SÓLO PARA MACHOS
TOMÁS URTUSÁSTEGUI
EVA.- Si no me das nada no naceré.
ADÁN.- Sólo tengo mi cuerpo.
EVA.- ¡ Tu cuerpo! Bueno, si no tienes algo más acepto.
NARRADOR.- ¿ Se dieron cuenta? Eva no pidió ser
formada de barro como Adán, no, ella pidió una parte
del cuerpo de él, luna costilla. Si al menos la hubiera
pedido para comérsele se explicaría pero para formarse....¡
Eso no se hace! Esta es la razón por la que las mujeres
son las que tienen los hijos. Adán, hecho de tierra, no
tiene más remedio que decir “ Polvo soy y en polvo
me convertiré. Eva en cambio dice: “ Carne soy y
en carne me convertiré” Y se convierte.
EVA.- TRIUNFADORA. Y no una vez, puedo convertirme en carne todas
las veces que quiera. Un hijo, dos hijos, tres, cuatro...
ADÁN.- DERROTADO. Y nosotros los hombres en polvo una sola
vez.
NARRADOR.- Eva se formó de la costilla de Adán.
Los historiadores no se ponen de acuerdo si fue una costilla derecho
o una izquierda, y por supuesto que no es lo mismo si es de derecho
o de izquierda. Pienso, por su actuación, que fue de derecha.
Pero sigamos con Eva. ¿ Ustedes piensan que Eva vivió
agradecida a Adán por esta donación? ¿ Hubiera
sido capaz de dar su vida por la de su hombre si fuera necesario?
¿ Lo atendió, le fue fiel, lo amó? Ustedes
nada más observen.
EVA.- A LA SERPIENTE. ¿ A qué horas dices?
SERPIENTE.- Sssssh.
EVA.- ¿ Te vas a portar igual que el otro día?
SERPIENTE.- Sssssh.
EVA.- Al menos dime si me deseas.
SERPIENTE.- Sssssh, sssssh.
NARRADOR.- Y luego dicen que Eva no es la madre de todos los vicios,
la culpa se la echan a la pereza. No. ¡ Ella lo es! ¿
No me lo creen?
EVA.- A ADÁN. ¡ Necesito una nueva hoja de parra,
ya no tengo que ponerme!
NARRADOR.- ¡ La avaricia!
EVA.- ¡ Dancito, hazte hoy la sopa, yo estoy tan cansada!
NARRADOR.- ¡ La pereza!
EVA.- ¡ Qué te andas creyendo, qué soy tu
sirvienta para levantar todo lo que tiras. Mira nada más
como tienes el Paraíso!
NARRADOR.- ¡ La ira!
EVA.- VIENDO EL SEXO DE ADÁN. ¿ Dónde lo
compraste? Yo quiero uno igual.
NARRADOR.- ¡ La envidia!
EVA.- MOVIÉNDOSE ERÓTICAMENTE. No me has contestado...¿
Quieres probar mi manzanita?
NARRADOR.- ¡ La lujuria! Y no sigo con los demás.
Eva, además de los pecados, también inventó
la mentira.
ADÁN.- VIENDO LA MANZANA QUE TRAE EVA Y QUE ESTÁ
MORDIDA. ¿ Quién te mordió la manzana?
EVA.- ESCONDIÉNDOLA. ¿ Cuál manzana?
ADÁN.- No te hagas, ¡ esa!
EVA.- ¡ Ah, ésta! Me la encontré por ahí.
En el árbol.
ADÁN.- El árbol ya no tenía frutas, hoy lo
examiné.
EVA.- Ay, perdón, todo se me olvida, esta manzana me la
trajo una serpiente que para que la probara y después la
comprara.
ADÁN.- MOLESTO. IRÓNICO. ¿ La trajo en una
canasta?
EVA.- Cómo crees, la trajo en su boquita.
ADÁN.- ¿ Y qué más? ¿ Crees
de verdad que soy tu pendejo para creer todo lo que dices?
EVA.- SENTIDA LLORA MELODRAMÁTICAMENTE. No me crees ¿
verdad?, nunca me has creído, todo lo que digo para ti
es una mentira. ¿ Por qué tienes que tratarme de
este modo? ¿ Qué he hecho para merecer este trato?
LLORA MÁS FUERTE.
NARRADOR.- También inventó el llanto. Y al inventarlo
lo utilizó en todo.
EVA.- ¿ Me quieres?
ADÁN.- Sí. EVA LLORA.
NARRADOR.- Y Eva llora de la emoción.
ADÁN.- ¿ Dónde vas?
EVA.- Me invitaron unas changas a cenar.
ADÁN.- Prefiero que no vayas. EVA LLORA.
NARRADOR.- Y Eva llora de coraje.
ADÁN.- TOCANDO LA PANZA DE EVA. ¿ Y ahora, qué
es esto?
EVA.- LLORANDO. Estoy esperando un bebé.
NARRADOR.- Y Eva llora de felicidad. Eva llora por todo, porque
le subieron la cuenta de la luz, por lo caro que está la
vida, porque Petra, la sirvienta, le salió respondona;
porque subió tres kilos de peso, por...
LLEGAN LINA Y LENA. AMBAS SON FEMINISTAS.
LENA.- No lloramos, protestamos que es muy distinto. A mí
me acaban de subir la luz y no me dejé, fui a la Compañía...
NARRADOR.- Por favor, señorita, estoy hablando de Eva,
no de la luz.
LINA.- Por eso, no se le olvide que Eva fue la primera en dar
a luz.
LENA.- Usted dice que está hablando de ella, pero hablando
mal de ella y eso no se vale. Para empezar Eva no pidió
venir al mundo. Adán de ofrecido se puso a dar una de sus
costillas. Y cómo ha cantado por siglos este hecho tan
simple. IMITANDO A LOS HOMBRES. “ Les presento a mi costilla”,
“ Ya no soporto a mi costilla” DESPRECIATIVAMENTE.
¡ Su pinche costilla! ¿ Por qué no dio su
corazón, él hígado o al menos una pierna
o una mano? No, dio de lo que le sobraba, de lo que tenía
de más: una triste costilla.