En diversas
ocasiones, los papas habían intentado imponer la uniformidad en este rito suprimiendo
el mozárabe, pero siempre encontraron la obstinada resistencia de los cristianos
de España que se aferraban afanosamente a sus tradiciones y querían seguir con
el rito con el que adoraban a Dios en los amargos días de la ocupación musulmana.
Finalmente Alfonso VI decidió ser el impulsor que introdujera definitivamente
la unificación del rito en España. Pero fue tal la resistencia que encontró
entre sus súbditos que no pudo pensar otra cosa que no fuera la de dejar tal
cuestión a juicio de Dios. Para ello decidió que dos guerreros pelearían por
uno y otro rito , el vencedor por gracia de Dios sería el que decidiera la cuestión.