Smiling Facade

Capítulo 3: Let me know

-“Puedo negarme?” – no le iba a contar mis problemas y menos a la primera, además apenas lo conocía

-“Pues supongo que te puedes negar a contarme eso pero… espero que me lo cuentes… por que somos amigos… verdad?”

-“Como puedes decirme amigo si con las justas conoces mi nombre? No sabes nada de mi…”

-“Como quieres que sepa si tu no me cuentas nada? Además si te conozco… vas a mi mismo colegio aunque un grado menos que yo… tienes un gato panzón y peludo que parece que come más que tú, tienes una mala predisposición a los interrogatorios y no pides ayuda a nadie y cuando alguien se interesa por ti y te quiere ayudar tu no te comportas de manera amable sino que rechazas la ayuda de los demás” – me había descrito bastante bien pero si creía que por eso iba a caer y le iba a contar todo estaba equivocado.

-“Me has dicho lo que la mayoría ya sabe y puede intuir… además Karupin es de raza peluda no es panzón!” – Karupin se echo en mi estómago y comenzó a ronronearme por defenderlo sobre su falsa obesidad.

-“Si no lo viera no lo creería… parece como si el gato hubiera entendido mis palabras… que animal tan extraño… aunque es bonito!”

-“No es un animal! Y si es bonito… entiende más que tú las cosas y no es entrometido… entiende el silencio… deberías aprender!” – por momentos me sacaba de quicio y me daban ganas de estar solo ahí pero también había algo que me gustaba… me gustaba hablar con él de esa manera… nunca nadie me había hablado así y había demostrado tanto interés por mi aspecto.

-“Bueno… como es que se llama? Karupin verdad?” – Sacó a Karupin de mi estómago y lo echo en sus piernas mientras acariciaba sus orejas… a él también le agradaba Momoshiro… - “Me vas a contar que te paso?”

-“Tengo sueño… déjame dormir…” – fingí sueño con un sonoro bostezo para evitar de nuevo esa conversación y cerré mis ojos como para darle a entender que quería dormir… me di vuelta con cuidado por que me dolía moverme mucho y sin darme cuenta las palabras de Momo se volvían en simples y lejanos susurros…

o-o-o-o-o-o-o-o

Mi nariz percibía un olor medio conocido y otros que no olía desde hacía mucho tiempo… tenía la idea que si abría mis ojos podría ver a mi mamá ahí pero a pesar de que estaba aún medio dormido tenía la plena conciencia para saber que eso no sucedería jamás.

Con cierta pesadez abrí mis ojos con dificultad por que el sol aún estaba ahí afuera… me sentía un poco más descansado pero obviamente eso no reducía en nada el dolor que sentía. Puse mi mano entre mis ojos y el sol para poder adecuar mejor mi vista. Karupin estaba llego lejos de mí comiéndose algo que parecía ser un ratón… nunca me había gustado mucho verlo hacer eso y al contrario, las veces que lo había hecho el hambre se me había suprimido por completo. Nunca pude alejar a Karupin de mi lado ni siquiera por ese tipo de espectáculos.

Pero Karupin no era el único que estaba por ahí comiendo algo. Momo estaba a mi costado con la boca llena de comida y una caja llena de más cosas. Momo no se había dado cuenta que ya me había despertado por que estaba atiborrando su boca con un pan y tratando de beber un jugo a la vez. Cuando me vio despierto casi se atora pero paso su comida con increíble velocidad para poder hablarme…

-“Tienes hambre? Me fui a mi casa y traje varias cosas para comer… quieres?” - cogió la caja que estaba a su lado y me la mostró mientras yo trataba de adoptar una posición cómoda recostado en las maderas. La caja tenía varias cosas como sándwiches y jugos, algunas frutas, caramelos, galletas, chocolates… nunca había visto tantas cosas ricas juntas en mi vida… tenía la impresión que había asaltado la cocina de su casa o alguna tienda para tener todas esas cosas. Me dio pena estirar la mano para agarrar algo… aún tenía algo de orgullo para eso – “Vamos! No seas tímido… sé que te mueres de hambre…” – pero no agarré nada. En vista de eso fue el mismo Momo quien cogió algo para mí y me lo puso en las manos – “Ten… come algo” – no tenía fuerzas ni para sacar el pan de la servilleta pero con mucho esfuerzo lo hice. Di el primer mordisco con timidez como si Momo fuera a quitármelo pero después me di cuenta del hambre que sentía y me lo comí lo más rápido que pude.

-“Gracias…” – Momo me mira con cierta admiración y lo único que atinó a hacer fue a pasarme más comida de su caja.

-“Sabía que tendrías hambre… yo a cada rato tengo hambre por eso siempre cargo comida extra!” – lanzó el comentario burlándose un poco de sí mismo pero yo noté algo. El no solo me miraba con curiosidad por mi aspecto… también me miraba por que yo le daba pena… reconocía eso muy bien en cualquier mirada y en otras circunstancias yo le hubiera pegado o simplemente me hubiera levantado para irme pero… Además que no me podía parar no me desagradaba del todo su presencia… no me caía tan mal como lo pensaba. – “En que piensas?” – me pregunto una vez más sacándome de mi pequeño trance.

-“Alguna vez has deseado ser algo?”

-“Humm… parecía que no lo había deseado nunca por que se demoraba en responder – “Te refieres a algo o a alguien también?”

