Manners
Capítulo 1: Friendship Headache

Todo comenzó como un día normal. Me levanté con la hora justa para alistarme y salir corriendo al colegio. Baje al primer piso, cogí mi almuerzo y salí corriendo. La calle como siempre a esa hora estaba vacía y no había ni un alma cerca pero eso no detuvo mi paso… mis pies me llevaron casi hasta la avenida principal donde Momo llegaba con su bicicleta reluciente.

-“Parece que alguien limpio su bicicleta… me puedes llevar, ya me cansé de correr” – Momo ya no hacía mucho caso a mis palabras por que sabía que mi carácter era algo fastidioso a veces así que solo se limitó a dejarme ir con él.

-“Me parece que hoy te levantaste más temprano que yo… la próxima vez espérame en vez de salir corriendo como un loco… de todas formas ibas a llegar tarde hoy”

-“Si pero por lo menos intenté llegar más temprano no? A propósito por que has venido tarde hoy?” – Momo se puso a meditar un poco mientras pedaleaba con prisa. No sabía si se demoraba en contestarme por que no podía hacer dos cosas a la vez o por que estaba buscando una respuesta para darme.

-“Pues me quedé despierto hasta muy tarde mirando una película…”

-“Seguro que no era una película apta para tu edad… sino la hubieras visto más temprano… eres un perv!”

-“Caramba… hoy parece que estas de buen humor… quien te habrá alegrado el día?”

-“Nada alegra más mi día que fastidiarte a ti Momo senpai!” – había que admitir que me gustaba estar con Momo así a veces el fuera algo molesto. Entre los dos compartíamos más que una afición por el deporte, algo más que comer sin medida cada vez que podíamos… no sabía que era exactamente pero me gustaba estar cerca de él.

Ya cuando llegamos al colegio Momo estacionó su bicicleta mientras yo corría a mi salón antes que me cerraran la puerta como ya era la costumbre de la profesora. No se por que pero a veces las clases se me hacían menos llevaderas y no sabía si era a causa del tema o tal vez de mi humor. En la clase de este día yo sabía que era un tema por demás aburrido y cuando lo había llevado en América me había dormido en toda la explicación. Las letras no eran lo mió y la historia era algo que había ocurrido hacía mucho tiempo y que lo entendiera o no, no le importaría a nadie de la época aquella donde no había una raqueta decente con la cual jugar. Pero lo extraño para mi fue que no me dormí… y no por que la clase hubiera estado entretenida o interesante… no… mis ojos habían encontrado una distracción en el pasadizo de la escuela.

Si bien yo había logrado cruzar la puerta antes que la campana tocara y estaba gozando de un cómodo asiento mientras la profesora se gastaba en hacer que le prestará atención… Momo no había corrido con la misma suerte. Ahora el estaba parado en medio del pasillo esperando a que alguien le abriera la puerta para poder sentarse. Pero lo gracioso no era verlo castigado ahí afuera…. Lo gracioso era verlo tratar de comer algo de su almuerzo parado sin ser detectado por la profesora que de cuando en cuando lo miraba para ver que hacía… al parecer ya sabía las tendencias de Momo a la hora de comer a deshoras.

-“Echizen!” – un fuerte golpe contra mi carpeta me saco del trance. Al parecer la profesora al fin se había dado cuenta que no me interesaba en lo más mínimo su clase y que jamás en lo que había estado en ese colegio le había prestado una completa atención más allá de mi mirada vacía cada vez que me miraba a los ojos. Ella ya sabía que su clase era aburrida y nada le costaba ver la manera de aligerarla un poco… no era mi culpa… al menos no por esa parte… - “Que tanto estas mirando ahí afuera? La clase esta aquí adentro y los temas para el siguiente examen están en la pizarra que esta frente a tu carpeta!” – que más podía decir?

-“Lo lamento” – esas fueron mis únicas disculpas pero al parecer no fueron suficientes para ella. Al parecer ella tampoco estaba de buen humor después de todo y de un solo grito me mandó a hacerle compañía a Momo afuera del salón.

-“Hahahaha… te quedaste dormido otra vez?”

-“Si no te cuidas la profesora te pescara comiendo en el pasillo… eres demasiado obvio Momo senpai!” – me daban ganas de recostarme contra la pared pero si la profesora me llegaba a ver sería doble grito así que trate de permanecer parado sobre mis dos piernas.

-“Bueno Echizen… sabes cuanto falta para que termine la clase? Ya tengo ganas de sentarme”

-“Deben faltar como quince minutos más” – di un bostezo mientras tapaba mi boca con la mano. Este tipo de castigos eran agotadores pero eran más divertidos que estar adentro de esa clase de Historia, ya después Horio me pasaría sus apuntes para ponerme al día. – “Momo… que haces?” – Momo se había sobre sentado mientras buscaba algo en su maleta.

-“Busco unos caramelos que compre ayer… quieres?”

-“SI los llegas a encontrar si” – Momo encontró sus caramelos y me paso la cajita.

