6. Anejo de mantenimiento.
6.1 Actividades desde la plantación.
En los jardines las tareas de mantenimiento suponen el 50 % del valor del césped. Las principales operaciones de conservación del césped son las siguientes: aporte de fertilizantes, siega y riego. A estas operaciones hay que añadir otras, también necesarias, pero menos frecuentes: perforaciones, rulados y recogida de hojas (R. Thomas y J.P. Guerin, 1985).
El mantenimiento de los rodales es muy importante en la evolución del Parque Micológico, donde un buen crecimiento y desarrollo del árbol: sano, vigoroso y con un potente sistema radicular favorecerá la micetación, es decir cuanto mejor crecen las especies arbóreas mayor cantidad de hongos micorrícicos se presentarán (F. Fdez. de Ana Magán, 1998).
6.1.1 Reposición de marras.
Una de las operaciones más conflictivas que se nos pueden plantear al terminar de plantar es la reposición de “marras” o plantas que no sobreviven al trasplante.
Las marras se producen por el mal estado de las plantas, por las prácticas defectuosas en el proceso de plantación, por problemas climáticos o falta de cuidados adecuados. Las plantas no son capaces de regenerar su sistema radicular, y en consecuencia se deshidratan, marchitan y mueren. Mientras el número de marras se mantenga entre el 2% y el 3%, se puede considerar normal, cuando es superior, algo anómalo ha ocurrido, o algún error se ha cometido (Gil-Albert, 1992).
El marreo esta vinculado a la calidad de la planta, a la técnica de plantación, a las condiciones climáticas y a los cuidados posteriores que se apliquen. En particular el riego es determinante, de forma que en secano el porcentaje de marras es superior al de regadío (Gil-Albert, 1992).
Las marras se deben reponer cuanto antes, pero son difíciles de detectar en una plantación recién plantada. A veces la planta no se marchita y llega a brotar de sus reservas, sin haber enraizado. Si no se pueden reponer hasta el año siguiente, supone un problema porque necesitará cuidados individualizados.
Una posible solución alternativa sería la de comprar un porcentaje en exceso sobre el número de plantas que necesitamos, y poner esas plantas en maceta o bolsa de plástico al mismo tiempo que hacemos la plantación de las demás (Gil-Albert, 1992).
6.1.2 Fertilización
En un principio se creía que los tratamientos con abonado mineral eran negativos sobre las micorrizas, pero hoy se sabe que la producción aumenta cuando se emplea abonos complejos ternarios NPK (F. Fdez. de Ana Magán, 1998). En los ensayos efectuados en el Centro de Investigacións Forestais de Lourizán, con Pinus pinaster, se empleó compuesto mineral NPK (15-15-15), con los siguientes resultados:
1. Facilita el enraizamiento y actúa positivamente en las instalaciones forestales en los primeros años de su vida, asegurando la consolidación de la planta.
2. Mejora la producción de hidratos de carbono que elabora la planta y facilita el asentamiento de los hongos micorrícicos.
Inmediatamente después de la plantación se aplicará en el hoyo de plantación nitrógeno, en abono complejo 15-15-15. Bara Temes en su trabajo de “Fertilización Forestal” nos aconseja no utilizar más de 60 gramos de abono NPK por hoyo, con esta dosis estaremos aplicando 9 g de N, 9 g de P2O5 y 9 g de K2O, suficiente para satisfacer las necesidades de mantenimiento anual.
390 unidades arbóreas Þ 390 hoyos.
390 x 0,06 Kg = 240 Kg de abono 15-15-15
A medida que la plantación valla evolucionando, se realizarán análisis foliares con cierta periodicidad, y si hay alguna carencia, se actuará en consecuencia con el abonado correspondiente. Pero también es cierto que si encontramos muchos hongos micorrícicos, esto quiere decir que los sistemas radicales de los árboles están trabajando bien y son protegidos por los mantos micorrícicos y apoyados en sus necesidades de alimentación (F. Fdez. de Ana Magán, 1998).
