Reseña de prensa
Rassegna stampa
Press review

 
 

 
ciberpa@is  
Jueves 15 de junio de 2000   ../../graficos/bolo.gif (72 bytes)TECNOLOGÍA    
 

Josto Maffeo con su receptor GPS
  El corresponsal de 'Il Messaggero' cuelga en la red un manual de GPS
Josto Maffeo enseña a orientarse por el desierto
 

Ana Pantaleoni
"Tengo el mal de África. Necesito volver al desierto". Josto Maffeo es corresponsal en España de Il Messaggero de Roma y tiene su oasis particular en el ciberespacio. ¿Quién dijo que hay que mirar al suelo para no tropezar? es el título del manual que cuelga en la red para desvelar el uso del GPS por el desierto, el sistema planetario que indica la posición y el rumbo. 

"Este sistema de localización vía satélite es como un Gran Hermano que tienes en el cielo". Maffeo tiene 52 años y lleva trabajando desde el inicio de la transición en España como corresponsal. 

Periodismo aparte, siente una profunda pasión por el Sáhara. "Argelia es mi desierto. Me di cuenta de que una de mis grandes pasiones tenía cabida en la red. Hay mucho novato con la intención de tantear las arenas o las pistas forestales españolas", explica. 

La página se ha convertido en un punto de encuentro para los asiduos del Sáhara y los amantes del 4x4 con navegación vía satélite. Recibe hasta 15 correos electrónicos semanales con dudas sobre el GPS (Global Position System). 

La web lleva el nombre de una región del Sáhara argelino: Tanezrouft, que en lengua local significa 'allí donde no hay nada'. Maffeo quiere transmitir a sus visitantes el sabor de una aventura controlada a través de notas para una orientación rápida y fácil con los 24 satélites del GPS, un sistema ideado en los años sesenta por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos. 

El precio del receptor oscila entre las 30.000 pesetas hasta el millón y medio. Sin embargo, Maffeo no reniega de la clásica brújula y el mapa. Es evidente: el GPS portátil puede quedarse sin pilas. 

Cazar setas con GPS 

El rincón cibernético de Maffeo se ha convertido en su fórmula de descarga particular: "Aprovechas la web y le metes muchos otros temas, lo haces para divertirte". Y eso es precisamente lo que pretende, pasárselo bien. 

Un artículo que escribió sobre el contrabando de setas entre Cataluña e Italia le dio la idea. Así creó una sección con algunas coordenadas tomadas con el GPS de lugares (muy pocos) de la provincia de Madrid y alrededores donde ha recolectado con mayor frecuencia setas. "Un aficionado no sería capaz de encontrar ni una seta, necesitas un receptor", reconoce el periodista entre risas. 

Y así, tratando de arrancar una sonrisa, añade contenidos que más que con la orientación, tienen que ver con periodistas desorientados. Reproduce gazapos perpetrados por sus compañeros de profesión en las páginas de algunos de los diarios más importantes de España. Es el bla... bla... bla... "Mis compañeros periodistas me amenzan con pillarme. Alguno se ha llegado a cabrear". 

Entre el sistema GPS y la sátira, Josto Maffeo trata de orientarse, buscando, quizá, que quienes le lean busquen también el camino del desierto. 

 

© Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid (España)
ciberpais@elpais.es | publicidad@elpais.es

 



 
 
 