-“Lo que sea… no importa”

-“Pues si es a algo me hubiera gustado ser un refrigerador lleno de comida” – fue el comentario más estúpido que le había escuchado decir a alguien pero el lo decía con seriedad, no me podía burlar de eso – “y a alguien… pues creo que a nadie en especial… quizás tu… eres algo extraño pero interesante a la vez”

-“No te recomiendo ser yo… hay gente mejor además no te gustaría estar en mis zapatos”

-“No me importa… yo creo que eres bueno y especial… se necesita tener valor para vivir en tu casa verdad?” – lo miré como si estuviera loco pero sabía que intentaba averiguar algo más así que era preferible cortarle la conversación…

-“Yo siempre he querido ser un gato”

-“Un gato! Por que?”

-“No sé… me gustan los gatos… a ti no?”

-“Si pero la mayoría de gente prefiere a los perros…”

-“Los perros también son bonitos pero los gatos son mejores… el perro es demasiado arrastrado y siempre esta ahí dispuesto a recibir un golpe… el gato atina a correr y con su agilidad se escapa y salta muros y se puede zafar de aprietos…” - siempre me emocionaba hablar de los gatos y esta vez como otras moví mis brazos de manera muy imprudente algo que me causo una punzada en el pecho…

-“Estas bien?”

-“Si… sabías que si me muriera me gustaría ser un gato?”

-“Si no te cuidas te convertirás pronto en un gato… eso me preocupa por que me caes bien” – me quede embobado mirándolo… nadie me había dicho eso jamás… las palabras de Mika me sonaban muy lejanas ahora. – “Por que mejor no te quedas acá… no tienes por que regresar a tu casa si no quieres… aquí tendrás de todo por eso no tienes que preocuparte!”

-“No creo que pueda… mi papá me va a buscar tarde o temprano”

-“Entiendo pero te diré que nadie viene acá… somos famosos”

-“No entiendo por que tendrían que tenerle miedo a un montón de niños...”

-“Lo mismo pienso yo” – momo se rió entre dientes algo que no entendí bien pero tampoco me esforcé en preguntar y aclarar esa duda. – “No vas a comer nada mas? No es bueno desperdiciar la comida!”

-“Ya no tengo hambre…” – y era la verdad… ese jugo y ese sándwich fue suficiente para mí… era más de lo que estaba acostumbrado a comer – “Aunque me puedes dar uno más mejor?”

-“Si tienes hambre toma!” – me dio un sándwich más. Lo tome y le saqué la carnecita… chasqué mis dedos un poco y llamé a Karupin que estaba tomando sol cerca del cadáver del roedor. –“No sabía que le ibas a dar eso al gato… pensé que te lo comerías tu”

-“El come lo mismo que yo… nunca he dejado de compartir mi comida con él. Tienes algún problema?”

-“Que tu necesitas comer más que él gato por que el gato ya comió bastante… no era el único roedor que cazó” – hablaba con un poco de asco mientras señalaba más cadáveres que Karupin había dejado cerca al muro del terreno.

-“Vaya… alguien tuvo un festín por aquí!” – el chico de la mirada sonriente entro al lugar mientras miraba con cierta emoción los roedores… - “Me parece que nos vendría bien tu presencia y la de Karupin aquí… siempre hemos tenido problemas con los roedores!”

-“Desde hace cuanto estabas ahí Fuji?” – Momo se paró para saludar al chico

-“No hace más de cinco minutos… tu Karupin es un campeón cogiendo roedores… Los demás están por venir y espero tener que darles la noticia que te quedarás con nosotros… verdad?” – su miraba inquietaba un poco… sus ojos daban más miedo que su simple mirada sonriente.

-“Bueno… yo…”

-“No puedo permitirte salir de este lugar por que uno no te ves muy bien como para moverte tanto y dos… ya nos conoces… es como si fueras uno de nosotros” – no sabía como sus ojos podían ser tan azules como el mar y tan profundos como el mar mismo. Había algo en él que me impedía decir que me iría… solo asentí mi cabeza y eso fue suficiente para él.

-“Has logrado convencerlo en menos tiempo que yo… y eso que trato de hacerlo desde que se fueron ustedes!” – Momo estaba sorprendido pero su cara desapareció cuando los demás hicieron su aparición en el lugar.

-“Ah! Como te encuentras ochibi? Momo ya te trajo algo para comer? Yo te traje un paquete de galletas por sea caso por que Momo suele comerse todo sin pensar en el resto!” – Eiji el chico de la bandita en la cara me acerco hasta mis manos el paquete de galletas de chocolate.

-“Ah! Por que hablas mal de mi Eiji? Ya le traje comida y ya comió!”

-“Es verdad Echizen chan? Verdad que ya te convido algo que comer?”

-“Si..”

-“Fuuujiiii! No es justo! Por que Momo le dio de comer a ochibi! Yo quería que comiera de mis galletas!” – Eiji se puso a saltar de la cólera presentándole su queja a Fuji que al parecer era el que llevaba la batuta del grupo.

-“Eiji… es mejor que Echizen tenga hambre o no?” – Eiji agitó su cabeza con fuerza- “Entonces esta bien que Momo le haya dado algo de comer verdad? Si quieres más tarde tu le traes algo… tu vives más cerca de este lugar que todos nosotros”

-“Ok… pero dile a Momo que no se meta cuando sea mi turno!”

-“Todos tienen derecho a preocuparse por el menor del grupo así que no le puedes prohibir eso pero tu tienes la prioridad cuando sea tu turno y si nadie puede venir entonces tu responsabilidad es doble”

-“No soy algo para cuidar y tampoco quiero ser responsabilidad de nadie!”

-“Eso no es tema de discusión ahora. Quien más quiere cuidar a…”

-“Yo no planeo quedarme aquí para ser la responsabilidad de alguien… yo me voy!” – no me gustaba que me mantuvieran al margen aunque sentirse protegido no estaba tan mal. Me paré como pude y di unos cuantos pasos para luego apoyarme en el muro…

-“Hasta donde crees poder llegar en ese estado? Con tus piernas malogradas ni a la esquina creo” – El chico del lunar en el pómulo había entrado al lugar y se apoyaba en el muro de la entrada. Los demás chicos también estaban ahí no sabía si esperando a que me fuera o para ver en que momento me estrellaba contra el piso pero lo que si todos estaban a la expectativa de lo que pudiese ocurrir.

