Quiero agradecer de forma muy especial a todos aquellos que colaboraron con esta causa. Definitivamente no será fácil luchar contra los grandes intereses económicos que giran en torno a las corridas, pero estoy segura que en tanto enseñemos a los más pequeños que cualquier manifestación de vida merece ser respetada, conseguiremos que muchas cosas cambien en este país signado por la violencia, la ignorancia y la indiferencia.
Es cierto que las cosas malas caen por su propio peso, pero es más cierto aún que cuando se unen fuerzas, se acorta la espera. Confío en que muy pronto, podamos celebrar juntos la abolición de este cruel espectáculo y de todas aquellas prácticas en que se menosprecia la vida.
Muchas gracias a:
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