El lobo estepario

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Título: El lobo estepario

Autor:  Herman Hesse

Editorial Alianza

Barcelona, 1995

9.5

 

             Resumen: Harry Haller es un lobo estepario: un personaje solitario  e incomunicado, tibiamente infeliz, que deja un testimonio escrito de cómo dos personas vitales y alegres, Armanda y Pablo, quebraron en cierto modo el profundo aislamiento al que iba llevando a su vida a causa de su predisposición y su destino triste y mediocre. Pero Armanda arrastra también sus propios problemas, y por algún motivo desea morir...

            Opinión: Qué puedo decir... Durante mucho tiempo, años quizá,  me pregunté si yo era también un lobo estepario. Y aunque acabé descubriendo que no del todo (vamos, que no soy un estepario de pura raza, hecho del que espero no haberme dado cuenta demasiado tarde), estoy seguro de que este libro es el tratado definitivo en lo que a esta curiosa especie se refiere. Con lo que no quiero decir que Harry Haller sea solamente un estereotipo: es sin duda un personaje único y personal, pero con el que se exploran varios rasgos de carácter que casi todos los lobos esteparios poseen. Autoinfelicidad y un desarrollado sentido de la tragedia, incapacidad para poner de acuerdo sus partes animal y racional, odio hacia la tibieza burguesa y plácida de los "días tranquilos" junto a una cierta incapacidad de vivir de otra manera, aislamiento autoimpuesto, amor mal dirigido.

                  Este libro en que se nos habla de las vivencias de Harry Haller está increíblemente bien escrito, y es cómodo y fácil de leer  (como muchos otros de Hesse, os recomiendo Demián, Siddharta y la serie de artículos cortos Lecturas para minutos). Si además dice cosas que se escurren fácilmente dentro de mi corazoncito  romanticón y vagamente freak (recordad, este es un libro "¡sólo para locos!"), pues qué queréis que os diga. Que ya tardáis en leerlo.

         A destacar, sin duda, el fragmento que convierte la novela de simplemente buena en sencillamente genial: el Teatro Mágico -sólo para locos-. Un clímax bastante largo en el que Harry entra en salas fantásticas de un gran teatro mágico, rotuladas con nombres fabulosos y sugerentes (como por ejemplo: "Montería de automóviles", "Maravillosa doma del lobo estepario", "¡Suicidio deleitoso!"), puertas tras las que puede... Bueno, no os lo cuento, leedlo. Me quedo, por motivos que os serán obvios cuando veais de qué hablo, con la habitación titulada Todas las mujeres son tuyas.Precioso, y tan romántico... ¿Y qué hace Mozart por ahí en medio con un trompetista cubano? ¿Y qué hay tras la puerta de "Cómo se mata por amor?"? ¿Y por qué me gusta TANTO que la principal lección que debe aprender Harry Haller en su doma del lobo estepario sea el humorismo? El humor, la risa, el saber relativizarlo todo y reírse de uno mismo y del mundo, allí está lo que Haller tendrá que aprender trabajosamente hasta que Mozart, su guía Pablo y su amada Armanda le acepten finalmente en su fiesta. Practica, Harry, practica. Ríete de la vida, al fin y al cabo ella ya se ríe de ti.

Fragmento: "Por ejemplo, cuando Harry en su calidad de hombre tenía un bello pensamiento, o experimentaba una sensación noble y delicada, o ejecutaba una de las llamadas buenas acciones, entonces el lobo que llevaba dentro enseñaba los dientes, se reía y le mostraba con sangriento sarcasmo cuán ridícula le resultaba toda esa distinguida farsa a un lobo de la estepa, a un lobo que en su corazón tenía perfecta conciencia de lo que le sentaba bien, que era trotar solitario por las estepas, beber a ratos sangre o cazar una loba, y desde el punto de vista del lobo toda acción humana debía resultar horriblemente cómica y absurda, estúpida y vana. (...) Pero cuando actuaba como lobo, la parte de hombre que llevaba le llamaba animal y bestia, y le echaba a perder y le corrompía toda la satisfacción en su esencia de lobo, simple y salvaje. Así estaban las cosas con el lobo estepario, y es fácil imaginar que Harry no llevaba precisamente una vida agradable y venturosa".

 

 

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