En los jardines con céspedes, cuando los residuos de siega quedan sobre el terreno, hay un reciclado practicamente total del potasio, pero no ocurre lo mismo con el fósforo y el nitrógeno, ya que una parte de estos elementos ha sido utilizado por los microorganismos del suelo y trasformados en combinaciones orgánicas, que no asimilan las plantas (R. Thomas y J.P. Guerin, 1985). En abono de conservación debe compensar, durante los primeros años, estas pérdidas. Así, en nuestro caso, con unos jardines sembrados de céped de 1.976 m2, con un suelo que presenta una actividad biológica satisfactoria y permaneciendo los restos de siega en el terreno, R. Thomas y J.P. Guerin en su obra “Los Cépedes”, dan los siguientes datos:
Para un césped joven (< 5 años):
200 unidades de N por hectária y año.
80 ud. de P2O5 Ha/año.
80 ud.de K2O Ha/año.
1 unidad de N Û 2,98 Kg/Ha de Nitrato ámonico, 33%
1 unidad de N Û 6,67 Kg/Ha de 15-15-15
El nitrato amónico y el abono ternario 15-15-15 son recomendados por el Ministerio de Agricultura para la conservación de praderas. El abonado debe de ser fracionado, dado que la aportación de nitrógeno debe escalonarse durante el periodo vegetativo (R. Thomas y J.P. Guerin, 1985). Quedando la distribución del abonado del césped como se muestra en la siguiente tabla.
Tabla de abonado de conservación del césped (los residuos de siega quedan sobre el terreno):
Época de distribución |
Abonos |
Dosis/Ha |
Dosis final |
Abril |
Nitrato amónico, 33% |
179,10 Kg |
35,39 Kg |
Mayo |
Nitrato amónico, 33% |
179,10 Kg |
35,39 Kg |
Junio |
15-15-15 |
266,67 Kg |
52,69 Kg |
Agosto |
15-15-15 |
266,67 Kg |
52,69 Kg |
En total el abono necesario de mantenimiento, será:
Abono nitrogenado Nitrato amónico (33%) = 71 Kg.
Abono complejo ternario NPK (15-15-15) = 345 Kg.
6.1.3 Tratamientos culturales.
El árbol desarrolla una copa adaptada a la alimentación que le puede proporcionar su sistema radicular y posee una estructura suficientemente sólida para resistir bastantes condiciones excepcionales (E. Michau, 1987).
Las labores que se realizan durante el desarrollo del cultivo reciben el nombre de labores o tratamientos culturales.
Los trabajos culturales, en los rodales, se enfocarán en un buen crecimiento y desarrollo del árbol, con un potente sistema radicular que favorecerá la micetación, en detrimento de las labores de suelo como grada, escarificador, cultivador que por su peso se hunden en la tierra con facilidad y producen la destrucción del sistema radical de la planta, ya que por las heridas entrarían los agentes patógenos, e influiría negativamente en la fructificación de los hongos por la destrucción de las micorrizas existentes en estas raíces.
En cambio, una labor con fresa sobre el horizonte superficial, donde se encuentran la mayoría de las raíces micorrizas, les beneficiaría produciendo una renovación del sistema miceliar anualmente. Este trabajo también beneficia la estructura del suelo al romper el horizonte más superficial y enterrar la materia orgánica procedente de las malas hierbas y de la hojarasca (F. Fdez. de Ana Magán, 1998).
También se efectuarán labores de eliminación de malas hierbas con fresadora y a mano (sin herbicidas) y tratamientos de poda de mantenimiento.
La Poda de árboles
Un árbol situado en un medio que le es conveniente y al que se ha adaptado poco a poco, que no sufra coacciones especiales en su expansión aérea o subterránea y que no presenta señales de debilidad o de ataques parasitarios, no necesita poda, aparte de algunas operaciones de mantenimiento corriente que vamos a examinar a continuación:
· La poda de ramas muertas o rotas, la supresión de tocones, con el fin que no se conviertan en un foco de ataques parasitarios o el principio de una pudrición interna del árbol.
