Capítulo 3: Obsesion
Sentado en la parte de atrás del carro no podía ver al conductor ya que nos separaba una luna oscura. Era increíble que este tipo a pesar de todo aún no me daba la cara. El conducía el carro sin hablar al principio como esperando a que yo diera el primer paso. No le tenía tanto miedo como antes, me daba más confianza el hecho que fuera la única persona que me había hablado con sinceridad, hasta ahora no me mentía y eso contaba mucho para mí
“Si vamos a ser amigos sería bueno que por lo menos me mostrarás tu cara, no me gusta hablar con una espalda!”
“Tienes razón pero aún no quiero que sepas quien soy, dame un poco de tiempo para que conozcas mi rostro, eso lo hace más interesante. Además tu me conoces de vista… solo que nunca me prestaste atención”.
“En verdad?”
“Hagamos una cosa. Mientras que llegamos a alguna parte trata de adivinar quien soy. Te prometo que esta tarde verás mi cara” – acepte el desafío.
“Tu tienes que ser alguien del colegio. Un profesor por que yo conozco al director y tu no eres él”
“Error. No, no soy de tu colegio”
“Eres el conserje?”
“Acertaste algo pero no soy el conserje de verdad. Ese día me viste disfrazado pero en si no me conoces de ahí”
“Eres de la calle? Osea… solo te vi una vez o tuvimos un encuentro casual?” – estaba difícil averiguar de quien se trataba, no tenía ni la más remota idea de quien podría ser pero tenía razón en muchas cosas este encuentro se ponía interesante.
“Tuvimos dos encuentros casuales pero no soy de la calle exactamente. Me conoces de hace como ocho meses más o menos” – ocho meses?… que había hecho yo hace ocho meses? De donde lo conocía? – “ya te dije bastante ahora subamos la apuesta. Si adivinas quien soy en tres turnos vamos a donde tu quieras a hacer lo que tu quieras. Yo pago”
“Y si tu ganas?”
“Si en tres turnos no adivinas yo escojo el lugar pero como tu no puedes pagar tendrás que hacerlo de otra forma”
“Como?”
“Cada vez que te equivoque tienes que sacarte la ropa. Como son tres respuestas las que me darás entonces por cada vez que te equivoques te sacaras… tres prendas. Aceptas?” – Si me sacaba tres prendas a la tercera pregunta ya casi no tendría nada que sacarme. El también podría hacerme algo que no quería hacer … o si quería?
“Acepto!”
“Entonces empieza a darme las respuestas”
“Hace ocho meses era verano, en verano acostumbro a comer helados y me acuerdo de un heladero que me miraba raro… eras tu?” – traté de ver su forma a través de la luna y meneo la cabeza.
“Primer error. Sácate tres cosas. Si te sacas los dos zapatos valen como uno, igual las medias” – me imaginaba que diría algo así. Me resigne y me saque los zapatos, las medias y la pañoleta de mi cabeza. Hasta ahora no pasaba nada pero si quería ganar tendría que analizar mejor la situación.
“Ya. A ver. Hace ocho meses era verano… en verano hago muchas cosas pero nunca doy mucho detalle salvo que sea necesario. Si sabes tanto de mi entonces debes haber obtenido la información de alguna parte. Si sabes esas cosas entonces tu debes de trabajar en un lugar donde yo hice algo… tu eres parte del instituto donde estudie algo en este verano?” – lo volví a mirar. La negación en su cabeza me hizo ver que ya solo me quedaba una oportunidad. Estacionó el carro en un parque y se dio vuelta para verme sacar la ropa. Me daba vergüenza.
“Como sé que no minetes sobre quien eres?”
“Fácil, me verás cuando termine el juego. Ahora sácate lo que te corresponde” – el se veía muy seguro de si mismo… quien podría ser? Hice lo que prometí y me saqué lo que me tocaba. Primero me saqué la casaca después el polo y por último el pantalón. Ya solo me quedaba mi boxer y tenía frío. Me empecé a poner nervioso. – “Y bien quien soy?”
“Para saber tanto de mi alguien te tiene que haber dicho algo. Mi mamá no creo ella no es de comentar muchas cosas, mi madrastra tampoco lo que me deja a mi papá como principal sospechoso. Para que sea mi papá entonces tienes que conocerlo de dos partes. O eres de su trabajo o de algún club al que el pertenece. Pero papá solo le contaría esas cosas a sus amigos asi que tu debes ser de su club. Adivine?” – lo mire y el se rió, habría llegado a adivinar por fin?
“Me gusta tu capacidad de deducción y la verdad que casi adivinas pero te equivocaste” – en que me equivoque? Tendría que sacarme la ropa? Me haría algo? – “Sácate la ropa… lo único que te queda” – sentí como me comía con la mirada pero cumplí con mi promesa, después de todo había sido mi palabra. Temblando me agache para sacarme el boxer, lo hice despacio esperando a que se desanimara pero no fue así. Cuando estuve completamente desnudo lo miré, me sentía avergonzado pero por lo menos ahora sabría quien era.
“Me gusta mucho tu piel, es tan blanca y suave, me gustaría tocarla…”
“Quien eres? Dímelo ya que acabo el juego” – la persona detrás de la luna miró hacia delante y presiono un botón, la luna empezó a bajar lentamente para revelarme la cara de…
“Tu no eres Noburo Saotome? Tu no trabajas con papá en el mismo departamento?”
“SI. Por eso te dije que si me conocías” – Noburo Saotome era casi de la edad de mi papá, cuando lo conocí se veía una persona bastante seria. Pero que yo sepa el era algo más mayor que mi papá… por su cara debía tener como unos… cuarenta años mas o menos. Tenía algunas canas pero no muchas, unas cuantas arrugas marcaban su rostro en la frente en especial. – “Desilusionado?”
“No… gracias por decirme todas esas cosas… no me gusta que la gente hable a mis espaldas.” – deje de mirarlo y empecé a buscar mi ropa para sentirme más cómodo.
“Espera! Yo gané. Aún no te he dicho si te puedes poner la ropa. Quédate ahí sentado” – se bajo del carro y entro a la parte trasera del carro, junto a mi – “No te voy a hacer nada, solo quiero acariciar tu piel. Me gusta lo suave que eres” – no sabía si permitirle eso o no. Me daba cosa sentir su mano acariciando mi espalda para luego abrazarme con fuerza y frotarme contra él. Solo me toco, no hizo nada más, luego me vistió el mismo y los dos nos quedamos sentados.
“Te puedo preguntar algo?” – el asintió – “en verdad te metiste en mi computadora?” – volvió a asentir – “Por que me haces todo esto? Por que yo? Por que me atropellaste? Por que me amenazabas con matar a mi hermano?”
“En ningún momento dije que mataría a tu hermano, yo solo dije que algo malo podría pasarle. Te atropelle por que si no lo hacía nunca me darías suficiente atención, a tu hermano lo use de excusa para que cumplieras conmigo y supieras que conmigo no se juega. Y tu… bueno desde que vi tu foto en el escritorio de tu papá pense que eras un chico muy bonito. Quería conocerte más… íntimamente, ahora te conozco muy bien, por todas partes y se lo que te gusta” – me comenzó a dar miedo pero creo que solo fue una impresión. YA se hacía tarde y me llevo hasta mi casa.
Durante el camino hablamos de mis cosas de colegio ya que no entendía casi nada de lo de su trabajo. Cuando estacionó su carro al frente de la casa papá aún no había llegado así que nos quedamos hablando un rato más.
“Ahora que entres a tu casa descansa. Yo te voy a llamar a tu cuarto, tengo tu número así que espera mi llamada alrededor de las once de la noche. Quiero que antes de esa hora cierres tu puerta con seguro y procura contestar rápido para que nadie más conteste. Entendido? Además mañana iré a recogerte al colegio después de la quinta hora así que te espero afuera.”
“Que te hace pensar que voy a hacer eso?”
“Lo harás… te va a gustar. Ahora vete!” – Me di media vuelta y abrí la puerta para bajarme del carro cuando su brazo me volvió a jalar hacia adentro. Cuando voltee a verlo recibí un beso violento que abrí mi boca y hurgaba con su lengua. Me derretí a su contacto pero no me atreví a responder. Cuando rompió el beso me puse rojo y me bajé más rápido del carro. Entré corriendo a mi casa y me encerré en mi cuarto. Noburo Saotome me hacía sentir muy bien… me agradaba mucho su compañía.