-“Hey si te quieres ir vete pero sería mejor que te cuidaras acá un poco más… no tendrías mucha suerte allá afuera… cualquier carro te podría chancar”

-“Lucky tiene razón… quédate ochibi!” - Eiji se agarró de mi brazo y no me quería soltar… me estaba doliendo el apretón pero mostrar dolor solo los haría estar más seguros que no debía dejar el lugar.

-“Eiji, suéltalo” – Fuji había vuelto a hablar pero tenía puesta su mirada evaluadora en mí – “Te haré un trato. Si logras pasar por la puerta solo, sin ayuda de nada ni nadie te dejaremos ir aunque quiero que sepas que serás bienvenido en cualquier momento. Que dices? Aceptas?”

-“Es un trato” – antes de soltarme de la protección y sustento del muro tomé aire. Respiré profundamente mientras Eiji acataba la orden de Fuji y soltaba mi brazo. Trate primero de sentir mis piernas antes de hacer cualquier movimiento sin sentido… Karupin estaba trepado en el muro en la misma puerta esperando a que llegara… Use mis manos como para darme impulso de la pared y de pronto estuve de pie. A cada paso las piernas me temblaban como una gelatina aguada pero milagrosamente seguía de pie…

Los chicos solo se limitaban a ver como hacía esfuerzos para llegar a la puerta, unos con miradas más inquisitivas que otros. Algunos hasta se animaban a darme ánimos pero ninguno tenía la intención de correr a ayudarme. Karupin movía su cola cada vez más rápido como metiéndome apuro. Mis piernas se demoraban en avanzar pero hasta ahora lo hacían muy bien, no me podía quejar mucho de ellas. Cuando ya solo estaba a un par de pasos recién comenzaron a fallar. Una piedrita me hizo tropezar y en vano traté de no perder el paso… o quería caer. Di un tras pies y quede parado… me quede quieto un rato recuperándome del susto pero al siguiente paso iba cayendo en cámara lenta. Cuando abrí los ojos me vi fuera del lugar…

-“Llegue a la puerta… ya me voy y gracias por todo!” – me traté de levantar de la manera más digna que pude en medio de gritos y risas.

-“Alto! No te muevas de donde estas!” – me quede quieto, además creía que iba a necesitar ayuda para levantarme. – “No te puedes ir… yo te dije que te podías ir siempre y cuando pasaras por la puerta… si te das cuentas tus piernas aún están en nuestro territorio…” – Voltee mi cabeza para ver si era verdad… mis piernas, de la rodilla para abajo efectivamente aún estaban dentro del terreno…

-“Déjame ayudarte…” – Momo vino corriendo desde el otro extremo donde lo había dejado para ayudarme a parar. Yo aún no podía creer que mis piernas me hubieran jugado una tan mala pasada.

-“Que tonto eres! Creíste que en ese estado cruzarías la puerta… muchos golpes en tu cabeza te han afectado el cerebro… hahahha que tonto!” – Mientras Momo me volvía a poner debajo de la sombra del muro los demás trataban de callar a Atobe y sus comentarios… era obvio que yo no era de su agrado. Pero Atobe si tenía la razón… yo me quería hacer el fuerte y el valiente y por creer eso me había mandado una tremenda caída… en verdad era un tonto!

Los chicos se quedaron conmigo haciendo turnos. Por un rato me quedaba con unos y luego estos desaparecían y me quedaba con otros. Cuando regresaban de no sabía donde lo primero que hacían era acercarse a la esquina más sucia y derruida del lugar. Ahí parecía que guardaban algo pero no sabía con exactitud que era pero por la manera como se comportaban parecía ser importante.

A cierta hora todos se juntaron a mi lado y sacaron comida para compartir entre todos. De lo que me dieron a mí separé en dos partes… la otra obviamente era para Karupin que estaba recostado a mi lado esperando su porción. Cuando todos acabaron agarraron sus cosas y se comenzaron a ir. Eiji se acerco a mí y me dijo que volvería pronto.

Me quede solito en ese lugar que a cada minuto se ponía más oscuro… solo podía ver los ojos brillantes de mi gato que brillaban a la luz de algún poste lejano. Ya me estaba empezando a asustar cuando llego Eiji trayendo una caja con algunas cosas.

-“Nya pensé que no estarías muy cómodo así que traje… tatatatan!” – de la caja sacó un cojín y una manta gruesa que la tendió a mi costado. Acomodó el almohadón y me ayudo a recostarme en él. Luego me tapo con una manta abrigadora y me dio una linterna. – “Estás más cómodo?”

-“Gracias”

-“Hoi hoi! No hay problema! Si pasa cualquier cosa mi casa esta en esta misma calle pero cuatro cuadras más abajo. Es una que esta pintada de crema… cuando estés un poco más repuesto podrás dormir en mi casa… ahora no te puedo llevar por que tendrías que subir escaleras y yo no creo poder ayudarte… es un poco problemático subir por ellas” – mientras me contaba eso de manera medio apurada se rascaba la cabeza. No me iba a quejar de lo que me había dado… era mejor que soportar el olor a licor en mi casa.

-“Supongo que mañana estaré mejor y podré regresar a mi casa… eso espero!”

-“Aún sigues queriendo regresar a tu casa? No crees que sería mejor quedarte con nosotros ochibi?”