· La eliminación de “rebrotes”, se desarrollan en las raíces y utilizan una parte de la savia. Los suprimimos cuando aparezcan, en el punto de inserción con la raíz.
· Eliminación de “chupones”, cuyo desarrollo se efectúa a costa de la alimentación de los órganos que los sostienen, aparecen frecuentemente a lo largo del tronco y de las ramas, después de una poda, sobre todo si se ha producido en primavera, en el periodo de subida de la savia.
· La supresión de ramas estructurales mal dispuestas, cuyo desarrollo puede causar daños a otras ramas, dificultar su crecimiento e incluso puedan presentar riesgos de rotura (E. Michau, 1987).
También se podrían efectuar podas plurianuales, siempre y cuando fue necesario, como:
· Reducción de la copa: se realiza cuando es necesario dominar el volumen del árbol, es posible intervenir cada 2 ó 3 años para reducir la copa. Realizados con este intervalo, los cortes cicatrizan generalmente bien.
· Aclareo: consiste en aligerar la estructura de una parte de las ramificaciones. El volumen del árbol generalmente no se modifica, pero la transparencia del árbol es más importante, permite:
1. Una reducción de los problemas de sombra, falta de aireación y escasa iluminación las ramas más bajas, evitando así su despoblación y debilitamiento.
2. Aligera el peso de las ramas principales.
3. Permite asegurar un reequilibrio de la copa con respecto al sistema radicular, así como una mejor nutrición del árbol cuando empieza a empobrecerse, o cuando el volumen explorable por las raíces es restringido.
4. Como el volumen del ejemplar no queda reducido, asistimos a una no proliferación de rebrotes. La operación de aclareo debe repetirse a intervalos de 10 a 15 años (E. Michau, 1987).
La poda del rosal.
Los rosales arbustivos, son podados cada año. La madera no madura se corta hasta la altura de la rodilla. La poda más cuidadosa se efectúa en primavera, una vez desaparecido el peligro de las heladas noctucnas. Primero se eliminan las ramas débiles o muertas. Las ramas restantes se podan dejando 3-5 yemas, según la potencia del rosal.
La poda de los setos.
Despues de la plantación no se debe podar el seto de Buxus sempervirens debido a su lento crecimiento. En el invierno siguiente se recorta la nueva vegetación, pero solo por los laterales, dejando que la parte superior crezca hasta alcanzar la altura deseada.
Una vez arraigado el seto, se recortará dos veces al año (Michael Wright, 1979).
Primeros cuidados despues de la nascencia del césped.
Cuando un césped alcanza una altura de 5 cm es necesario rularle ligeramente, con el fin de asentarle y facilitar su ahijamiento. Cuando alcanza 8-10 cm se debe proceder a la primera siega, esta debe hacerse, dentro de lo posible, con hierba seca para que se producca un corte más regular y evitar los deterioros por arranque.
Si aparecen hierbas parásitas, en su mayoría, no soporta las siegas frecuentes, y desaparecerán despues de varios cortes sin tener que intervenir. (R. Thomas y J.P. Guerin, 1985).
La siega.
La siega es una operación esencial para el desarroyo del césped. Con esta labor consiguemos (R. Thomas y J.P. Guerin, 1985):
- Disminuir el aporte de fertilizantes, al no retirar los residuos de siega.
- Formar un auténtico tapiz y no una superficie cubierta de hierbas irregulares.
- Evitar la aparición de malas hierbas.
- Evitar el riesgo de encañado.
La altura de siega será de 8 cm, recomendada para el ray-grass inglés.
La frecuencia de los cortes dependerá de la rapidez con que crezca la hierba.
6.1.4 Control fitosanitario.
No se necesitan salvo ataques ocasionales de plagas y enfermedades.
