Las icnitas (huellas de dinosaurios) son especialmente abundantes en el área de Cameros (Tierras Altas). Es algo así como las de las estrellas de Hollywood, pero en Soria, y además nuestras huellas no tienen nada que envidiar a las de aquellos "fósiles".
Los principales yacimientos los encontramos en Bretún, Santa Cruz de Yanguas, Villar del Río y Yanguas articulando la llamada Ruta de las Icnitas que parte de Garray bajo la reproducción de un Parasaurolophus a tamaño natural. Otras réplicas que podemos encontrar a lo largo de esta Ruta son en Bretún un Triceratops, en Santa Cruz de Yanguas un Stegosaurio, en Ventosa de San Pedro un Iguanodon y en Villar del Río el gigantesco Branquiosaurio, todos ellos colocados por la Diputación Provincial de Soria.
A lo largo de esta ruta encontraremos huellas de Terápodos, Iguanodon, Ornitópodos, Pterosaurios.... En Villar del Río existe un Áula Paleontológica en la que se muestran y analizan las icnitas de Tierras Altas, explicando todo lo relativo a su formación, características, animales que las produjeron, geología y medio ambiente original.
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Soria cuenta con una importante riqueza paleontológica, ya que además de las icnitas podemos encontrar gran cantidad de fósiles márinos, árboles fosilizados…. Mencion especial merece la excelente colección de fósiles, que uno de nuestros paisanos, Adrian Martínez Tierno, ha ido recopilando a lo largo de su vida.
Los primeros restos de presencia del hombre en la provincia de Soria corresponden al Paleolítico y se encuentran representados en los famosos yacimientos de Torralba del Moral y Ambrona. Se trata de los yacimientos del Paleolítico Inferior más relevantes de toda la Península Ibérica y eso es porque ¡los sorianos dejamos huella!.
Los restos encontrados en ambos yacimientos corresponden a un reducido número de especies ( toros, caballos, elefante de defensas rectas (elephas antiquus), elefante forestal, venados...). Los huesos encontrados correspondan a unas determinadas partes del esqueleto, lo que hace pensar que se trata de restos de animales que, una vez despojados de la piel y de la carne, fueron despreciados por su poca utilidad o dificultad de aprovechamiento.
Junto a estos, también se encontraron útiles líticos realizados por el Homo Erectus (el primer soriano de pura cepa) y en menor medida de hueso y madera utilizados para cazar, descuartizar y cortar carne. Los materiales empleados son cuarcitas, silex...
Los investigadores dudan si se deben a una actividad intermitente de pequeños grupos de cazadores o si por el contrario son resultado de una ocupación más corta pero más intensa.
Los restos encontrados los podemos observar principalmente in situ en el propio yacimiento de Ambrona y en la sala A del Museo Numantino.
¿Qué son las pinturas rupestres?. Pues algo parecido a esos dibujos que tanto te gustaba hacer cuando eras pequeño hace muchos, muchos años.
Del neolítico, además de la tosca cerámica y las hachas pulimentadas se conservan un buen número de pinturas ruprestres en Conquezuela, Castro, Retortillo, Manzanares, Ligos y Cañada Honda de Valonsadero. En total se conocen unos 35 abrigos con pintura en toda la provincia.
En las pinturas rupestres los hombres contaban las acciones cotidianas, como cazar, recolección de alimentos y rituales funerarios. Por desgracia, a lo largo de los siglos, muchos pastores han guardado su ganado en las cuevas donde están las pinturas, con lo cual muchas de ellas se han perdido o deteriorado.
Otra muestra de esta cultura neolítica son las cazoletas grabadas
de la Sierra del Almuerzo. Su descubrimiento dio lugar a la leyenda de
que los siete Infantes de Lara las utilizaron como platos para comer. El
propio nombre de la sierra ayudó a propagar la historia.