Primer dia

Una vez instalados en nuestras amplias habitaciones, fuimos convocados al pabellón C.
Antes de entrar en la sala, nos repartieron regalos, de los que nos aprovisinamos bien, no fuera que luego se arrepintieran de regalarlos y los cobraran. La sala estaba llena de banderas (dato vital para lo sucedido más tarde). Un hombre de barba llamado José Luis predicaba que el mundo es para el asociacionismo y que los asociados serán los primeros en el reino de los cielos.
El patético intento por realizar un lavado de cerebro con frases evidentemente falsas nos llevó a ponerle una variante al nombre de los encuentros: Los encuentros farisaicos, nombre que no triunfó dado el gancho de la palabra asertivo.
Aún así se escucharon ciertas frases que hemos de recalcar: En ese momento entraron Ferson y Luis, que habiendo tenido una misión sagrada (conseguir hielo), se habían perdido la mitad de la charla.
Tras la divertida expresión asociaciones alternativas a los alternativos por parte del ponente, nos dió por reirnos del chiste. Mas no le sentó bien a Reprimator que nos censuró, gritando para que se la escuchase bien, y de paso interrumpiendo el discurso de nuestro amigo-títere, el siguiente berrido:
"Jolín, callaros por favor, que no me entero de nada."
Estuvimos a punto de contestarle que por mucha atención que pusieramos no podríamos encontrar lógica en semejantes incongruencias.
En la retaguardia, Luis ya se había hecho una amiga, que más tarde reconoceríamos como La Secuaz y acólita de Represator (sin nombre). Por suerte alguien cortó los hilos al amigo José Luis y pudimos ir a cenar, que ya había ganas.

Después de la cena preparamos una fiesta privada y exclusiva en la habitación 302. Incumpliendo el 80% de las normativas internas del albergue, la fiesta estaba abocada al fracaso.
Aún así, la actividad realizada en la habitación hasta más de las 12 de la noche fue todo un éxito: Interpretamos una obra de teatro titulada "Yo no soy quien tú crees" cuyo autor es Jorge Garrido.
Lástima que Luis Heras interpretase su obra más conocida: "Yo soy un cabrón y tú te jodes", con la participación de nuestra amiga Arantxa Eastwood como protagonista femenina. Cuando ésta se tuvo que marchar indispuesta provocada por no se qué virus que la obligaba a ser atada a la cama, hubo de suspenderse la obra. Mas comenzó otra más divertida, que tuvo en vilo a los espectadores; la titulamos "A pesar del silencio no sobreactuamos" y los protagonistas fueron Marta Rebeca y Juanatan.

Entonces la inspiración de su musa Lola le llegó a Alejandro, el bardo, el rápsoda, el adivino. Con tono profético y la lira en las manos, declamó las palabras de su augurio. Y éstas se cumplieron al instante y nos desalojaron del local.
Con la marcha que teniamos decidimos abandonar el teatro (aunque no completamente) y pasar a la poesia.

[Juanatan sosteniendo el libro de 
Baudelaire]

Alejandro, el rapsoda, acompañado de la lira (que no sale en la foto) entonó los versos, ligeramente modificados, de Baudelaire:
[Fans de Baudelaire]

Habiendo fans tan acérrimos del poeta no se podía bromear, so pena de recibir tres tiros en la cabeza.
Los juegos nos llevaron a la cama, ya que jovenes tan entregados a las actividades asociativas en pro de la comunidad no están acostumbrados a disfrutar tanto rato pasándoselo bien.

Las noches son largas y dan paso al reino de los espíritus. Eran las 3.00 horas y ya todos estábamos acostados cuando se escuchó un espeluznante grito sacado de lo más profundo del averno más abisal e ínfimo y que helaba hasta los hielos: Espíritus, fantasmas, entes ectoplasmáticos, psicocinéticos y horribles, babeando muchos ascos y asustando a los más impávidos (oye qué miedo).

[Que susto más grande antes prefiero la 
muerte]

Las espectadoras de tan horrendos visitantes de otras dimensiones nos contaron que se materializaron ante su puerta y escucharon ruidos, golpeteos de cadenas, crujidos, que les impidieron conciliar el sueño. Mas toda vez que asomaban sus cabezas no veian sino el manto negro de la noche. Hasta que tuvieron la horrible visión abalanzándose sobre ellas: El vigilante nocturno jorobado (y sordo). Al parecer los fantasmas le temen y se fueron a dar con sus encogidos y húmedos huesos a la habitación 406.

DÍA 2 DÍA 3 FOTOS INTRODUCCIÓN

(*)Promesa que me recuerda a la que se hace a los testigos de Jehová cuando les dices que vuelvan otro día que tengas más tiempo...