Vega de Bur (Palencia) : Localización Geográfica
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Castilla y León, comunidad autónoma situada en el centro y noroeste de España. Limita al norte con Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco, al sur con Extremadura, la Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha, al este con el País Vasco, La Rioja y Aragón, y al oeste con Galicia y Portugal. Tiene una superficie de 94.147 km2, que representan casi una quinta parte del territorio español. Sus nueve provincias, León, Zamora, Salamanca —el antiguo reino de León—, Burgos, Soria, Segovia, Ávila, Valladolid y Palencia —que, junto con las antiguas provincias de Santander y Logroño formaban la región de Castilla la Vieja—, constituyen la comunidad autónoma más extensa del país y la mayor región de la Unión Europea. Territorio y recursos El territorio está formado por una
alta y vasta altiplanicie, la submeseta Norte, recorrida por el río Duero y
prácticamente rodeada por montañas: la cordillera Cantábrica y el macizo
Galaico-leonés al norte y noroeste, el sistema Central al sur y el sistema
Ibérico al este. La región leonesa ocupa el borde noroccidental de la meseta
Central. El relieve característico y de mayor extensión de la altiplanicie son
los páramos, plataformas tabulares ínter fluviales Los montes de León forman parte del macizo Galaico, donde sobresalen las sierras Segundera —con lagos de origen glaciar, como el de Sanabria— y Cabrera; el Teleno (2.188 m) es su pico más alto. Al oeste de la provincia de León se extiende la verde y frondosa comarca de El Bierzo, en acusado contraste con el desnudo paisaje de La Maragatería.
En el sistema Central se encuentran las sierras Ministra y de Pela —en la provincia de Soria—, las vertientes septentrionales de las sierras de Ayllón, Somosierra y Guadarrama, con el pico de Peñalara, (2.430 m) —integradas en las provincias de Guadalajara, Segovia y Ávila— y, en tierras de Ávila y Salamanca, la sierra de Gredos —donde se alza la Plaza del Moro Almanzor (2.592 m) y en la que hay varios circos glaciares—, la sierra de Francia y la sierra de Gata. Junto a las montañas también destacan las fosas por las que discurren los ríos Tiétar y Alberche. Al oeste, el río Duero y sus afluentes forman parte de la extensa frontera con Portugal, con cortes fluviales, como los Arribes del Duero, y abruptos desniveles que superan los 500 metros. Hidrografía El Duero, con 895 km de longitud, es el río que domina la comunidad. Nace en los picos de Urbión y desemboca en el océano Atlántico en la ciudad portuguesa de Oporto. Su cuenca tiene 79.326 km2 y recoge las abundantes aguas de lluvia y los aportes pluvio-nivales de las montañas que casi circundan la meseta, lo que le convierte en el segundo río más caudaloso de la península, con 570 m3/seg. El Esla y el Pisuerga son sus principales afluentes por la margen derecha, mientras que por su izquierda destacan el Eresma-Adaja y el Tormes. Los numerosos embalses —Saucelle, Villalcampo o Castro— resultan decisivos para la actividad económica de la región. Otros cauces fluviales son los del Cares y el Sella, que vierten sus aguas al Atlántico, el Tiétar y Alberche, que son tributarios del Tajo y, por último, algunos afluentes del Ebro. Clima El Duero a su paso por Zamora La ciudad española de Zamora se ubica a orillas del río Duero. Esta localidad tuvo un papel destacado durante la edad media en la actividad repobladora llevada a cabo por los reyes hispanocristianos, que fueron ocupando el valle del Duero conforme el dominio musulmán perdía posiciones. El clima mediterráneo queda alterado por rasgos de tipo continental debido a la altitud de estas tierras y a las montañas que dificultan la influencia marítima. Las temperaturas son extremas, con fríos inviernos en los que la temperatura media es de 4º C, y en los que se registran con cierta frecuencia valores mínimos en torno a los -15 ºC. Las bajas temperaturas son habituales desde octubre hasta abril-mayo. Los veranos son breves y suaves, con temperaturas cuyo promedio se sitúa en los 21 ºC, y en los que lo más representativo es la acusada oscilación térmica entre el día y la noche. Las precipitaciones son escasas, aunque debido a la gran superficie de la comunidad existen diferencias entre las zonas interiores de la meseta, que son más secas, y las montañas periféricas, donde aumentan hasta alcanzar en algunos lugares los 1.900 mm, como en los Ancares leoneses, cerca de Galicia. Flora y fauna La vegetación refleja la variedad climática de la comunidad, la diversidad de su relieve y la acción humana. Las encinas son los árboles más extendidos en todas las provincias. Los enebros y las sabinas —en los páramos de Soria y Burgos— eran las especies arbóreas dominantes, sustituidas actualmente, en gran parte, por robles —Parque nacional Picos de Europa (León), Reserva nacional de Caza de Riaño (León) y Reserva nacional de Caza de Fuentes Carrionas (Palencia)—, alcornoques y encinas en las dehesas salmantinas, así como castaños, hayas y sobre todo pinos silvestres —sierra de Guadarrama y sistema Ibérico— y pinos piñoneros —Tierra de Pinares, en la campiña vallisoletana—. Los bosques han visto progresivamente reducida su extensión y su empobrecimiento ha provocado la aparición de las dehesas. Los matorrales —jaras, brezos y escobonares— cubren una cuarta parte del territorio.