-“Quédate con esa caja… yo tengo otra aquí!” – y me mostró la suya. Eran unos caramelos que parecían cristales. Difíciles de romper con los dientes lo que garantizaba que durarían en tu boca. Yo personalmente tenía la mala costumbre, así como tantas otras de morder el caramelo apenas lo ponía en mi boca. Los caramelos no me duraban mucho y tenía que gastar más comprando por montones pero estos caramelos me daban miedo morderlos.

Ya para cuando acabo la clase cada uno entro a su salón. La profesora de historia me amenazó con mandarme con el director la próxima vez pero aún así tendría que cumplir condena después de clases en detención con ella. Eso me cogió desprevenido por que nunca antes ella me había puesto una detención… pasar una tarde castigado significaba perderme la practica de la tarde… tendría que avisarle al capitán que no podría asistir… se iban a enojar conmigo.

Pero hoy no era mi día. Después de la clase de Historia venía la de ingles. Esta clase no me aburría tanto por que era algo que para mi era tan normal como respirar y quizá por eso mismo me permitía distraerme con todo lo que pudiera o en su defecto dormir. El profesor de inglés sabía que yo era un caso perdido para él por que nunca le presté atención así que él mismo ideo un plan para tenerme despierto… me nombró su secretario.

Ahora el pasaba toda la clase recorriendo el salón buscando gente que quisiera dormir tanto como yo mientras me pedía que escribiera la pizarra con todo lo que el decía. Al principio no me pareció tan malo pero después las piernas me comenzaban a pedir descanso por que estar dos horas parado escribiendo era agotador, más que una practica con Inui y sus jugos bomba al costado.

Ya para el descanso lo único que quería era no volver a caminar nunca más. Me fui a echar encima de mi carpeta esperando que el siguiente carcelero entrara al salón para no dejarme dormir. Horio trato de revivirme en vano hasta que entro Momo con un cargamento de golosinas en sus brazos… al toque levanté mi cabeza a la vez que me extendía una Ponta.

-“Justo… me moría de sed!” – abrí la lata y me la tome lo más rápido que pude.

-“Vaya que tenías sed… pero no te la tomes tan rápido que te puedes atorar… tranquilo”

-“Si… más bien Momo… podrías avisarle al capitán que no podré ir a la practica de hoy? La profesora de Historia me castigo y tengo detención hasta no se que hora”

-“Ya veo… le diré. Y a la hora de salida vamos a comer como siempre? Yo invitó por que mi abuela me ha enviado dinero”

-“Suena fabuloso! Espérame para ir juntos entonces!” – la campana sonó y Momo cruzó el pasillo para ir a su salón mientras yo me paraba para botar la lata en la basura.

Las clases continuaron y para la hora del almuerzo fue Oishi quien entró a mi salón.

-“Momo dice que no podrás venir hoy a la practica… es verdad eso?”

-“Si Oishi senpai… la profesora de Historia me dio detención por no prestarle atención en clase” - Oishi puso una cara de cómo ‘ya me lo esperaba’ – “Bueno, trata de dormir bien en tu casa para que no te vuelvan a castigar… estamos cerca de las Distritales y tenemos que practicar si queremos ganar”

-“Oishi! Te buscan en tu salón!” – Eiji entró saltando y comenzó a jalar a Oishi – “Nya! Apúrate!”

-“Ya voy! Nos vemos después Echizen!”

-“Bye ochibi!” – se despidió Eiji.

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No había nada más horrible que estar encerrado en un salón mientras los demás jugaban afuera. A juzgar por todos los chicos que estaban ahí no era el único que se había quedado dormido o no habrían prestado atención a las clases?

Nunca me habían puesto una detención… pero el estar aquí me daba ganas de haberme quedado despierto. Nadie hablaba y nadie hacía nada… algunos aprovechaban en avanzar las tareas otros simplemente miraban la pizarra quien sabe alucinando que cosas. Uno podía hacer en detención lo que quisiese menos dormir… justo lo que yo quería hacer.

Terminado el castigo salí lo más rápido que pude a buscar al equipo pero era tan tarde que ya no había nadie en las canchas y ahora todos estaban casi listos para irse a sus casas. Pensé que tendría que regresarme solo a mi casa por que no vi a Momo… me había abandonado el desgraciado…

-“Nya ochibi…. Momo te esta esperando en las bicicletas… no se a donde me dijo que se iban a ir…”

-“A las hamburguesas!” – no se había olvidado de mi entonces…. Sonreí una vez más – “Gracias Kikumaru senpai!” – y me fui corriendo a buscar a Momo.

Eiji tenía razón… Momo ya tenía la bicicleta desenganchada y estaba apoyado en ella esperándome para ir a comer. No sabía si el haber estado sentado en el salón como un hongo había aumentado mi apetito o el simple hecho de querer hacer algo ya que no había hecho ejercicios hoy.

