Historias para destapar el excusado
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Gracias por participar Roberto Remes Yo no sé mucho de frituras pero sí tengo alguna experiencia comiendo las más tradicionales, como los Fritos, los Sabritones, las papas fritas, los Ruffles, principalmente, de los cuales todos me gustan algo, pero los que siempre compro son los Ruffles sabor queso y cebolla, y en las fiestas me suelo acabar los Sabritones, aunque luego me causan malestar estomacal, porque de los tres tipos de chicharrón que yo conozco el que más daño hace es el de harina, y el que menos, desde luego es el de gluten, pero ese no lo vende Sabritas, y bueno, en cuanto a los Fritos, jamás los compro pero sí me encanta gorrearlos. Un día compré yo una bolsa de Ruffles sin darme cuenta de que había un sorteo, y lo descubrí a partir de una tarjeta que venía adentro de la bolsa, pero con una breve explicación fuera de ella, en donde se explicaba que se rifaban creo que dos autos deportivos, enciclopedias en disco compacto y algunas otras cosas más, que no recuerdo. Las instrucciones sólo hablaban de que el consumidor debía buscar la tarjeta y ya, no decían nada de raspar, mirar a contraluz, despegar, ni nada por el estilo, así que yo empecé a comer mis Ruffles y luego encontré una tarjeta que decía Enciclopedia Encarta Dos Mil, y yo me puse contento porque consideré que me había sacado una enciclopedia, y se lo dije a la primer persona conocida que encontré, Ya lo abriste, me preguntó, Por qué le voy a abrir, contesté, Porque el premio viene adentro y no afuera. Esto me pareció bastante lógico porque cuando vi la tarjeta que decía Enciclopedia Encarta Dos Mil me resultó un poco curioso que los premios vinieran, digamos, abiertos, puesto que en los premios más importantes, como los coches, cualquiera de los obreros de la fábrica podría tener acceso a la calcomanía ganadora y hacer que algún familiar se presentara a reclamar el premio, pero supuse también que el procedimiento era tan automatizado que no había posibilidad de fraude si ninguna persona podía ver la calcomanía ganadora ya impresa. Cuando me dijeron que debía abrir la tarjeta revisé tanto las bases que venían fuera de la bolsa de los Ruffles como cada una de las letras que componían la tarjeta y ninguna, efectivamente, hablaba de que había que abrir algo, así que era válido pensar que si mi tarjeta sólo hacía referencia a uno de los premios, la Enciclopedia Encarta Dos Mil, me había ganado yo una enciclopedia en disco compacto, y no alguno de los otros premios, pero aún así accedí a la recomendación que me hizo mi conocido y abrí la tarjeta y me desilusioné al encontrar el típico letrero de ese tipo de promociones que dice Gracias por participar, o Suerte para la próxima, ya no recuerdo bien. Lo siguiente que hice fue comprar otra bolsa de papas pero no para ver qué premio tenía sino para confirmar que la tarjeta decía Enciclopedia Encarta Dos Mil en la parte exterior, así que decidí reclamar el premio, como si no supiera que al despegar la tarjeta me encontraría con un letrero que probablemente dijera Gracias por participar o Suerte para la próxima, y bueno, llamé por teléfono y dije que tenía un cupón premiado, y me preguntaron que si ya había yo abierto la tarjeta, a lo que mentí y dije Sí, luego me pidieron la clave de seguridad que se supone tienen todas las tarjetas, premiadas o no, y dije que estaba marcando desde mi oficina y no tenía el cupón premiado a la mano, así que me informaron con quién tenía que acudir a hacer los trámites. Al llegar me atendieron muy amablemente y me pidieron que abriera mi cupón porque no era lo mismo que afuera dijera Enciclopedia Encarta Dos Mil, a que adentro trajera un premio, pero yo les contesté que su explicación no me satisfacía porque en ningún lado las bases del sorteo hablaban de que yo tenía que abrir la tarjeta, sino sólo verificar el premio que me había ganado, Pero así usted perdería la oportunidad de sacarse un automóvil deportivo, Sí, pero amarraría la enciclopedia, así que me tienen que dar el premio, Señor no podemos, Entonces los tendré que demandar ante la Secretaría de Gobernación, que es la que les dio los permisos para realizar el sorteo, y ya consulté las bases que registraron en Gobernación, dije aunque mentía, y en ningún momento se habla de que el consumidor abra la tarjeta que viene dentro de la bolsa, Señor, me contestaron, por favor entienda que debe abrir la tarjeta de esta forma, y en ese momento desprendieron el cupón y volvió a aparecer el letrero Gracias por participar o Suerte para la próxima, no estoy muy seguro. Yo me enfurecí cuando abrieron mi cupón y los amenacé con demandarlos, di manotazos en la ventanilla donde me estaban atendiendo y les dije que iba a regresar con mi abogado, luego tomé las dos partes de la tarjeta que recién habían abierto y me fui, pensando por supuesto en cómo haría para reclamar el premio y si una simple enciclopedia en Ci Di Rom valía la pena un pleito como el que estaba yo armando, pero nuevamente fui a comprar unos Ruffles para llegar con mi tarjeta que decía Enciclopedia Encarta Dos Mil y ya iba yo en camino al mismo edificio en el que había reclamado mi premio cuando me encontré con un amigo, Mariano, quien vestía un buen traje ese día, así que le propuse que me acompañara y yo diría que era mi abogado. Él accedió y minutos más tarde estuve otra vez frente a la ventanilla de reclamación de premios, y otra vez fui atendido por las mismas personas y recibí las mismas negativas e hice las mismas amenazas con la diferencia de que añadí Aquí está mi abogado, y Mariano añadió que en la demanda solicitaríamos que me dieran un monto equivalente al premio más importante del sorteo, o sea, más de cuatrocientos cincuenta mil pesos. Los empleados se pusieron un poco preocupados y fueron a consultar con sus superiores, y éstos a su vez con las siguientes jerarquías, y mientras tanto nos pasaron a una sala de juntas, donde Mariano me comentó que ya se le estaba acabando el tiempo disponible así que si no me resolvían en diez minutos más él se tendría que ir, lo cual me llevó a presionar a las personas que nos estaban atendiendo Nos tenemos que retirar así que la demanda les llegará en unos días, Por favor esperen un minuto, me respondieron, y enseguida bajó un funcionario de la empresa diciendo que, en efecto, se habían equivocado en la convocatoria pero nos pedían que por favor no difundiéramos lo que había sucedido, que nos regalaban no sólo una enciclopedia electrónica a cada uno, sino también otros artículos promocionales y cupones canjeables para algunas de esas tiendas que abren las veinticuatro horas, pero a cambio debíamos firmar que no reclamaríamos ningún otro premio de ese sorteo, a lo cual accedimos pero a cambio de que nos dieran no dos sino cuatro discos compactos con la enciclopedia. Mariano se equivocó y al firmar puso Ingeniero, pero afortunadamente no se dieron cuenta o se hicieron los tontos, y cuando nos estábamos despidiendo del personal de Sabritas, uno de ellos preguntó No quieren saber qué tenía adentro su cupón, y como la respuesta fue un silencioso movimiento vertical de la cabeza, el empleado separó los plásticos que formaban la tarjeta y sorprendido nos mostró la parte en donde venía el premio, Audi Te Te, pensé por un instante que diría el cupón, pero no, Enciclopedia Encarta Dos Mil. |
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