Mis papás llegaron más tarde, preferí no decirle nada a papá de lo que me había pasado. Conforme se acercaban las once me ponía nervioso. Me eché en mi cama pero antes me encerré en mi cuarto. Me puse a leer un libro haciendo tiempo, arreglé mis cajones, revise mis tareas, limpie la computadora hasta que por fin sonó.
“Nobu san?”
“Kouji kun… sabía que contestarías. A esta hora no hago nada en mi casa por eso te dije que te llamaría. Has hecho tus tareas para recompensarte?”
“Si las hice pero no sabía que me recompensarías por eso” – no se por que pero me sentía desesperado por saber que era lo que me iba a decir o dar. Sentía mariposas en mi estómago… nunca las había sentido.
“Estas en tu cama?”
“Si”
“Relájate entonces que ahora empiezo” – me eché e inconscientemente cerré mis ojos. – “Ahora me estoy echando a tu lado, puedo sentirte temblando de nervios” – como lo sabía? – “Te saco toda tu ropa lentamente y te acaricio con flores. Puedo oir tu respiración profunda que me pide que avance más… me siento encima de tus piernas y te muerdo el cuello, paso mi lengua por tu pecho… la sientes?”
La voz suave de Nobu me hacía sentir todo lo que me decía, respiraba y hacía lo que el decía – “Si, lo siento…”
“Bien… mis manos recorren tus piernas y las abren poco a poco. Miro tu erección y la frotó con la mía. Ahora tus gemido se hacen más fuertes y me pides más… yo te doy más… Agarró mi miembro y buscó tu entrada, es muy pequeña pero yo se que tu me lo pides así que con cuidado la meto, pero solo alcanzo a meter la punta por que tus gritos de dolor mezclados con placer me detienen…” – si, eso dolía mucho, ya lo había experimentado. – “Pero tu quieres algo de mi. Prefieres dejar la penetración para después y ahora eres tu quien se arrodilla ante mi. Me miras con esos ojos hermosos de color azul y abres tu boca para darme placer. Con tus manos empujas mi miembro hasta el fondo de tu garganta y me das masajes con tu lengua, ese cosquilleo me causa placer pero tu sigues. Tu quieres probar mi sabor por eso lo succionas con fuerza hasta que por fin sientes tu boca llena de un líquido agrio pero dulce a tus sentidos, me dejas complacido y te lo tragas…”
“Kouji? Quien era quien llamo por teléfono? Solo oí una vez la timbrada.” – me puse nervioso y le colgué a Nobu, el también había escuchado a mi papá y había colgado desde su línea.
“Era número equivocado papá. Déjame dormir por favor!”
“Esta bien pero mañana quiero hablar contigo y… abre esta puerta, sabes que no me gusta que le pongas seguro a las puertas!” - me paré y le saqué el seguro. Me metí a mi cama a pensar en lo que me había susurrado al oído Nobu, todo eso era malo pero en práctica me hacía sentir muy bien… me sentía lleno.
Toda la noche soñé con sus manos, me gustaba como acariciaban mi piel, la hacía con la dureza adecuada… me gustaba eso. Fue difícil librarme de los ojos de Takuya y de mi hermano. No les había dirigido la palabra desde el día de ayer pero eso no me importaba ahora, lo único que quería era salir de ahí y poder ver a Nobu. Salí del colegio sin que ningún adulto se diera cuenta, el carro de Nobu estaba cuadrado al frente, era el mismo carro de lunas polarizadas de ayer. La puerta del asiento delantero se abrió y yo pase.
“Hola Nobu. A donde vamos hoy?”
“Es una sorpresa pero tenemos que ir rápido para llegar. Estamos a dos horas de camino tanto de ida como de regreso”
“Dos horas…” empece a hacer cálculos mentales. En dos horas serían casi las cuatro de la tarde, si nos quedábamos ahí una hora serían las cinco y dos horas más las siete… a las siete llegaban mis papas a casa y si no estaba ahí se enojarían conmigo. – “Pero…”
“Por tus papas no te preocupes. Hay bastante trabajo en la oficina y si calculo eso acabara como a las siete de trabajar. Mientras recoje a tu mamá y van a tu casa serás las ocho. Llegaras una hora antes que ellos!”
Eso era un buen calculo pero aún me quedaba la duda de adonde me llevaba. No me respondió nada de eso, solo íbamos en silencio, las mariposas empezaban a flotar de nuevo en mi estómago, mis pies se movían sin sentido. Las dos horas me dieron tiempo para leer y hasta dormir un poco. Cuando abrí mis ojos estabamos en una carretera llena de árboles…
“Ya estamos por llegar. Este es mi lugar favorito, aquí vengo cada vez que quiero pensar, solo traigo aquí a personas muy importantes, por eso te traigo a ti!” – que lindo era Nobu, me ponía rojo con solo oír eso. El carro avanzó hasta su destino final… era un mirador. Desde esa colina se podía ver la ciudad y el atardecer… los colores del cielo eran bellos. Habían varios carros estacionados igual que nosotros, todos con lunas oscuras. Sentí su mano sobre mi pierna.
“Kouji… quiero decirte algo” – lo mire esperando a que continuara – “Quiero disculparme contigo por lo que te hice sufrir al principio, no fue mi total intención, solo quería que me hicieras caso”
“Lo sé, me lo dijiste ayer”
“Es caso es que… como te dije desde que vi tu foto me gustaste mucho. Y se que soy bastante mayor para ti, te cuadruplico la edad pero siento que te quiero demasiado… me gustas mucho… te amo…” – no podía creer lo que escuchaba. Ese hombre estaba vaciando su corazón ante mí y yo no podía hacerlo. Yo no lo odiaba, pero tampoco sabía si lo quería como el si lo hacía conmigo.
“Perdon? Yo.. yo no sé que decir… tu me gustas mucho Nobu san pero… no sé”
“Para estas cosas no tienes que saber solo dejarte llevar Kouji. Solo te pido una respuesta. Si no sientes nada entonces dímelo y nos vamos ahora” – yo no me quería ir, tampoco quería hacerlo sentir mal, era feo hacer sentir no querida a una persona… tenía que hacer algo y entonces se me vino a la mente…
Me aproveche de mi estatura y me pare dentro del carro. Pase mis piernas entre las suyas y me senté en el. Lo besé como el me había besado ayer y con los mismos movimientos que me había relatado la noche anterior me arrodille ante el. Le baje el cierre del pantalón y me di de cara contra su miembro grueso y largo. Lo metí en mi boca antes de echarme para atrás y lo succioné. Con mi lengua le daba masajes, podía oír su satisfacción. Sentí como mi boca se llenaba de algo que salía por mis labios, sin saber que había pasado exactamente me lo tragué. Su sabor en verdad era medio ácido pero no era tan malo. No se cuanto tiempo hice eso pero no creo que hay sido menos de diez minutos. Al terminar me alcé por entre sus piernas y me senté en sus faldas.
“Aprendes rápido mi amor.”
“Quería saber que se sentía. Me dio curiosidad ayer. Estuvo bien?” – tenía miedo de haberlo hecho mal pero el me sonrió y me beso en los labio y luego en el cuello, me sentía demasiado bien. – “Entonces te gusto?”
“Me encantó. Supongo entonces que tu respuesta es si? Quieres estar conmigo? Quieres ser mi pequeño novio?”
“Si… mi koibito… ai shitteru” – lo amaba… debía ser por eso que me sentía tan nervioso a su lado. Que más podía ser? Nobu presiono un botón y los asientos se hicieron para atrás. Sus manos se perdían en mi polo y me lo sacaban, mis manos abrían de nuevo su pantalón y desabrochaban sus botones de la camisa. En menos de un minuto estábamos desnudos uno frente al otro. Me asuste cuando vi las verdaderas dimensiones de su pene, era muy grande y me deba miedo que me lo metiera.
Nobu me echo en su asiento y me levantó una pierna poniéndola alrededor de su cintura ahora sus dedos jugueteaban dentro de mi sacándome unos gemidos de placer. Sentía como su erección chocaba contra la mía. Su dientes mordisqueaban mi cuello. Cuando me relaje sentí como intentaba entrar en mi. Esta vez lo sentí diferente, me pareció más fuerte que la vez pasada, no lo podía aguantar y me puse a llorar.