-“Apúrate y sube a la bicicleta que sino el lugar se llenara de gente y tendremos que hacer cola!” – acaté la orden como nunca y me subí como siempre lo hacía en la parte de atrás cogiéndolo de los hombros con mis pies puestos a cada lado de la bicicleta – “Bájate de ahí, hoy tienes que viajar adelante por que la rueda de atrás me esta dando problemas… creo que la tendré que cambiar el fin de semana”

-“Pero yo…” – no estaba tan gordo como para desinflarle las ruedas de la bicicleta…

-“Apúrate o llegaremos tarde!” – una vez más me estaba metiendo apuro y no sabía por que hoy estaba demasiado complaciente con él. Le hice caso y con algo de fastidio me senté en el fierro que era el enlace entre el asiento y el timón. Me sentía raro ocupando ese lugar pero me sentí más extraño cuando sus brazos se pusieron a mi lado para sujetar el timón… no pude evitar ponerme un poco rojo por la situación pero creo que cualquiera se hubiera sentido así en mi lugar… no?

Todo el camino fuimos bastante callados hasta que por fin pude bajarme de la bicicleta. Momo puso la plata para pegarnos la comilonaza… hacía tiempo que no habíamos podido regresar a este local a comer como locos por lo mismo que él se había comprado cosas nuevas y yo aún no aprendía a ahorrar y mis papas se empeñaban en no subirme la mesada hasta nuevo aviso.

Pero comimos bien esa tarde casi noche y todo gracias a la generosa abuela de Momo… por que mis papas no podían ser así?

-“En que piensas? De pronto te quedaste callado” – Momo era desagradable cuando hablaba con la boca llena…

-“En que deberías cerrar la boca a la hora que comes… que asco!”

-“Yo pienso que callado eres más simpático que cuando te pones en ese plan de fastidioso empedernido!” – me dijo algo molesto por lo que acababa de decirle.

-“Solo te recordé que no puedes hablar con la boca llena! Y yo no soy un fastidioso empedernido!”

-“Tienes razón… solo lo eres cuando hablas… pero felizmente hablas poco por que sino sería difícil soportarte” – su último comentario no me agradó... – “Vamos no te enojes… tienes que admitir que es verdad. Vamos sonríe un poco!” – con sus manos llenas de grasa me toco la cara y con los dedos estiró la comisura de mi boca tratando de formar una sonrisa que jamás iba a salir…

-“Mejor lo dejamos aquí… no me quiero enojar más” – traté de serenarme

-“La verdad no veo el motivo por el que te podrías enojar… te he dicho la verdad… a veces eres un poco fastidioso, grosero, mal educado y careces de respeto a los demás…” - me dijo mientras seguía arrasando con su bandeja… por mi parte el hambre se me había quitado por completo.

-“Si tan malo soy por que me hablan? Si no les agrado del todo entonces por que me hablan?” – me paré de la mesa del lugar agarrando mis cosas para irme. Todo había estado muy bien y de pronto todo se fue al diablo. – “Pensé que eras mi amigo…”

No pensé bien las cosas creo pero tampoco me iba a quedar ahí esperando a que me siguiera tratando así. Yo podía ser muy fastidioso como él decía pero si había algo que yo no soportaba era que me trataran mal… todo menos eso.

Yo traté de caminar tranquilo a mi casa y serenarme por que si mi papá me veía en este estado era seguro que me iba a fastidiar más de lo que ya estaba. Pero a medida que me serenaba noté algo… sentía como que alguien me venía siguiendo y por las dos veces que voltee no era nadie conocido, mucho menos era Momo para pedirme disculpas. Aceleré el paso para llegar más rápido a mi casa y tratar de olvidarme de todo, después de todo había sido una mala idea salir a comer con Momo después de tiempo.

Llegué a mi casa en menos tiempo del que había pensado. No sé por que pero durante todo el camino sentí algo de miedo… habría sido mi imaginación? No podía ser… para mi era raro caminar por mi ruta normal y sentir como una especie de escalofrío por toda mi espalda… nunca me había sentido así… salvo las veces que la gente me veía mal por que le había ganado en campeonatos a sus hijos pero eso en medio de todo era normal, no podía pedir que me apoyaran si tenían hijos con menos capacidad en el tenis y participaban en ese campeonato.

Entre a mi casa y para variar toda mi familia ya estaba sentada en la sala esperando a que llegara.

-“Ryoma chan… la comida ya esta casi lista… si vas a ir a tu cuarto no demores mucho por que se va a enfriar…”

-“No tengo hambre ahora… me voy a dormir”

-“Que! Como que vas a dormir!”

-“Que tan difícil de entender es eso oyaji? Tengo sueño me voy a dormir!”

-“Ryoma, esa no es manera de contestarle a tu papá”

-“Mamá en verdad estoy cansado, puedo irme a dormir?” – con mi mamá no podía pelear como lo hacía con mi papá pero hoy tenía esas ganas locas de pelear con ella también.

-“Lo siento pero no te puedo autorizar que duermas tan temprano. Ni siquiera has hecho las tareas!”

-“SI las hice… hoy me castigaron y use ese tiempo para hacerlas… puedo irme a dormir!”

-“Que!” – mi papá grito – “Como que te castigaron? Que hiciste enano?”

