Tomado de la revista Record, del diario El Universal, 07-04-99.
"Cuando era niño lo que me gustaba era practicar beisbol —recuerda. Pertenecía a un equipo, pero el entrenador era un cascarrabias. Un día me regañó y me fui del campo. Me dirigí a una cancha de fútbol que había aledaña a la de beisbol y cambié la pelota por el balón. No fue fácil: empecé como centrocampista, pero era muy malo; me pusieron de defensa, y allí era aún peor. Al final, como no había ya dónde colocarme, me mandaron a la portería. Pero eso no era todo. Además debía vigilar a mi papá, quien no veía con buenos ojos que me dedicara al fútbol y entraba al campo para sacarme agarrado por la oreja. Afortunadamente, eso cambió enseguida y hoy es mi fanático número uno".
Gilberto, el mayor de cuatro hermanos, nació el 7 de agosto de 1967 en la localidad de Turén, Estado Portuguesa, en el seno de una familia dedicada a las labores del campo, aunque a él la agricultura nunca le llamó demasiado la atención. Sin embargo, el contacto con los ambientes campesinos y la observación de las prácticas de fumigación crearon en él una pasión por la aviación que creció junto a su afición por el fútbol. Así combina los estudios de piloto comercial con el deporte y obtiene el título de instructor de vuelo.
En 1982, con el surgimiento del Atlético Turén, su vida parece enrumbarse definitivamente hacia el fútbol. Permanece en el equipo de su pueblo durante dos años y en 1985, "por esas casualidades de la vida", es invitado a jugar con el Portuguesa. "Me fue bien y me pidieron que me quedara", relata Gilberto, quien ese mismo año debuta con esa divisa en el fútbol profesional venezolano. "Recuerdo mi primer partido como si fuera hoy. Entré a jugar porque se lesionó el arquero titular. Enfrente estaba el Táchira y el partido concluyó con empate a un gol (cuando yo ingresé perdíamos 1-0)".
Cualquiera podría pensar que fue un inicio esperanzador. Sin embargo, el equipo atraviesa una difícil situación financiera y Angelucci, un tanto decepcionado, deja el Portuguesa y el fútbol. Ante ese nuevo desplante a su destino, los astros tuvieron que volver a reunirse de urgencia para, mediante el Pocho Echenausi, hacer recapacitar al futbolista rebelde. "Un día estaba en un avión impartiendo clases cuando llegó Echenausi y me solicitó que regresara al equipo, pues el portero titular tenía sarampión. ‘Hace un mes que no juego’, respondí. Pero al final me convenció. Otra vez era el Táchira el contrario, pero en esta ocasión ganamos 1-0. Fue entonces cuando me reincorporé definitivamente al fútbol".
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En 1985 pasó al Táchira y en 1989 a Minervén. De allí fue fichado por San Lorenzo de
Almagro en 1994, donde estuvo haciendo las veces de suplente del Flaco Passet y
está desde el Apertura 98 con Deportivo ItalChacao.
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