-“No lo sé… mi papá me va a buscar si no regreso pronto… eso puede ser…” – le iba a decir peor pero preferí no hacerlo. – “Mi papá se va a preocupar por mí”

-“Nya me imagino… tu papá debe quererte mucho… yo extraño al mio…” – su voz adquirió un tono de tristeza que me daba pena preguntarle pero…

-“Que le paso a tu papá?”

-“Pues se fue de viaje hace como tres semanas nya … espero que regresé la próxima semana… prometió que me iba a traer algo de su viaje!” – por un instante había legado a pensar que algo malote había sucedido a su papá así que respire profundamente. - “Tu papá que hace?” – esa por otra parte era un pregunta difícil de responder por que ni yo lo sabía a ciencia cierta.

-“La verdad que no sé…”

-“Nya… yo tampoco sabía… nya pero mi mamá me dijo el otro día que se dedicaba a importar productos o algo así” – me sonrió de manera traviesa y luego se paro… - “Nya mi mamá se va a preocupar si no regreso a casa pronto… nos vemos mañana antes de la escuela… bye nya!” – Eiji salió y se fue corriendo a su casa. Por una parte estaba contento que se hubiese ido ya por que seguro me hubiera preguntado por mi mamá y no hubiera sabido como responderle eso. Pero… el lugar era muy oscuro como para quedarme yo solito… la linterna que me había dejado solo alumbraba las cosas cercanas a mí más no los posibles peligros lejanos… cerré mis ojos y me forcé a dormir… el ronroneo de Karupin una vez más era el último sonido que llegaba a escuchar…

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

A la mañana siguiente todo fue igual. Los chicos llegaron para verme unos de mejor humor que otros y luego se fueron a clases. Esta vez pase todo el día solo por que Momo no se podía volver a dar el lujo de perderse otro día en el colegio. Ahora mientras estaba solo aprovechaba en tratar de ponerme de pie y practicar mi caminata. Sentí algo de hambre pero me acordé que me había dejado comida así que cogí algo de la caja.

Pero algo más me dio curiosidad… me acerqué al otro extremo del lugar para ver que habían guardado ahí pero por más que busqué no encontré nada. Era raro por que creí que habían dejado algo importante y como mi curiosidad de gato era enorme… me resigne por el momento… quizás debería prestar más atención a ver que hacían cuando llegaban a este lugar… lo que si encontré fue un palo largo… lo suficientemente largo como para ayudarme a caminar sin depender de la pared.

Con ese palo a medida bastón me podía movilizar… quizá debería darme una vuelta por ahí para perder el tiempo por que no tenía nada que hacer ahí. Hice lo que quise y salí despacio del lugar para explorar un poco donde me había metido exactamente. Se me ocurrió visitar la casa de Eiji por fuera así que camine las cuatro cuadras que el me había indicado hasta que di con la de color crema. Su casa parecía ser del tamaño de la mía pero definitivamente mejor cuidada… viéndola de afuera se notaba que el lugar era administrado por una mano femenina que de seguro era su mamá.

Seguí caminando hasta que me cansé y me senté en una de las aceras de una calle principal del lugar. El tránsito no era mucho, al contrario, pocos carros pasaban a esa hora por ahí y el lugar más visitado por los transeúntes era una pequeña tienda de abarrotes. Me dio algo de hambre así que entré al lugar a ver que tenían… había un pan que me hacía ojitos para comérmelo pero no tenía ni un centavo como para comprármelo así que salí del lugar. Pero en mi salida vi algo que me llamo la atención…

Los chicos estaban escondidos detrás de un muro esperando algo… me esperarían a que saliera de la tienda? No lo creía por que no los había visto a la hora que entre. Me quedé un instante parado ahí esperando algún movimiento por parte de ellos pero ninguno se movió.

Si no se movían ellos me movería yo entonces. Cuando comencé a salir del local por fin pude ver un movimiento. Eiji corría como un loco dando saltos y de pronto… paf! Se cayó en la calle. La gente que estaba por ahí se acerco para ver como se encontraba y entre ellos yo por que Eiji no paraba de llorar. Se formo una aglomeración de gente en plena calle, la mayoría de ellos curiosos que al no haber visto lo que sucedió no perdieron tiempo para tratar de informarse.

Todos estaban ahí prestándole atención a Eiji mientras que los demás se acercaban sigilosamente imitando la curiosidad de los demás pero en medio de tanta imitación no perdieron el tiempo en echar mano a algunos bolsos… Todos aparentemente hacían lo mismo… quizá por eso Momo me repetía a cada rato que la gente les tenía miedo por que después que Eiji se paro y se fue campante la gente comenzaba a gritar y desesperarse por la falta de algunas de las cosas que habían metido en sus bolsos.

A la mayoría les faltaban sus monederos a otros sus celulares o algún tipo de dispositivo de sonido. Documentos perdidos, bolsos, las compras como panes o galletas… No podía hacer nada por esas personas así que salí de ahí igual como había entrado aunque ya llegando a la esquina encontré tiradas las cosas que los chicos habían desechado como documentos o algunas verduras que habían venido con su botín.

Avise a las personas sobre sus cosas y algunos me premiaron obsequiándome galletas aunque la mayoría ya no tenía ni plata para sus pasajes de vuelta a casa. No debí aceptar nada de lo que me dieron pero lo hice por que tenía hambre… excusa tonta pero era la verdad. Regresé después de esto al terreno donde todos me estaban buscando.

-“Donde te habías metido ochibi? Te estábamos buscando por todas partes! Mira lo que trajimos” – Eiji me mostró lo que habían cogido pero yo no me atreví a tocar nada.

-“No tienes hambre Ryoma?” – Momo parecía extrañado por mi falta de apetito pero preferí ignorarlo.