Martes, 11 de enero de 2000
HOY MARTES
CARMEN RIGALT 

Peor que la gripe 

Llega la gripe. Qué digo llega: ya está aquí. La radio dice que procede de Inglaterra, pero el personal, que sabe tanto como la radio, dice que viene de Barcelona. En cualquier caso, ahora las enfermedades son muy viajeras y se expanden rápido. La gripe está a un tiro de estornudo porque va en el puente aéreo o en charter. Si los ingleses, en vez de mandar la gripe, tuvieran que recibirla, nos fumigarían a todos antes de poner el pie en la city. Buenos son ellos. Los ingleses no dejan pasar ni una (mi amigo el periodista Josto Maffeo tiene una página en la Red donde protesta, por cierto, de la discriminación que sufren los animales domésticos continentales: sus gatas, tan hechas al turismo, nunca han podido entrar en el Reino Unido). Lo de fumigar es una costumbre de todos los hijos de la Gran Bretaña. Yo misma, en un viaje a Australia, fui fumigada, junto con el resto de los pasajeros, antes de bajar del avión. Curioso procedimiento.
A lo mejor la gripe incluso se contagia por Internet. No me extrañaría, porque hace un rato he estado navegando y ahora mismo siento una incómoda tirantez en la nuca, una especie de agarrotamiento que baja por la espalda y a la altura de los riñones se extiende hacia los lados y me obliga a caminar como un robot. Si me pongo a pensarlo también noto la garganta áspera y los ojos picajosos, hirvientes, como si estuvieran poseídos por el cansancio de mirar. La cabeza no iba a ser menos y me retumba, especialmente entre ceja y ceja, donde se supone que habitan las ideas obsesivas. Como no soy hipocondriaca, busco justificaciones para creer que no se trata de la gripe. Y lo creo. El picor de ojos procede del deslumbramiento de los telediarios, que me hipnotizan con las imágenes de tanto líder carismático. La tensión de nuca es consecuencia de los cabezazos que propino al aire para rebelarme contra las frases hechas de nuestros políticos, especializados en eludir los grandes temas para centrarse en la pelea ramplona. Y el dolor de cabeza, pues más de lo mismo. Mis neuronas acusan ya un hartazgo que se manifiesta en forma de patología. Lo de este fin de semana en Ceuta y Melilla, por ejemplo, incluso me ha dado fiebre. Contra el efecto campaña no hay paracetamol que valga. El virus se ha hecho fuerte y amenaza con tumbarnos a todos de aquí a marzo
 




 
 
 
 
 
 
 
 

26 de febrero 2001
 
 
GENTE EN EL ROMPEOLAS

JOSTO MAFFEO Corresponsal de «Il Messaggero»

Hace 38 años que este camaleónico periodista hacía novillos en la escuela para hacer sus primeras crónicas sobre las autopsias de la Facultad de Medicina  de Turín. Tras una vida entera informando a los italianos sobre la Península Ibérica, admite que su relación con este país fue consecuencia de una predestinación.

«A España le faltan los grises,
pasa del negro al blanco»


Manuel Madrid 
Madrid. 
-Durante la década de los 70, España debió ser un país atractivo para los medios de comunicación europeos. ¿Cómo vivió aquellos años de la transición democrática? 
-Por supuesto que fue una aventura profesional porque esto parecía el far west. La Transición fue espectacular, fue un ejemplo único y hasta parece que el «tejerazo» fue programado. Bendita sea la estupidez que hizo decir a una televisión de Estocolmo qué hace un torero en el Parlamento español cuando vieron la imagen de Barriopedro. Aquello fue un sarampión. 

-Después de media vida en este país, ¿sigue viendo las cosas de la misma forma o cambia radicalmente la perspectiva? 
-España es un país muy pintoresco y tiene un gran problema cromático, le falta la escala de los grises, pasa del negro al balnco y del blanco al negro. Aquí en cuanto alguien no entiende algo ya se está cabreando, por lo menos. Pero yo prefiero esto antes que morirme de aburrimiento en Bruselas. 

-¿El tener que vivir en Madrid era una ilusión o se convirtió en una obligación? 
-Llegué aquí hablando chileno, me sé de memoria todas las canciones de Violeta Parra. Al poco tiempo de venir, me dí cuenta de que no había venido de paso y cuando aprendí el proverbio «de Madrid al cielo», 

pues es que estaba predestinado. Madrid es una ciudad sin personalidad y esa es su personalidad. 

-¿Resulta complicado ofrecer al público «La otra mirada» de la actualidad? 
-Mi amiga Montse Dominguez me ha metido en esto y ahora me estoy dando cuenta de lo difícil que es hacer una reseña diaria de lo que más me llama la atención en la prensa española, una visión desde fuera. Aunque me divierte me estoy dando cuenta de que es una esclavitud. A veces les digo a las maquilladoras: ¡poner medio metro aquí que tengo dos ojeras!. 

-¿Qué le parece el panorama de los medios de comunicación en España? 
-¿Cuántos enemigos quieres que me haga? Este es un país con gente muy preparada, pero también hay muchos idiotas en el sentido de que se han equivocado de profesión. Hay 
unas zonas envenenadas del 

periodismo español. En España la prensa del corazón ha contaminado la prensa tradicional, pero esto es un fenómeno europeo. 