6.1.5 Riegos.
El riego es el tratamiento cultural que podría influir más directamente en la fructificación de los hongos (Anejo 4.4), y también es importante en la evolución de los céspedes, sobre todo en áreas con precipitaciones escasas o mal distribuidas en el tiempo, como es la nuestra.
Como consecuencia del análisis del balance hídrico, deducimos, la existencia de un déficit de agua durante los meses de julio, agosto y septiembre (Anejo 1.1). Esta razón y la posibilidad de que se presenten años más secos, hacen necesarios la instalación de un sistema de riego que no ponga en riesgo el jardín y la fructificación de los macromicetos de la parcela de castaños micorrizados con Boletus fragans, y así estudiar mejor la evolución del proceso de micetación.
Después de la plantación, la práctica de cultivo más importante, es el “riego de plantación”, es absolutamente fundamental para asegurar el enraizamiento de la planta, y debe darse lo antes posible después de plantar, empleando suficiente volumen de agua para mojar toda la tierra del hoyo, poniendo la tierra en contacto íntimo con las raíces, y apretándola para eliminar posibles huecos o bolsas de aire. En caso de no producirse lluvias posteriores, este riego debería repetirse 15 días más tarde (F. Gil-Albert Velarde, 1992).
6.2 Plagas y enfermedades de las especies forestales.
Frondosas de hoja caduca:
Hongos:
Armillaria mellea.
Coryneum modonium.
Endothia parasitica (chancro americano).
Microsphaera alphitoides (Oidium).
Phytophtora sp. ( mal de la tinta).
Stereum (Chondrosterium) purpureum: Castanea sp.
Insectos que atacan al fruto:
Balaninus elephas: Coleóptero, castaño
Laspeyresía splendana: Lepidóptero, castaño
Insectos perforadores:
Zeuzera pirina: Lepidóptero, castaño.
Insectos defoliadores:
Cneorhinus dispar: coleóptero, castaño
Lymantria dispar: Lepidoptero castaño y carballo
Phalera bucephala: Lepidóptero, castaño y carballo
Insectos chupadores:
Cicadura sp:
Accidentes fisiológicos:
El golpe de sol: en castaño
Frondosas de hoja perenne:
Hongos:
Phytophthora sp.
Chondrosterium purpureum.
Cytospora sp.: Ataca al Eucalyptus elegantesis.
Insectos defoliadores:
Ctenaritaina eucalypti.
Insectos perforadores:
Phoracantha semipuncata.
Coníferas:
Hongos:
Leptographium gallaeciae (traqueomicosis):Pinus pinaster.
Dothistroma pini (banda roja): Pinus radiata .
Sphaeropsis sapinea.
Insectos:
Thaumetopea pytiocampa (procesonaria de los pinos)
HONGOS.
Armillaria mellea: Es un hongo superior de gran presencia en Galicia, es parásito y coloniza árboles enfermos, troncos viejos y restos de materia orgánica con gran facilidad, cuando los tejidos vivos están deteriorados, no cuando están sanos.
Síntomas:
- Una fuerte clorosis repentina en la planta enferma.
- En el cuello de la planta, se observa una ligera depresión en la corteza, con una coloración más oscura de la misma.
- Si el ataque está bien desarrollado, se puede observar en el cuello de la planta, bajo la corteza, una película blanca constituida por el micelio del hongo que avanza en forma de abanico.
Esta enfermedad la podemos combatir de la siguiente manera:
- Drenando el suelo para que disminuya la humedad.
- Disminuir la acidez, aumentando el pH del suelo (F.J. Fdez. de Ana Magán, 1984)..
Coryneum modonium: Los daños causados por este parásito son frecuentes en nuestro país dentro de los primeros años de la plantación y los relacionamos en la mayoría de los casos con daños fisiológicos de otro tipo, tales como la mala plantación, daños en la raíz, mal transporte de las plantas, etc. que provocan lesiones en el sistema radical y dan lugar a un mal riego de la savia en los tejidos corticales.
Sintomas:
- Desecación de la copa.
