Aquel día, en que la famosa Sailor-V pasó a formar parte del equipo de las Scouts como Sailor Venus, fue uno de los mejores de mi vida...
¡V-chan al habla!
Mina explica la historia de Serena
Soy Mina Aino, tengo 17 años de edad. Nací el 22 de octubre y soy Libra. Además soy Sailor Venus, líder de las Sailors Scouts. Pero comenzaré desde el principio...
"Mi nombre es Serena Tsukino. Tengo 16 años. Voy en primero de preparatoria, bueno, soy una niña algo torpe y siempre lloro por todo, pero la verdad, es que soy una Sailor Scout que lucha por el amor y la justicia. Soy Sailor Moon."
Las Sailors Stars ya se habían ido, dejándonos a Amy Mizuno, Raye Hino, Lita Kino y Serena Tsukino toda la responsabilidad. Pasamos la semana siguiente con una gran tristeza por la soledad que estábamos sintiendo, ya que los chicos nos hacían mucha falta. Pero nunca me sentí tan sola y tan triste como aquel otro día...
"¿En realidad eres una Princesa?"
"¡Ésto es tan lento como el auto de mi abuela!"
"Mina es mucho más madura que todas nosotras..."
"Detente. Te daré el Cristal de Plata si sueltas a Sailor Venus. Déjala." yo recordaba.
Serena había sido mi mejor amiga junto con Lita desde hacía ya mucho tiempo. No creo haber conocido alguna otra amistad más sincera y fraternal que la que me ofrecieron ellas dos. Siempre quise muchísimo a Raye y Amy, pero nunca como a este otro par.
¿Cuántas veces me había hecho reír cuando estaba triste? ¿Cuántas veces me había hecho sentirme orgullosa? ¿Cuántas veces me había hecho llorar cuando me contaba sus cosas? No lo sé. Todo ésto es incalculable. No se podrían contar las veces que esa rubia juguetona e inmadura me hizo sentirme mejor o experimentar un sentimiento no vivido jamás. Algo similar ocurría con Lita, pero tendría que llegar a perderla para sentir lo que ahora, seis semanas después, siento por Serena.
Continuando con mi historia, el grupo de las legendarias Sailors Scouts se encontraba inactivo. Al menos hasta que él apareció. Combatimos a sus soldados múltiples veces, en las que siempre una de nosotras resultaba herida, pero esta vez el turno fue para Sailor Chibi Moon.
- ¡Rini! -exclamó Serena al ver que su futura hija se veía afectada por el ataque de un Soldado de las Sombras. Afortunadamente, a la primera impresión, no resultaba tan grave como creíamos, y resultó salir viva. Pero luego que el estallido de furia de Sailor Mars acabara con el soldado, Rini tuvo que ser trasladada a un hospital.
- Mamá. Ven rápido. Rini está mal. -decía preocupada Serena al teléfono. La cuidó las tres noches y dos días que permaneció interna en el hospital. Faltó esos días a la Preparatoria e iba en las mañanas al colegio de Rini a preguntar por las tareas y para avisar que no iba a ir a clases ese día.
Nunca había visto a Serena como aquella vez. Se veía tan consciente y madura, pero a la vez preocupada e indefensa. El día siguiente al que la internaron, Rini abrió los ojos. Había que ver la felicidad que se le notaba a Serena, derrochaba alegría. Pero lo primero que dijo, como si fuera una premonición, fue:
- Mina...
- ¿Qué? -dijo Serena extrañada. Afortunadamente, yo estaba allí.
- Mina... Sálvame...
Después de eso, Rini despertó. A pesar de que ya había abierto los ojos, todavía continuaba soñando. Menos mal que ya estaba bien, no me hubiera imaginado otro día Serena preocupándose por la situación de Rini y desesperada por que le hablara. Apenas ésta pronunció su nombre, corrió a abrazarme.
- ¡Gracias por estar aquí, conmigo, acompañándome!
Y en realidad Serena necesitaba esa compañía. Darien estaba de viaje, y ahora ella estaba sola, conmigo allí.
No recuerdo haber conocido, en 17 años de vida, a una persona más amable y compasiva que Serena, a excepción, por supuesto, de Amy. ¡Qué chica tan increíble! Nunca abandonó su sueño de ser doctora a pesar de tener un futuro incierto como Sailor Scout. A mí que me cuesta tanto decidirme entre mis responsabilidades de Scout y mi sueño de ser artista. Aunque ahora es distinto. Yo tengo la responsabilidad de todo un equipo de guerreras, y no voy a defraudar a Serena. Ella hubiese querido que fuese así.
