
Si te pasa de repente
que te sientes como ahorcado,
atrapado, o deprimido

¿qué hacés?
¿llorás?
¿rompés todo?

¿tomás?
¿te das?

Yo te digo
que estar mal
no tiene sentido
porque aunque te sientas
rechazado, odiado,
disminuido o desgraciado,

hay alguien
allá arriba
que sabe lo que valés,
lo grande que eres

y lo que es más importante:
¡EL TE QUIERE MUCHISIMO!

"Le pregunté al Señor cuánto me amaba
y él abrió sus brazos
y murió por mí..."