-“No presté atención en clases”

-“Ósea que no has jugado hoy? Por que no jugamos un poquito…?” – el tenía ganas de jugar pero yo no.

-“Hasta mañana” – subí a mi cuarto y lo primero que hice fue tirarme a mi cama. No sabía si lo que me había dicho Momo era verdad o no pero algo de cierto debía de tener. Algunas personas me habían dicho que tenía malos modales pero también no tomaban en cuenta que yo venía de otro país y lo que era vetado acá en América era algo propio de un chico que no se dejaba pisotear.

Quizás en el lapso que no me había dejado pisotear por nadie yo sin querer había pisoteado a otras personas… tenía que reconocer que había disfrutado haciéndolo pero a veces lo hacía sin darme cuenta… creo que era una mala costumbre mía pero eso también ya era una parte de mí y sería difícil de cambiar.

Me senté en la cama para acariciar a Karupin quien había entrado justo antes que cerrara mi puerta.

-“Tu crees que soy grosero?” – no sabía como interpretar esta vez su maullido por que ni bien lo hizo salto de mis brazos y se froto en mi espalda. Alguien toco la puerta de mi cuarto pero no respondí… ante mi negativa fue Nanako la que entró.

-“Ryoma chan… te sientes mal?”

-“Tu crees que soy irrespetuoso?” – se quedo pensando un rato hasta que me sonrió de nuevo…

-“Ryoma chan tu eres un chico muy lindo y dulce cuando te pones en se plan pero según las costumbres de este país no eres un ejemplo a seguir por los más chiquitos, sin embargo que eso es lo que le atrae a la mayoría de ti… a veces respondes de una manera que haces las cosas muy obvias sabes?”

-“Entonces si soy un irrespetuoso, grosero, mal educado y todo eso?”

-“Yo creo que ese es tu encanto!” - no sabía si tomarlo como un cumplido o no. – “Te traje tu comida por si te da hambre más tarde y no te encuentres con mi tío abajo… creo que planea fastidiarte un poco a penas te vea… quizá deberías descansar un poco”

-“Gracias…”

-“Ves? Quien dice que eres grosero? Sabes decir gracias…. Eso es bueno” - solo me reí un poco… quizás fui demasiado melodramático y exagere demasiado… mañana le pediría disculpas a Momo y si podía trataría de cambiar…

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A la mañana siguiente me desperté temprano. No había dormido muy bien, es más no había dormido casi nada pensando a cuanta gente había podido fastidiar en toda mi vida. Pero apenas me moví de la cama para empezar a alistarme me comenzó a doler la cabeza… anteriormente me había dolido fuerte pero esta vez el dolor era mayor y no lo podía calmar… quizá me había movido muy rápido a la hora de pararme… quizá sería por la mala noche o por que en medio de todo me sentía medio tenso, después de todo tenía un examen de matemáticas en la tarde.

No me importo el dolor de cabeza, nunca me lo había tomado en serio así que me levanté y comencé a prepararme para ir al colegio como siempre. Baje a tomar mi desayuno bajando los escalones con cuidado por que curiosamente los veía borrosos. Mi prima y mi mamá se sorprendieron de verme despierto tan temprano, vestido y listo para irme al colegio.

-“Seguro que es por que ayer te acostaste temprano… verdad?” – Nanako siempre estaba feliz en la mañana. La comida olía muy bien pero el desayuno este día era algo bastante sencillo para mí ya que me había levantado temprano. Mientras esperaba mis tostadas jugaba con la botella de leche poniéndomela al costado de mi ojo derecho para apaciguar el dolor…

-“Te duele la cabeza cariño?” – mi mamá automáticamente puso su mano en mi frente para ver mi temperatura - “Estas fresco, no tienes fiebre… te sientes mal?”

-“Solo me duele un poquito la cabeza pero no es nada”

-“No quieres quedarte a descansar hoy en casa?” – era una oferta tentadora pero después recordé algo.

-“No puedo… tengo examen de Matemáticas en la tarde y no puedo faltar” - en parte era eso pero también quería disculparme con Momo por lo sucedido ayer. Mi mamá por otro lado no parecía muy convencida en dejarme ir.

-“Quieres que te lleve? Salgo dentro de un rato… quizá hoy puedas llegar a tiempo en vez de esperar a tu amigo… ayer paso tarde”

-“Esta bien” – me tome de un sorbo la leche y cogí mis tostadas para el camino. Me subí al carro con mi maleta a esperar a que mi mamá cogiera el maletín y me llevara al colegio.

En el camino los dos fuimos en silencio, no recordaba haber hablado mucho con mi mamá ahora ultimo. Recosté mi cabeza contra la puerta del carro con mi cara apoyada en la ventana… de alguna manera la presión y el frío que tocaba mi cabeza lograba calmar milagrosamente el dolor.