-“Déjalo Momo… al parecer a Echizen no le gusta de donde provienen esas cosas… o me equivoco?”

-“No tenían por que robarlo… había gente que necesitaba esa plata” – no les dije más y me senté en el piso lentamente

-“Vaya… que susceptible es el niño… les dije que no era buena idea tenerlo aquí!”

-“Nadie pidió tu opinión Atobe!” – Fuji se dirigió a mí – “Si no te gusta lo que hacemos lo siento pero tu también ahora estas en esto… después de todo comiste muy bien ayer”

-“No sabía que era robado…” – pero había algo que no entendía… ellos no tenían la necesidad de robar por que se suponía que en sus casa ellos tenían todo… o no? Sin detenerme a pensar dos veces la pregunta salió de mi boca – “Por que roban? Ustedes no parecen tener necesidad o si?” – todos se quedaron callados un rato como pensando quizás si me decían la verdad o no. El primero en tomar la palabra fue Atobe.

-“Yo lo hago por diversión…después de todo nada me falta!”

-“Eres un tonto entonces!”

-“SI yo soy tonto tu que serás? Un pobre estúpido maltratado?” – como lo odiaba… sentía que estaba hirviendo de rabia por dentro y olvidándome de cualquier tipo de dolor y sin pensar que el más grande que yo me le tiré encima a pegarle como pude. Sentía como a lo lejos los chicos gritaban pero no comprendía si decían que dejáramos de pelear o si nos alentaban a seguir con esto. Yo simplemente estaba concentrado en hacer que cada uno de mis golpes le doliera… aunque sea un poquito.

-“Ya basta!” – Alguien más hizo su aparición en el redil… era un chico definitivamente serio y su sola presencia logró callar hasta el más bullero. Fuji lograba callar a todo el mundo aunque siempre Atobe era el último en cerrar la boca pero esta vez todos se quedaron mudos.

-“Veo que por fin regresaste… Tezuka… te estábamos esperando!” – Fuji se apresuro a su lado y le ofeció una de sus sonrisas más sinceras – “Déjame ponerte al tanto de estos últimos meses” – mientras que Fuji se iba a un lado con Tezuka a contarle quien sabe que cosas los demás seguían callados y trataban de mantenerse ocupados. Momo me ayudo a pararme y me llevo a un lado de todos…

-“Quien es él?” – estaba impactado por su manera de regir al resto… su sola presencia inspiraba respeto…

-“El es el líder. Hace dos meses se fue de viaje al sur por que su abuela enfermo… dejo a Fuji a cargo de todos… es algo largo de explicar y quizá un poco complicado todo esto…”

-“Es malo? Por que nadie habla alto?” – sin darme cuenta yo también estaba hablando en susurros como el resto…

-“Malo? No… lo que pasa es que no le gusta mucho la bulla… es mejor mantenerlo contento…”

-“Te castiga?”

-“Pues no exactamente… por lo general los padres castigan con golpes o jalones de oreja… acá no es así… Tezuka nos deja castigados por ejemplo una vez no me dejo venir en una semana… a Eiji por reírse de él cuando se tropezó con una piedra lo mando a correr por una hora…. Y Atobe una vez no quiso hacer algo y… bueno no recuerdo que paso pero la cosa es que todos lo respetan mucho… el único que no ha sido castigado hasta ahora ha sido Fuji… por eso es su mano derecha…” – al parecer aquí ese tal Tezuka era la ley sobre la presencia a Fuji…

-“Ya veo… y tu por que robas?” – le cambie el tema. AL principio Momo también se puso a pensar pero luego se rió…

-“En verdad yo también lo hago por diversión… nunca he usado mi plata para algo… es más creo que nadie ha usado su parte, todos la guardan para algo importante solo que aún no saben que”

-“Y por que no ahorran o piden plata a sus papas… ellos seguro no les niegan nada”

-“Pues mi mamá me da pero muy poco… ella piensa que aún no tengo la edad como para gastar mucho pero si bien tiene razón a veces uno puede ser la ayuda que necesita la familia no?”

-“Como darles plata si es que les falta algo? A eso te refieres?... Aún así ustedes también le estan quitando plata a la gente que también puede tener una necesidad… eso no me parece justo”

-“La mayoría de veces la vida no es justa” – con lo último parecía que se hubiera enojado un poco… Tenía razón al decir que la vida no era justa pero yo lo veía como una persona muy feliz como para decir eso. Preferí dejar ahí nomás las conversaciones de ese tipo con él aunque tenía la curiosidad ahí dentro. – “Oye… no te duelen los golpes?” – Había bastado la sola pregunta para que comenzara a sentir recién el dolor

-“Solo un poquito…” – en realidad Atobe me había llegado a pegar fuerte aunque casi nada si lo comparaba con las que me daba mi papá. Momo se rió de lo que dije pero cualquier futura conversación fue cortada cuando todos se comenzaron a congregar en medio del terreno… todo parecía que Tezuka diría algo…

-“EN vista que Tezuka ya sabe todo lo que paso podemos comenzar. Ayer hicimos una revisión de nuestras cosas con Lucky y vimos que ya tenemos una buena cantidad de plata… si alguien desea hacer uso de ella ya levante su mano” – Fuji se detuvo esperando a que alguien quisiera su parte pero todos parecían querer seguir guardándola. – “Bien… el segundo y último punto en la agenda es el inquilino del terreno…” – la mirada de Fuji estaba clavada en mi. Al principio nadie sabía que cuando decían inquilino se referían a mí pero cuando localizaron la mirada de FUji automáticamente todos giraron a verme. – “Según el capitán Tezuka no puede haber nadie aquí que llame la atención de los ajenos a este lugar por lo tanto… Ryoma te tienes que ir…”