Las diferencias de relieve y vegetación entre unas zonas y otras marcan la diversidad de la fauna. El zorro, el gato montés y las ovejas abundan en la amplia llanura esteparia; el toro bravo de lidia se encuentra en las dehesas salmantinas; los ciervos, corzos y urogallos habitan en las montañas del norte; las sierras del noroeste son los dominios del lobo; y, por último, la cordillera Central es el hábitat del águila real y del buitre leonado, del que en las montañas segovianas existe una de las más importantes colonias de Europa. Recursos naturales La riqueza minera leonesa de otras épocas —hierro, estaño y tungsteno (volframio)— hoy en día está en regresión; también atraviesan dificultades las explotaciones de hulla y antracita. Tan sólo las extracciones de granito y pizarra siguen siendo rentables. La región produce más del 20% de la energía eléctrica española gracias al complejo hidroeléctrico situado en los Arribes del Duero. Economía La agricultura supone tan sólo el 10% del producto interior bruto (PIB) de la comunidad, pero representa el 15% de la producción final agraria española. La cebada, las leguminosas, la remolacha azucarera (betabel) y las ovejas (borregos) son los productos agropecuarios más importantes de un campo que practica cada vez más los cultivos intensivos, causa y consecuencia del intenso éxodo rural. Los cereales son característicos de las tierras de secano, en las que el barbecho está en retroceso. La cebada se ha convertido en el producto principal, desplazando al trigo a un segundo lugar. La producción de girasol, patatas (papas), leguminosas y viñedo ha quedado relegada a áreas muy concretas, en función de su calidad y prestigio comercial.
Las tierras de regadío ocupan una extensión muy inferior a las de secano, pero constituyen la gran alternativa del paisaje agrario. Su continua expansión está relacionada con el aprovechamiento de las aguas de los ríos al construirse una amplia red de embalses y la perforación de pozos para que afloren las aguas subterráneas; es el área de la remolacha azucarera, las plantas forrajeras, los cereales y las patatas. En las proximidades de los núcleos urbanos las tierras de regadío aumentan su productividad y se cultivan, además, hortalizas, maíz, leguminosas y lúpulo. La cabaña ovina tiene gran valor y sigue practicándose, mayoritariamente, en régimen de trashumancia. La cría de toros de lidia destaca en Salamanca. Han hecho su aparición grandes y modernas granjas de vacuno que destinan su producción al abastecimiento de las ciudades, aunque siguen perviviendo pequeñas explotaciones agrícolas o ganaderas que tienen serias dificultades para sobrevivir. La producción de energía hidroeléctrica y termoeléctrica es una de las actividades más destacadas de la comunidad, suministrando el 20% de la energía eléctrica española. En el cauce del bajo Duero se ha construido un gran complejo a base de embalses y centrales, como las de Almendra-Villarino, Aldeadávila, Saucelle o Villalcampo, mientras que las centrales térmicas de Compostilla, Anllares, La Robla y Velilla se localizan en las montañas de León y Palencia para aprovechar los ricos yacimientos de hulla y antracita. La producción industrial casi alcanza el 30% del PIB regional. Tradicionalmente estaba centrada en la producción textil de Béjar, Medina del Campo y Palencia, en la industria azucarera de León, Toro o Benavente, y en la del cuero de la provincia de Salamanca. Los polos de desarrollo de Valladolid y de Burgos favorecieron la concentración industrial; en ellos destacan la fabricación de automóviles, productos químicos y agroalimentarios. También hay actividad fabril en León, Palencia, Aranda del Duero y Miranda de Ebro. El sector servicios, sobre todo el turismo, representa, desde la década de 1960, más de la mitad de la riqueza regional. Comunicaciones y comercio Los principales ejes viarios, tanto en el tráfico de mercancías como de viajeros, son las radiales N-I, también llamada carretera o autovía de Burgos, y N-VI, denominada carretera de La Coruña o autovía del Noroeste, así como la N-620, que conecta Burgos con Valladolid y Salamanca; estas