-“Ya estamos llegando al colegio… estas seguro que no quieres quedarte en casa? Aún te puedo llevar… te quedarías todo el día con tu papá por que tu prima tiene clases hoy casi todo el día”

-“No, esta bien. No me duele mucho es solo la manía que tengo de pegar mi cara contra la ventana… es cómodo para dormir”

-“No lo decía por eso… En fin, espero que me llames cualquier cosa al celular y trata de no dormir en clases hoy… no quiero saber que te dieron detención otra vez” – sonreí tratando de calmarla y baje del carro. El dolor volvió con más fuerza apenas deje la comodidad de la ventana.

Caminé despacio hasta mi salón. Era la primera vez en mi vida que veía al colegio tan vacío, la mayoría recién debía estar saliendo de sus casas y si no me fallaba el calculo Momo recién debía estar terminando de alistarse y saldría corriendo a recogerme a mi casa… se llevaría una gran sorpresa cuando se diera cuenta que yo ya había salido.

Reír internamente dolía un poco pero no lo suficiente como para dejarme morir. Fui el primero en llegar a mi salón. Era un poco extraño ver a la gente entrar al salón pero también era más extraño para ellos llegar y encontrarme sentado esperando a que ellos llegaran. Había algunos que no podían disimular sus caras de la impresión y otros simplemente ofrecían una sonrisa de cortes incredulidad.

Pero la espera a que las clases empezaran fue larga, si me ponía analizar me gustaba más llegar con la hora que temprano. Era aburrido entretenerme y mi cabeza no me ayudaba mucho a eso. Todo el rato estuve con mi cabeza entre mis brazos mirando la puerta para ver en que momento llegaba Momo pero sonó la campana y él no llego. Le habría pasado algo? De repente se había quedado dormido y llegaría más tarde o quizá se había sentido mal y simplemente no había salido de su casa… tantas cosas habían podido pasar…

Fue recién a la mitad de la primera hora que lo vi llegar al salón. Ni se molesto en tocar la puerta de su salón para que la abrieran, solo se quedó parado recobrando el aliento junto a la puerta. Era extraño verlo en este momento… si cerraba mis ojos podía escuchar su respiración rápida o sería solo mi imaginación?

Cuando volví a abrir mis ojos él me estaba mirando pero tenía la impresión que no estaba de buen humor hoy. Después de unos segundos me desvió la mirada y prefirió mirar sus zapatos. No entendía por que estaba enojado ahora, no creía tener la culpa que se hubiera levantado tarde y tampoco podía enojarse conmigo tan temprano por que hasta ahora no había tenido oportunidad de hablar con él como para decirle alguna de mis típicas idioteces… que podría ser? Estaría enojado por lo de ayer? No tendría por que por que en todo momento el me dejo bien en claro que el problema era yo y no él…

No podía hacer nada para cambiarle la cara por que estaba en clase… salvo que viera la manera de salir... La única manera sería pedir permiso para el baño pero si me negaban el permiso no habría otra manera legar de salir y al decir legal me refiero a salir sin problemas ni complicaciones del salón…

-“Profesor…” – apenas me pare para pedir permiso me comenzó a doler la cabeza tan fuerte que tuve de nuevo que hacer presión en mi ojo.

-“Te sientes bien?”

-“Me duele la cabeza… quería pedirle permiso para ir a la enfermería… puedo?”

-“Esta bien, ve. Pero no necesitas que alguien te acompañe? Puedes ir solo?”

-“Si, no hay problema” - me pare y con cuidado de no moverme demasiado salí del salón.

Afuera del salón había más aire del usual y se debía por que las ventanas del pasillo estaban abiertas… pero el aire no era lo único que congelaba el pasillo. Momo tenía que haberme visto salir por la puerta pero por su actitud se veía que no me quería hablar…

-“Estas enojado conmigo por lo de ayer?” – Pero no me contestó – “Hice algo malo? Otra vez fui grosero contigo?” – pero seguía sin contestar mis preguntas y yo no sabía que hacer para lograr que me dijera algo. No estaba acostumbrado a tanta frialdad por parte de Momo, tampoco estaba acostumbrado a hacer hablar a la gente… que más podría hacer? – “Si no me quieres hablar ahora podemos hablar después… ahora me voy a la enfermería…” – pero no me dijo nada… pero sabía que algo de su atención había captado… podía sentir sus ojos en mi espalda a medida que desparecía por el pasillo.

Ya en la enfermería mientras esperaba a que la doctora me alcanzara unas aspirinas me rompía la cabeza tratando de averiguar por que ahora era Momo el grosero que ni siquiera quería hablar conmigo.

-“No quisieras quedarte un rato aquí para descansar? Según lo que me cuentas lo tuyo es una migraña… esos dolores de cabeza son fuertes”

-“No es nada con lo que no pueda vivir… con la pastilla se me va a pasar” – y salí de la enfermería justo para el cambio de clases. Cuando llegué al pasillo me di cuenta que Momo ya había entrado a su salón. No podía hacer nada más que entrar al mío y seguir con mis clases. Sentado ahí a la hora de geografía miraba el pasillo y la pizarra esperando tener la atención de la persona escondida tras un libro al otro lado del pasillo pero sin resultado alguno.

