Los
Morteros del río Trapiche
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una caminata bordeando el cauce del Río Trapiche, nos permite descubrir,
junto al murmullo del agua y el canto excepcional de los pájaros,
la larga cabellera del sauce llorón. Acompañados por la frescura
y verdor de su arboleda nos encontramos con vestigios de un convulsionado
pasado cuyas huellas mantienen vivo el paso de una cultura ancestral como
lo es, la de los aborígenes de las sierras de San Luis; esto nos
habla de que fueron ellos, sin duda, los primeros habitantes de esta localidad
como de zonas aledañas. Como testimonio nos han dejado, entre otros
tantos objetos, morteros trabajados sobre las piedras que forman parte
del cauce del río.
Estos morteros aborígenes excavados
en el suelo rocoso, en grupos o individuales, tienen una profundidad de
aproximadamente 30 cm. por 18 cm. de diámetro que fueron utilizados
para la molienda de cereales, ya que la economía de esta cultura
se basaba en el cultivo de maíz, zapallo (con el que confeccionaban
una bebida alcohólica llamada "chicha"), porotos, molle y algarrobo
(con el que hacían una bebida llamada "aloja", también con
el algarrobo se preparaba la harina para el "patay"), chañar (se
preparaba una bebida alcohólica y arrope), además producían
la quinoa (especie de trigo con el que hacían pan). Hay otro morteros
de tamaño superior que se usaron como tinajas naturales para la
conservación del agua de lluvia.
Además se han encontrado en
El Trapiche objetos como conanas, manos de mortero, vasijas, puntas
de fechas (ya que practicaban la caza de animales autóctonos), piedras
talladas, restos de cerámicas lisas y con dibujos geométricos.
También se han encontrado restos óseos humanos, colocados
en posición fetal y junto a ellos sus objetos personales: arcos,
fechas, aderezos, maíz, chicha, etc.; el rito fúnebre consistía
en danzas y cantos acompañados por una borrachera.
Si bien esta cultura desapareció
a mediados del siglo 18, en El Trapiche, aún hay familias que conservan
-más allá de sus rasgos- costumbres como la interpretación
de los sueños y el canto de las aves, construcciones de tótem,
secretos tanto de la elaboración de arropes como de medicinas naturales.
"Hay quienes dicen que si por las
noches nos sentamos a contemplar el río Trapiche y el firmamento
al lado de los morteros, se siente el murmullo de las danzarinas de plata,
y al colocar las manos dentro de los morteros, seguramente, sentiremos
el pasado e imaginaremos a través de las vibraciones: cómo
los aborígenes serranos con su magia, veneraban la luna, el lucero,
el alba, el viento, los cerros, el río..."
"A veces son precisamente los ideales
por los cuales mueren las personas, los que les imposibilitan vivir y trabajar
juntos (Anónimo)".
(INVESTIGACIÓN
DE CAMPO. GRUPO ""CARPE DIEM": Balladore, Ana María; Tello, Carlos
Daniel, Torres, Angela María; Torres, Beatriz; Torres, María
Mercedes.
TALLER DE INFORMACION Y COMUNICACION
TURÍSTICA 2002 -UNSL)
