el mejor concierto que se vió en el Trilo.

No podemos olvidarnos de los conciertos de The Sitches y Showcase Showdown. Muy muy Punk, los dos. Recuperando el espíritu del 77. En ambos casos los teloneros fueron unos chavalines que estaban empezando y que compartían local con nosotros: Sarcastic Bombs. No podían faltar una de las bandas más importante del Punk español de los 90, y una de las más queridas en Superpunk. Reunificación!!!

Tampoco podían faltar Ulan Bator Trío. Otra banda superapreciada por nosotros y probablemente una de las pocas que se recordarán dentro de 20 años. El mismo día tocaban los Meteors en el Arena. Decidimos ver a los psychobillies, pues nunca antes los habíamos visto. En mitad del concierto, nos empezamos a aburrir y comenzamos a pensar en que en el Trilo estarían tocando los UBT. Nos fuimos a la carrera y llegamos antes incluso de que empezaran. ¡Que pedazo de fiesta! Estos tíos eran la polla.

Un gran momento fue cuando se presentaba el 10" compartido entre Pussycats y las Best-Tias. Las Pussycats estaban muy chulas vestidas de leopardo y encima aún no tocaban muy bien. Dos cosas que aprecio mucho en un grupo: vestuario chulo y amaterismo total. Además tocaban versiones de Desechables. Y todavía estaba Anita en el grupo, cosa que los mozos agradecían bastante. ¿Qué más se podía pedir? Fue batante divertido.

Vimos a las Pussycats un poco como rivales, hacían casi la misma música que nosotros y tocaban mal. Pero cuando vimos a Twipth y a Operación Bikini en el Trilobyte, fue cuando realmente encontramos a dos grupos capaces de rivalizar con nuestra ineptitud.

Los Twipth sacaron su nombre del sonido que emite la tela de araña de Spiderman al ser lanzada. Nuestro batería iba disfrazado de Spiderman. Ellos apenas sabían tocar; nosotros aún menos. Cantaba una chica; y Poison Bambee ponía la voz a casi todos nuestros temas. Demasiados paralelismos para que ambas bandas conviviesen en la misma ciudad. Ni que decir tiene que nos encantaban.
En un show en el Trilo, Raúl, el guitarrista, hirió en una pierna a una espectadora con su guitarra. No volvieron a tocar allí. Desgraciadamente la banda duró poco. Que pena.

El concierto de Jugos Lixiviados se anunciaba junto a dos invitados muy especiales: el Capitán Entresijos y Operación Bikini. Debajo de Operación Bikini se podía leer "Inexperta banda Punk de Madrid". No podíamos faltar. Y no lo hicimos. Pronto descubrimos que Raúl era el cantante (no teníamos ni idea), y allí conocimos a Alex, el batería (que posteriormente tocará en Pili y sus Lechones y en Fumestones). Aquellos tipos tocaban tan mal como nosotros. Se convirtieron de inmediato en una de nuestras bandas favoritas.
Unas semanas después, cuando organizamos "La tarde mongola" en la Complutense, decidimos invitar a los O.B. a tocar en aquel festivalote. Por cierto, allí mismo se estrenaron los Sarcastic Bombs.
Después, miembros de los Bikini formarían Pili y sus Lechones. Mi grupo favorito, y nuestro grupo hermano. Y bla bla bla bla...

Mención especial merecen los Lady Dies. Al igual que el concierto de Jugos, que fue una fiesta de Radio Carcoma, los DDD venían a Madrid para tocar en otra fiesta de la emisora. Los teloneros esta vez eran los Lady Dies. No teníamos ni idea de quienes eran, ni que hacían. Fue una, más que grata, gartísima sorpresa encontrarnos con aquello. Eran los putos Oblivians del foro. Impresionantes. Desgraciadamente esta banda también duró muy poco. Recuerdo verlos otra vez más en el Garage Sónico y no volver a saber de ellos. En fin. Otra banda más que se pierde.

También disfrutamos mucho los conciertos de Sonic Dolls (no se acordaban de tocar "Johnny O.D." y nos quedamos con las ganas), de Wanda Chrome and the Leather Pharaons, de Baby Horror, de New Demolators... Y de Pretty Fuck Luck, que dieron su último concierto juntos en esta sala. (R.I.P.).

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