Pero de pronto se me ocurrió una idea… algo arriesgada pero podría tener algún resultado. Me agaché con cuidado y saqué una cajita de caramelos que me había sido entregada el día anterior y la abrí sin hacer ruido. Para mi no era un problema calcular la distancia y la fuerza con la que la tenía que lanzar para llamar la atención de Momo… para mi era pan comido.

Busqué una distracción del profesor que era de ese tipo de profesores que por enseñar a los alumnos era capaz de enterrar su cabeza en el mapa hasta encontrar algo y fue así que se me ocurrió la pregunta…

-“Profesor… podría mostrarme donde esta el río Eufrates?” – el profesor se paró de su asiento con paso lento se acercó a la pizarra donde estaba colgado el planisferio y con sumo cuidado se colocó los lentes y dio la espalda totalmente al salón… esa era mi oportunidad. Me paré sin importarme el dolor y calculé mi disparó… el caramelo voló atravesando el pasillo y pasando a través de algunas cabezas agachadas hasta caerle en la cara a Momo…

Lo siguiente varió entre lo cómico y la mala suerte que parecía acompañarme a veces en mi vida. El caramelo duro le pego directo en el ojo a Momo quien en arranqué de dolor grito en pleno salón… como al parecer Momo no pudo explicar la aparición del caramelo volador en su ojo y luego en su carpeta fue castigado saliendo del salón.

Yo solo había querido llamar su atención pero el asunto se me fue de las manos. Ahora los papeles cambiaron. Podía sentir la mirada asesina de Momo querer llamar mi atención durante lo que quedaba de mi clase de Geografía pero dentro del salón yo también tenía problemas por que por el grito de Momo el profesor me había encontrado parado mirando al pasillo. La solución más rápida que pude encontrar fue decir que me asusté por el grito y mi reacción natural fue únicamente mirar que había pasado… por suerte al final me creyó.

Pero mis problemas recién empezaban. Para la hora del descanso los problemas vinieron directamente a mi carpeta con la entrada de Momo a mi salón. Podía entender que estuviera más enojado que nunca conmigo pero no era él quien me decía que lo mejor era hablar los problemas en vez de resolverlos a la fuerza? Bueno también nunca debí darle crédito a sus palabras por que él nunca había sido capaz de resolver sus asuntos con Kaidoh sempai de una manera decente y sin recurrir a insultos y agresiones físicas como las que yo tuve que soportar en ese momento.

Los gritos que me pego fueron tan fuertes que alguien tuvo que ir corriendo para poner sobre aviso a los profesores mientras algunos de los compañeros de Momo en su salón tratan de hacerle recordar que yo era su amigo y que no había por que tratarme de esa manera. Yo por mi parte no puse ningún tipo de resistencia por que con la fuerza de Momo yo no podía y no había manera de callarlo… yo era después de todo quien lo había metido en problemas… en el fondo sabía que me lo merecía…

-“Que pasa aquí!” – El profesor de Matemáticas fue el primero en llegar a la escena del crimen – “Momoshiro deja en paz a ese alumno!” – Automáticamente las manos de Momo soltaron el cuello de mi saco negro y por fin después de casi diez minutos pude volver a tocar con mis pies el suelo. –“Exijo una explicación!” – pero ninguno de los dos podía dar una explicación a todo esto. – “Si no me van a decir nada entonces vengan conmigo, tendremos una conversación los tres!”

EL profesor de Matemáticas nos llevo al salón de música para aclarar la situación. No me gustaba ventilar mis problemas pero si esta charla podía aclarar en algo lo que estaba pasando hoy entre Momo y yo le estaría eternamente agradecido.

Pero el profesor nos dejo solos en el salón mientras él iba a traer sus cosas. La espera pro el profesor duró una eternidad en silencio sepulcral… pero ninguno de los dos intentó nada hasta que yo no pude más e intente hablar…

-“Momo… me vas a hablar? No entiendo nada!” – tenía que reconocer que me dolía estar peleado con él… con cualquier menos él. Pero antes de que me contestara la pregunta la campana sonó y el profesor volvió a entrar solo para mandarnos de nuevo al salón a clases.

No ocurrió nada en el camino a clases por que justo yo tenía el examen de matemáticas y Momo tenía no se que curso. Ya en el salón la gente estaba curiosa por saber los entre telones de lo que había pasado pero tuvieron que frenarse en las preguntas y los susurros por que el examen no tardo en empezar.

Yo no había estudiado a conciencia para este examen pero siempre para matemáticas había confiado en mi raciocinio y en mi poder recordar las fórmulas matemáticas indicadas… lo último suena bastante tonto si es que la mayoría conoce mi falta de memoria para las caras y nombres pero con los número la cosa era diferente. En fin a medio examen estaba desesperado por que no podía resolver nada de la hoja llena de ecuaciones… me sentía aturdido y la pastilla que me había tomado en la enfermería me daba sueño. No me quedó otra que hacer lo máximo posible y pedirle al profesor permiso para la enfermería… ahora si tenía ganas de dormir en una de esas camas…

-“Pero el examen aún no acaba… no te puedes ir!”

