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La difícil tarea de encontrar pareja.

La difícil tarea de encontrar pareja.Varios son los sitios que ofrecen encuentros de "solos y solas" para paliar el mal momento afectivo. Sin embargo, estos lugares pueden ser un arma de doble filo

Cuánto hemos recorrido para terminar en el mismo camino, incierto, sin proyectos, sin ilusiones, con un sentimiento de soledad agobiante.

Actualmente, existen diversas propuestas para relacionarse y ampliar nuestro ámbito de contactos, desde citas a ciegas, sitios de Internet, reuniones de solos y solas, reuniones en bares, etcétera. Pero, la mayoría de las veces, resulta desalentador no encontrar lo que uno está buscando.

Al principio, uno asiste con la ilusión de que se encuentra en un ambiente donde todos recurren buscando lo mismo. Es un lugar de pertenencia; sentirse igual a los demás, viviendo y sintiendo las mismas carencias y sufrimientos, en busca de un compañero con quien compartir. Luego, la ilusión se disipa en el mismo instante en que uno comienza a reconocer que no todos van a estos lugares con el mismo fin, que para muchos solo es una forma de llenar un vacío y que la gran mayoría únicamente quiere divertirse viviendo el momento pero sin otorgar otro sentido a dichas reuniones. Así, los sitios de solos y solas cambian su sentido, transformándose en un lugar apropiado para la conquista, el "toco y me voy", relaciones casuales poco significativas.

La falta de sinceridad con uno mismo, de hacerse cargo de cómo y por qué llegamos a frecuentar estos lugares, anula las posibilidades reales de concretar relaciones, volviendo pasajero cualquier vínculo.

Poder conocer a otra persona implica constancia, pero además el deseo real de querer formalizar un vínculo y darle la posibilidad de desarrollo y reconocimiento al mismo. Es difícil darse cuenta de cómo es el otro en este tipo de lugares donde existe una seducción de "todos con todos", sitios exclusivos para pasar una velada actuando un rol que no es el de la vida real. De hecho, muchos de los personajes que allí se encuentran son seres humanos que tienen una familia, hijos, un trabajo respetable, problemas comunes, que son honrados, dedicados a sus hijos, que han tenido que vivir la experiencia de decidir una separación complicada o fácil, pero han sufrido un fracaso que lo llevan a cuestas y que una mañana se encontraron solos en un dormitorio frío, alejados de los afectos, y empezaron a sentir que deberían comenzar nuevamente, buscar relaciones nuevas, conectarse para  reiniciar una vida que de repente se detuvo en el tiempo.

Cientos de desconocidos van a estos lugares sin saber bien con qué se encontrarán. De repente, lo que fue la intención real se desvirtúa, y este lugar que en apariencia era el campo propicio para encontrar un compañero comienza a ser el sitio ideal para las relaciones casuales.

El diálogo no existe ni la posibilidad de escuchar, y se ausenta la pasividad necesaria para el análisis de un encuentro en el que uno atrapa toda la información necesaria para hacer elecciones.

Es importante replantear el tema de los ideales. Tal vez al principio la búsqueda se orienta a elecciones de mujeres con características histriónicas, independientes, que nos den un indicio de que no hay que mantenerlas ni serán una carga más, o de hombres con características seductoras, metrosexuales, musculosos, "pintones", con un buen pasar económico, etcétera.

El verdadero problema radica en las expectativas de cada uno. Cuando se asiste a estos sitios ideados para encuentros y contactos rápidos, poder poner en claro las necesidades y lo que realmente uno busca es una forma de evitar la frustración que luego desencadena este fracaso, motivado por no encontrar a nadie que se acerque a nuestras expectativas o que pueda compartir otras experiencias.

Suelo escuchar a pacientes que acuden a estos lugares con la mochila del fracaso a cuestas, diciéndose a sí mismos que ya han sufrido mucho, que han perdido parte de sus vidas en una relación que los hizo encontrarse con la rutina y que la idea es recuperar el tiempo perdido. Esto es un error y una mentira para evitar la frustración y angustia proveniente del fracaso. Cuando emergen de estas reuniones y vuelven a sus casas, la soledad y el miedo vuelve a apresarse de ellos, provocando mayor angustia y descontrol sobre sus vidas.

Y entonces, ¿cuál es la solución? En realidad, existen otros modos de contactarse para formar nuevos vínculos, como lugares donde se inicien actividades deportivas, recreativas, cursos, ámbitos donde se comparten otro tipo de problemas, que posibiliten el diálogo, que vuelvan fluida y sincera la comunicación y no teñida de glamour ni tentación, lugares que permitan otro discurso, otra posibilidad de escucha y apertura, y que promuevan otro tipo de mensaje.

Pensemos que si bien estos lugares son un salvavidas para los momentos en donde la soledad es más sentida, quien acude a estos sitios sabe también que todos los que allí están pasan por un momento similar, y que por algo están solos. Por eso, lo que parece en el imaginario "el sitio salvador" se vuelve desvalorizado, y la lectura es: "Ningún otro fracasado podrá salvarme".

Fuente: http://www.infobae.com/weblogs/home.php

Por: Sandra Lustgarten.

Fecha: Jueves 22 de Noviembre de 2007.

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