Ayuntamiento de Huércanos, en silleria y con blasón en la fachada principal

Ayuntamiento de Huércanos 

En 1506 Juana la Loca concedió a los Huércanos el derecho a recoger agua del río Yalde un día a la semana. Más tarde y durante este mismo siglo, Huércanos sufrió una tremenda peste, a raíz de la cual se creó la Cofradía de San Pantaleón, patrón de la villa.

 

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Calle de Alesón

Los parajes de Alesón fueron protagonistas de una de las primeras leyendas del Camino de Santiago : La lucha de Roldán y Ferragut, escrita por Turpin. Aún se conoce por el nombre de "Poyo Roldán" el paraje de Alesón que dio origen a la gesta memorable del combate, y donde la tradición dice estar enterrado un gran tesoro, como pago de sus habitantes a los valientes capitanes galos al frente de Roldán y que los libraron de la tiranía del sirio y gigantesco Ferragut.  

 

Basílica Sta. María de Arcos

 Edificada con materiales reutilizados procedentes de la antigua ciudad romana de Tritium Magallum

 

 Puente de San Juan de Ortega Nájera   

 

Claustro de los Caballeros, Sta. María la Real de Nájera  

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Plaza del Mercado

 

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Museo Najerillense

Un buena muestra  de sus fondos está representada por  la colección de cerámica medieval,  musulmana, judía y cristiana. Los azulejos decorativos pertenecientes al Alcázar de Nájera merecen una especial mención debido a su rico colorido, a la variedad técnica y su artística composición. A ellos hay que añadir sarcófagos, columnas y capiteles románicos, etc.

 

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Cuevas "el Castillo"

Muy cercanos a la orilla izquierda del río Najerilla, hay un conjunto de cerros formados por estratos de arenisca roja y de arcillas. De todos ellos destacan los denominados El Castillo y Malpica, que, por estar adosados al propio casco urbano, han sido parte importante de la historia de la ciudad.  Fueron realizadas en torno al siglo X, mientras se disputaban bélicamente estas tierras musulmanes, navarros y castellanos, y para ser ocupadas por eremitas o por monjes.

 

 

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Apuntes sobre
el Camino de Santiago
 

  

 

El camino de Santigo por tierras de La Rioja

Nájera

      

      A partir del Alto de San Antón, había diversas vías que conducían a Nájera. 

      Por el Norte, se encaminaba hacia Huércanos, municipio de casi mil habitantes y en cuyo término municipal se encuentran restos arqueológicos de un poblamiento romano. Las primeras noticias históricas de esta villa se refieren a una venta realizada por el obispo Tudimiro en el año 894 y, más tarde, a una donación por parte de Sancho de Navarra al monasterio de San Millán.  Y cruzando  el río Yalde, esta vía se junta con la actual  carretera para entrar en Nájera. 

      Hacia el Sur continuaba por Aleson, en cuyos parajes tuvo lugar, según el Códice Calixtino, la contienda entre el caballero francés Roldán y el sirio Ferragut. Y seguía la ruta hacia  la antigua ciudad de Tricio, municipio romano de la Terra Sigillata. El desvío a esta última estaría justificado por la pervivencia de la vía romana que pasaba por aquí y ofrecía en los tiempos antiguos un recorrido más cómodo; seguramente, también, por la importancia de la Basílica de Ntra. Señora de Arcos, construida con elementos reutilizados de edificios romanos y enriquecida con pinturas murales románicas. La existencia de una necrópolis altomedieval en torno y dentro de la propia basílica parece indicar que el viejo monumento tuvo un atractivo especial para muchso cristianos que eligieron este lugar para su enterramiento. 

      Desde el altozano que ocupa Tritium Magallum se divisa Nájera, recostada entre dos peñas, Malpica y "el Castillo". Es una ciudad de origen prehistórico. Tierra de paso, situada en lugar estratégico, vivió diferentes culturas y colonizaciones: íberos, celtas, pelendones, autrigones, vascones, berones, romanos, suevos, árabes ... Desde principios del siglo X se menciona Nájera en las narraciones sobre las continuas luchas entre moros y cristianos. A la población le dieron los árabes el nombre de Náxara ("lugar entre peñas" o "lugar al mediodía") y a su río Naila le llamaron Naxarilla. Fue reconquistada definitivamente por Ordoño II de León el año 923, en colaboración con Sancho Garcés I de Navarra (905-925).
      Este la incorporó a su reino, junto con el Ducado de Cantabria, donándola a su hijo García Sánchez I (925-970), con la denominación de "Reino de Nájera". Posteriormente, a lo largo de los siglos X y XI, se convirtió en la capital efectiva del extenso reino de Nájera-Pamplona. En ella reinaron sucesivamente Sancho Garcés II Abarca (970-994), García Sánchez II el Temblón (994-1004) y Sancho Garcés III el Mayor (10041035). Con este monarca, denominado "Rex Hispaniarum", alcanzó Nájera la cima de su fama y esplendor, como capital de un gran imperio que abarcaba todas las tierras reconquistadas hasta el momento, y se extendía desde las costas de Galicia hasta el Condado de Barcelona y más allá de los Pirineos hasta Toulouse.
En aquella época Nájera fue escenario de trascendentales acontecimientos en la historia de España. Aquí Sancho III celebró Cortes y otorgó el famoso
Fuero de Nájera, origen de la legislación navarra y base del derecho nacional. Durante su reinado se acuñó en Nájera la primera moneda de la Reconquista. Favoreció las peregrinaciones a Santiago de Compostela, estableciendo alberguería y hospitales, y convirtiendo a la ciudad en punto clave de la ruta jacobea. A la muerte de Sancho el Mayor, el vasto imperio se repartió entre sus hijos García, Fernando, Ramiro y Gonzalo, convirtiéndose Nájera en cuna de los reinos de Navarra, Castilla y Aragón. En Nájera se quedó su primogénito, el rey Don García (1035-1054), apodado "el de Nájera", porque nació, vivió y fue enterrado en esta ciudad. Fue un gran rey, típico representante de los monarcas medievales.
      A partir de entonces, habiendo declinado su esplendor, Nájera pasó a convertirse en residencia preferida de monarcas y nobles castellanos, y en testigo de sus disputas, intrigas y batallas. En 1136 Alfonso VII el Emperador estableció en ella su corte, convocando en Nájera las Cortes del Reino dos años después. Finalmente, dona el Reino de Nájera a su hijo Sancho III el Deseado. Alfonso VIII, el de las Navas, hijo del anterior y de Doña Blanca de Navarra, también nacido en Nájera, anexiona definitivamente La Rioja a Castilla.
La ciudad aún fue testigo de hechos notables, como la proclamación de Fernando III el Santo como Rey de Castilla el1 de mayo de 1217, o la célebre Batalla de Nájera en 1367 entre las tropas de Pedro I el Cruel y su hermano bastardo Enrique de Trastámara. Juan II la honró con el título de Ciudad en 1438, y Enrique IV le concedió los apelativos de "Muy Noble y Muy Leal" en 1454. En 1465 donó la ciudad a D. Pedro Manrique de Lara, a quien los Reyes Católicos confirmaron en esta donación en 1482, otorgándole, además, el título de Duque de Nájera ("Duque Forte"). El emperador Carlos I visitó Nájera tres veces y Felipe II una vez, de paso para las Cortes de Tarazona. Durante la guerra de la Independencia contra las tropas de Napoleón fue ocupada por los franceses, que confiscaron bienes e impusieron fuertes contribuciones a los najerinos, saqueando cuanto de valor material y artístico hallaron en la ciudad.