carreteras unen las capitales de provincia, como Burgos, León, Valladolid, Salamanca, con localidades tan importantes como Medina del Campo, Aranda de Duero y Miranda de Ebro. Con escasos tramos de autopista (entre Burgos y Miranda), el ferrocarril juega un destacado papel al unir algunos de los principales núcleos urbanos. Población Los índices de población de la comunidad de Castilla y León siempre han estado por debajo de la media nacional. A principios del siglo XX sus efectivos humanos representaban el 12,4% del total de España, mientras que en la década de 1990 descendieron hasta un 6,7%. La densidad media actual es de 27,6 hab/km2 —la española es de 77,2 hab/km2—, aunque casi la mitad de sus municipios tienen en torno a los 10 hab/km2. Los 2.860.000 de personas registrados en 1950 marcaron el momento de mayor población; a partir de esa fecha se inició un fuerte descenso demográfico. En 1975 había 2.540.000 habitantes, y desde entonces se mantienen los índices de crecimiento en términos similares (en 1995 el número de habitantes era de 2.584.407). La principal razón de la pérdida demográfica ha sido la emigración, que alcanzó su mayor intensidad en las décadas de 1960 y 1970. Se calcula que este éxodo supuso la marcha de un millón de personas —fundamentalmente campesinos— hacia las grandes ciudades del país y, en menor medida, hacia el extranjero. Esta situación ha provocado un descenso de la densidad de población en muchas áreas agrícolas y el envejecimiento demográfico. El crecimiento vegetativo arroja unos índices muy bajos y en muchas regiones no está asegurada la tasa de renovación generacional. Existe una fuerte disparidad entre los núcleos urbanos y los rurales. Son mayoritarios los municipios con menos de 100 habitantes, los que tienen entre 500 y 5.000 ven reducirse sus efectivos humanos de forma progresiva, y son las capitales de provincia y las ciudades industriales de Ponferrada, Miranda de Ebro y Aranda de Duero las que ven incrementar su población, acogiendo a casi la mitad de los habitantes de la comunidad. División administrativa y principales villas y ciudades Sin tradición regionalista, los defensores del regionalismo castellano-leonés como alternativa a la división provincial constituyen grupos muy minoritarios que cuentan con muy escaso respaldo popular. Las provincias y sus respectivas capitales son los ejes de la vida administrativa y política. Valladolid, la capital autonómica, es la ciudad con mayor población, 384.820 habitantes, según estimaciones para el 2000. Le siguen a considerable distancia Salamanca (187.316 habitantes), Burgos (186.732 habitantes), León (187.780 habitantes), Palencia (89.867 habitantes), Zamora (76.017 habitantes) y Segovia (61.551 habitantes). El resto de capitales no superan los 50.000 habitantes. Manifestaciones culturales y artísticas Las actividades culturales en las diferentes capitales provinciales han aumentado desde la constitución de la autonomía. En Valladolid se celebra anualmente la Semana Internacional de Cine, al igual que la Muestra Internacional de Teatro, la Muestra de Danza y diferentes actos ligados a la actividad de su universidad. Medina del Campo, el castillo de la Mota, Simancas, Tordesillas y la Universidad de Salamanca destacan por su variada oferta cultural y artística. El canto gregoriano de los monjes del monasterio de Santo Domingo de Silos ha alcanzado fama mundial. Las procesiones de Semana Santa, sobre todo las de Zamora, Salamanca y Valladolid, sobresalen por el valor de las piezas de imaginería que en ellas se muestran. Arte Del medio millar de castillos y
fortalezas que probablemente hubo en estas tierras, actualmente pocos han
sobrevivido al paso del tiempo. Gracias a la labor de conservación y de
transformación para uso público realizada en la segunda mitad del siglo XX
puede hablarse, entre otras, de una ruta de los castillos por tierras de
Valladolid, Ávila y Segovia. Entre los más famosos están el de Simancas, que
alberga el Archivo General de la Corona de Castilla; el antiguo palacio mudéjar
convertido en el Real Monasterio de Santa Clara, en Tordesillas; el castillo de
