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La Corona y la Guerra de la independencia

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LA INVASION FRANCESA

    Los efectos de la invasión francesa, aunque ésta fue breve en Málaga (1810-1812), fueron nefastos para una ciudad que no lograba recuperarse. Las tropas galas entraron en la capital el 5 de febrero de 1810 tras derrotar a un improvisado ejército comandado por el coronel Vicente Abelló, que trató de detenerlas en el puerto denominado Boca del Asna, en el antiguo camino de Antequera.

   La ocupación se prolongó hasta el 28 de agosto de 1812. Los franceses intentaron por todos los medios consolidar su presencia, pero hallaron una feroz resistencia por parte de los malagueños traducida especialmente en las guerrillas que aguijoneaban constantemente a las tropas napoleónicas. De las guerrillas destacaron las de la Serranía y la Axarqula.

   Los invasores abandonaron Málaga en agosto de 1812 después de un reagrupamiento de sus efectivos en la costa occidental malagueña para huir de un posible aislamiento. Causaron grandes destrozos en las fortificaciones y en el patrimonio artístico y monumental.

EL GENERAL TORRIJOS

   El enfrentamiento entre absolutistas y liberales marca un hito en la historia de Málaga con la detención del general José María de Torrijos, junto con varios de sus compañeros, en Alhauffn de la Torre por parte de las tropas de Fernando VII, el Deseado, al mando del gobernador González Moreno. El pequeño grupo de liberales fue capturado en la madrugada del 5. de diciembre de 1831 y una semana después fusilados en la playa de San Andrés de la capital.

    Torrijos fue un destacado militar de la Guerra de la Independencia y liberal convencido. Se enfrentó al absolutismo de'Fernando VII y tuvo que exiliarse en Inglaterra donde preparó un pronunciamiento contra el régimen fernandino. Desembarcó en Gibraltar el30 de noviembre. Tres días después lo hizo en la costa de Mijas, a la altura del faro de Calaburras, y se trasladó a Alhaurin de la Torre, donde sería detenido tras caer en la trampa que le tendió el gobernador de Málaga. Once años después fue levantado en su memoria y en la de sus compañeros el obelisco que preside la plaza de la Merced que se inauguró el 11 de diciembre de 1842.

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