“Que paso?”
“Estas seguro que esto fue lo que me metiste la vez pasada? Me duele mucho más!”
“La vez pasada no te lo llegue a meter. No quería dejar marcas en ti, use un consolador que es una imitación del pene para las mujeres”
“Eres muy grande para mi Nobu. Podemos tratar poco a poco?”
“Esta bien. En ese caso tendremos que hacerlo en varios días. Para que entre entero por lo menos tenemos que hacerlo toda la semana. Estas dispuesto?”
“Si, te quiero mucho Nobu, quiero que estes dentro de mi. Te amo”
“Yo también. Por eso ya tengo un plan. mañana le diras a tus papas que iras a la casa de un amigo… llámame Ryo Kamiya. Diles que vienes a mi casa a hacer una tarea… no, tu hermano no me conoce, dile que me conociste hace poco y que te prestaré unos libros. Llegarás a tu casa antes que ellos así que no sospecharan gran cosa.”
“Suena bien Nobu… koibito” – me sentía raro diciéndole koibito a Nobu pero era lo propio. El era el primero en mi vida así que de alguna manera también estábamos más unidos que nunca. No me gustaba mentir pero por Nobu lo haría. Tenía que lograr que entrara en mi, quería sentirlo totalmente.
Nobu vio el reloj y ya era hora de regresar, yo no quería ponerme la ropa así que me quede así, total tenía como dos horas para vestirme. Nobu manejaba muy bien el carro y le pedí que me enseñara. Me senté en sus piernas y a propósito me frotaba en él, le arqueaba mi cuerpo y frotaba mi cara contra la suya, le mordía la oreja y con mis pies le frotaba las piernas. Por momentos sentía como si su miembro quisiera romper el pantalón y atacarme violentamente pero no lo hizo. En las semáforos rojos sus manos eran las únicas que jugaban conmigo hurgando mi entrada y sacándome gemidos. Ya estaba cerca de mi casa y no quería vestirme, no quería bajar del carro. Me di vuelta al timón e intenté enroscarme a su cintura para así no tener que bajar. Me frotaba con todas mis fuerzas contra su cuerpo tratando de excitarlo y así no me dejara bajar del carro pero ya era la hora y me terminé vistiendo. No podía esperar hasta mañana, ya quería que fuera mañana.
Cuando entre a la casa recién me di cuenta lo cansado que estaba. Subí y me tomé una ducha, lave mi ropa para eliminar evidencia como me lo había explicado Nobu, tener un novio eran más responsabilidades. Traté de hacer mi tarea por que no tenía hambre… no podía permitirme engordar, si engordaba de repente ya no le agradaría más a Nobu y me dejaría. Las tareas… me golpeaba la cabeza cada vez que me distraía y es que el miembro de Nobu era muy grueso… en verdad necesitaría toda una semana para que me entrara? De repente era solo cosa de adaptarme a él. Necesitaba practicar de repente pero con que? No había nada parecido a un consolador en mi casa. Lo más parecido al miembro de Nobu en mi casa era un pepino de la refrigeradora pero no podía hacerlo con un pepino… eso ya era demasiado raro. Ya iba a agarrar el pepino por que estaba desesperado por sentir el toque de Nobu cuando llegaron mis papas.
“Hola Kouji. Como estas hijo?”
“Bien mamá! Mejor que nunca!”
“Que bien, eso le enseñara a tu papá que no te pasa nada”
“Hola hijo”
“Hola papá!”
“ve a mi estudio, tenemos que hablar seriamente ahora” – me extraño la manera de papá para decirme eso, sonaba preocupado. Los dos fuimos al estudio – “Kouji… no se que te pasa últimamente. Estas desatentó en clases, te peleas con tus amigos, no le hablas a tu hermano, le dices cosas raras a tu madre, mencionas a un amigo, te escapas de clases y dices que no te pasa nada. El Kouji, mi Kouji no haría esas cosas jamás. Pareciera que ese golpe que te dio el carro arruino tu cerebro. Podrías decirme si tienes algún problema o que te pasa?”
“Tenía un problema pero ya esta solucionado. Ya no tengo ningún problema y estoy feliz, más feliz que nunca. Me pelee con mis amigos y con mi hermano por lo mismo que no entienden cuando les digo las cosas. Yo puedo resolver solo mis problemas, el golpe no me dejo inválido, tampoco arruino mi cerebro, estoy bien”
“Y las clases? Por que no asistes?”
“Si voy a clases. El día que fui con mamá era por que tenía que hablar con ella, otro día tampoco fui a las últimas clases del día por que al igual que hoy no me sentía bien. Me dolía la cabeza y preferí venir a casa. Si me preguntaras en vez de mirarme como si hiciera algo malo se ahorrarían varias preocupaciones innecesarias!” – era verdad, nada les costaba preguntarme, yo les contestaría de todas formas… aunque no con toda la verdad… lo de Nobu no podía salir a la luz al menos hasta que cumpliera la mayoría de edad y para eso faltaban como once años más.
“Bueno si me dices eso me tranquilizas un poco. Pero si tuvieras algún problema, por pequeño que sea, dímelo por favor, quiero saber de ti!”
“Si papá, no te preocupes, serás el primero en saber. Me puedo ir a mi cuarto?”
“Ve hijo… te vas a comer ese pepino?”
“No, es para una ensalada pero mejor lo dejo en la cocina” – cambie de opinión, prefería practicar con Nobu. – “Papá, mañana me voy a la casa de un amigo para que me presté unos libros. No se cuanto demore así que no se preocupen si?”
“Ya pero si demoras llama antes para no preocuparnos mucho” – me fui a mi cuarto, no había sospechas ahora de ningún tipo. Mañana sería un día tan fabuloso como el de hoy.
Para tratar de aflojar sospechas decidí volver con los chicos. Ya se me había pasado el enojo con ellos y me perdonaron muy rápido. Todos éramos amigos de nuevo, papá volvía a confiar en mi, en el colegio los profesores me volvían a tratar normal y después de clases vería a Nobu. Salí del colegio Takuya y Jumpei tenían deportes hasta tarde y Kouichi tenía que salir con mamá, Tomoki se quedó jugando con Shinta el hermano de takuya y Izumi tenía que estar con sus amigas, nadie podía verme subir al carro de Nobu.
“Hola Nobu… a donde vamos hoy?”
“Quieres conocer mi casa?” – era lo que más quería – “Veo que si. Ahora te enseño donde es. Mañana no te podré ir a recoger así que tu irás solo y me esperarás adentro. Toma” – me dio una cajita – “Es la copia de mi llave, es para que vayas cada vez que quieras y te llame. Puedes usar todo lo que quieras, incluso pedir pizza.” – Nobu era un sueño hecho realidad. Su casa era bastante grande para ser soltero, estaba muy bien decorada. Tenía un bar en la sala y un comedor bien grande, una pantalla gigante para ver películas, muchas películas, una nevera llena de helados y golosinas. Sus sillones se veían muy cómodos. – “Mira, yo siempre dejo plata aquí, si tienes hambre y no te gusta lo que hay para comer puedes comprarte lo que quieras. Quieres ir a ver arriba?”
“Si…” – deje mi casaca encima del sillón y subí para ve que más tenía. Tenía varios cuartos en el segundo piso, todos eran dormitorios aunque había uno que no pude ver. El cuarto donde dormía Nobu era el más grande de todos. Su cama estaba al medio de la recámara y era redonda llena de cojines, al costado tenía un tocador con perfumes de hombre, tenía el ropero más grande que había visto en mi vida y lo que más me llamó la atención era su computadora. Tenía un montón de artefactos conectados, se veía que tenía los últimos adelantos tecnológicos, su casa era un paraíso. Pero había algo más. El cuarto de Nobu tenía un baño con jacuzzi. – “Me encanta tu casa Nobu, es perfecta!”
“Me alegra que te sientas cómodo aquí. Podemos empezar?” – no lo hice empezar mucho ya que era algo que yo quería. Lo empuje contra la cama y me saqué mi ropa, se la iba tirando en la cara hasta que me quede desnudo luego salté encima de él y me colgué de su cuello. El se paró conmigo colgando y se comenzó a sacar la camisa, yo me movía frotándome siempre contra él como si fuera un gatito que buscaba amor. Cuando el terminó sin ropa me tiro contra la cama, otra vez vi su miembro pero traté de no asustarme esta vez por el grosor, me sentía listo.
