Robert E. Howard © by Jim SterankoDe la misma forma en que para la generación de nuestros padres nombres como Jules Verne o H.G. Wells fueron sinónimos de aventuras, imaginación, magia y descubrimiento de otras posibles dimensiones de la literatura, convirtiéndose sus obras en objeto de continua reedición, adaptación cinematográfica y material de inspiración directa para los más variados artistas gráficos, algo así sucede de un tiempo a esta parte con Robert E. Howard o J. R. R. Tolkien, padres de lo que se ha dado en llamar "Fantasía Heroica" o "Espada y Brujería".

Esto daría pie a bastantes disquisiciones de orden sociológico, pensamientos en torno al poder de la cultura de masas, etc., pero no es este momento ni lugar para extendernos en tal línea de reflexión. El presente artículo pretende tan solo acercarte, de una forma simplemente expositiva, al mundo del creador de uno de los personajes más mitificados del género fantástico, "Conan el Cimmerio".

Cross Plains, Texas, un punto en el mapa situado entre Abilene y Brownnood: la típica ciudad de provincias norteamericana que tantas veces nos ha mostrado el cine y la TV. Gris, anónima y sin muchas razones conocidas para pasar a la historia sino fuera porque, entre 1906 y 1936, albergara entre sus habitantes a un soñador empedernido llamado Robert Ervin Howard.

Cediendo la palabra al novelista y estudioso L. Sprague de Camp (un nombre que mantuvo viva la antorcha de Conan muchos años después de la muerte de su autor), podemos averiguar que... «Howard era hijo único de un médico de la frontera. Frágil y nervioso de chico, se convirtió, después de un heroico ejercicio, en una masa de músculos de doscientas libras llegando a ser aceptable púgil y jinete, y un fanático de los deportes. Tenía un padre taciturno e irascible y, como Lovecraft, una madre-monstruo: una mujer empalagosa y obsesiva que desalentaba su normal interés por las chicas.

«Lector voraz y escritor versátil y voluminoso, Howard era poeta de cierta talla. Su verso sonoro y colorista es mucho más legible que la mayoría de Lovecraft. Howard no pudo estudiar por falta de medios económicos. Tras algún trabajo eventual como camarero y vigilante, se dedicó a escribir exclusivamente. Después de unos años (1926-29) de pocas ganancias y muchos fracasos empezó a defenderse bien. En su breve existencia, Robert E. Howard escribió más que Clark Ashton Smith y Lovecraft juntos. Sus casi trescientos relatos abarcan la fantasía, el terror, el oeste, el deporte, el relato histórico, así como las aventuras de detectives y aventuras orientales.»

Para subrayar lo dicho por de Camp, nos basta tener en cuenta que en su momento Howard llegó a ser el ciudadano más rico de Cross Plains junto con el propietario del banco de la localidad, un detalle ciertamente peculiar si tenemos en cuenta que la mayoría de autores de la época sufrieron todo tipo de penurias económicas.

Aparte del personaje de Conan, R. E. H. creó muchos otros personajes que vieron la luz en las páginas de publicaciones como "Weird Tales", "Argosy", "Top Noch", "Oriental Stories" y "Action Stories". El rey Kull, anterior a Conan en su nacimiento literario, se sitúa en la época en que Valusia era un reino floreciente junto a otras sociedades mitológicas como Thule o Kamelia; Solomon Kane es un puritano isabelino que lucha contra el paganismo a la manera de los inquisidores, investido de un aterrador fanatismo; Stephen Costigan, excombatiente norteamericano de la Primera Gran Guerra que se enfrenta al mago Kathulos de Atlantis; y también, entre otros, Breckenridge Elkins, un héroe del oeste en el que subyace cierta vena paródica. Seres de la imaginación todos ellos que tienen entre sí características comunes muy bien definidas por el biógrafo E. Hoffman Price, cuando nos dice en el prólogo de "Skull-Face and others": «Son seres elementales. Cuando se enzarzan en una refriega nadie espera que se vayan a estrujar el cerebro buscando una manera de salir del atolladero. Son demasiado estúpidos para hacer otra cosa que cortar, golpear y arrastrarse hasta quedar en libertad.»

Y es que Howard no quiere sutilezas en sus relatos, siendo a estas alturas ya conocido que este autor escribió siempre movido por fuertes razones psicopatológicas. Como en el caso de H. P. Lovecraft, puede decirse que Howard fue toda su vida un ser desplazado, triste y disconforme con relación al mundo que le rodeaba, lo que le obligó a crearse un paraíso artificial, una nueva dimensión en donde expresar sus ansias de belleza y heroismo huyendo de sus muchos complejos, el principal de los cuales fue sin duda el edípico. Pero la realidad siempre decide más que los sueños. Así, cuando en 1936 la madre de Howard cae enferma de tuberculosis entrando el 10 de junio en un coma irreversible, el autor de Conan se encierra en su automóvil y se dispara un tiro en la sien.

Tras su muerte, sus historias permanecen durante algún tiempo en el olvido hasta que tras la Segunda Guerra Mundial, y un tanto al amparo del éxito de "El Señor de los Anillos" de Tolkien, algunos escritores como Lin Carter y L. Sprague de Camp empiezan a reeditar sus relatos originales, a completar el material que dejó inacabado y a crear nuevas aventuras de sus míticos personajes, especialmente de Conan. Dichos libros y revistas se vendieron excepcionalmente bien, reuniendo a su alrededor toda una pléyade de aficionados que no sólo coleccionaban sus relatos, sino que dibujaban mapas, establecían exactas cronologías, y formaban grupos para disertar sobre todo el mundo nuevo que un escritor había creado desde un lugar perdido en Texas.

Conan fue adaptado al noveno arte por la Marvel Comics Group a partir de 1970 con el concurso del tandem Roy Thomas como guionista y Barry Smith como dibujante. Ellos recrearán un Conan no demasiado parecido al original literario desapareciendo todos los rasgos de bestialidad y crueldad. El Conan que dibuja Smith no es demasiado fornido y no se deja llevar por instintos animales. La Marvel alegaba que estaban retratando sólo la juventud del personaje y de ahí su aspecto mayormente amable; las justificaciones tenían un sentido cuando el personaje en comic disfrutaba de gran éxito. Mediados los setenta, protagonizaba tres revistas: "Conan, the barbarian", "King Conan" y "The Savage Sword of Conan", esta última en blanco y negro y dedicada a un público más adulto. Smith abandonará el comic, y el personaje pasará a manos del prolífico John Buscema, quien junto a un equipo de nombres filipinos como Alcalá, Nebres o Chua darán al mundo del cimerio un aspecto más cercano al del original literario.

El cine tampoco podía ser ajeno al filón, y tras el renacimiento del "fantastique" de finales de los 70, Conan llegará al celuloide en 1981 de la mano de John Millius ("Dillinger", "El gran miércoles") encarnado por el ex-Míster Universo Arnold Schwarzenegger. En este primer "Conan" fílmico aparececerá también, en el papel de la amazona Valeria, la subyugante Sandal Bergman. En 1984 llega "Conan el destructor" que dirige Richard Fleischer, aportando la carismática presencia de la exótica cantante jamaicana Grace Jones. Se ha rodado también "El Guerrero Rojo", producida como las anteriores por Dino de Laurentiis, y protagonizada por Brigitte Nielsen y Arnold Schwarzenegger.

 

NOTA:

En 1979, los escritores John Jakes y John Pocsik adaptaron al comic una de las más hermosas obras de Howard: «The Valley of the Worm». Con el nuevo título del personaje central "Bloodstar" fue ilustrada por Richard Corben.


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