Torrelobatón; el castillo de la Mota, próximo a Medina del Campo; el de
Arévalo, también mudéjar; el de Peñafiel y el imponente castillo de Coca, en
la provincia de Segovia. Los Toros de Guisando constituyen otra de las muestras representativas de la historia de la comunidad; son cuatro robustas esculturas prerromanas hechas de granito, toscamente talladas, ante las que la nobleza castellana juró fidelidad a Isabel la Católica en 1468. Frómista, municipio español perteneciente a la provincia de Palencia, en Castilla y León. Está situado junto al canal de Castilla, en la comarca de Tierra de Campos, a 32 km al norte de la capital provincial. Posee agricultura cerealista, ganadería lanar e industria harinera, pero su importancia es histórica y artística. Es una escala del Camino de Santiago, y cuenta con una de las mejores muestras del románico español: la iglesia de San Martín, fundada en el siglo XI. La arquitectura románica se refleja en importantes monumentos religiosos, como la iglesia de San Martín de Frómista, la basílica de San Isidoro de León, el claustro de Santo Domingo de Silos o la iglesia de San Esteban de Gormaz. También de este estilo son las murallas de la ciudad de Ávila, los monasterios de Santa María de la Huerta (Soria) y el de las Huelgas Reales (Burgos). En la evolución hacia el gótico están las catedrales de Zamora, la catedral vieja de Salamanca y la colegiata de Santa María, en Toro. Las catedral de León y la catedral de Burgos empezaron a construirse en el siglo XIII de acuerdo con las nuevas tendencias artísticas del gótico, al igual que las de Burgo de Osma, Palencia, Astorga o Segovia. El gótico isabelino transformó el aspecto de la ciudad de Valladolid, y buena muestra son el convento de San Pablo o el colegio de San Gregorio, al igual que la Cartuja de Miraflores, en Burgos, o el monasterio de Santo Tomás, en Ávila. Al gótico mudéjar pertenecen el monasterio de Santa Clara, en Tordesillas; el de San Pedro de las Dueñas y la Casa del Cordón, en Burgos, y la Casa de las Conchas, en Salamanca. En el renacimiento se construyeron la fachada de la Universidad de Salamanca, el convento de San Marcos de León y la catedral de Valladolid, junto a numerosas casas señoriales en los núcleos urbanos de Ávila, Segovia, León o Ciudad Rodrigo. Gastronomía La gastronomía de la región es muy variada. Los platos más conocidos son los asados de cordero y el cochinillo, junto a la sopa de ajo y la sopa castellana. Pero también lo es la carne de ternera de Ávila, el cerdo ibérico de Salamanca —jamón y chorizo— y los embutidos de las zonas altas de León, elaborados con carne de cerdo y de vaca. La caza ofrece abundantes platos: codornices estofadas, perdices en escabeche, conejos, jabalíes y corzos. La mantequilla de Soria, la olla podrida burgalesa, la chanfaina de Salamanca o el cocido maragato son otras muestras de su cocina. Las legumbres constituyen un componente importante en la alimentación de los pueblos de la comunidad. Los quesos —el fresco de Burgos, el zamorano o el de Valladolid— y los dulces —las mantecadas de Astorga, las yemas de Santa Teresa en Ávila, los empiñonados de Aranda del Duero y las almendras garrapiñadas de Salamanca— son también destacadas manifestaciones de su arte culinario. Su vitalidad vinícola hace que sus caldos salgan a los mercados nacionales e internacionales y compitan con los de otras regiones de más tradición. Cuatro son las denominaciones de origen de mayor calidad: el Vega Sicilia en la Ribera del Duero, los amontillados y los vinos blancos de alta graduación de Rueda, los vinos rosados de Cigales y los vinos de Toro. Instituciones de gobierno La Asamblea Parlamentaria, constituida el 31 de octubre de 1977, emprendió la negociación para la creación del Consejo General de Castilla y León, según Real Decreto de 30 de junio de 1978. Las dificultades de la preautonomía fueron muchas, pues se planteó la segregación de las provincias de Santander, Logroño y León. De ellas, sólo León decidió, en abril de 1980, incorporarse a la comunidad autónoma. De acuerdo con el artículo 143 de la Constitución, el 25 de febrero de 1983 se promulgó el Estatuto de Autonomía. Se plantearon recursos de inconstitucionalidad contra la permanencia de Segovia y León que fueron desestimados. La decisión de establecer la capitalidad en Valladolid también fue fuente de conflictos, y sólo en diciembre de 1987 las Cortes regionales aprobaron por unanimidad que esta ciudad fuera la sede de la Junta y del legislativo, mientras que en la villa de Arlanzón —Burgos— se ubicaría el Tribunal Superior de Justicia. En abril de 1998, y tras un periodo
