ESTAN
CUMPLIENDO 30 AÑOS DE CARRERA Y SIGUEN LLENANDO TEATROS.
EN ESTA PRODUCCION, LAS OTRAS ESTRELLAS DE LA AGRUPACION: LOS
INSTRUMENTOS INFORMALES
Les
Luthiers, entre pitos y flautas
Son cinco,
pero los instrumentos son muchos más. Desde el ortofón al
latín, estas creaciones de Les Luthiers merecían una
presentación detallada.
Si tomar mate no resulta una operación fácil de explicar para el Resto del Mundo, cantar con un mate cortado al medio apoyado en los labios y hacer de cosas así un arte y una profesión más que rentable y respetable, parece un fenómeno extraterrestre o un milagro argentino, que viene a ser lo mismo. Un milagro de 30 años que se llama Les Luthiers, y que según sus integrantes, "durará mientras duremos, porque los instrumentos informales más importantes de Les Luthiers somos nosotros". Mientras que en el primero de sus ocho discos, Sonamos, pese a todo (1971), Les Luthiers ofrecían una breve demostración de cada uno de sus objetos sonoros, 26 espectáculos después cunde entre sus filas la convicción de que su vigencia se debe en todo caso a sus textos y puesta en escena antes que a la presencia de aquellos instrumentos que fundaron su estilo.
"En general
hacemos primero los textos", explican. "Hay pocos casos
en que partimos de lo instrumental. Antes, casi siempre hacíamos
un tema jazzero cuya gracia consistía en que sonábamos como una
jazz-band pero con instrumentos informales. Pero ya no le damos
tanta importancia a la fabricación de instrumentos informales:
el éxito pasa por otro lado. Durante mucho tiempo nos rindió
mucho la parodia de los distintos géneros musicales. Luego ese
filón se fue agotando. Porque siempre es necesario basarse en un
modelo conocido por todos, y los géneros parodiables no son
tantos. Además, ¿cuántas veces se puede parodiar al bolero?
Por eso los espectáculos fueron virando su eje de lo musical a
lo teatral, sin que la música deje de ser un elemento
importante." El 4 de setiembre es el Día Nacional de Les
Luthiers. La celebración remite a la noche de 1967 en que
Gerardo Masana encabezó la división de I Musicisti, la banda
humorística que a su vez prolongaba las andanzas creativas de
algunos activistas musicales infiltrados en los festivales de
coros universitarios de los 60. Discusiones sobre cómo repartir
los crecientes dinerillos que ingresaban por sus engendros
sonoros precipitaron la fractura del grupo, una fractura por pase
de facturas.
Detrás de Masana, partieron Marcos Mundstock, Daniel Rabinovich
y Jorge Maronna, llevándose sus primeros inventos como el
cellato, el dactilófono, el gom-horn, el contrachitarrone da
gamba o el bass pipe a vara. Poco después el cuarteto rebelde se
constituía en Les Luthiers y, de ahí en más, decidían cobrar
exactamente en partes iguales.
Núñez Cortés, que había quedado del otro lado de la
escisión, fue invitado a sumarse a los flamantes Luthiers. En
1969, López Puccio, amigote de Mundstock, fue contratado como
violinista, y quedó. En 1971, Mundstock se tomó un año
sabático y fue reemplazado por Ernesto Acher, luego integrado al
conjunto. Acher se tomaría una definitiva serie de años
sabáticos a partir de 1986, en un sonado divorcio por
incompatibilidad de caracteres. En 1973 murió Masana. Su familia
sigue recibiendo una parte de los ingresos lutherianos.
El trabajo de Les Luthiers no es chiste. Hipo, úlcera y serrucho
han afectado en escena a Carlos Núñez Cortés, provocándole
mudez, internación y tajo respectivamente. Fobia al escenario,
fundido de equipos, hepatitis, rubeola (!) y otras pestes
produjeron desmanes en cuerpos y recitales. Ah, sin olvidar las
amnesias transitorias. "Usamos machetes, que pegamos en los
instrumentos o en el piso. Marcos tiene la ventaja de leer los
textos de su carpeta. Pero una vez en el bolero Perdónala,
Daniel se olvidó la letra. Nos miraba, sonreía, y de pronto se
fue. La gente se reía. Los demás nos sabíamos qué hacer, y
también nos fuimos. Daniel volvió con la letra apoyada en un
atril, y zafamos." El uso de vulgares teclados electrónicos
japoneses se fue abriendo paso como "una concesión
necesaria. El crecimiento del público y el paso del café
concert al teatro nos obligaron a mejorar drásticamente la
amplificación. Los espectáculos se hicieron cada vez más
complicados, con mayores exigencias de amplificación y los
instrumentos informales quedaron más como un color que como un
elemento protagónico. Al principio era un orgullo que el grupo
sonara acústicamente. Pero lo que en un café concert se
escuchaba y veía perfectamente, en el teatro no funcionaba. Se
hizo necesario tener instrumentos más grandes, visibles y
audibles para todo el mundo. Algunos plantearon tremendos
problemas de amplificación. Por ejemplo, la marimba de cocos
tiene un micrófono en cada uno de sus 19 cocos. El órgano
portátil funciona con unos fuelles que se pisan con unas botas
especiales. Para que los tubos no te aplasten, en lugar de metal
usamos fibra de vidrio pintada de plateado. Pesa más de 20 kilos
y hacen falta dos asistentes para ponerlo y sacarlo."
Hobbies varios ocupan el resto de su tiempo. Rabinovich gusta del
billar, Mundstock del fútbol, y Núñez Cortés colecciona
caracoles o, si se prefiere, conchas, como acepta incluso su
propia esposa ante los miles de ejemplares que guarda en su casa.
También recopila chistes sobre músicos de cualquier origen y
antigüedad. Ejemplo: ¿Cuál es la diferencia entre una soprano
y un Porsche? La mayoría de los músicos jamás estuvo en un
Porsche.
Manual de instrucciones
Técnica de la Orquesta Contemporánea es el título de un libro sobre los instrumentos de la orquesta cuyos autores son los compositores italianos Casella y Mortari. Los músicos lo conocen como "el Casella y Mortari". Pues bien. Casella y Morfari es el título del libro manuscrito y de circulación interna que contiene la descripciones y modos de uso de los instrumentos informales de Les Luthiers. Junto a apuntes divertidos, se detalla también quiénes son los especialistas en cada artefacto. Una especie de manual de instrucciones de la orquesta informal. ¿O inmorfal?
Gabriel Senanes. Clarín Digital. 12 de julio de 1997