Magia

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        Sólo por poner esta página ya me arriesgo a recibir broncas de mi hermano Santiago, el racionalista... Sin embargo he decidido correr el riesgo porque quería tener un lugar en mi web para hablar de magia, cábala, tarot, OVNIS, ángeles y demonios, dioses y monstruos... ¿Por qué, si no creo que existan físicamente? Le cedo la palabra a mi maestro espiritual, mago del caos y reconocido chamán Alan Moore, en su obra magna From Hell:

      Aclarado.

      Dejadme que empiece hablando de uno de mis hobbies: el Tarot. Una ex-novia de mi hermano me enseñó los rudimientos de cómo se deben tirar las cartas y, más importante aún, como no se deben tirar. Esta chica era bruja, en el buen sentido de la palabra, y se la reconocía como tal porque Jamás cobraba un duro por hacer nada esotérico, distinguiéndose así de Arpíamis Fuster y el resto de los de su ralea.

    Punto número uno: el Tarot triunfa en cualquier fiesta (no parece un inicio muy serio para hablar del tema, pero en fin). Punto número dos: casi todo el mundo está dispuesto a creer lo que expliques de las cartas, por mucho que digan que no (a mayor vehemencia antiTarot, más acabarán creyéndoselo en su fuero interno). Punto número tres: la maestría como tirador de cartas se alcanza cuando se es capaz de tirar no sólo las cartas del Tarot, sino cartas de póker, de Magic o, si me apuráis, cartas de Pokémon de los Bollycaos. Todo consiste en tener buen método, ser algo místico, tener un poco de labia y sentido del espectáculo. Obviamente, hay que elegir con cuidado en función de la audiencia: los hay que no se verán impresionados más que por los Arcanos Mayores de toda la vida (y cuanto más acojone la carta de la Guadañera Mayor, mejor); a otros el tipo de cartas se la trae floja mientras digas cosas interesantes y con sentido (público ideal para experimentar con, por ejemplo, la adivinación mediante una baraja pornográfica, aunque ya nos acercaríamos al terreno del esperpento). Se trata de tener sentido común y, sobretodo, creerte lo que dices. 

          

        A estas alturas diréis: "¿cómo que creerte lo que dices? ¿Pero es que no te lo inventas todo?". Nones. Interpreto lo que dicen las cartas. El Tarot (y olvidad por un momento la ida de olla de las cartas Pokemon) tiene una simbología profundísima, y cada carta reúne un buen número de significados y simbología oculta. Esos símbolos son poderosos (recordad From Hell, más arriba), y llaman a gritos a fuerzas de nuestro inconsciente sin que nos demos cuenta de ello. Las cartas son, en cierto modo, carreteras que nos permiten comunicarnos con partes de nuestro interior, una Guía Michelín del subconsciente humano. De ahí que reflexionando sobre cierta combinación de cartas acudan imágenes a la mente, inspiradas por los arquetipos que aparecen en las cartas (Fuerza, Templanza, Justicia, Torre (fracaso), Muerte,...). Se puede predecir el futuro en la medida en que podemos predecirnos a nosotros mismos. Las cartas son una herramienta más para conseguir este objetivo (junto con, por ejemplo, las setas psicotrópicas, pero ese es otro tema).

        Más sobre el Tarot y sobre esoterismo es próximas actualizaciones. Próximamente: Aleister Crowley, Kabbalah y Promethea!

 

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