Resumen: Esta
es la historia de Bastián baltasar Bux, un niño gordo y torpe al
que sus compañeros ridiculizan por inventarse historias y vivir con la
cabeza en las nubes. Bastián roba en un impulso un libro llamado la
Historia Interminable y se esconde en el desván de su colegio para leerlo
con calma. Pero poco a poco se da cuenta de que en Fantasia, el mundo
descrito en la Historia Interminable, pueden necesitar una ayuda
inesperada... ¡La del propio Bastián!
Opinión: Ah, siempre que releo este libro
me invade un buen rollo invencible, no lo puedo evitar... Siempre he
tenido en mi corazoncito sitio para todo lo que no existe, lo imaginario,
absurdo, fantasioso. Imagina lo que me pareció en su momento enterarme de
que existía un país infinito, Fantasia (sí, sin acento, por
cierto), donde cualquier cosa que
puedas imaginarte es cierta... Con los libros, muchas veces me he sentido
como el buenazo de Bastián, deseando que la novela tan buena
que estoy leyendo no se acabe jamás, que a los personajes les sigan
pasando cosas, que su historia no termine... Que no muera. Llamadme
impresionable. Este libro tiene mil subhistorias interminables sugeridas,
que el lector completa (o debería completar, probadlo si no lo habéis
hecho!) con su imaginación. Cada "cabo
suelto" del libro es un cebo para una nueva historia: "Pero esa
es otra historia y será contada en otra ocasión".
La Historia en sí es bastante angustiosa: una NADA
eterna que engulle todo el país sin remedio, porque ya nadie imagina en
el mundo real... No es la muerte, no es la oscuridad, es algo peor, infinitamente peor... La
inexistencia. (Bastante horripilantes los fragmentos en que
describe la nada, por cierto, o quizás soy yo que tengo algo de horror
vacui). ¿Y qué hace falta para existir? Que
alguien crea en ti, que te dé nombre, que te quiera. Creer en
Fantasia es el trabajo que los humanos descuidamos, quizás al haber
perdido el Agua de la Vida (como se explica en el fabuloso final del
libro).
La edición que tengo es impresionante, con los
textos escritos en rojo y verde (según estemos en el mundo real o en Fantasia) y los inicios de capítulo tan bien dibujados
como el que veis arriba... El libro tiene momentos verdaderamente inolvidables:
el laberinto de las mil puertas, las tres pruebas del Oráculo, la mina de los
sueños perdidos... La mayoría de ellos, por cierto, desaprovechados en
las infumables (y desgraciadamente interminables, sí) películas, de las que la
primera es la única de la que se puede salvar algo (aunque eso de que cambien
al Bastián gordito y torpe por un niñato guapetón queda un poco raro). Una curiosidad
final sobre el libro: la máxima que está grabada en el
Medallón de la Emperatriz Infantil es vagamente diabólica: "Haz lo
que quieras". Era el lema del satanista Aleister Crowley, ¿sabéis?
"Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión"
Fragmento: "A Bastián no le gustaban los libros que, con
malhumor y de forma avinagrada, contaban historias completamente
corrientes de gente absolutamente corriente. De eso ya había bastante en
la realidad. Además, muchos de esos libros le intentaban convencer de
algo, y a Bastián eso le daba mil patadas. No, él prefería las
historias fantásticas, ambientadas en mundos fabulosos, que le permitían
dar rienda suelta a su imaginación".