Recuerdo una vez que fuimos al cine a ver una película. "Romeo y Julieta". Lo clásico, y por naturaleza, trágico. Ambas lloramos, pero ella no paró hasta que llegamos a su casa. ¡Pobre Serena! Espero que su alma tan pura y su corazón noble estén todavía en un lugar cálido y tranquilo.
Pasaron algunas semanas. Pasamos algunos combates con Soldados de las Sombras, y al parecer, habíamos acabado con todos, ya que trancurrió más tiempo del acostumbrado para que se iniciara una nueva pelea.
Pero un día, esa tranquilidad se quebró. Al parecer el enemigo era toda una organización sombría con propósitos indefinidos. Y ese mismo día, pasé a ser una chica desgraciada y melancólica.
- ¡Mercury! -gritamos todas al ver que nuestra compañera era "depositada" en la pared más cercana.
- ¡Raye, no! -recuerdo que decíamos Jupiter, Sailor Moon y yo mientras que Sailor Mars se protegía de una inmensa bola eléctrica que venía contra ella.
- ¡Cuidado, Jupiter! -exclamábamos Sailor Moon y yo. Lita estaba siendo estrangulada por los brazos del comandante de la organización. Tal vez su muerte hubiese sido la más dolorosa para mí, pero no fue necesario que así fuese.
Cuando él me llamó para el combate, estaba dispuesta a ir, dispuesta a defender al mundo, dispuesta a defender las responsabilidades que estaban en mis manos, dispuesta a defender mis sueños, pero sobre todo, dispuesta a defender a mi Princesa y líder, y salir viva de allí para no dejarla del todo sola. Aunque una parte de mí quería morir para poder encontrarme con mis amigas, mis hermanas y compañeras de siempre: Lita, Amy y Raye. Pero Sailor Moon se ofreció a ir en mi lugar.
Luchó durante largos minutos, hasta que necesitó nuestra fuerza. Hice esfuerzos inimaginables para que mi fortaleza y espíritu de Sailor Scout saliera de mi cuerpo y se uniera a Serena. Y eso hicieron las demás, pero por el contario. Esa llamada que Serena nos estaba haciendo, esa necesidad de fuerza y espíritu hizo que amáramos más nuestra vida, y logró revivir a las Sailors.
Sabíamos que necesitábamos vivir para ayudar a Serena, a nuestra querida amiga Serena, y que no podíamos dejarla sola. Nos tomamos de las manos e hicimos el rito acostumbrado de las Sailor.
- ¡Por el Poder de Mercurio!
- ¡Por el Poder de Marte!
- ¡Por el Poder de Jupiter!
- ¡Por el Poder de Venus!
Fue todo un espectáculo ver todas esas luces saliendo de nuestras tiaras, y sentirse y ser parte de todo aquéllo. Pero nuestros esfuerzos fueron inútiles.
- ¡¡¡SAILOR MOON!!! -exclamaron Mars, Jupiter, Mercury y Chibi Moon al ver cómo Serena era atravesada por una lanza, justo por el medio de su abdomen. Yo simplemente, no pude decir nada. Sólo caí de rodillas en el suelo, y luego, al realizar que mi mejor amiga en 17 años de vida, había sido asesinada, acerté a abrir mis ojos y gritar:
- ¡¡¡SERENA!!!
El sonido retumbó en el cielo. No fue un grito de preocupación, ni de tristeza, ni de alerta. Fue una mezcla de desesperación, odio y rabia. Y se siente tan amargo en el corazón, que crees que mereces ir al infierno sólo por haber sentido algo como éso. Pero de todas formas, no hay palabra que exprese cómo me sentí aquella vez.
Recuerdo las últimas palabras de Serena:
- Díganle a Darien que lo amo mucho... Y ustedes, cuídense. Y si llegan a morir, yo las esperaré a donde vayan... Gracias por todo, amigas...
Y más nunca volvimos a oír la tranquila voz de Serena Tsukino.
Allí, el cólera se apoderó de mi cuerpo y me hizo enfrentar una batalla cuerpo a cuerpo con el comandante. Y por supuesto que salí victoriosa. Pero no estaba feliz. Todavía no acabábamos con toda la organización, pero ellos sí habían logrado acabar con la mejor amiga de todos, con la chica ideal. Tal vez sacaba malas calificaciones, tal vez era tonta y llorona, tal vez era inmadura, tal vez tenía sobrepeso, tal vez era cobarde, tal vez era descuidada, etc... Pero el punto es que todos esos defectos juntos no podrían compararse con su inmenso y noble corazón de chica de 17 años.