- Presencia de cortos crecimientos.
- Necrosis en los tejidos corticales del tronco.
- Cuando la necrosis está proxima al estrangulamiento del paso total de la savia, se puede producir un rebrote de la planta.
En este tipo de daños es muy frecuente que rebrote la planta por debajo del daño visible, lo que nos permite actuar cortando la misma por la parte sana y dejando uno de estos rebrotes, que rápidamente rehacen el árbol (F.J. Fdez. de Ana Magán, 1984).
Cytospora sp.: Hongo que ataca al Eucalyptus delegantesis, que es más abundante en el interior de Galicia por su resistencia al frío. Le produce una dolencia mortal que se manifiesta en forma de “chancro” (F.J. Fdez. de Ana Magán, 1984)..
Dothistroma pini (banda roja): Es una dolencia del Pinus radiata, en una dolencia muy extendida en Galicia y su importancia es mayor en pinares con bajo nivel en K (F.J. Fdez. de Ana Magán, 1984).
Produce una coloración roja en las hojas, defoliación y una perdida importante en su crecimiento, aunque no llega a matar a los árboles.
Su lucha se trata con fungicidas cúpricos (F.J. Fdez. de Ana Magán, 1984).
Endothia parasitica: Este hongo es el causante de la enfermedad del “chancro o cáncer americano”. Hoy constituye con mucho la gran amenaza sobre lo que queda del castañar en Galicia. Se propaga con facilidad y mata las plantas atacadas, la infección comienza por las heridas producidas por el hombre en los trabajos de poda, injerto o laboreo y por los animales, como el pájaro carpintero.
Una vez que penetro el inoculo en la herida, el hongo se desarrolla en forma de abanico que crece por debajo de la corteza de los troncos y las ramas. Se va desarrollando lentamente hasta rodear completamente el órgano afectado, destruye los vasos conductores y provoca la desecación de la zona situada por enzima de la zona atacada.
Lucha:
- Tratamientos de limpieza del chancro con extirpación de los tejidos afectados y aplicación de fungicidas tópicos, no son muy efectivos, pero tienen una tendencia hacia una mejor cicatrización de las heridas.
- En la actualidad se estudia la aplicación de lucha biológica, empleando cepas hipovirulentas de Endothia parasitica, que se inoculan en la planta enferma y le permite a está crear una nueva corteza bajo la zona afectada que no puede ser atravesada por el propio hongo (F.J. Fdez. de Ana Magán, 1984. Antonio Rodríguez, 1995).
Granulodiplodia sapinea: Dolencia peligrosa que ataca a los pinares de nuestro país, principalmente al Pinus radiata, penetrando fácilmente por los cortes de las podas (F.J. Fdez. de Ana Magán, 1984).
El golpe de Sol: Provoca la destrucción parcial de la planta e incluso la muerte en los primeros años después de la plantación, cuando el suelo desnudo y casi siempre negro absorbe la radiaciones solares del verano creando elevadas temperaturas que afectan a la zona cortical en el cuello de la planta.
Lucha:
- Poda a 0,40 m del suelo para una posterior sombra, colocando entorno a la planta restos vegetales o una teja expuesta al mediodía.
- Una buena nutrición de la planta (sin ninguna carencia), con un fuerte desarrollo radicular y que absorba agua en periodo estival (F.J. Fdez. de Ana Magán, 1984).
Leptographium gallaeciae (traqueomicosis): También conocido como “mal de la corona”. Ataca al Pinus pinaster, es una dolencia mortal que mata a los árboles por rodales y parece estar relacionada con la práctica de realizar hogueras en el monte para quemar los restos de podas, desbroces, etc.
Los mejores resultados para su lucha, es la vía preventiva, no realizando hogueras en el interior de estos pinares (F.J. Fdez. de Ana Magán, 1984).