-“Pero a donde va a ir ochibi?” -

-“Echizen tiene su casa verdad?” – Después que Eiji trato de defenderme Atobe trató de arruinarme…

-“Echizen tendrá que irse a su casa pero existe otra posibilidad…” – interrumpió Fuji – “Si te interesa quedarte con nosotros tendrás que hacer la…”

-“Prueba!” – interrumpió el mismo Tezuka. Todos se quedaron algo incrédulos al oírlo hablar

-“Que tipo de prueba?” – era mi única pregunta… no quería regresar a mi casa aunque si mi papá me encontraba sería peor pero no me haría nada si no me tenía en sus manos y este lugar era perfecto para estar alejado de él… Fuji miró a Tezuka buscando su aprobación para volver a hablar…

-“Primer tienes que decidir di te interesa o no? Y si te interesa te la digo pero la tienes que cumplir… Aceptas?” – Algo me decía que no la aceptara pero por otra parte si no lo hacía volvería afuera… papá me encontraría así más fácil…

-“Aceptó!” – No sabía exactamente a que me había metido pero ya estaba adentro. AL parecer los demás tampoco sabían a que clase de prueba se refería el capitán pero por las cosas que oía no sería nada fácil.

La medida de la prueba era algo de última invención por que nunca nadie había tenido que darla para ingresar a este grupo. Ellos habían entrado cada uno recomendado por otro o por ser buenos en algo. Era obvio también que no podían admitir a cualquier persona teniendo en cuenta las cosas que hacían y si yo iba a estar con ellos tendría que hacerlas también… eso fue algo que no tome en cuenta al principio…

Pero si todos eran buenos en algo… Eiji era muy rápido por lo que él siempre huía con el botín y Lucky… pues el tenía mucha suerte y según Momo a él siempre lo ponían en misiones de algo más de riesgo pero el resto de las veces el que sacaba la plata de los bolsilos de los incautos era el mismo Momo. Atobe no parecía tener ninguna gran habilidad más que mangonear y hacer sentir mal al resto pero según los otros chicos él era la fachada para ciertas cosas y también espiaba a las futuras víctimas. Akutsu si tenía un firme propósito en el grupo y era golpear a los que se atrevieran a atrapar a cualquiera del grupo… el siempre corría al final para salvar a los que no corrieron con tanta suerte pero Fuji y Tezuka eran los cerebros detrás de cada operación.

El día se acabo pero en ninguno me dijo que era lo que tendría que hacer… quizá aún seguían pensándolo o tal vez estaban esperando alguna oportunidad para poder probarme… en cualquiera de los casos los nervios se me carcomían a cada segundo que pasaba… sentía como si estuviera escondido en alguna parte de mi casa esperando a que mi papá encontrara mi escondite… tenía miedo, mucho miedo.

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Para la decisión de la prueba tuve que esperar casi una semana. Para cuando Tezuka me mando a llamar ya no tenía nervios así que cuando recibí la noticia me dieron escalofríos. Antes de hablar con él tome aire y crucé las tablas. En la esquina del terreno habían unas tablas que delimitaban un espacio virtual y sentado en una caja en la esquina de ese mismo lugar estaba sentado el capitán que era como todo el mundo lo llamaba…

-“Siéntate si quieres…”

-“SI!” – me senté en el piso por que no vi nunca caja lejos de él como para sentarme. Estuvimos un buen rato mirándonos las caras… si hubiera podido me hubiera comido las uñas… La espera a alguna de sus palabras me estaba carcomiendo así que de cuando en cuando me atrevía a mirar afuera de la ‘oficina’ del capitán. Los chicos estaban afuera esperando la noticia… - “No me va a decir nada?” – se me ocurrió preguntarle – “Cual es la prueba?” – no sabía de donde sacaba valor para preguntar sabiendo todas las cosas que los demás me habían contado.

-“En medio de todo tienes valor…” – no podía creer lo que veía… el capitán estaba esbozando una sonrisa… - “Pero eso no es suficiente… puedes irte” – no sabia que significaba eso…al decirme que ya me podía ir significaba salir de su oficina o del terreno y olvidarme de todo para siempre? – “Vete!” – Me levanté lo más rápido que pude y salí del lugar para ser acorralado por los demás…no sabía como responder a sus preguntas por que ni yo sabía la respuesta.

-“Pero habla Ryoma… que te dijo?” – me pregunto por quien sabe que número de vez Momo

-“Solo me dijo que me vaya… nada más…” – Karupin salto a mis brazos como esperando a que yo tomara alguna decisión… el me seguiría a donde fuera. Pero la tranquilidad de Karupin se vio afectada cuando los demás prorrumpieron con gritos y festejos y sin querer me araño el brazo. – “A que se debe su felicidad?”

-“Eso significa que te puedes quedar!” – no lo creía, la verdad pensé que no me quería ver más.

AL parecer todos estaban felices de que hubiera sido aceptado aunque otros no parecían muy conformes. Según Momo las cosas marcharían bien de aquí en adelante y que gozaría de protección ilimitada por parte de todos. Además buscarían un sitio para que yo estuviera por que había sido inhumano dejarme dormir solo en ese terreno. Yo estaba conforme con lo que tenía pero si había opción para algo mejor entonces era más que bueno… el capitán Tezuka ahora ya no me parecía tan cruel como antes.

Esa noche Momo me invitó a dormir a su casa… a mi me daba algo de pena ir allá y conocer a su familia por que estaba demasiado sucio. Momo prácticamente me arrastró hacia dentro y me presentó con su mamá.

-“El es el chico del que te hable mamá! Se llama Ryoma… se puede quedar a dormir? Di que si!”

-“No es necesario…no se preocupe señora” – me disculpe… había pensado que Momo ya tenía el permiso.