El se frotó algo con los dedos y luego intentó introducirse dentro de mi. Otra vez me dolió en el alma pero me mordía la lengua para no asustarlo con mis gritos. Me acordé de algo que una vez me dijo papá. Yo me había hecho una herida en la rodilla y me la tenían que desinfectar. Me ardía que me echaran algo pero cuanto más dilataba la situación más me dolía. Si apresuraba esto de repente no me dolería tanto. En una de esas que el iba a volver a entrar en mí apresure el acto y con algo de fuerza yo mismo forcé la entrada en mí. Me dolió demasiado mi atrevimiento. Sentía como su pene me partía en dos, sentía algo húmedo entre mis piernas, dudaba que fuer mi Nobu. El se separó de mí y me miró enojado.
“Que has hecho?”
“No sé” – las lágrimas se me caían de los ojos. Abrí mis piernas para mirar que pasaba y vi que me salía sangre. Me asuste casi tanto como me asuste cuando vi a Nobu por primera vez.
“Eres un tonto!” – Nobu no podía ocultar su enojo – “Eso no se hace tendré que castigarte ahora!” – castigarme? No sabía que haría Nobu conmigo hasta que me volteo y me empezó a dar de nalgadas, pero las nalgadas que me daba no hacían que dejara de sangrar. Cuando termino mi castigo me paró y me llevo al baño para limpiarme la herida. – “No vamos a poder jugar hasta dentro de un tiempo por tus sonseras. Esa herida tiene que cerrar. Ahora tu papá se dará cuenta!”
“lo siento… Nobu… perdóname, no quise… es que te quería mucho, te quería sentir completamente” – era verdad pero también mi papá se daría cuenta. Nobu me dejo de hablar y me alcanzó algo largo y algodonado.
“Ponte eso en la ropa interior. Lo usan las mujeres pero te ayudará a que no manches tu ropa. Sería bueno que delante de tu familia fingieras una caída para que no te digan nada a la hora que cojees frente a ellos. Tienes que tener cuidado que no te descubran por que sino sabrán lo que hacemos y nunca más te volveré a ver” – me daba miedo la idea de no volverlo a ver más, de no sentir sus caricias recorrer mi cuerpo. Presté atención a sus instrucciones y no me quedó más remedio que vestirme e ir a mi casa.
Llegué a mi casa y no había nadie. Intenté practicar mi caminata e inventé un accidente en el colegio para que nadie sospechara nada de Nobu. Tuve suerte esta vez y no paso nada relevante, todos creyeron mi historia sin ninguna duda. Nobu me perdono completamente al día siguiente y tuvimos que ingeniarnos para no abrir mi herida. A la semana volvimos a intentar y esta vez por fin lo sentí dentro de mi… por completo. Ahora si estábamos más que unidos. Yo iba todos los dias a su casa a verlo, siempre hacíamos el amor en su cuarto, a veces en los cuartos de los invitados de Nobu, otras veces en la sala, en sus carros, en la cocina, en el baño, en la piscina, en el desván. Yo nunca me cansaba, siempre quería más, cada vez más fuerte, me había acostumbrado por completo a sus movimientos.
A veces mientras estabamos teniendo sexo Nobu recibía llamadas de mi papá por que necesitaba algo de la oficina. Nobu salía corriendo y me dejaba echado en la cama esperándolo. Si no demoraba cuando llegaba seguíamos donde nos habíamos quedado pero si se demoraba mucho me bañaba y me iba a mi casa a esperar el día siguiente.
Hoy fue algo parecido. Llegue a su casa y me fui de frente a su cuarto. El ya estaba ahí pero sentado en la computadora. Me acerqué a él y le empecé a dar masajes en el cuello tratando de separarlo de la máquina pero no me hacía caso.
“Tu papá quiere que le pase este trabajo. Lo acabo, se lo mando y jugamos” – Nobu demoraba demasiado, más que otras veces. Comenzaba a aburrirme. Me saque la ropa y me puse una de sus camisas y me senté en sus piernas… nada. Me deslicé por sus piernas para bajarle el pantalón, me metí su miembro en la boca y con fuerza se lo empecé a chupar… solo le saqué líquidos y unos gemidos. Mi última carta su volver a sentarme en sus piernas y bloquear su visión de la pantalla con mi cuerpo. Hice a un lado el teclado para apoyarme. Levanté mis piernas en el aire y se las puse en la cara… ahora si tuve una respuesta. Me encantaba sentir su lengua lamerme por dentro, me daba una sensación de cosquillas y placer, a pesar que su lengua se movía dentro de mi yo también me movía para estimularme más. El archivo se paso a mi papá y Nobu me tiro contra la cama. Su boca parecía haberse estado conteniendo por que me mordía muy fuerte, sus dientes jalaban mis tetillas y las succionaban con hambre. Su erección se dirigía directamente hasta mi entrada y se abría paso con fuerza… cada vez más rápido, más fuerte, entraba y salía constantemente… me encantaba… lo amaba demasiado.
En mi casa me dolía mi entrada pero no me importaba, era algo a lo que estaba acostumbrado, el dolor me excitaba y Nobu lo sabía ahora. Pero hubo un problema ya que nada es perfecto. En la noche dos días después Nobu me llamo para contarme que viajaría por una semana. Yo tendría que vivir sin él una semana completa… por una parte me moría del dolor pero por otra me daba algo de tiempo para dedicarle a mis estudios que se habían ido en picada desde que estaba con Nobu. Lo más probable era que papá me iba a matar al ver la libreta de notas y por ende estaría castigado todas las vacaciones. Por otra parte las vacaciones no serían igual por que ya no tendría excusa para salir y ver a Nobu, el colegio había sido mi excusa perfecta.
Toda la semana me la pase hablando con los profesores viendo la manera de hacer algo para que me aprobaran pero fue inútil. Mi libreta que siempre había ostentado las mejores calificaciones estaba por los suelos. Me daba miedo volver a casa y dársela a papá. Después de clases me fui a la vacía casa de Nobu para despedirme de ella al menos por un tiempo. Cuando volví a casa mamá me dijo que mi papá me esperaba en el estudio de nuevo… el ya sabía que hoy tendría las notas para dárselas.
“Pasa hijo. Dame la libreta de notas!” – me daba miedo pero nada ganaba reteniéndola, se la acerqué. – “Ya se que estas jalado así que estudiaras todas las vacaciones sin descanso”
“Podre salir a respirar un poco de aire puro?”
“Eso depende de otra persona…” – No comprendía lo que papá me quería decir – “No te dije nada por que esperaba que tu lo hicieras. La profesora ya me había advertido de esto Kouji así que ya tome medidas para esto. Tu mamá tiene que viajar a China para ver a su tía y yo tengo demasiado trabajo por que uno de mis compañeros esta de vacaciones… afortunadamente esta persona sabe bastante de Lenguaje y Matemáticas que son los cursos donde peor has salido y se ha ofrecido a nivelarte. Esto no es un premio Kouji pero en vista que el esta de vacaciones te irás con él a las montañas. Cuando regreses quiero ver que sepas lo que no has sabido en todo este bimestre.”
“Eso significa que por lo menos respiraré aire puro. Prometo estudiar papá”
“Que bien por que soy un profesor exigente!” – esa voz…
“Llegaste! Kouji te presentó a mi compañero de trabajo y ahora tu profesor… Noburo Saotome. Espero te portes bien con él, le he dado permiso para que te castigue si no te comportas de la manera debida” – traté de disimular mi felicidad… esto era lo mejor que me había pasado desde que salía con él.
“Ya verás que transformare a tu hijo en una máquina del saber. Lo amansaré hasta dejarlo hecho una sedita. No lo vas a reconocer cuando lo veas por esa puerta!”