Microsphaera alphitoides (Oidium): Muchos carvallos gallegos, especialmente en las comarcas del litoral, son atacados por este hongo, que aparece recubriendo las hojas con una costra blanca. En general no es una dolencia mortal, tratable con productos de azufre, como el sulfuro potásico (F.J. Fdez. de Ana Magán, 1984).
Phytophtora sp. (mal de la tinta): Este hongo de gran virulencia, ha causado con su aparición en la 2ª mitad del S. XIX, y sigue causando, fuertes daños en los “soutos” y en algunos eucaliptales, que se encuentran en las regiones húmedas de Galicia.
Esta enfermedad ha revolucionado los sistemas de cultivo, con los estudios sobre creación y desarrollo de nuevas variedades híbridas resistentes al “mal de la tinta”.
Hoy en día para la selección de estos híbridos se trabaja con distintas variedades:
- Castanea crenata: De origen japonés, resistente a la Phytophtora sp.
- Castanea mollisima: De origen chino, menos resistente a la Phytophtora sp. que la anterior, pero resistente a la Endothia parasita.
- Castanea sativa: No es resistente a la enfermedad del “mal de la tinta”, pero esta especie combinada con los anteriores es resistente a la Phytophtora sp. y tiene las características de fruto y adaptación que deseamos para nuestros cultivos.
Este hongo tiene la dificultad que es difícil de aislar y determinar con exactitud de que especie se trata. En consecuencia el peligro siempre esta latente y la forma de lucha es mantener una selección de clones resistentes como reserva ante cualquier eventualidad (F. J. Fdez. de Ana Magán, 1984).
Stereum (Chondrosterium) purpureum: Este hongo superior tiene mucha menos presencia que la Armillaria mellea y al igual que ésta coloniza árboles enfermos, troncos viejos y restos de materia orgánica con gran facilidad, cuando los tejidos vivos están muy deteriorados. Llega a provocar grandes daños en los castaños híbridos, incluso la muerte.
Esta enfermedad esta relacionada con la mala adaptación de las plantas al trasplante que sufre desde el vivero al monte. Y en algunos casos por las heridas que causa la insolación.
Síntomas:
- En principio las plantas afectadas presentan un pobre desarrollo y una corteza envejecida antes de tiempo.
- En un estado más avanzado presenta necrosis de tejidos en la base del tallo que acaba con brechas en la corteza y el carpóforo sale al exterior.
INSECTOS.
Balaninus elephas: Este coleóptero en estado de larva penetra en el fruto y consume el endocarpo. Su ataque se reconoce porque al abrir la castaña podemos observar una larva de color blanco, de unos 8 mm. Llegado a su máximo desarrollo abandona el fruto, y emigra al suelo donde se entierra para invernar.
La lucha se realiza con insecticidas de contacto cuando el insecto está en estado adulto, de finales de agosto y principios de septiembre (J.P. Mansilla, 1984).
Cicadura sp: Insecto chupador que ataca las hojas principalmente de las hayas. Inverna en las plantas adventicias de los alrededores y en primavera se alimenta de las hojas de las frondosas (F.J. Fdez. de Ana Magán, 1984).
Laspeyresia splendana: En estado de larva, este lepidóptero destruye el endocarpo, encontrándose dentro de los frutos una meccla de excrementos e hilos de seda.
Las castañas atacadas caen prematuramente y se distinguen de las sanas, pues en su superficie hay unas protuberancias longitudinales características.
La lucha se realiza contra el insecto en estado de vuelo, mediante cebos, con dos tratamientos espaciados 15 días, con productos a base de Carbaril, Diazinón, Cipermetrina, Deltametrina, etc. (J.P. Mansilla, 1984).
Lymantria dispar: La “lagarta peluda” como se le conoce vulgarmente, realiza (la hembra) la puesta sobre los troncos, una costra amarilla, que se aprecia visiblemente, que protege los huevos. Los daños se producen cuando las larvas con su fuerte alimentación provocan las defoliaciones de los árboles atacados.
Posee una generación al año. Invernando en estado de huevo, pasando a estado de larva hacía los meses de abril, mayo o junio, según las condiciones clímaticas.