-“Claro que se puede quedar… yo más bien tengo que salir y regresaré dentro de unos diez minutos… Momo no te olvides de darte un baño y préstale un piyama limpio a tu amiguito” - su mamá se acercó a mí y me acarició las mejillas.

-“Mamá… su gato también se puede quedar a dormir?” – Karupin esperaba desde la ventana la autorización de la mamá de Momo mientras yo cruzaba los dedos para que dijera que si.

-“Claro… tu sabes que me gustan mucho los gatos!” – Momo fue y abrió la ventana para que Karupin pudiera entrar. – “Por que no te bañas tu primero Momo… yo voy a ver la televisión y tu amigo puede estar un rato solo en tu cuarto… verdad?” – yo no dije nada pero si podía quedarme solo a esperar un turno en la ducha… me moría por bañarme.

Momo me llevo hasta su habitación y me dejo sentado ahí leyendo algunas revistas… Su cuarto estaba limpio pero tenía un fuerte aroma a Momo… a comparación del resto de la casa que olía a su mamá. Su mamá se veía que era una buena persona… mamá era igual…

Decidí salir de mi cuarto y ver que hacía una mamá… Karupin me seguía los pasos de lejos pero los dos caminábamos sin hacer ningún ruido que nos pudiera delatar. Su mamá estaba tendida en el sillón de la sala mirando una película… se veía concentrada en eso… me acerqué un poco más para verla mejor y me di cuenta que se había quedado dormida… verla ahí me dio sueño… cerré mis ojos y cuando los volví abrir ella me estaba mirando…

-“Quieres venir a ver la película conmigo mientras sale Momo?” – me dio algo de vergüenza que me descubriera de ese modo pero no pude rechazar la invitación así que me acerqué y me senté a su lado.

No entendía muy bien de que se trataba la película por que estaba en otro idioma pero ella parecía entenderla muy bien. Las escenas se veían bonitas y solo por ellas podía entender más o menos de que trataba… en una parte se comenzó a poner aburrida y me comenzó a dar sueño… por ratos sentía que mi cabeza se caía y chocaba contra algo mullido y en una de esas tantas caídas terminé por cerrar mis ojos por completo.

El sillón era más cómodo que mi cama y el piso del terreno… sentía como si mientras dormía podía flotar… hasta sentía el viento pasar por entre mis orejas y sentía el cosquilleo de mi cabello moverse de un lado a otro. Pero el viaje en una nube se detuvo al legar a cierto punto… era un lugar algo más frío y olía a… agua. Mis ojos se abrieron instantáneamente solo para ver que estaba casi en lo cierto. Ya no estaba sentado al lado de la mamá de Momo en la sala sino estaba en el baño con Momo y su mamá.

-“Tienes un sueño pesado” – Momo hablaba en tono burlón. SU cabello aún estaba mojado y ya no lo tenía parado como de costumbre sino más bien caído y pegado a su cabeza. – “Báñate de una vez para que podamos ir a comer!”

-“Déjalo que se termine de despertar!” – No le gritó pero si le alzó la voz – “Mira, el agua esta caliente como para que te bañes… voy a secarle la cabeza a Takeshi y lo mandó con toallas. Ahora sácate la ropa y entra al agua para refregarte la espalda” - me daba vergüenza hacerlo por que sabía que a nadie le gustaba ver mis moretones… tampoco me gustaba que me miraran enterito… no lo podía permitir.

-“No tengas vergüenza… todos los niños tienen lo mismo así que no tienes por que ponerte rojo”

-“Yo puedo bañarme solo… gracias” – su mamá dudó un poco en dejarme solo pero al final lo hizo y salió con Takeshi del baño. Con paciencia me saqué la ropa y me bañe. EL agua estaba calentita como para un buen baño y las burbujas olían muy bien… hacía tiempo que no me bañaba con burbujas.

Me quede echado en la tina un rato hasta que sentía que la piel se me comenzaba a arrugar. Justo en ese momento entro Momo con las toallas y ropa limpia para mi.

-“Mi mamá me hizo buscar algo que te pudiera quedar pero como eres muy chiquito fue difícil. Ten espero que esto te quede” – me alcanzó un polo blanco y un short celeste. Me los probé pero me quedaban un poco sueltos pero si no me movía mucho lograría que no se me cayeran.

Salí del bañó con el pillama puesto y una de las toallas en la cabeza caminando de puntitas hasta el cuarto de Momo. Su mamá estaba terminando de poner un lugar extra para mí, para que pudiera dormir al costado de la cama de Momo. Cuando me vio me sentó en la silleta del escritorio para secarme el cabello. Se sentía rico que acariciaran así mi cabeza… me volvía a dar sueño pero no podía dormir con el escándalo que hacía Momo a mi lado metiéndole apuro a su mamá para ir a comer.

Bajamos los tres y nos sentamos en la mesa. Yo no estaba acostumbrado a comer todo lo que se comía Momo en la noche… era demasiado para mí. Cuando me pusieron el plato al frente creí que nunca acabaría de comer pero felizmente Momo me ayudó, al parecer aún tenía sitio en su estómago para un segundo plato más. Cuando terminamos de comer ayudamos con la limpieza de la cocina y de ahí nos fuimos a dormir.

El día siguiente era fin de semana y no había la necesidad de levantarse muy temprano pero si a media mañana teníamos que encontrarnos con el resto en el terreno para hacer no se que exactamente. Me eché en el colchón acomodado y deje caer mi cabeza sobre la almohada. Momo saltó a su cama para ponerse a rebotar en ella un rato… se veía divertido pero no sabía si podía hacer lo mismo en el colchón que me habían dado.

