Resumen: Dos
partes, dos historias entrelazadas en este libro fabuloso... En la
primera, Julio explica en primera persona lo que le ocurrió cuando tenía
doce años y sufrió ataques de fiebre altísima, durante los que
visitó un mundo similar al real, pero en el que una súbita tragedia (la
rebelión de todos los libros y la desaparición de letras y palabras) lo
sumía todo en el caos. En la segunda parte del libro, un Julio ya mayor
intenta recuperar lo que sintió de niño, aceptar su propia e
irremediable soledad y enfrentarse a la grave enfermedad de su
padre.
Opinión: Este es sin duda el libro que más me ha impactado en los
últimos años. Impactar en todo el sentido del término, porque al leerlo
me quedé atontado, impresionado. ¿Nunca habéis leído una novela mientras
pensabais algo como "joder, este libro lo han escrito pensando en
mí"? Porque el protagonista de este libro tiene algunas de las
mismas paranoias que yo tengo/tuve/tendré, y sobretodo una manera similar
de enfocar la vida, fantástica y desesperada, siempre en perpetuo
estado de asombro y de "estar esperando algo", con la alegría
y, sobretodo, la tristeza, a flor de piel. En un mundo sin sentido, sin
objetivos, sin razones, ¿por qué no buscar algún orden en el orden
alfabético? Aunque sea un orden fantasmal y precario, con las sábanas
extendidas entre los sabañones y los sábalos... Un orden que permite
abrir una enciclopedia para hacer virtualmente cualquier cosa e ir a
cualquier lugar (genial el momento en que el protagonista-niño abre la
enciclopedia para ir a un funeral al que no puede ir en vivo, yendo por el
tomo C hacia cementerio, pero perdiéndose por el Camino por
culpa de los Caníbales). Pero en un mundo regido por el orden
alfabético (el "otro lado de la vida" que ve el prota de niño
gracias a la fiebre alta) pueden ocurrir las mayores desgracias: los
libros pueden irse volando en masa, las palabras y conceptos desaparecen
poco a poco, y hasta las letras pueden esfumarse, como la R, dejando a su
amada Laura convertida en Laua, y los párpados en pápados,
duros y reptilianos. El caos está servido, y el mundo se desmorona poco a
poco. Sólo
Julio, el protagonista, puede traer algo de paz al caótico mundo que
visita enfebrecido llevando a la gente de allá un diccionario, un orden
que les salve... Antes de que la fiebre se le cure por fin y sea arrojado
al mundo real de nuevo. Y allí... Años de tristeza le esperan, hasta que
una encuestadora repentina y la grave enfermedad de su padre le hagan
reencontrarse con el mundo real, que a su manera implacable es tan
absurdo como el que visitó años atrás, de niño...
Joder, es que el libro éste me pilló con la guardia tan baja... Porque
la primera parte es alegre, original y divertida, con al menos una idea
genial por página y un ambiente de felicidad constante... Para que luego
la segunda parte te apuñale vilmente por la espalda, con una melancolía
abrumadora y una búsqueda con salto al vacío del protagonista Julio que
me tuvo todo el rato con el corazón en un puño. Ya aviso ahora que estas novelas que
emocionan tanto a uno pueden tener un componente personal e
intransferible, o dicho en plata: "¿por qué me afecta y me gusta
tanto esta novela y a otros le deja frío?". Pues ni idea. A una
amiga mía, por ejemplo, no le entró en absoluto el libro, bajo la
crítica de que en la novela se le da demasiada importancia al lenguaje,
presentándolo como salvador cuando no es más que una humilde herramienta. Una crítica
válida, pero con la que humildemente no estoy de acuerdo: no creo que lo
importante aquí sea el lenguaje en sí. Cuando el niño se dedica a cazar
adverbios, a ordenar preposiciones en los cajones o a deslizarse por el
mundo de las abreviaturas, simplemente juega con él, con sus
posibilidades (como debería hacer todo escritor), y lo utiliza para
buscarle sentido a un mundo que carece de él. Los físicos y los
matemáticos buscan el funcionamiento del universo en números y
ecuaciones, ¿por qué no hacer lo mismo con las letras?
Pero resumo: el mejor libro de Juan José Millás, junto con sus fabulosas
recopilaciones de artículos periodísticos. Hagamos una cosa: los que
hayáis leído el libro y queráis comentar algo, escribidme aquí,
fale?
Fragmento:
"Estaba, en fin, contemplando la realidad cotidiana con la
extrañeza de lo nuevo, como cuando entras en una casa desconocida en la
que cada habitación constituye un sobresalto, cuando sucedió algo
sorprendente: el libro del profesor, que permanecía abierto sobre su mesa
mientras él hablaba, se agitó brevemente y luegose elevó en el aire,
como un pájaro, utilizando sus hojas a modo de alas. Tras un par de
vueltas de reconocimiento alrededor de la clase, se dirigió a una ventana
abierta y salió".