de 14 meses de estudio y debate, las Cortes de Castilla y León aprobaron una
reforma del Estatuto de Autonomía con los votos favorables del Partido Popular
(PP), el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el de una procuradora
independiente, y con los votos en contra de la Unión del Pueblo Leonés e
Izquierda Unida (IU). Posteriormente se iniciaron los trámites para la
aprobación del nuevo texto por el Congreso de los Diputados y para su
refrendación por ley orgánica. La bandera, al igual que el escudo coronado, recoge el doble origen de la comunidad: con cuatro cuadrículas, la superior izquierda y la inferior derecha son rojas con superposición de la figura de un torreón, mientras que en las otras dos, sobre fondo gris, destaca la figura de un león. Historia En diferentes yacimientos diseminados a lo largo de su territorio se han encontrado restos arqueológicos y monumentos megalíticos de los originarios pobladores del paleolítico . Los primeros pueblos indoeuropeos que se asentaron lo hicieron hacia el año 1200 a.C., y posteriormente celtas y celtíberos intensificaron sus asentamientos. A estas culturas pertenecen las numerosas estatuas de animales de posible significado totémico, como los Toros de Guisando. Los romanos encontraron gran resistencia entre sus pobladores, quienes dificultaron durante mucho tiempo la explotación de sus ricas minas por los nuevos conquistadores. A fin de acabar con su oposición, se estableció en el año 68 la Legio VII Gemina, núcleo primigenio de la actual ciudad de León. La Ruta de la Plata, que conectaba Astorga y Mérida con los puertos mediterráneos, se convirtió en un eje de comunicaciones esencial del oeste de la península Ibérica. La romanización supuso la difusión del cristianismo, la cultura urbana y la arquitectura (acueducto de Segovia, arco del triunfo de Medinaceli y varias calzadas). Segovia y Palencia fueron los principales núcleos del mundo visigodo, que consolidó el culto cristiano. A partir del siglo VIII se produjo la invasión musulmana, y la cuenca del Duero alcanzó un gran valor estratégico entre el reino de Asturias y los nuevos conquistadores que se asentaron en el centro y en el sur peninsular. La construcción de recintos amurallados, torres y castillos para hacer frente a los musulmanes en el inicio de la Reconquista fue el germen del condado de Castilla, término que aparece por primera vez como sustituto de Vardulia —uno de los pueblos vascones— hacia el año 800. Ocupaba el norte de Palencia y Burgos y el sur de Cantabria, y dependía de la monarquía astur. Progresivamente se extendió hacia el sur y consiguió la independencia de hecho, aunque no de derecho, con el conde Fernán González a finales del siglo X. Entre los siglos IX y XII todo el territorio de la actual comunidad fue intensamente repoblado con gentes dedicadas básicamente a actividades agropecuarias y que con el tiempo formaron la Mesta, base de una próspera industria lanera. Fernando I el Magno, hijo de Sancho III el Mayor de Navarra, fue el primer monarca de Castilla, que quedó anexionada temporalmente al reino de León. Alfonso VI agrandó el reino fijando la frontera en el Tajo e incorporando La Rioja y las tierras vascas occidentales. Fueron los años de las aventuras del Cid Campeador y de la creciente influencia de este territorio en el conjunto peninsular. Tras años de uniones y separaciones durante el mandato de Alfonso X el Sabio (siglo XIII) Castilla y León pasaron a compartir de manera definitiva unas mismas leyes. En 1492, los Reyes Católicos tomaron Granada, el último reducto musulmán en la península. Ese fue también el año del viaje de Colón a América y