HERA - JUNO


Mirando un día hacia la Tierra desde su trono resplandeciente, Zeus vio una bellísima doncella que paseaba por la orilla de un río. Era una princesa y se llamaba Hera. El joven dios la amó y decidió hacerla su esposa. Se transformó en un cuclillo y bajó cerca de la doncella.

-¡Oh, qué hermoso pajarito! -exclamó Hera -¡Estás completamente aterido de frío, pobrecito! Ven y te calentaré.

Cogió al pajarito, lo acarició amorosamente y lo estrechó contra su pecho para darle algo de calor. Inmediatamente, el ave desapareció y ante la asombrada princesa, apareció un joven bellísimo, a quien ella en seguida reconoció como el rey del Olimpo por su cabeza majestuosa, envuelta en nubes, y por la mano poderosa que blandía el rayo.

-¿Quieres ser mi esposa? -le preguntó. La doncella se inclinó hasta el suelo, y cuando se volvió a levantar, el dios la tomó y la llevó en su carro dorado, que subió rápidamente hasta las altas cumbres de la morada divina.

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