El tratamiento de lucha se efectúa en estado de larva, aplicando deltametrina a la dosis de 1 a 2 gr de m.a. por Ha con excelentes resultados (J.P. Mansilla, 1984).
Phalera bucephala: Los adultos de este lepidóptero depositan sus huevos en el haz de la hoja y posteriormente las larvas, que son gregarias en todos sus estadios, en verano se alimentan de las hojas dejándole solo los nervios.
Los daños que ocasionan las larvas de esta especie, pueden ser graves si la población de las mismas es muy numerosa.
El tratamiento de lucha se efectúa con deltametrina, a la dosis de 1 gr de m.a. por Ha han dado excelentes resultados (J.P. Mansilla, 1984).
Thaumetopea pytiocampa (procesonaria de los pinos): Insecto defoliador que ataca a los pinos.
Zeuzera pirina: Lepidóptero que causa daños en planta tanto en viveros como en los primeros años de repoblado; este insecto produce la perforación del tronco llegando a matar a la planta si persiste mucho tiempo.
El tratamiento de esta plaga es muy dificil por permanecer encerrada en el interior de la madera por lo que se aconseja la lucha individual introduccciendo un alambre por el orificio o la lucha preventiva mejorando la actividad vegetativa con abonos nitrogenados en primavera (F.J. Fdez. de Ana Magán, 1984).
6.3 Plagas y enfermedades de los céspedes.
PLANTAS ADVENTICIAS.
Llamamos plantas adventicias a todas aquellas que se desarrollan en los céspedes y que no pertenecen a las especies que han sido sembradas.
En un césped mal cuidado el antagonismo de las malas hierbas frente a las especies cultivadas es de tal magnitud, que estas últimas son rapidamente extinguidas. Debemos combatir principalmente:
- Taraxacum officinale (diente de león).
- Plantago sp. (llantén).
- Bellis perennis (margaritas).
- Ranunculus repens (botón de oro).
- Veronica (borroncillo).
- Poligonum convultus (corregüela).
- Algunas gramíneas: Gramas.
En principio, trataremos de erradicar las plantas adventicias a mano y mediante siega. Sino fuese posible utilizariamos herbicidas químicos selectivos de acción interna con auxinas sintéticas: 2.4.D, MCPA, 2.4.5.T, MCPP, etc (R. Thomas y J.P. Guerin, 1985).
ENFERMEDADES CRIPTOGÁMICAS.
Fusarium. Ataca la base de los tallos, traduciéndose sobre el césped en manchas de color marrón amarillento. Estas manchas se amplían, dejando sobre el centro del terreno una zona blanquecina de gramíneas muertas.
Es la enfermedad más típica de los céspedes y puede propagarse muy rápidamente, destruyendo en pocos días el 50 % de la superficie cubierta.
Tratamiento Fusarium roseum (en verano):
- MANEB: 200 gr en 20 litros de agua/área.
- METIL-TIOFANATO: 200 gr en 25 litro de agua/área.
Tratamiento Fusarium niveum (en invierno):
- MANEB: 500 gr en 40 litros de agua/área. Repetir a los 10 días.
- CLORTALONIL: 120 gr en 40 litros de agua/área. Repetir a los 10 días.
Sclerotinia homeocarpa. Se manifiesta con manchas parduzcas que llegan a alcanzar de 5 a 6 cm de diámetro. Estas marchas llegan a producir la muerte de las gramíneas, que se vuelven de color blanco y pueden reunirse para formar zonas muertas.
Tratamiento:
- BENOMILO: 15 gr en 6 litros de agua/área.
- TIABENDANOL: 40 gr en 12 litros de agua/área. Repetir tratamiento a los 10 días.
Corticium salmonicolor. Se manifiesta sobre el césped por la aparición de filamentos de color rojizo.
Tratamiento:
- TIABENZADOL: 40 gr a 100 gr en 10 a 15 litros de agua/área.