“Kouji ve a tu cuarto y has la maleta. Empaca ropa abrigadora por que mañana vendré a recogerte. Trae todos tus libros por que te haré estudiar todo el día” – no perdí más el tiempo y me despedí de los dos. Empaqué mis cosas y me eché en la cama a esperar a que fuera el día siguiente en que Nobú vendría a recogerme. Desde que estaba con él siempre había soñado con pasar juntos la noche, en mis sueños más locos había pensado pasar una semana entera con él… valía la pena dejar de estudiar un poco de vez en cuando…
Capítulo 4: Loosing my mind
No pude dormir bien de la emoción, me tuve que ir a buscar alguna pastilla tranquilizante al botiquín. Por lo general las pastillas para la gripe me daban sueño así que me tome dos para que surtiera efecto más rápido. Después de un rato las pastillas empezaban a hacerme dormir… mis párpados se hacían más pesados… al fin podía dormir…
A la mañana siguiente me tuvo que levantar mi papá por que mamá también estaba alistando su maleta para su viaje a China. Me bañe y me cambie rápidamente para esperar a Nobu y que de una vez dieran inicio a mis vacaciones con él. Espere como dos horas hasta que paro un carro diferente a los que le conocía. De los asientos de atrás bajo Nobu.
“Hola Kouji… buen día. Musashi, que tal? Ya te despediste de tu hijo? No lo verás en una semana”
“Si lo sé. Kouji pórtate bien y no hagas enojar al viejo Nobu” –viejo? No parecía viejo, era incansable para su edad.
“no lo haré papá. Me portare bien!” – cogí mis maletas y las metí al carro. Pero habían más personas adentro del carro…
“Y con quienes van a viajar? Cuanta gente hay en ese carro Noburo?” – mi papá nunca me había dejado viajar a no ser que fuera con el colegio y paseos máximos de tres días.
“Solo son unos cuantos amigos de la vida. Cada uno tiene su propia cabaña, Kouji y yo estaremos en una alejada de las demás para que se pueda concentrar en los estudios. Yo voy de viaje por que quiero cambiar los aires, los deportes de aventura a mi edad no es lo más recomendable”
“Si… bueno espero que la pasen bien y ya los veré en una semana” – espere a Nobu para subir al carro, no conocía a los demás viajeros y me deba un poco de temor entrar solo. Nobu me ayudo a entrar al carro y por la ventana me despedí por última vez de papá.
El carro arrancó y el viaje había empezado. Yo estaba sentado al lado de Nobu y él sin temor a lo que los demás dijeran me paso un brazo por los hombros y dejo su mano descansando en mi pierna – “Bueno chicos él es de quien les había hablado. Kouji, mi amor te presento a mis amigos. Chicos… traten bien a mi chiquito por favor”
“En verdad estas con ese niño Noburo? Sabes que si su papá se entera te puede meter preso?” – eso era verdad pero los dos habíamos tenido mucho cuidado para que mi papá no sospechara nada.
“Los dos tenemos mucho cuidado con eso… verdad Kouji?” – me daba algo de vergüenza mostrarle mi afecto a Nobu delante de sus tres amigos. Nobú en cambio pasaba su mano por entre mis piernas poniéndome la cara de colores.
“Si” – Nobu captó mi temor y me cogió por la cintura y me sentó en sus piernas. Apoye mi cara en su hombro y le susurré a la oreja – “Te extrañe mucho Nobu”
“Yo también pero aparte de pasar un buen rato nosotros dos solos también te voy a hacer estudiar.” – saco el cabello de mi cara con un movimiento de su mano y me beso como no lo había podido hacer en una semana, yo también le devolví el beso, ya estaba empezando a olvidarme que sus amigos estaban ahí, pero igual me sentía extraño.
“Y ya sabes la sorpresa Kouji?”
“Sorpresa?” – no sabía nada de eso.
“Gracias por arruinar el momento Keita. Kouji tengo una sorpresa para ti pero aún no te la puedo mostrar. Te la daré hoy a la noche te parece?” – estaba ansioso por ver la sorpresa de Nobu… debía ser buena… seguro era algo de su viaje… a propósito él nunca me dijo a donde había viajado.
“Nobu san… a donde te fuiste de viaje?” – Nobu me miro y me desvió los ojos
“Eso te lo diré en la noche cuando te entregue tu sorpresa esta bien?” – acepte lo que me dijo Nobu en ese momento pero ya quería ver la sorpresa de mi amor. El viaje continuo, hicimos algunas paradas para comer e ir al baño, a veces para cambiar de conductor. Cuando le tocó a Nobu me senté a su lado aunque por momentos me sentaba en sus piernas, sus amigos no me dejaron hacer mucho eso por que decían que lo iba a desconcentrar y moriríamos en un accidente. El viaje nos tomó prácticamente todo el día. Llegamos a las montañas y específicamente a nuestra cabaña como a las once de la noche, hacía bastante frío pero aún así Nobu no me dejo entrar a calentarme. Me ordeno a que esperara afuera mientras él ordenaba algo. Espere por espacio de diez minutos hasta que Nobu me abrió la puerta. Estaba vestido con una bata de felpa roja y unas sandalias cómodas. Adentro la cabaña estaba muy oscura pero conforme entraba se iba iluminando por la luz de varias velas que hacían un camino hacia el segundo piso de la cabaña. Me quité la casaca y la colgué en el perchero, camine un poco más para mirar más detenidamente la cabaña pero Nobu me ofreció asiento en el sillón.
“Antes de empezar quiero decirte unas cosas. Yo nunca pense en enamorarme de un chico como tu que con las justas tiene diez años”
“Cumpliré once en un par de meses!”
“Si, yo en cuatro meses cumpliré cuarenta, casi te cuadriplico la edad. La cosa es que yo soy una persona mayor y a mi edad las cosas ya no funcionan como antes, yo mismo me doy cuenta de eso. Yo te veo como vives y no siento que te canses por eso… Kouji… yo viaje solo por un par de días a ninguna parte extraordinaria, pero el resto de la semana estuve ahí solo en casa descansando de algo”
“Te sentías mal Nobu? Descansando de que? De mi?” –al parecer yo cansaba a Nobu, él ya se estaba aburriendo de mi…
“No, Kouji. La verdad es que me hice algo en el pene para que pudieras sentirme más. Uno de mis amigos me recomendo ponerme un piercing ahí.” – se puso un arete en el miembro? Eso debió dolerle…
“Rero antes estaba bien Nobu! Bueno eso no importa, lo importante es que estas bien y los dos estamos juntos”
“Bueno eso si. De todas formas ya tome mis pastillas para rendir toda la noche. Arriba tengo unos regalos para ti… quieres ir a verlos?”
“Si!” – salté a su cuello y lo besé. El me sentó en el aparador de la cocina y me llenaba el cuello de besos mientras sus manos me despojaban de la ropa que ya me empezaba a dar calor. Cuando no tenía nada más encima más que mi cabello lo abracé y uní nuestras bocas en un beso. Su lengua penetró hasta mi garganta mientras que sus dedos se escabullían por debajo de mis glúteos y buscaban una entrada directa a mí. Mis piernas se abrieron automáticamente y se entrelazaron a su cintura, sentía como su erección rozaba mis piernas mientras yo tratando de mantener el beso y los dedos de Nobu adentro mio me frotaba contra él. En esta posición Nobu me llevo hasta el segundo piso. La cama principal donde dormiríamos los dos estaba cubierta de pé+alos de flores y la cama estaba rodeada de velas. Nobu me echo en la cama y se echo a mi lado acariciando mi cuerpo con sus manos grandes. Nobu se abrió la bata para revelarme después de tiempo su cuerpo ahora cambiado. La única diferencia era definitivamente su miembro… debía haber crecido como unos cinco quizás siete centímetros de largo o era mi imaginación. El piercing se veía raro ahí, tenía como una especie de púas… serían púas de verdad?
Me pare y trate de acomodarme en su erección. Era bastante más dura y me dolía a la hora que la forzaba a entrar en mi, me raspaban las púas del arete pero aún así traté de ejercer algo de fuerza pero el dolor me partía, tendríamos que hacerlo poco a poco como la primera vez. Traté de hacerlo de todas formas con lo poco que me había entrado pero me causaba dolor cuando entraba un poco más de lo que era mi capacidad. Pero el dolor no me preocupaba por que a la larga eso me daba placer, mi preocupación era sangrar, no quería sangrar por que sino nuestros planes se verían malogrados pero así sangrara no me iba a importar, yo había soñado con esta semana desde que decidí estar con Nobu y por unas cuantas gotas de sangre no lo iba a malograr.
