Tercera Parte: ¿Cleocite?

"¡Cleocite!" Que bien sonaba eso... el grito de sorpresa de Sailor V hizo que Cleocite soltara una pequeña risa.

Ahora sí, esta vez Sailor V no te escaparás de mí, pensó Cleocite con cierta malicia. El general del Negaverso miró hacia abajo para mostarle su sonrisa malévola a Sailor V y su acompañante... ¿Pero quién diablos es esa mujer? ...Ah, ahora recuerdo, ella es la que siempre se entromete en mis asuntos junto con esa marinerita disfrazada de azul... es que nunca me dejarán tranquilo...? Gracias a ti Sailor V, tuve que ser asignado a Inglaterra. Si no hubiera sido interrumpido por ti, pequeña mocosa, ahora yo estaría a la derecha de mi reina Beryl, y ese maldito de Neflite nunca hubiera conseguido mi puesto en Tokio. ¡Te odio! Pero esta noche, finalmente esta noche... morirás... y yo disfrutaré ese gran momento para luego informar a la Reina que acabé contigo, y le di un doloroso final a tu miserable vida...

***

Era una tarde hermosa, eso lo podía recordar bien Mina, Artemis caminaba a su lado mientras que ella se encaminaba al entrenamiento de voley.

"¿No es un hermoso día, Artemis?" preguntó Mina al gato blanco que andaba a su lado.

"No estoy tan seguro... ¿pero no sientes esa energía maligna?"

"No siento nada... Aún me cuesta creer que un gato como tú, pueda ser tan sensible..."

"Sígueme Mina, creo que se encuentra muy cerca de aquí... apuesto a que es Cleocite, ese malvado sigue robando energía..." Artemis se separó de Mina y empezó a correr.

"¡Espera Artemis!" gritó Mina mientras corría tras su gato.

Mina jadeante por fin alcanzó a Artemis, pero se dio con la sorpresa de encontrarse cara a cara con Cleocite. Rápidamente dio media vuelta y se dirigió a un pequeño lugar oscuro y deshabitado.

"¡Sailor V... Transformación!"... "Soy LA sailor scout que lucha por el amor y la justicia! Y no dejaré que tú, Cleocite te robes energía para tus maléficos planes. El Negaverso jamás debe de renacer, sino que morir junto con todos sus sirvientes."... que buenas palabras que me salieron... a propósito dónde se metió ese Artemis?

"Eres una charlatana! Hablar, no más es tu única virtud."

Sailor V miró a su alrededor; el demonio se hallaba en esos momentos tratando de atormentar a un grupo de pequeños niños provenientes del nido. Inmediatamente Mina se puso en posición para atacar... Pero el demonio rápidamente tomó como rehén a una niñita que no dejaba de llorar. "Suéltala, ¡monstruo!" gritó Sailor V.

La niña seguía gritando y llorando cada vez más fuerte. ¿Cómo es que nadie se da cuenta de toda la bulla que hace esta pequeña? Así por lo menos me podrían ayudar en algo..., pensaba Mina. El demonio empezó a extraer energía a la pequeña.

"¡NO! ¡Eso no te lo permitiré!" dijo ella "¡Rayo creciente de Venus... fulmina!" Un poderoso rayo salió del dedo de Sailor V con camino hacia el monstruo, éste lo esquivó con facilidad. ¡Y ahora qué voy a hacer! pensaba Mina.

De repente una cosa blanca salió de algún lugar dispuesto a atacar al demonio, se lanzó sobre la cabeza de él y se sostenía bien fuerte con sus garras para evitar caerse... Un momento. ¿Garras? ¿Cosa blanca? No era nada más ni nada menos que ese gato que siempre trata de inculcarle valores a la pobre de Mina "¡¿Artemis?!" "MIAU!!!!!!!!!"

En un instante, Sailor V comprendió.

"¡¡RAYO CRECIENTE DE VENUS... FULMINA!!"

Mientras el rayo salía camino al monstruo, Artemis mordió el brazo del demonio para lograr liberar a la niña, instantes después saltó al piso mientras el rayo impactaba en la cara del demonio. A todo esto, Cleocite no era más que un espectador. "Ya me las pagarán" pensó mientras se retiraba. "¡¿Qué querías hacerme?! ¡¿Achicharrarme con el demonio?!" se quejó Artemis ya en el camino a casa.

"Vamos Artemis, no te quejes tan sólo es un pequeño rasguño el que te hice... Además te lo tienes merecido por no hacer tu trabajo más rápido" "¡Pero si ese no es mi trabajo! ¡Es el tuyo! No se supone que YO te esté ayudando siquiera" respondió el gato. "Bah, Artemis no te quejes, por lo menos ayudaste a rescatar a la niña"

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Mientras en el escondite del Negaverso...

"Volviste a fallar, Cleocite" acusó la Reina Beryl.

"Pero mi Reina, yo no tengo la culpa de que esa sailor scout se meta en todos mis asuntos"

"A mí no me pongas peros, no quiero consentir que me contradigas, de castigo te daré el sueño eterno"

Cleocite cayó de rodillas ante su majestad.

"Mi señora, usted sabe que es una deidad para mí, por favor no me castigue de esa manera... se lo suplico"

"Mmmmmmmmm, te perdonaré por esta vez, pero que sea la única vez que voy a tolerar esto, este aviso va tanto para tí, como para los otros 4." dijo la reina Beryl "Pero esto aún ha quedado inconcluso, para que aprendas, te irás a *trabajar* a Inglaterra, fuera de mi vista y presencia!"

"Majestad... yo..."

"¡Lárgate!"

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"Por tu culpa Sailor V fui enviado a Inglaterra, pero eso no importa ahora, porque de aquí no sales viva!" pensó Cleocite.

"Así que eras tú, Cleocite. Y yo que pensaba que era algo importante..." dijo sarcásticamente Sailor V.

"¡Prepárate Sailor V!" gritó Cleocite al momento que lanzaba una bola de energía a Mina.