-“Ven a saltar a mi cama! Es divertido!” – Me levanté fingiendo algo de pereza para saltar con él pero a quien quería engañar? Me moría de ganas por saltar y tratar de tocar el techo. A cada salto que daba con Momo sentía que podía llegar más alto y por momentos sentía que era ligero como una pluma y podía volar. A Karupin no le gustaba mucho esa sensación por que por un rato intentó rebotar con nosotros pero al final se bajo y se echó a dormir a un lado de mi almohada como esperando a que me le uniera en cualquier momento. – “Mañana será divertido… te lo prometo!”

-“Que hay de especial mañana?” – estaba curioso por saber aunque ya podía tener en mente ciertas cosas.

-“Bueno… por lo general siempre tratamos de ver en que puedes destacar… eres bueno corriendo?” – no sabía a ciencia cierta la respuesta a eso. Por más que corría papá siempre me alcanzaba y cuando Ryoga estaba en casa sucedía lo mismo… todos tenían las piernas más largas que yo… eso siempre era una ventaja.

-“No lo sé… supongo puedo intentar correr tan rápido como ustedes”

-“Yo creo que no se trata tanto de rapidez sino de astucia… tienes que pensar rápido y tomar la mejor decisión… no querrás que te atrapen”

-“Alguna vez te han atrapado?” – Momo dejo de saltar y se dejó caer sentado. Yo imité lo mismo y caí arrodillado junto a él.

-“Pues la verdad si… la primera misión siempre es difícil pero Akutsu me salvo el pellejo esa vez. Puede ser rudo la mayoría de veces pero si no tienes problemas con él tienes un gran compañero… nomás ni se te ocurra darle ordenes… solo insinúale cosas… eso siempre funciona!” – Momo parecía haber acumulado con el tiempo bastante experiencia posiblemente había aprendido de sus errores como todo el mundo. – “Mejor vamos a dormir de una vez… o aún no tienes sueño?”

-“La verdad que no”

-“Entonces cuéntame algo sobre ti… Dime como es tu casa?” – siempre que Momo quería hablar me traía a colación temas referentes a mi familia. No sabía que decirle…

-“Mi casa es algo vieja… es grande pero no tiene muchas cosas”

-“Tienes hermanos? Mis amigos tienen hermanos y juegan con ellos para no aburrirse… a mi me gustaría tener un hermano menor… siempre he querido pasar mi conocimiento sobre la vida a alguien” – me dio risa su comentario. Los hermanos no eran exactamente como el los imaginaba… el mio al menos era una clara excepción.

-“No es como crees… mi hermano es mayor que yo pero ahora vive con su mamá. Nunca me ha prestado mucha atención… él siempre ha tenido otros intereses…”

-“Tienes un medio hermano entonces… eres el primer amigo que tiene un medio hermano”

-“Eso es malo?” – le pregunté con temor. La mayoría de las personas no les gustaba estar con gente demasiado diferente a ellos mismos. Había gente que también lo consideraba como mal augurio… no sabía como lo podía tomar él

-“Malo? No, para nada… y con quien vives? Con tu papá y tu mamá nada más?” – otra pregunta molesta…

-“Solo con mi papá… supongo que algún día regresará mi hermano pero no tengo mucha fe de eso…”

-“Y tu mamá? Esta de viaje?” – Momo no era del tipo de chicos que entendieran los silencios y las omisiones. Tampoco se daba por vencido con las preguntas sin respuesta… era un buena amigo pero algo entrometido a veces…

-“Mi mamá se murió hace tiempo”

-“Ah… lo lamento mucho… como fue?” – no quería contárselo por que eso implicaría recordarla y su cara se borraba cada día de mi mente… su forma ya no tenía un rostro claro para mí…

-“No me acuerdo…”

-“Ah… bueno yo si recuerdo cuando mi papá se murió… A mamá la llamaron de la estación de policías para decirle que habían encontrado muerto a papá. Mientras caminaba por una avenida lo arrollaron… fue hace casi como dos… tres años” – Momo estiro su mano y me alcanzó una fotografía de su papá… por algún motivo…

-“Tú papá murio atropellado por un carro… cerca del mercado?”

-“Como sabes eso?” – Momo se puso pálido… - “Lo viste!”

-“A mi mamá la atropellaron en ese mismo lugar… mi papá me llevo a verla… ahí creo que vi a tu papá” – que pequeño era el mundo… nunca se hubiera imaginado que conocería al hijo del muerto con el que Ryoga lo asustó aquella vez…

-“Como te enteraste tu?” – a él también le dio curiosidad

-“Ya te dije… mi papá me llevo a verla y me dijo que estaba muerta… si me quedaba con ella se iba a llenar de gusanos y olería mal…” –Ahora que lo pensaba bien si me hubiera quedado con ella las cosas no serían tan malas… Momo puso una cara como de asco pero la frenó…

-“Mejor vamos a dormir…” – bajé a mi colchón y me tape mientras abrazaba a Karupin para poder dormir como de costumbre… - “Estas seguro que ya no te acuerdas de tu mamá?”

-“Muy pocas cosas…”

-“Yo me acuerdo de mi papá… a él le gustaba sacarnos a pasear los domingos… los dos comíamos yakitori… mamá dice que era su favorito igual que a mí” – Momo se movía mucho en su cama – “Como que cosas recuerdas de tu mamá?” – Esa era una buena pregunta… cerré mis ojos de paso que intentaba dormir… la podía ver de lejos y algo borrosa…

-“Tenía el cabello marrón… era suave… olía rico…”

-“La extrañas?”

-“No te imaginas cuanto…” – las palabras se me salieron del corazón y para su siguiente pregunta me hice al dormido… otra vez ese maldito nudo en la garganta me iba a impedir hablar…

TBC…

 

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