Me mordí los labios y forcé la entrada, Nobu se dio cuenta de esto pero no dijo nada, yo era muy terco para estas cosas así que a pesar del dolor continué. Tenía suerte de no sangrar aún, empecé a mover mis caderas con él adentro para sentir mayor placer… todo era tan mágico. Mi cuerpo con este esfuerzo duró algo como una hora y luego me pidió descanso. Mientras yo recuperaba fuerzas Nobu hacía de las suyas conmigo. Me abrió las piernas y comenzó a lamerme por dentro… se sentía tan bien… luego me dio unos masajes en la espalda hasta que empecé a sentir sus dedos como se metían por atrás. Nunca habíamos intentado nada por ahí pero considerando la nueva anatomía de Nobu iba a ser algo memorable.
Nobu saco sus dedos de mi y me levantó de las caderas dejándome alzado en el aire, sentí como me golpeaba su miembro y los choques que me daba intentando entrar, ponerse un piercing había sido una gran idea. Era un dolor por encima de lo inimaginable, grite como nunca por que nada, ni siquiera los dedos de Nobu me habían preparado para eso. Creo que no aguante y me desmaye de dolor por que cuando volví a abrir los ojos Nobu me estaba dando de mordiscos en el pecho.
“Soportaste más de lo que había pensado, eres muy fuerte. Te gusto?”
“No, Me encantó! Pero volvamos a hacerlo mañana por que me has dejado doliendo un poco abajo” – Nobu me dejo descansar pero sus dedos seguían explorándome, sus dedos tenían acceso directo a todo en mí, sus dedos no me fastidiaban.
A la mañana siguiente me levanté tarde, Nobu no estaba en la cama conmigo, detestaba cuando me dejaba solo como si fuera su muñeco. Me levanté y a mi costado había una bata pequeña para mi, me la puse, era de seda. Baje al primer piso para buscar a Nobu y ahí estaba él tomándose un café y leyendo en periódico.
“Hoy empezamos con las clases. Bienvenido a mi escuela donde los chicos que no entienden son castigados ferozmente!” – me dio risa el tono de voz que uso para decir eso, se oía muy jugueton.
“Hay algún uniforme para esta escuela?”
“Ya que lo preguntas me estas dando más ideas!” – Nobu se paro y se fue a buscar algo cuando volvió vino con una maleta – “Aquí esta tu uniforme!” – abrí la maleta, habían varias cosas a las cuales les desconocía el uso.
Puso los cuadernos sobre la mesa y me sentó frente a él. – “Empecemos con algunas preguntas… raíz cuadrada de 81”
“Nueve!”
“Bien! Ahora raíz cúbica de 216?”
“No me acuerdo ahora pero…” – No tuve tiempo de responder por que Nobu me pego con un látigo.
“Quiero respuestas rápidas no lentas. Cuando tengas cinco incorrectas te harás acreedor a un correctivo” – me daba miedo equivocarme, eso me ponía más nervioso lo que hacía que tartamudeara. – “Raíz cuadrada de 144?”
“11… no 12!” – de todas formas me cayo otro golpe. En resumidas cuentas me equivoqué en cinco respuestas aunque di tres correctas. Mi castigo me lo daría en el acto pero no sabía que era exactamente. Nobu me tapo los ojos, no veía nada. Me echo en la mesa de la cocina que era redonda y ato mis brazos y piernas a las patas de la misma mesa. Estaba tan nervioso que las lágrimas se me chorreaban de los ojos, no creo que Nobu las haya visto pero yo si que las sentía. Un cubo de hielo se deslizaba por mi pecho y me hacía estremecer. Un cubito de hielo no me daba dolor pero cuando Nobu empezó a forzar ese cubito de hielo dentro de mi no solo me dolía también me daba frío, las arístas del cubito arañaban las paredes de mis cavidades.
Las clases continuaron durante todo el día hasta la tarde. Solo paramos para almorzar y para ir al baño. Mi cuerpo al final del día estaba cansado por los hielos que me había metido, los latigazos que me había dado, las cachetadas que habían enrojecido mis mejillas. A eso de las ocho de la noche los amigos de Nobu nos fueron a buscar para hablar. Yo no tenía mucho que hablar con ellos así que me fui a leer al segundo piso para estudiar para mañana por que sino Nobu me iba a lastimar. Desde arriba escuchaba como bebían los cuatro. Cuando me dio sueño me puse mi pijama y me metí a la cama.
Ya era el segundo día de mis vacaciones con Nobu. Esta vez estaba mejor en matemáticas y ya le fue más difícil a Nobu castigarme pero me pregunto sobre lengua, lo que no había estudiado y me volvió a pegar. Yo amaba a Nobu lo único que no me gustaba mucho era que me pegara de esa manera, me hacía doler mucho ya que conocía mis puntos débiles. Se repitió lo mismo de la noche, Nobu estaba ebrió. Una vez más dormí solo en la cama. A la tercera noche fue más tranquila. Nobú me había dado tregua para poder hacer otras cosas juntos, mañana volveríamos a los libros.
Esa noche creo que fue una de las mejores de mi vida con él. Salimos a pasear por la nieve bien abrigados por que hacía demasiado frío. Caminamos un poco hasta la cabaña siguiente y de ahí con las mismas nos regresamos. Nobu recolectó algo de nieve y me hizo un milkshake de chocolate delicioso. Ya para la hora de dormir nos fuimos los dos a la cama. Empezamos mirando el techo hasta que sus siempre inquietos dedos comenzaron a jugar con mi boca. Sus dedos húmedos buscaron un camino hacia mis piernas excitándome cada vez más. A este punto la ropa ya estorbaba y Nobu me hizo el favor de quitármela rápidamente. Yo también le quite la ropa a él. Tenía ganas de probar su sabor así que se lo chupe con cuidado, el piercing me podía lastimar mi boca.
Nobu me echo en la cama cuando termine y me puso boca abajo, cogí una almohada para morder. Esta vez me entro un poco más fácil aunque me seguía arañando. Me costó un poco acostumbrarme a eso en especial si se movía rápido y con fuerza dentro de mí. Cuando termino me dolía mucho pero felizmente no sangre.
“Nobu… tu siempre me vas a querer no? Aunque crezca algún dia?”
“Si pero a que se debe tu pregunta chiquito?”
“Es que me parece demasiado bueno que tu estes conmigo. A veces pienso que es un sueño y que algún día se va a acabar… Nunca me dejes por favor… si me dejas me muero…”
“Esta bien, siempre te tendré a mi lado, siempre chiquito” – Lo abracé y me quede dormido en sus brazos… una vez más me sentía bien, no había manera que me sintiera mal con Nobu. Así me pegara por no estudiar, Nobu era la mejor persona que había conocido, era un hombre completo.
Los días pasaron demasiado rápido para mi gusto, sin darme cuanta ya estaba estacionado el carro afuera de mi casa esperando a que bajara. Nobu me dio un beso con todo y lengua y me dejo ir. Yo salí caminando del carro como si fuera en una nube y así flotando en mi nube me fui a dormir a mi cuarto… habían sido las mejores vacaciones de mi vida a pesar que mi espalda estaba algo rasguñada y tenía unas cuantas heridas internas por el arete de Nobu pero no tenía nada por que preocuparme.
El colegio volvió a comenzar, no me sentía de buen ánimo como para ir a clases pero no tenía otra elección. De camino me encontré con mi hermano. Estuvimos hablando de las vacaciones y me dijo que después de colegio todos se reunirían en el patio para jugar y hablar. Me hubiera encantado contarle todo lo que había hecho pero no podía dejar que alguien se enterara que tenía una relación con Nobu, ni siquiera a mi hermano. Después de colegio yo también tenía planes para ir a ver a Nobu, no podía dejar de ir a verlo.
Para después de clases Takuya me recordaba cada cinco minutos que fuera a la reunión pero por más que quería no podía. El castigo de papá aún me quedaba pendiente… verdad con ese castigo como podría ir a ver a Nobu? Aunque sea me escaparía un ratito. Salí del colegio despidiéndome de los chicos, por suerte el carro de Nobu estaba afuera esperándome así que no tuve la necesidad de variar mucho mi camino. Antes de subir a su carro me fije que nadie me viera, no quería que nadie se enterara. Como no podíamos ir a muchas partes nos acomodamos en el carro con los asientos reclinados en uno de los tantos sitios del parque, era bueno que los niños hicieran bulla así nadie podía oírme gemir. Cuando terminamos Nobu me hizo el favor de llevarme a mi casa. No entró, prefirió quedarse en el carro e irse. Yo entré a mi cuarto a bañarme por que estaba sudando por todo el esfuerzo que hacía, solos unas gotas de sangre manchaban mi ropa interior, si la lavaba yo nadie se daría cuenta así que no había problemas.
