- (Estoy segura que el siguiente paso será ir tras nosotros,)
teme
Susana (porque ni el Presidente
Municipal ni el Gobernador podrán seguir
evadiendo la presión pública. Debo de tomar cartas
en el asunto).
Pero antes de salir, recibe una llamada.
- "¿Buenos días?" contesta
Susana.
- "¿Susana? Habla Fulieta"
le contestan.
- "¡Qué milagro! ¿Cómo
te va?"
- "Es que tengo, bueno, tenemos, problemas.
Mi grupo de terapia, de los que pertenecían al
CENIM, es buscado por el gobierno
porque piensan que son los que se disfrazan de momias."
- "¿Y porqué no les dices que se
entreguen? Total, el que nada debe, nada teme."
- "Bueno, sí, pero piensa un poco: Ahorita
los medios de comunicación no saben nada de la
pesquisa del gobierno. En cuanto se
entreguen, pasarán la información a los medios, arrastrando
mi nombre y mi reputación entre
las patas. Aunque al final todo esto se aclare, bien sabes que
nunca imprimen las disculpas y aclaraciones
en primera página.¡Mi reputación quedaría
arruinada!"
- "¿Pero yo qué puedo hacer?"
- "Ir con el Presidente Municipal, y pedirle
que detenga las ordenes de aprehensión en contra de mis
pacientes. Sé que Lupita
era la que lo conocía, pero estoy segura que también te hará
caso a ti.
Me salvarías la carrera."
- "¿Y porqué no vienes conmigo?
Así podríamos hacer el caso más convincente."
- "Está bien."
- "Entonces tenemos que ir inmediatamente al
Centro Cívico, no sea que ya se estén presentando
manifestaciones en el centro
de gobierno."
Dicho y hecho, una masa de gente protesta porqué no se han empezado a encerrar a sospechosos, que si les tienen miedo, que si los ninjas tienen más poder que las autoridades, que deberían cerrar los centros de entrenamiento, que deberían prohibir el ninjitsu en la ciudad, que si la impunidad, que si entonces para qué se metió de Presidente Municipal, etc.
Susana y Fulieta se cuelan entre la gente, casi llegando dentro del edificio de gobierno. Uno de los manifestantes reconoce a Susana como una de las ninjas más notables de la ciudad, y toda la gente se le quiere dejar ir encima. Elementos de seguridad del Presidente Municipal las sujetan de los brazos y las meten dentro del edificio, para llevarlas con su jefe.
- "Esto era lo que tanto me temía. Esto
es la razón por la que nadie se lanzó de candidato en las
últimas elecciones"
le
dice el Presidente Municipal mostrándole el gentío.
- "Pero señor, le aseguro que esto no
tiene nada qué ver con Reubén, ni con ninguno de nosotros.
Y
le ruego que detenga la orden
de aprehensión en contra de los ex-estudiantes del CENIM, pues
ellos tampoco tienen la culpa"
le
ruega Susana.
- "Ellos ya tienen antecedentes, y lo que esa
gente necesita es que les entreguemos un chivo
expiatorio, aunque después
los dejemos ir. El Gobernador me está presionando."
- "Pero señor, comprenda que si hace eso,
la única que será perjudicada permanente e
irreversiblemente seré
yo" le advierte Fulieta.
- "¿Y tú porqué? ¿Quién
eres?" se extraña el Presidente
Municipal.
- "Soy la psiquiatra que ha estado tratando a
los ex-estudiantes del CENIM. Le aseguro por mi
reputación y por mi
carrera que esos hombres nada tienen que ver con esto."
- "Ignoraba que se encontraban bajo tratamiento
psiquiátrico. Ahorita se puede decir que son pocos
los manifestantes, y los medios
no han hecho un escándalo, ¿Y después? Si no les entrego
a un
culpable, nadie votaría
por mí aunque fuera el único candidato. Esa gente allí
afuera representaría
mi linchamiento político.
Así como usted, señorita, representaría el final de
mi carrera. Yo
pensaba que si lograba mantener el
control de los desastres de Reubén durante mi mandato,
podría usar ese antecedente como base
para mi plataforma política para otras candidaturas,
como la presidencia. Pero ahora....."
- "Encierreme a mí" le
pide Susana.
- "¿¡Qué?!"
se
asombran el Presidente Municipal y Fulieta.
- "Me oyeron bien: Enciérreme a mí.
Todavía no termino mi carrera, estoy de vacaciones, y mi
reputación no se vería
tan afectada si después sale la noticia de que yo no fui la culpable.
Yo no
tengo nada qué perder."
- "Muchísimas gracias amiga, no sabes
lo que significa para mí" le
agradece Fulieta con un
abrazo.
Para pronto, Susana es entregada como chivo expiatorio a las multitudes, anunciando que ella mismo vino a entregarse, pues tal es el código ninja.
La noticia vuela, y Reubén va a visitarla a la cárcel.
- "¡No puedo creer que hayas hecho esta
estupidez! ¡¿Porqué no lo consultaste conmigo?! ¡Había
muchas otras salidas a este
asunto!" le reclama Reubén casi
a gritos.
- "¡No Reubén! ¡Te equivocas!
No todo tiene una solución fácil y disparatada. A veces tienen
que
hacerse sacrificios para poder
salir adelante, y esta es una de esas veces. Ahora todo depende de
ustedes"
le recuerda Susana.
- "¿¡Pero es que no te das cuenta?!
¡Estando aquí encerrada nosotros estamos separados!"
- "¿¡Y qué?! ¿¡No
ves que esto también lo hago por ti?!"
- "No, no lo haces por mí. Todo lo que
haces, lo haces por ti. Siempre te resulta fácil deshacer
nuestra relación, a
pesar de que yo me la llevo haciendo hasta lo imposible para que sigamos
juntos, a pesar de las metidas
de pata que cometa. Pero tú... Parece que no estás dispuesta
a
perdonarme ni un error. Nunca.
Y ahora, estando en la cárcel, es como quitarte la
responsabilidad de cortar
conmigo, dejando que el sistema judicial se encargue de ello."
- "Bien sabes que no es así. ¡No
sé cómo no puedes entenderme! A veces me pregunto porqué
sigo contigo."
- "Yo
también me he estado preguntando
lo mismo últimamente. ¿¡Y sabes qué?! No tengo
respuesta. No sé porqué
ando de arrastrado tras de tí. No me importa que muera solo; mejor
me
quedo solo a quedarme con
la ilusión de estar acompañado por alguien a la que no le
importo."
- "¿¡En verdad piensas eso?!"
lágrimas
empiezan a recorrer el rostro de Susana.
- "¡Claro que sí!" empieza
a hacer lo mismo Reubén.
- "Entonces vete. Lárgate de aquí,
que no te quiero ver."
- "Perfecto. Al fin eres honesta. NUNCA
me has querido ver."
Susana se voltea y va a su celda, mientras
Reubén se aleja.
Ninguno de los dos mira atrás.
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