- BENODANILO: 50 gr en 20 litros de agua/área.
Rhizoctonia solani (mal vinoso). Las plantas se debilitan en el interior de zonas más o menos extensas que pueden aumentar de tamaño.
Tratamiento:
- BENOMILO: 15 gr en 6 litros de agua/área.
- TIABENZADOL: 60 gr en 20 litros/área.
Helminthosporium sp. Produce lesiones sobre las hojas, que se desecan y se pliegan al nivel de las lesiones.
Tratamiento:
- MANEB: 200 gr en 20 litros de agua/área.
- MANCOZEB: 150 gr en 25 litros de agua/área.
Puccinia coronata (roya parda). Ataca con frecuencia a la festuca, fleo, poa y ray-grass, pero es una enfermedad poco perjudicial.
Tratamiento:
- MANCOZEB: 12 gr en 15 litros de agua/área.
- ZINEB: 80 gr en 40 litros de agua/área. Repetir a los 12 días.
PARÁSITOS ANIMALES.
INSECTOS.
Tipula oleracea y T. paludosa. Los insectos adultos se parecen a los mosquitos y son particularmente nocivos poi sus larvas, que se alimentan de las raíces.
Las típulas viven en medio húmedo y se desarroyan en período estival, viendose favorecidas por los riegos frecuentes.
Medios de lucha: deben utilizarse productos como el clordano, los cebos envenenados con fluosilicato de bario (de uno a dos kilos por cada 50 Kg de cebo extendido sobre una hectárea).
Bibio hortulanus (bibiones). Se puede su presencia en el suelo por numerosas larvas de color gris tierra. Los estragos de estos dípteros sobre los céspedes no son importantes.
Agrostis segetis y Prodenia litura (gusanos grises). Son lepidópteros, peligrosos por sus orugas, que pueden ocasionar serios estragos. Se destruyen por medio de cebos envenenados, por el clordano.
Escarabajos. Sus larvas o gusanos blancos cuasan grandes estragos al cortar las raíces. Su destrucción puede hacerse utilizando clordano o lindano (R. Thomas y J.P. Guerin, 1985).
GUSANOS.
Lumbricus terrestris (lombriz de tierra). Estos animales son muy útiles porque realizan una remoción del suelo que favorece la evolución de la materia orgánica, así como la penetración del agua.
El problema se presenta cuando la densidad de lombrices llega a ser importante, siendo sus deyecciones situadas en el suelo perjudiciales:
- Ennegrece el césped, perdiendo valor ornamental
- Constituye sobre el suelo una superficie deslizante muy desagradable para el juego.
- Recubre a las hierbas de una capa de tierra muy fina con una plasticida elevada.
- Ondula el suelo y dificulta las tareas de siega (R. Thomas y J.P. Guerin, 1985).
PEQUEÑOS ROEDORES (ratones, musarañas, etc.). Son perjudiciales porque escaban galerias bajo el césped, pudiendo destruir superficies importantes. También ocasionan estragos al comerse los brotes de las plantas que les sirven de alimento.
Si el número de roedores es poco importante, se pueden destruir utilizando cebos clásicos. Pero si la colonia es numerosa, se deben utilizar cebos envenenados, con fosfuro de cinc, con estricnina o con el virus de Pasteur (R. Thomas y J.P. Guerin, 1985).
TOPOS. Esta plaga causa estragos cuando excavan sus galerias, seccionando todas las raíces que encuentran.
El topo es un animal carnívoro, que se alimenta principalmente de gusanos, larvas e insectos adultos. Si el suelo no contuviese gusanos y larvas, serviría de medida preventiva para protegerse de ellos.
El mejor procedimiento para destruir los topos consiste en envenenarlos con lombrices untadas con productos tóxicos, como fluosilicato de bario, fosfuro de cinc, etc y depositar las lombrices en las galerias principales, repitiendo la operación hasta la erradicación del animal (R. Thomas y J.P. Guerin, 1985).