Hice mis tareas y espere a que llegara mi papá, Tomoko aún no regresaba de la China. No paso nada fue de lo común o lo que ya estuviera acostumbrado. Los días pasaban así, entre el colegio, Nobu y mi papá, nunca nadie se dio cuenta que a pesar de estar castigado me divertía mucho. Con Nobu estábamos más en el carro o en su casa, a veces me llevaba a un hotel cerca de mi colegio, otras veces me enviaba mensajes para encontrarnos allá. Un par de veces me escapé por la ventana de mi cuarto y con mi bicicleta me iba hasta su casa a pasar la noche. Regresaba a casa antes que se dieran cuenta o venía cambiado y hacía como que alimentaba al perro.
Una tarde salía del colegio para encontrarme con Nobu en el hotel cuando Kouichi me paro.
“A donde vas a ir hoy?”
“A la casa, a donde más?”
“No sé, eso depende a donde vayas en el carro blindado…” – me vio?
“No se de que me hablas. Yo me voy todos los días a la casa y de las personas que conocemos ninguna maneja carro”
“Si, lo sé. Por eso te pregunto quien maneja ese carro de lunas polarizadas? Yo no lo he visto pero ya van dos personas que me lo van contando. Una persona puede ser mal hablada pero dos? Es ya es una verdad no crees?”
“Y por que le tienes que creer a otra gente en vez de creerme a mi?”
“Por que por como actúas es verdad. Quien es el que te viene a recoger del colegio Kouji? Quien es el que maneja el carro de lunas polarizadas, por ahí la gente dice que es un hombre mayor… no creo que sea papá”
“Por último a ti que te importa! No te metas en mi vida que yo se bien lo que hago o dejo de hacer. Déjame en paz!” – lo empuje hasta que lo tire al piso y me fui corriendo empujando a todos en el trayecto. Ya sabían de Nobu, se lo contarían a papá y papá sabría que era Nobu. Corrí al hotel a buscar a mi amor, el ya estaba echado en la cama esperándome.
“Nobu… mi hermano ya sabe que me vas a recoger a la escuela… alguien me vio subiendo a tu carro” – Nobu se paro y se empezó a vestir. – “Nobu? No te enojes conmigo Nobu… por favor!” – Nobú se acercó hacía mí y me beso en los labios mordiéndome muy fuerte. Cuando se cansó rompió el beso y me empujo al piso.
“Espero no te haya seguido tu hermano, espero que por lo menos eso hayas hecho bien!” – Nobu estaba enojado conmigo… - “Ahora vete a tu casa y espera instrucciones mías. No te muevas de ahí!” – se puso sus zapatos y salió de la habitación. Me quede tirado en el piso llorando por un buen rato. Llegue a mi casa tarde, Tomoko ya había regresado de su viaje y estaba sentada en el sala, al igual que Kouichi y Takuya y mi papá. Cuando entre todos me miraron sorprendidos.
“Que te paso hijo?” – papá se me acercó y me agarro la cara, me había olvidado del dolor en los labios.
“Estaba corriendo por el parque y me caí de cara”
“Y las heridas de tu espalda?”
“Heridas? Cuales heridas?” – Takuya, de un momento a otro tenía ganas de matarlo.
“No son nada papá, takuya alucina cosas ahora último…” – papá estaba más serio que nunca pero mis palabras ya no lo tranquilizaban lo suficiente como para salir del paso. Me agarró y me volteó. Traté de poner resistencia y no dejar que me levantara el polo pero papá al igual que Nobu tenía más fuerza que yo. Lo único que se me ocurrió fue correr a mi cuarto. Me encerré en mis cuatro paredes aunque esa protección no sería lo suficiente por que papá tarde o temprano encontraría las llaves para entrar.
“Déjame entrar Kouji! Quiero ver tu espalda para creer que no es cierto” – si era cierto y a pesar que ya no estaba tan marcada como antes aún quedaban algunas cicatrices.
No tenía tiempo que perder, tenía que huir de ahí. Salté al árbol y me baje por el sin que se dieran cuenta. Me puse mis zapatillas y salí corriendo sin un rumbo fijo. Ir donde Nobu ahora era demasiado arriesgado para él, no tenía a donde ir ahora, no podía ir a casa de nadie por que llamarían a mi papá. El único lugar que conocía ira lo mejor para pasar la noche eran los juegos del parque, las niñas solían jugar en una casita. Me fui hasta ahí y me escondí, nadie me encontraría por lo menos hasta mañana pero mañana buscaría otro lugar. No podía volver a casa por ahora… por lo menos hasta que se me fueran las marcas.
Un rayo de sol se coló por la ventana de la casa de juegos, el único rayo que entraba y justo me daba a la cara. Me levanté y salí de ahí. Empecé a vagar por el parque, nunca me había dado cuenta que era tan grande. Cada vez que sentía gente que se acercaba me escondía tras un árbol, así fueran desconocidos, no me dejaba ver. Me costo trabajo ir a la casa de Nobu a contarle lo sucedido, me parecía que toda la ciudad me estaba buscando ahora. Cuando llegué a casa de Nobu no encontré la llave, la abría escondido en otra parte? Y lo peor de todo era que mi llave estaba en mi casa, como entraría ahora?
Me escondí debajo de la ventana de Nobu, entre unos arbustos pero el día pasaba y Nobu aún no regresaba. Estaba cansado y hambriento, tenía sed pero no me atrevía a salir de mi escondite. Quería bañarme con agua calentita, quería echarme en la cama. Como a eso de las siete de la noche se estacionó un carro en la puerta de la casa de Nobu. Del carro bajaron los amigos de Nobu y mi Nobu. No me atrevía a dar la cara con sus amigos delante así que espere a que entraran en la casa, luego me fui a la parte de atrás y llame a su puerta. No paso mucho rato hasta que me abrió.
“Que rayos haces acá? Deberías estar en tu casa con tu papá!” – lo mire con algo de miedo y le conté lo que había pasado ayer en la noche y como había huido de casa. El también comprendía que no podía volver hasta que se me fueran las cicatrices que él me hizo, no podía hacerlas pasar por un accidente. – “Pasa, nadie te vio venir no?” – nadie me había visto, había tenido mucho cuidado – “EL problema ahora es que tu papá no debe saber que estas conmigo, estoy arriesgando demasiado mi pellejo por tu culpa niño, la verdad no me conviene que te quedes conmigo”
“Pero no tengo a donde más ir! No puedo regresar a casa por que papá vería mi espalda! Déjame quedarme Nobu! Te prometo que haré todo lo que quieras, limpio tu casa, cocino, haré todo lo que me pidas!”
“Esta bien… me has convencido pero eso si… tu mismo me acabas de prometer que harás todo lo que te pida” – era verdad… no debí prometer tanto, eso me decía mi cabeza pero estaba desesperado, no iba a aguantar otra noche más afuera. Nobu me hizo subir por las escaleras de atrás al segundo piso para bañarme mientras el estaba con sus amigos viendo películas y bebiendo cervezas. Yo me refrescaba con el agua tibia y con burbujas que me había regalado Nobu. Cuando termine me fui a cambiar al cuarto pero ya no estaba mi ropa donde la deje. Comencé a buscarla en los cajones pero no estaba por ninguna parte, la habría mandado a lavar Nobu? Me senté en la cama a esperar que viniera con mi ropa pero me quede dormido en la cama… estaba tan suave y mullida. No se cuanto rato habré descansado pero cuando abrí mis ojos Nobu estaba acariciando mi pecho y besándome el cuello.
“Hola Nobu… que hora es?” – Nobu me seguía mordiendo el cuello cada vez con más fuerza.
“Bueno es tarde pero ya que no vas a ir al colegio puedes estar despierto. Te necesito abajo.”
“Quiere que limpie algo Nobu?” – le pregunte inocentemente.
“No, quiero que atiendas a mis amigos pasándonos los bocaditos y sentándote a mi lado para que me des suerte”
“Ya, ahorita bajo pero… no encuentro mi ropa. Tu la has visto?”