Ella sabía amar y ser amada como ninguna. Supo querer a Endymmion, a Rini, a sus compañeras Sailors, a su familia; y también sabía perdonar. Apostaría mi vida por decir que si ella continuara con vida hubiese perdonado al enemigo por todo lo que nos hizo pasar. Todavía no creo cómo tanta bondad cabía en una sola persona.
Después de mi combate con el comandante, alcancé a ver a mis amigas llorando a Sailor Moon. Y Rini estaba inconsolable, pero no menos que yo, aunque debía disimularlo, porque sabía lo que venía a continuación.
- Lamento mucho todo ésto. Pero en este momento necesitamos hablar con ustedes. -nos dijo Luna llorando.
- Luna y yo hemos discutido ésto desde hace mucho tiempo atrás, esperando que nunca fuese necesario comunicárselo. Pero ante la evidente muerte de Sailor Moon, debemos designar a otra líder. Y ésa debes ser tú, Sailor Venus. -continuó Artemis muy serio. Ése debió ser el momento más feliz de mi vida. A pesar de que yo lo negara, incluso a mí misma, siempre había querido ser la líder de las Sailors Scouts, porque había trabajado siempre sola siendo Sailor-V, y el unirme al grupo iba a romper con todos mis esquemas. Pero en realidad ese momento en el que me presenté, pude rescatar a mis futuras amigas y las conocí, fue el más feliz de mi vida. Y ahora, que por fin me habían designado líder de las Sailors, no fue un momento para estar alegre.
A veces me sentía un poco triste, porque la aparición de Sailor Moon había sustituído a Sailor-V de los corazones de mucha gente, y siempre me ha gustado destacarme...
Ya todo el mundo se ha percatado de la extraña desaparición de Sailor Moon, y me han aceptado bien como nueva líder de las Sailors. Pero toda esta gloria y fama no me hacen tan feliz como esperaba, ni se pueden comparan con el dolor que siento al ver mi pluma de tranformación junto a mi nuevo tesoro: El Legendario Cristal de Plata de Sailor Moon.
Tres días después del acontecimiento que marcó mi vida (más que haber conocido a un gato que habla que decía que yo tenía poderes sobrenaturales), ya me había acostumbrado un poco a la amarga y extraña ausencia de mi hermana de siempre, Serena. Y ese mismo día, volví a quedar mal.
Estábamos en mi casa tratando de alegrarnos un poco la vida. Cuando apareció Sailor Plut.
- Pequeña Dama. Ahora debo llevarte conmigo. Es imposible que estés aquí. Como Sailor Moon ha muerto, tú no puedes haber nacido, y por lo tanto, no hay un futuro Tokyo de Cristal... Ahora ven, la Reina Serena te está esperando.
- ¡No! -dijo Rini echándose a llorar en mi regazo. Pero lo que decía Plut tenía sentido.
Además, Darien todavía no se había enterado de la muerte de Serena, y no queríamos preocuparlo ahora con eso. Él también quedaría destrozado.
- ¡Mina, no! ¡Sálvame! -exclamó Rini. Y allí entendí muchas cosas. Con lágrimas en los ojos, solté a la niña y la entregué a Plut.
- Rini, debes odiarme por ésto. Pero eres la más afortunada de nosotras. Serena te espera, y debes ir a hacerle compañía. -le dije. Finalmente, Plut se desvaneció con Rini en sus brazos. Y ese mismo día, el segundo comandante atacó.
Acabamos con él rápidamente. Al parecer, la muerte de nuestra Reina nos ha debilitado el alma, pero nos ha fortalecido el carácter. Yo sigo a la cabeza de las Sailors, y así seguiré; por supuesto que ayudada por Luna, Artemis y las chicas. Otra que está deshecha es Mamá Ikuko. Le explicamos todo acerca de las Sailors, con autorización de Artemis, e increíblemente, entendió.
Ahora estamos en medio de un combate. Éste es el tercer comandante, y yo estoy al frente, protegida por mis amigas, honrando la memoria de Serena, nuestra querida Serena. Soy Mina Aino, líder del equipo de las Legendarias Sailors Scouts, y seguiré siéndolo hasta el final de mis días...
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