-En el país de Garibaldi y Leonardo da Vinci sucederá algo parecido, ¿no es así? 
-En Italia por ejemplo se titula al día siguiente según el telediario de la noche anterior. Y esto es una enfermedad italiana porque como el hombre moderno es un animal televisivo, si no encuentra en la prensa algo que le suene hasta se cabrea. 

-¿Cuál es la suerte del corresponsal de prensa? 
-Ser corresponsal es una libertad, te gestionas tu tiempo, eres más esclavo porque eres siempre eres disponible, pero puedes escribir con una libertad absoluta. 

-¿No echa de menos la cultura italiana? 
-Esto es algo mío porque lo he vivido activamente en el momento de la transformación, vivido en el sentido de que estaba presente. Algunas veces me he entusiasmado, unas he llorado y otras he reído. Yo en el trabajo soy suízo, me gusta que las cosas funcionen e Italia tiene un problema que es la opresión burocrática. Este es un país latino pero en cuanto a su funcionamiento tiene cánones más inteligentes. Aquí comulga la intentona de funcionar con métodos racionales pero al mismo tiempo con una snrisa en la boca. 

Foto: Mónica Patxot


 
 
 

¿Gsm e Internet en el Sahara?

En ciertos lugares -  con un poco de suerte, ingenio y paciencia - es posible estar on line.

Los viejos radioaficionados bien sabemos que el comportamiento de las ondas hertzianas obedece sólo en parte a reglas físicas conocidas. Existen, sin embargo, una serie de factores - visibilidad de emisor-receptor, rebotes en obstáculos naturales o artificiales, propagación ionosférica y actividad solar - que constituyen la parte aleatoria en la realización de una conexión.
  A estas consideraciones no escapan la comunicaciones de la telefonía celular que, a pesar de las frecuencias utilizadas (en el Gsm, 900 o 1800 Mhz), se ven influidas o pueden ser "ayudadas" con una serie de trampas o trampillas, algunas de los cuales pueden dar resultados buenos o por lo menos aceptables. Por ejemplo, con subir en altura y amplificar la señal recibida se puede conseguir una conexión imposible con medios habituales.
  He aquí lo que hemos hecho con algunos medios sencillos y sólo con el afán de responder al desafío de un compañero del periódico, de los que siguen considerando a las modernas tecnologías siniestras derivaciones de alquimias y brujerías de otros tiempos.
  En el maletero de 4x4 teníamos algo más de cien metros de cable coaxial, muy fino y ligero, además de un pequeño amplificador de señal (se montan en kit con algunos componentes disponibles en cualquier tienda de electrónica). No faltaba una pequeña bombona de oxigeno, de las que se utilizan para cargar los soldadores portátiles. Ya camino del desierto, en una feria cerca del zoo de Agadir, hemos comprado unos globos: infantiles, sí, pero de tamaño y robustez algo superior a lo habitual.
Naturalmente, nos acompañaban nuestro terminal Gsm Wap y un mapa, sacado de Internet, con la red de repetidores celulares de los operadores marroquíes. Aquí tenemos que hacer una aclaración. Sobre el terreno, hemos podido constatar que la cobertura es superior a la que indican los mapas. Y también que, por motivos turísticos y – ¿ porqué no? – posiblemente también por intereses militares (en algunas áreas hay conflictos todavía latentes) hay repetidores de refuerzo.
  Bien. Sabíamos que los repetidores Gsm tienen alcances diferentes. Muy cortos los urbanos, unos treinta kilómetros los extraurbanos y unos 130 kms los extendidos o de cabecera. Naturalmente, estas coberturas son reales cuando emisor y receptor “se ven”. Aquí es donde entran en juego los globos, una pequeña antena, el cable y el mini-amplificador (para compensar la pérdida debida al cable). Lo demás ha sido mantenerse siempre “al loro” de la existencia de una señal, por débil que fuera, repetir unos cuantos Inchallah, buscar un relieve natural y luego hinchar los globos y desplegar la antena aerostática. Et voilá, contacto desde el reg.
 

 


(Este texto ha sido tecleado letra por letra en un teléfono Gsm Wap y transmitido al periódico desde el Sahara)



Tanezrouft - Press Review Page   Return to Tanezrouft HomepageEspañolItaliano