“Se esta lavando abajo pero no la necesitas. Ponte esto.” – del bolsillo de su pantalón saco una correa para el cuello. Yo lo mire, no prentendería que bajara a servir los bocaditos usando solo eso… o si? – “Debo recordarte que tu dijiste lo que sea?” – si quería que bajara solo con eso… una vez más había muerto por mis propias palabras…
“Pero Nobu, ellos estan tomados y yo solo quiero estar contigo… no me hagas bajar solo con esto!”
“Debo suponer que quieres que llame a tu papá entonces?” – Nobu me tenía acorralado, no podía hacer nada en contra de él. No tenía como además… no quería hacerlo, lo quería demasiado como para meterlo en problemas. Tome la correa de cuero y me la puse al cuello, lo tome de la mano y los dos bajamos las escaleras juntos.
Las reacciones de sus amigos fueron diversas pero de los tres ninguno se opuso a mi desnuda presencia. Al contrario a cada rato me pedían que les llenara los vasos mientras jugaban poker en la mesa del comedor. Cada vez que me alejaba de ellos trataban de meterme la mano pero yo me alejaba rápido y me sentaba al costado de Nobu. Por otra parte Nobu le prestaba más atención al juego que a mi y a sus amigos que trataban de cogerme a como diera lugar. Al final de la noche todos estaban borrachos, nunca había visto gente llegar a tal punto de ni siquiera reconocerse entre ellos mismos. Por otra parte a Nobu se le habían subido los calores y quería tener sexo conmigo en frente de sus amigos, la idea no me gustaba pero no me podía oponer a su voluntad.
Me echo en el sillón y se bajo los pantalones, comenzó metiéndome los dedos por abajo mientras me lamía, yo también me comenzaba a excitar pero las ganas se me iba quitando conforme veía a los demás masturbándose con mis gemidos. Nobu se sentó en el sillón y trato de hacerme calzar en su erección pero como no tenía buenos reflejos me hacía doler más de la cuenta. Uno de sus amigos se unió a su juego y sin pedir permiso comenzó a lamerme, yo ya no podía más, no aguantaba tanta cosa. Los otros dos restantes también querían participar pero como ya casi no había acceso a mi me pusieron sus miembros en la cara para que los succionara igual como solía hacerle a Nobu. Yo no quería hacerlo pero Nobu ejerció presión en mi desde abajo y comprendí que quería que le diera placer a sus amigos. Traté de hacerlos por turnos ya que eran cuatro contra mi solito. Fue una experiencia atroz, jamás la volvería hacer, así me lo pidiera Nobu.
Entre los cuatro no me dejaban tranquilo. En uno de esos momentos uno de ellos se echo al piso con su erección suspendida al aire, otro de ellos me abrió las piernas y me penetraba fuertemente poniéndome prácticamente de cabeza mientras que otro más se aprovechaba y me lamía mi erección. Nobu se había quedado dormido en el sillón de tanto tomar. Cuando se durmieron todos yo ya no me podía parar, no solo me dolía todo, tenía el corazón destrozado, no comprendía por que si Nobu me quería tanto me había obligado a eso… habría sido el alcohol? Me sentía usado, sucio, no había sido nada bonito, no lo había sentido como otras veces con Nobu… ya no era el mismo de antes, ya no era como al principio, este de aquí que dormía como un tronco en el sillón no era mi Nobu.
Como pude subí al segundo piso e intente bañarme. Me bañe lo mejor que pude, me refregaba por todas partes, no quería ningún rastro de ellos en mí. El baño limpio mi cuerpo pero no mi mente, aún podía recordar todo, ahí si hubiera dado cualquier cosa para poder olvidarme de la noche anterior. No baje al primer piso en todo el día, o al menos hasta la tarde que se fueron sus amigos. Yo solo baje a limpiarlo todo, me sentía molesto por lo que había pasado pero Nobu se veía tan tranquilo que me daba cólera. Tenía ganas de lanzarme encima de él y pegarle pero solo era una intención que nunca se daría. Uno no tenía la fuerza suficiente, dos, a las justas podía estar en pie, tres, había dicho lo que sea y en medio de todo no podía dejar de cumplir mi palabra.
Ya para la noche Nobu trato de reivindicarse conmigo en la cama pero ya no era igual. Las caricias de Nobu me dolían en lo más profundo de mi ser. Nobu se daba cuenta al parecer y a propósito lo hacía más fuerte, por último no aguante más y me puse a llorar. Nobu lamía mis lágrimas y ahogaba mis llantos en su boca. De un momento a otro se empezó a poner violento, me mordía con más fuerza que de costumbre, antes lo hacía con los labios, ahora lo hacía con los dientes, me golpeaba con sus puños para callarme pero no podía parar, me sentía mal. Después de un rato se canso de mi y me boto de su cama. Salió de la casa a paso veloz sin decir nada. Yo me quede botado en el piso como si fuera un juguete roto. Traté de reparar mis pedazos pero no había un pegamento lo suficientemente fuerte como para unirlos. Nobu regreso a la medianoche cansado y se echo a dormir mientras yo seguía en el piso sin ánimos que querer dormir con él.
A la mañana siguiente Nobu me levanto y me puso en la cama. Me pidió disculpas por lo de la otra noche, al parecer se había peleado con papá en el trabajo y por eso se había desquitado conmigo. Me tranquilizo un poco saber que lo que me paso no fue por que no me quería, fue efectos de alcohol y depresión lo que lo había puesto así. Yo no era nadie para juzgarlo y lo perdone, después de todo no podía vivir sin él. Estar peleado o distanciado de él me ponía triste y me quitaba las ganas de seguir viviendo. Me alegro volverle hablar así como lo hacía antes, me alegro que me entendiera y me cuidara como siempre lo había hecho. Esa noche fue como antes, todo muy suave y tranquilo. Sus manos siempre me hacía sentir bien.
Nobu me contó que todo el mundo me estaba buscando. Me dio a entender que sería mejor que regresara a casa teniendo en cuenta que mi espalda estaba mucho mejor. Yo por otra parte no quería volver, no quería contestar ninguna pregunta de ningún tipo. Yo quería quedarme a vivir con Nobu para siempre.
Pero Nobu me llevo a mi casa y prácticamente me obligo a entrar. Apenas toque la puerta el carro desapareció y la puerta se abrió. Todos me abrazaron y me dieron las gracias por volver. Me preguntaron donde me había metido que ni la policía había dado conmigo. Les dije que Nobu me había encontrado en la calle y me había traído hasta la puerta de la casa, tuve que decir eso por que ellos habían escuchado el sonido del carro que me dejaba en la puerta pero después de un rato comprendí que había metido la pata.
“Ese era el carro de su amigo Noburo señor?” – mi papá le afirmo con un gesto a Takuya. – “Entonces por que no nos dijiste que el amigo de tu papá era quien te iba a recoger todos los días del colegio? Nos hubieras ahorrado preocupaciones!” – abrí mis ojos a más no poder. Mi papá me lanzó una mirada y al parecer lo comprendió todo. Dio dos pasos hacía mi y me pego una tremenda y merecida cachetada que me dejo tirado en el piso.
“Era él… verdad? Era Noburo el que te hizo eso verdad? Tu salías con Noburo!” – No sabía que decir, su cachetada me había movido las ideas de mi mente. Me agarró del cabello y me empezó a zarandear como si fuera un muñeco de trapo. – “Era él! Dime, era él? Estabas con él?”
“Si, si, estaba con él pero déjame que me haces doler! Me duele, suéltame!” – La policía tuvo que hacer que papá me soltara. Me puse de pie todavía agarrando mi mejilla y traté de huir a mi cuarto pero papá mando a que me agarraran.
“Quiero que le hagan un examen médico, quiero que apresen a Noburo Saotome por abuso de menores” – tenía que zafarme de ahí y avisarle a Nobu para que huyera. Trataba de escabullirme pero me tenían bien agarrado. Podía ver que algunos aún no captaban la situación como Takuya por ejemplo.
“No, yo tengo la culpa, Nobu no hizo nada malo. No lo arresten!” – a pesar que yo no era el detenido y la policía no podía conmigo por que me movía demasiado me esposaron. Nada a lo que no estuviera acostumbrado pero eso me imposibilitaba usar mi celular y hacer una llamada. Escuche como ponían la orden de arresto a Nobu. Todo esto era mi culpa, me quería morir…
TBC