-“En verdad me siento mal… mas temprano ya había ido a la enfermería… es verdad!” – el profesor evaluaba la posibilidad de dejarme ir por enfermedad

-“Por lo menos termina el examen, si lo terminas te dejare ir” – resignado regrese a mi carpeta a terminarlo. Intenté tranquilizarme presionando con la palma de la mano mi ojo que ahora palpitaba como si fuera un corazón.

Tranquilizándome algunas ideas venían a mi mente. No estaba seguro si serían las respuestas correctas pero era algo por lo menos… la palma de mi mano en mi ojo traía algo de inteligencia a mi cerebro y cierta paz mental que obviamente no podía encontrar por el momento en Momo.

Como siempre terminé en tiempo record el examen y tuve permiso para ir a la enfermería. En la enfermería la doctora me cedió una de las camillas y con una pastilla extra me eche a dormir…

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Cuando desperté me sentía algo más repuesto pero el dolor era igual de persistente que yo y seguía taladrando mi cabeza. El cielo estaba medio amarillo… no podía evitar pensar que algo me estaba perdiendo…

-“LA PRÁCTICA!” – sin pensarlo dos veces salté de la camilla y cogí mis cosas solo para salir corriendo hacia las canchas. Esta vez no le había dado el aviso a nadie aunque seguro Horio lo había hecho por mí.

Entré corriendo al clube para cambiarme y salir con la misma velocidad hacia las canchas donde el calentamiento que era supervisado por Inui y la entrenadora Ryusaki estaba casi por terminar.

-“Echizen! Veinte vueltas a la cancha y a eso súmale cinco más por llegar tarde!” – empecé a correr sin demora. El capitán no le perdonaba a nadie las tardanzas salvo que tuviera alguna excusa poderosa y la mía de quedarme dormido en la enfermería por varias horas no era la mejor excusa. Mandaría a correr la cuadra a su familia si hacían algo indebido ante sus ojos?

Cuando termine de correr me acerque donde el capitán e Inui estaban parados para preguntar que me tocaba hacer ahora. Inui, quien estaba a cargo del entrenamiento para el torneo tomo la palabra.

-“Bien… según mi ficha a ti te toca jugar con el ganador de la cancha B… pero ese partido aún no termina así que puedes mirar los otros juegos mientras tanto” - acepté eso por que me había quedado sin aliento y me paré al costado de Fuji que miraba el juego de la cancha A que eran Oishi contra Kikumaru sempai. Se me ocurrió mirar contra quien me tocaría jugar en la cancha continua y efectivamente el juego aún no acababa. Caído sempai estaba jugando contra…

-“El juego es para Momoshiro!” – Kawamura sempai era el arbitro de este juego

-“Puedes descansar unos cinco minutos antes de tu siguiente juego contra Echizen” – dijo Inui mientras Momo tomo su toalla y salía de la cancha a tomar agua… en verdad tenía mala suerte.

-“No sería mejor que fueras entrando a la cancha Echizen? Momo no tardará en regresar para su juego” – Fuji tenía una peculiar sonrisa en el rostro mientras Inui y todos los demás empezaban a bordear la cancha donde íbamos a jugar… de pronto tuve la impresión que todos ahí sabía que Momo y yo estábamos peleados… las palabras de Inui acerca de la recaudación de información confirmaron mis sospechas…

Entre a la cancha con mi raqueta roja y mientras esperaba a que Momo hiciera su aparición en la cancha comencé a rascar la raqueta de manera compulsiva…el sonido de las cerdas era tranquilizador.

Ya para cuando entró Momo a la cancha el ambiente se puso más tenso entre todos. Noté que Eiji y Oishi trataban de mirar de reojo nuestro juego que recién iba a comenzar.

El juego empezó con un saqué de Momo que con las justas fui capaz de contestar… venía con bastante fuerza, tanta que cuando respondí me dejo temblando la mano. Todos notaron la hostilidad y pocos se atrevían a dar algún tipo de comentario como ‘que los habría hecho pelear’ o ‘tiene que ser algo serio para que Momo se lo tome tan personal’ o ‘Momo solo se pelea con Kaidoh… esto es extraño’

No me podía dejar ganar… Empecé a sacar mis armas más efectivas entre ellas el saqué twist. Logré hacer varios puntos pero no los suficientes como para evitar los de Momo. Cuando Momo se concentraba y pegaba con fuerza era casi invencible y hoy tuve la desgracia de jugar contra ese Momo, uno totalmente desconocido para mí.

En resumen Momo me daba las bolas tan fuertes que varias veces mi raqueta salió volando y las pocas veces que pude responderle fue casi inútil. Al final la entrenadora suspendió nuestro juego por que si seguíamos así me iba a lesionar y todos contaban conmigo.

Terminadas las prácticas todos nos fuimos a cambiar pero yo no entré con ellos. La entrenadora me llevo a un lado a vendarme la muñeca que me seguía temblando…

-“No se que le ha pasado a Momo hoy, cualquiera diría que esta en contra de nosotros… será mejor que hable con él!”

