J. S. Bach, por J. J. Ihle (1720)
Su padre le inició en los rudimentos de la música y le dio lecciones de violín, además de enviarle a la misma escuela infantil donde asistió M. Lutero.
Fue educado en la más estricta ortodoxia luterana, en la que permaneció toda su vida (Prov. 22:6). A los diez años queda huérfano de padre y madre siendo atendido por su hermano mayor Johann Cristoph (1671-1721), quien le educa con grandes sacrificios. Ingresa en el "Lyceum de Ohrdruf" donde adquiere cultura general y aprende latín, griego y elementos de teología siendo influenciado por el movimiento pietista del pastor Philipp Jakob Spener (1635-1705). Fue violinista del coro y pronto organista de la iglesia. En 1700, marchó a Lüneberg donde por su hermosa voz, todavía de soprano es admitido en el coro de la escuela "Discantisten ". Al cambiar la voz estudia en la escuela de san Michael: violín, clavecín y órgano, viajando con frecuencia a las vecinas ciudades de Hamburgo, Lübeck y a la corte de Celle, donde residían grandes figuras del órgano y de la interpretación orquestal. Alrededor de 1703, ingresa por sus destacadas condiciones como violinista en la orquesta de la corte del piadoso duque de Weimar, puesto que deja ese mismo año para pasar a ser organista (instrumento por el cual siente predilección) en san Bonifacio de Arnstadt.
Wilhelm Friedeman (1710-1784) llamado "Bach de Halle", el mayor de sus hijos sobrevivientes (fue el segundo en nacer), recibió de su progenitor la principal enseñanza que completó en santo Tomás y en la universidad de Leipzig donde sobresalió en matemáticas. Brillante compositor de cantatas, sinfonías y conciertos, dotado de extraordinario talento, pero, por sus extravagancias tuvo que abandonar el cargo de organista en sta. María de Halle (1764). Después de esto, desperdició los últimos años de su vida malvendiendo los manuscritos (casi todos los motetes) paternos que le habían tocado por herencia y deambulaba atribuyéndose a sí mismo la música de su padre o adjudicaba a este ultimo la suya propia. J.S. Bach continuó desarrollando simultáneamente su carrera de organista y violinista con la enseñanza y la composición. En 1708 vuelve al servicio del duque W. Ernst de Weimar, como organista y músico de cámara, donde destaca por sus extraordinarias ejecuciones y su excepcional talento. Por 1717, va a Dresde para participar en un certamen de clavicémbalo que no se celebra por la renuncia del rival. En 1718 se traslada a la corte de Köthen como maestro de capilla del príncipe Leopoldo. Durante 1720, muere su esposa (María Bárbara) y en diciembre de 1721, contrae nuevas nupcias con Anna Magdalena Wülken, hija del músico J. C. Wülken (trompetista) de la corte de Weissenfels, mujer dotada de una maravillosa sensibilidad por la música en quién halló una excelente colaboradora (Prov. 31:10) y que fue una de las pocas personas que advirtieron la genialidad del gran músico. De los trece (13) hijos que tuvo con ella (para totalizar 20) sobrevivieron seis (6), de los cuales tres (3) fueron también músicos, a saber:
Gottfried Heinrich (1724-1763) primer hijo de Anna y quinto de J.S. Bach. Su hermano, Karl Philipp E. aseguró que era un genio en la ejecución pianística, pero que en un cierto momento su inteligencia quedó estancada. Este hijo, al parecer dio lugar a una leyenda de un supuesto David Bach "el virtuoso retrasado", que ejecutaba sublimes y fenomenales improvisaciones al piano. En 1723, J.S. Bach sucede a Kuhnaus como ministro de música (Capellmeister ó Kantor) de la iglesia santo Tomás (Thomasschule) de Leipzig y en 1729 asume el cargo de director musical de la universidad (Collegium Musicum) de la misma ciudad, puestos muy importantes confiados por tradición a los más ilustres músicos de esos tiempos, cargos por cierto, que ocupará hasta su muerte. Aunque el trabajo es abrumador y sufre sinsabores de todas clases (desengaños relatados en una carta a su amigo G. Erdman en 1730), se le aplaude como un virtuoso organista, pero se le desconoce sistemáticamente como compositor, ejemplo suficiente es la suerte que corrió el estreno de su "pasión según s. Mateo" en 1727, donde quedó manifiesto que el mundo "erudito, ilustrado y frívolo" que le rodeaba, tal vez empezaba a reprocharle el no "estar al día" con la época. Vive amargado y agotado, hasta que en 1747, es invitado a la corte de Federico II (El grande) de Prusia en Postdam, donde obtiene extraordinario éxito, entre otras cosas, por la improvisación sobre un tema compuesto por el mismo monarca y a quien Bach dedica más tarde (en agradecimiento) un ciclo de composiciones. En sus últimos años su salud se deteriora; padece por la ceguera y sufre dos intervenciones quirúrgicas, pero sorpresivamente, el 18 de julio de 1750, recupera repentinamente la vista, aunque el 28 del mismo mes (10 días mas tarde) a las 8:15 de la noche, muere fulminado por una apoplejía. Su segunda esposa, seis hijos y cuatro hijas le sobrevivirían aún por mucho tiempo a este sencillo pero gran hombre, piadoso cristiano y genio que tuvo una vida intensa transcurrida en los límites de una realidad burocrática aceptada por el con un altísimo sentido de su responsabilidad y su misión (Col. 3:23-24) como "empleado" de la música, que es lo que al final fue para sus contemporáneos.
Aunque parezca imposible, la colosal obra que describiremos a continuación no interesó a los coterráneos de su época, probablemente por las condiciones socio-políticas de la Alemania del siglo XVIII, la cual estaba dividida en pequeñas cortes que sometían el arte a su dominio y autoridad, todo esto bien conocido, delimitado y claramente señalado por la historia. A toda esta impresionante cantidad de obra, se une la calidad del arte en J.S. Bach y sobretodo su energía vital (espiritual) producto de su fe en Cristo, realidad interna y vigorosa que atraviesa, ilumina y se refleja en la gigantesca producción del gran músico alemán que consagró su arte al todopoderoso Dios, con la frase "soli Deo gloria", es decir, "solo para la gloria de Dios", en cada partitura suya. Solamente un siglo después, se tomó en consideración que él, sin haberse movido de su país, fue capaz de enriquecer su trabajo con el aporte de los mas grandes músicos de su tiempo y los del pasado con quienes estuvo en contacto estrecho mediante el estudio de sus manuscritos. Aún más tarde, asombró a mucha gente que sin haber tenido prácticamente nunca un verdadero maestro, haya sido un alumno muy aventajado y al mismo tiempo un maestro de todos.
Por todo lo señalado en cuanto a la vida y obra de J.S. Bach, nuestra Asociación decidió adoptar el nombre de "Grupo Vocal Bach" como un merecido homenaje y sincero reconocimiento (aunque de manera póstuma) a este insigne cristiano (de acuerdo con el precepto bíblico del apóstol s. Pablo en Romanos 13:7c que dice: "pagad a todos lo que debéis; al que respeto, respeto; al que honra, honra") desde diciembre de 1980, cuando nuestra agrupación, fundada en 1969 con el nombre de Grupo Vocal Bautista cumplía 11 años de actividad artística musical. De esta manera, acordamos incrementar nuestro desafío y compromiso con la música coral de todo tipo (particularmente la sacra) y sobretodo con nuestro trino Dios (Padre celestial, Hijo Jesucristo y Espíritu Santo consolador).
Bibliografía:
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