el inicio de la conquista del nuevo continente. El matrimonio de Isabel con Fernando, el heredero de la Corona de Aragón, resultaría decisivo para el futuro unificado de todos los reinos de la Península —excepto Portugal—. Su nieto Carlos I heredó un inmenso imperio europeo y americano, y su reinado y el de su hijo Felipe II fueron los años de mayor influencia de Castilla y los de la consolidación de la monarquía absoluta. En 1561, Felipe II trasladó la corte, y por tanto la capital de su reino, desde Valladolid a Madrid. Palencia (provincia), provincia española integrada en la comunidad autónoma de Castilla y León. Limita al norte con Cantabria, al este con Burgos, al sur con Valladolid, y al oeste con esta última y con León. Territorio y recursos La parte septentrional de la provincia está accidentada por la vertiente sur de la cordillera Cantábrica, que pierde altitud de oeste a este, con elevaciones como peña Prieta (2.536 m), en el límite con León, peña Curavacas (2.521 m), Fuentes Carrionas (2.497 m), Espigüete (2.450 m), Valdecebollas (2.139 m) y peña Labra (2.018 m). Todas estas montañas conforman un paisaje provincial de gran belleza, con valles elevados, como Pernia y Castillería, cerros y campiñas. En el territorio provincial se distinguen tres unidades fisiográficas: La Montaña, El Páramo y Tierra de Campos, que se corresponden con las comarcas del mismo nombre, a las que se suman Ribera del Pisuerga, Ojeda, Valdavia, Peña, Valdivia y la comarca de Valles de Cerrato. El clima es mediterráneo continentalizado, consecuencia de la gran altitud de estas tierras, con unas temperaturas muy bajas en invierno (mínimas de -15 ºC en enero) y muy elevadas en la época estival (máximas de 40 ºC en julio). Las precipitaciones son escasas, a excepción de la zona montañosa septentrional, con un promedio anual para la provincia de 400 milímetros. Las campiñas desarboladas y las parameras se ven azotadas por fuertes vientos del Noreste y del Oeste, así como por los muy fríos cierzos del Norte.
La red hidrográfica se alimenta de las nieves que cubren durante buena parte del año las laderas meridionales de la cordillera Cantábrica, como sucede con el Carrión y el Pisuerga (de donde arranca, en Aguilar del Rey, el canal de Castilla, ayer vía de comunicación y salida comercial de los trigos de Tierra de Campos, y hoy base de los cultivos de regadío de la zona). Otra importante arteria fluvial, el Ebro, recorre el sector nororiental de la provincia. La escasa y pobre vegetación, excepción hecha de los bosques serranos de hayas, robles, avellanos, sauces y acebos, se compone fundamentalmente de encinas y matorral (arándanos, brezos, retamas, helechos, zarzamoras y laureles), en alternancia con los plantíos, hileras y sotos de fresnos, chopos, álamos y sauces en las riberas de los cursos de agua, y la deforestación casi absoluta en la Tierra de Campos. La fauna es la típica mediterránea, con zorros, topos, ardillas, conejos, liebres, perdices, avutardas y jabalíes y, en las montañas, algunos lobos, corzos y rebecos; en los ríos abundan los barbos y las truchas. Con una densidad de población de 23,5 hab./km2, el poblamiento sigue teniendo un carácter eminentemente rural, agrupado en pequeñas entidades de población próximas unas a otras, que siguen padeciendo la lacra de la emigración; esto es consecuencia del peso que sigue teniendo en su economía el sector agropecuario (ganado lanar y vacuno, y agricultura de secano —cereales, lentejas, garbanzos y vid— y de regadío —remolacha (betabel), patatas (papas), productos hortofrutícolas y árboles frutales) y el minero (yacimientos carboníferos de la zona montañosa septentrional, que marcan la existencia de núcleos como Guardo o Barruelo de Santullán), quedando relegada la industria (relacionada sobre todo con los productos agrícolas) a las poblaciones de Venta de Baños (tradicional nudo ferroviario), Dueñas, Carrión de los Condes, Paredes de Nava, Saldaña y Palencia, la capital provincial (79.867 habitantes según estimaciones para 1995), fundada por los vacceos a orillas del río Carrión.
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