-“Debe tener un mal día… no creo que sea nada serio”

No iba a decir nada a nadie simplemente por que ni yo sabía lo que había pasado entre los dos… este pleito fue de un día para otro. Ya en los cambiadores cuando entre no estaba Momo así que en medio de todo me pude cambiar con más calma pero si había algo que no podía evitar eran las preguntas…

-“Echizen… por que te has peleado con Momoshiro?” – Oishi se veía más preocupado que yo a la hora de dar mi examen de Matemáticas.

-“La verdad no lo sé” – conteste simplemente mientras abotonaba mi camisa con torpeza… la entrenadora había ajustado demasiado las vendas.

-“Si no nos lo dices lo averiguaremos por Momo… si nos dices te podríamos ayudar”

-“Si logran averiguarlo me avisan por que yo no sé nada. A propósito como van a lograr que Momo sempai les diga algo? El es terco” – Oishi rió con algo de ingenuidad.

-“Digamos que mandamos a los especialistas de la verdad…” – mire a mi alrededor para averiguar por descarte a quienes habían enviado para conseguir la noticia…

-“Mandaron Kikumaru y a Fuji?” – Fuji era muy persuasivo… trabajaba a cualquiera al miedo y Kikumaru con tal que lo dejara en paz a uno cualquiera era capaz de revelar información. – “Si se enteran de algo me avisan entonces… yo ya me voy a mi casa, la cabeza me sigue doliendo. Nos vemos mañana Oishi sempai” – traté de alejarme del colegio para evitar preguntas. Había dejado a Oishi algo preocupado, en verdad estaba actuando con bastante calma, demasiada para mi gusto pero no había nada que pudiera hacer si Momo se negaba a hablar conmigo… en verdad era un tonto.

Caminé por la calle hasta llegar a la avenida. Había logrado poner a un lado mi dolor de cabeza y el hecho de estar peleado con Momo sin una razón aparente pero el caminar solo hacía mi casa hacía que esas dos cosas se intensificaran. Yo estaban tan ocupado pensando en llegar a mi casa sano y salvo sin que un carro me atropellara que no noté algo fuera de lugar hasta que estuve a tres calles de mi casa. Había un carro que venía siguiéndome… sentía igual que el día anterior… alguien me estaba siguiendo… intenté caminar rápido tal y como también lo hice ayer para llegar a mi casa… esta vez le contaría a mi mamá.

Pasé al lado de un señor que leía un anuncio en la pared… si sucedía algo él me podría ayudar?

-“Chico… tienes hora?” – la pregunta me sacó de cuadro pero yo no había llevado reloj, es más no usaba un reloj.

-“No tengo uno” – así que seguí de largo apresurando el paso hasta que el señor volvió a hablarme

-“Chico…” – paré en seco y voltee lentamente para ver lo que el señor necesitaba esta vez teniendo en mi cabeza presente que si me comportaba bien y si tenía algún problema con ese carro que me venía siguiendo este señor me podría ayudar. Pero el señor no acabo lo que me iba a pedir… le habría dado algún ataque? Me acerqué con algo de miedo, nunca había jugado al buen samaritano, esas cosas eran más propias para Oishi o Kawamura.

-“Le sucede algo señor?” – Traté de verle la cara mientras el señor buscaba apoyo en mi hombro pero después sentí que hacía demasiada presión sobre m hombro… - “Auch!” – pero ya era demasiado tarde. En una maniobra rápida el señor tomó mi muñeca y doblo mi brazo detrás de mi espalda… simplemente no me pude mover.

El carro que me venía siguiendo se cuadro a nuestro costado y del carro bajaron dos personas más que me quitaron la maleta y la tiraron a un lado de la calle mientras uno veía si alguien venía por la calle y el otro intentaba meterme a empujones al carro.

-“Ahí viene alguien en bicicleta… creo que es su amigo!” – alguien en bicicleta?...

-“Momo!” – pero para mi era tarde por que el señor me levantó en peso y me lanzó a la parte trasera del carro a la vez que uno de sus hombre se subía conmigo. Traté de sentarme rápido para llamar la atención de Momo por la ventana del carro. El señor y el hombre que se quedo afuera tumbaron a Momo de la bicicleta – “MOMO!” – El hombre que me hacía compañía dentro del carro no me dejaba salir ni moverme.

-“Calla al mocoso!” – grito el conductor

-“Momo! No! Déjenme en paz!” – No podía ayudar a Momo quien me necesitaba allá afuera del carro por que era yo quien necesitaba más ayuda en ese momento. Entre el conductor y el otro hombre del carro trataban de sujetar mis manos y a la vez evitar ciertas patadas a lugares estratégicos. Había vencido en mi lucha dentro del carro y cuando estuve listo para bajar subió el otro hombre cerrándome el paso y el señor que había sido el señuelo… el carro arrancó conmigo adentro.

-“Bienvenido a bordo Ryoma chan…” – por primera vez veía bien al conductor de la camioneta… su rostro no me era para nada familiar, mucho menos su voz pero por el tono podía suponer que no me esperaba nada bueno.

TBC


Capítulo 2

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